Necesitamos que nos expliquen conceptos políticos básicos que antes del barullo mediático creíamos mutuamente compartidos.
1. ¿No se nos dijo que, en ausencia de violencia y por caminos democráticos, todos los proyectos políticos eran legítimos? ¿O quería decirse que sólo aquellos que no cambien nada?
2. ¿Simplemente hay que esperar a que desaparezca ETA? Bien, porque eso es lo que propone el Lehendakari, como condición previa del referéndum.
3. ETA sobra como todos anhelamos, y hasta los de Batasuna dicen en privado. ¡A ver si se enteran los últimos agresores con "soluciones militares" en Europa!
4. Si es posible y plenamente respetable por todos que alguien se sienta sólo español, o vasco y español simultáneamente, ¿no es posible que otro se sienta sólo vasco? ¿Quién determina que tal opción no es válida?
5. Si una sociedad está dividida entre el 65% y un 35%, y no es posible que la mayoría del 65% aplique su visión política, entonces ¿debe seguir siendo el 35% quien se salga con la suya siempre, imponiendo su conciencia nacional minoritariamente respaldada? Si caben dudas sobre los porcentajes, ¿por qué no resolverlo pacíficamente en las urnas?
6. Toda propuesta de reforma constitucional es, por definición, inconstitucional hasta que se aprueba para que quepa en la nueva constitución, porque si no fuese anticonstitucional no habría por qué reformar el articulado constitucional previo.
7. Si dos partidos unionistas –lícitamente-, PP y PSOE, se negaron en redondo al plan Ardanza que ahora añoran (el PP también se negó al Estatuto), luego rehusaron leer siquiera el Plan Ibarretxe, después confiaron en que el poder judicial no detuviese y finalmente que no sería aprobado en Vitoria, ¿cuándo lo negociarán? ¿Nunca jamás? ¿Quién les dio el derecho a veto desde la minoría? Si dicen que el nuevo “Estatuto para la Comunidad de Euskadi” es secesionista (que no lo es, pero podría serlo), por qué no les presenta algún partido un plan legítimamente independentista, para que se aprecien las notables diferencias.
8. Las naciones, o incluso los municipios, que se han segregado (que no es el caso, pero podría serlo), ¿lo han sido tras el voto favorable de la totalidad de la unidad preexistente? ¿Toda la Unión Soviética votó a favor de la independencia de Letonia, Lituania y Estonia, y bien que tenía una constitución y un ejército nuclear para suspender una autonomía?
9. ¿Debe la voluntad popular someterse a la norma escrita, porque lo fue una vez y para siempre, o debe la ley adaptarse y surgir de la voluntad popular?
10. Si un proyecto aprobado por mayoría absoluta en el parlamento vasco no es legítimo, ¿para qué sirven entonces las votaciones y todo el sistema político en Euskadi?
Busquemos razones para hacer, no excusas para no hacer
"Los ganadores siempre tienen un programa; los perdedores, una excusa". |
Siempre he creído... |
Luz azul
Todos los terrícolas deberíamos elegir dos colores preferidos: el azul y otro.
El cielo es azul por la interacción de la luz del sol con la atmósfera. La luz solar se dispersa por las partículas de aire como Newton comprobó mediante un prisma de vidrio, según el fenómeno físico de la refracción. Podemos ver toda la gama de colores, al igual que las gotas de agua producen el arco iris: Desde el violeta y azul, hasta el amarillo y rojo. La desviación es máxima para los rayos de longitud de onda corta (violeta y azul), y mínima para los de longitud de onda larga (rojo y amarillo), que casi no se desvían. La luz violeta y azul son las que más se separan o difunden de la dirección del blanco, por lo que son más visibles en el cielo, llenándolo y tiñéndolo de su color por las continuas difusiones.
La luz cuando llega a nuestros ojos no proviene directamente del Sol, sino de toda la bóveda celeste. De ahí que el cielo nos parezca azul, mientras el Sol aparece amarillo, pues los rayos amarillos son menos desviados y van casi directamente en línea recta desde el Sol hasta nuestros ojos. El color del cielo, debería ser más violeta que azul, por ser su longitud de onda más corta. Pero la luz solar contiene más color azul que violeta y, además, el ojo humano (que es quien capta las imágenes), es más sensible al azul que al violeta. Si la Tierra no dispusiese de atmósfera, la luz del Sol alcanzaría nuestros ojos directamente desde el disco solar y no recibiríamos luz difundida. El cielo aparecería tan negro como por la noche, como los astronautas observan las estrellas, la luna y los planetas durante el día debido a que están en el exterior de la atmósfera.
Lo más grandioso es que el cielo visto desde la Tierra cambia frecuentemente de color. De noche es negro, debido a que apenas llega luz y no se produce suficiente difusión. Las salidas y puestas de sol brindan casi a diario los más bellos espectáculos que nuestra vista puede disfrutar. Al amanecer y al anochecer, el camino que la luz solar recorre dentro de la atmósfera es más largo, de modo que por rebotes sucesivos los colores más abiertos desaparecen, y sólo los más direccionales rayos rojos se salvan siguiendo un camino casi rectilíneo. De ahí el color rojo del sol naciente o poniente. También algunos atardeceres, cuando las altas presiones atmosféricas concentran por las corrientes del anticiclón una mayor cantidad de partículas de polvo en el aire, se produce el cielo rojizo por efecto de esos aerosoles (polvo en suspensión) que anuncia buen tiempo para el día próximo.
¡Ah, y el mar! ¿Por qué es azul? Simplemente porque el agua, incolora en pequeñas cantidades, refleja el color del cielo. Aunque a veces, el mar se presenta verdoso, debido a minúsculas algas que componen el fitoplancton, que necesariamente son verdes por la clorofila de todas las plantas que realizan la fotosíntesis. Pero el océano también adopta otros colores, y no sólo por el cambio constante de paso de nubes o de variación del firmamento. La corriente del Golfo, que en la costa oriental americana es de un profundo azul, en Japón es tan oscura que ha sido llamada Kuroshio (corriente negra). El color verde de las aguas más comunes en cercanías de la costa, se debe a pigmentos amarillos que se mezclan con el agua azul procedentes de plantas microscópicas del fitoplancton. Otras plantas microscópicas o residuos en suspensión también pueden dar tono café al mar.
Los poetas notan que, como el mar, la vida y la muerte también son azules. Dicen que antes del impresionismo no había sombras azules. Escriben que los ojos más inocentes tienen la pupila azul. Aseguran que para ser feliz basta un poco de cielo azul encima de nuestras cabezas. Rubén Darío dio comienzo al modernismo proclamando que el Arte es Azul. Baudelaire describía el Paraíso como un lugar bajo un cielo de limpio azul donde todo es amor y alegría, donde todo lo que se ama es digno, de ser amado. El último verso escrito por Antonio Machado concluyó: “Estos días azules y este sol de la infancia”. El contrapunto lo pusieron Emile M. Ciorán cuando adivinó que “el azul, sea cual sea su matiz, es la negación de la inmanencia”, y Argensola al descubrir que “ese cielo azul que todos vemos, ni el cielo, ni es azul; ¡lástima que no sea verdad tanta belleza!”. Muchos seguiremos anhelando que nuestro “planeta azul” sea un universo multicolor de libres irisaciones, pero donde todos los uniformes militares sean con cascos azules (de la ONU).
Además, a los educadores especialmente, siempre nos quedará musitar la cita del maestro Vasili Sujomlinsky, promotor de la “escuela de la alegría” donde el azul es esencial: “Nuestra escuela estará bajo el cielo azul, sobre la hierba verde, bajo el peral frondoso, en el viñedo, en el prado. Y mañana venid descalzos, en nuestra escuela será mejor”.
El cielo es azul por la interacción de la luz del sol con la atmósfera. La luz solar se dispersa por las partículas de aire como Newton comprobó mediante un prisma de vidrio, según el fenómeno físico de la refracción. Podemos ver toda la gama de colores, al igual que las gotas de agua producen el arco iris: Desde el violeta y azul, hasta el amarillo y rojo. La desviación es máxima para los rayos de longitud de onda corta (violeta y azul), y mínima para los de longitud de onda larga (rojo y amarillo), que casi no se desvían. La luz violeta y azul son las que más se separan o difunden de la dirección del blanco, por lo que son más visibles en el cielo, llenándolo y tiñéndolo de su color por las continuas difusiones.
La luz cuando llega a nuestros ojos no proviene directamente del Sol, sino de toda la bóveda celeste. De ahí que el cielo nos parezca azul, mientras el Sol aparece amarillo, pues los rayos amarillos son menos desviados y van casi directamente en línea recta desde el Sol hasta nuestros ojos. El color del cielo, debería ser más violeta que azul, por ser su longitud de onda más corta. Pero la luz solar contiene más color azul que violeta y, además, el ojo humano (que es quien capta las imágenes), es más sensible al azul que al violeta. Si la Tierra no dispusiese de atmósfera, la luz del Sol alcanzaría nuestros ojos directamente desde el disco solar y no recibiríamos luz difundida. El cielo aparecería tan negro como por la noche, como los astronautas observan las estrellas, la luna y los planetas durante el día debido a que están en el exterior de la atmósfera.
Lo más grandioso es que el cielo visto desde la Tierra cambia frecuentemente de color. De noche es negro, debido a que apenas llega luz y no se produce suficiente difusión. Las salidas y puestas de sol brindan casi a diario los más bellos espectáculos que nuestra vista puede disfrutar. Al amanecer y al anochecer, el camino que la luz solar recorre dentro de la atmósfera es más largo, de modo que por rebotes sucesivos los colores más abiertos desaparecen, y sólo los más direccionales rayos rojos se salvan siguiendo un camino casi rectilíneo. De ahí el color rojo del sol naciente o poniente. También algunos atardeceres, cuando las altas presiones atmosféricas concentran por las corrientes del anticiclón una mayor cantidad de partículas de polvo en el aire, se produce el cielo rojizo por efecto de esos aerosoles (polvo en suspensión) que anuncia buen tiempo para el día próximo.
¡Ah, y el mar! ¿Por qué es azul? Simplemente porque el agua, incolora en pequeñas cantidades, refleja el color del cielo. Aunque a veces, el mar se presenta verdoso, debido a minúsculas algas que componen el fitoplancton, que necesariamente son verdes por la clorofila de todas las plantas que realizan la fotosíntesis. Pero el océano también adopta otros colores, y no sólo por el cambio constante de paso de nubes o de variación del firmamento. La corriente del Golfo, que en la costa oriental americana es de un profundo azul, en Japón es tan oscura que ha sido llamada Kuroshio (corriente negra). El color verde de las aguas más comunes en cercanías de la costa, se debe a pigmentos amarillos que se mezclan con el agua azul procedentes de plantas microscópicas del fitoplancton. Otras plantas microscópicas o residuos en suspensión también pueden dar tono café al mar.
Los poetas notan que, como el mar, la vida y la muerte también son azules. Dicen que antes del impresionismo no había sombras azules. Escriben que los ojos más inocentes tienen la pupila azul. Aseguran que para ser feliz basta un poco de cielo azul encima de nuestras cabezas. Rubén Darío dio comienzo al modernismo proclamando que el Arte es Azul. Baudelaire describía el Paraíso como un lugar bajo un cielo de limpio azul donde todo es amor y alegría, donde todo lo que se ama es digno, de ser amado. El último verso escrito por Antonio Machado concluyó: “Estos días azules y este sol de la infancia”. El contrapunto lo pusieron Emile M. Ciorán cuando adivinó que “el azul, sea cual sea su matiz, es la negación de la inmanencia”, y Argensola al descubrir que “ese cielo azul que todos vemos, ni el cielo, ni es azul; ¡lástima que no sea verdad tanta belleza!”. Muchos seguiremos anhelando que nuestro “planeta azul” sea un universo multicolor de libres irisaciones, pero donde todos los uniformes militares sean con cascos azules (de la ONU).
Además, a los educadores especialmente, siempre nos quedará musitar la cita del maestro Vasili Sujomlinsky, promotor de la “escuela de la alegría” donde el azul es esencial: “Nuestra escuela estará bajo el cielo azul, sobre la hierba verde, bajo el peral frondoso, en el viñedo, en el prado. Y mañana venid descalzos, en nuestra escuela será mejor”.
Príncipes de Persia
Una reinventada versión del clásico juego despierta un entrañable recuerdo y una reflexión.
En 1994 se distribuyó la primera versión de “Prince of Persia”, que aún se puede descargar gratuitamente en http://www.dosgamesarchive.com/. Inicialmente hubo una versión sobre MS-DOS (los más jóvenes que repasen la prehistoria informática) de este típico “juego de plataforma”. Estos juegos de acción y aventura, con énfasis en la exploración, se llamaron así porque lo común era saltar entre plataformas o niveles distintos para sortear peligros y descubrir metas.
Fue un compacto programa pionero en su época por los gráficos avanzados, distribuido en un disquete de 720 Kb cuando el CD-ROM no estaba generalizado. Era un juego adictivo para los más pequeños, con el límite de una hora para rescatar a la princesa. Trabajosamente y con mucha paciencia, en su tiempo de ocio nuestros alumnos de siete años iban venciendo a todos los "sultanes" que había y recogiendo ánforas, combinando la tecla Shift con las de desplazamiento para caminar despacio y sin caerse. Todavía en equipos 486 y algún Pentium de los años finales del pasado siglo, los escolares recordaban trucos para las fases difíciles (combinaciones como Shift T, Shift W o Shift L).
Siempre recordaremos, mi esposa y yo mismo, a un niño incondicional de este juego, aunque nuestra recomendación era variar entre las innumerables posibilidades educativas y lúdicas de los programas disponibles. Borja siempre elegía “Prince”, a pesar de que a su corta edad ya manifestaba una inteligencia y sensibilidad inusual. Cada vez que su “héroe príncipe” sucumbía y “moría”, Borja quedaba tan impresionado que –en silencio- lloraba con grandes lagrimones durante unos minutos.
Esperamos que no pierda nunca esa ingenua ternura infantil, en un mundo como el que vivimos donde los estragos continentales del tsunami en el océano índico apenas alteran nuestras cenas en familia, cuando merecerían que el planeta entero llorase ante tal desastre mundial con 200.000 muertos y millones de damnificados. La vida no es exactamente un sueño feliz ni un juego divertido, ni siquiera aquel acrobático pasatiempo relativamente inocuo con luchas incomparablemente menos agresivas que la mayoría de los videojuegos posteriores. Ante la catástrofe asiática, todos deberíamos primero condolernos y después ayudar, por ejemplo a través de la Cruz Roja. [Abajo: La nueva versión aparecida en noviembre de 2008]
En 1994 se distribuyó la primera versión de “Prince of Persia”, que aún se puede descargar gratuitamente en http://www.dosgamesarchive.com/. Inicialmente hubo una versión sobre MS-DOS (los más jóvenes que repasen la prehistoria informática) de este típico “juego de plataforma”. Estos juegos de acción y aventura, con énfasis en la exploración, se llamaron así porque lo común era saltar entre plataformas o niveles distintos para sortear peligros y descubrir metas.
Fue un compacto programa pionero en su época por los gráficos avanzados, distribuido en un disquete de 720 Kb cuando el CD-ROM no estaba generalizado. Era un juego adictivo para los más pequeños, con el límite de una hora para rescatar a la princesa. Trabajosamente y con mucha paciencia, en su tiempo de ocio nuestros alumnos de siete años iban venciendo a todos los "sultanes" que había y recogiendo ánforas, combinando la tecla Shift con las de desplazamiento para caminar despacio y sin caerse. Todavía en equipos 486 y algún Pentium de los años finales del pasado siglo, los escolares recordaban trucos para las fases difíciles (combinaciones como Shift T, Shift W o Shift L).
Siempre recordaremos, mi esposa y yo mismo, a un niño incondicional de este juego, aunque nuestra recomendación era variar entre las innumerables posibilidades educativas y lúdicas de los programas disponibles. Borja siempre elegía “Prince”, a pesar de que a su corta edad ya manifestaba una inteligencia y sensibilidad inusual. Cada vez que su “héroe príncipe” sucumbía y “moría”, Borja quedaba tan impresionado que –en silencio- lloraba con grandes lagrimones durante unos minutos.
Esperamos que no pierda nunca esa ingenua ternura infantil, en un mundo como el que vivimos donde los estragos continentales del tsunami en el océano índico apenas alteran nuestras cenas en familia, cuando merecerían que el planeta entero llorase ante tal desastre mundial con 200.000 muertos y millones de damnificados. La vida no es exactamente un sueño feliz ni un juego divertido, ni siquiera aquel acrobático pasatiempo relativamente inocuo con luchas incomparablemente menos agresivas que la mayoría de los videojuegos posteriores. Ante la catástrofe asiática, todos deberíamos primero condolernos y después ayudar, por ejemplo a través de la Cruz Roja. [Abajo: La nueva versión aparecida en noviembre de 2008]
New Olentzero: Cuento navideño
Nuestros hijos siempre supieron la triple historia de los Reyes Magos, Papá Noel y Olentzero.
En el País Vasco conviven tres tradiciones con personajes navideños que dan regalos a los niños. El protagonismo de cada leyenda es variable según la familia, pero toda la infancia vasca sabe que “existieron” y cuáles fueron sus orígenes. Cuando nuestros hijos fueron pequeños, y de esto hace ya unos lustros, aprendieron que la nochebuena del 24 de diciembre celebrábamos el Olentzero, la nochevieja del 31 de diciembre Santa Claus, y los Reyes Magos la mañana del día 6 de enero. Si deseaban un regalo en cada ocasión, debían escribirles en sus “idiomas propios”, respectivamente en euskera, inglés y castellano.
Olentzero, la figura menos conocida fuera de Euskadi, es un personaje precristiano de la mitología vasca como Basajaun, las sorginas o brujas, las lamias o hadas, los mairus, los iratxos, Gaueko, Tartalo, los galtzagorris, Herensuge o el dragón primigenio, los jentiles,... Es un particular Santa Claus en forma de ingenioso y bonachón carbonero, de los que hacían carbón de madera en el bosque durante todo el año, con una descomunal afición gastronómica. Vestido con una boina y un saco, el grueso Olentzero fuma en pipa y canta su canción predilecta (Horra, horra, gure Olentzero). Habiéndose enterado del nacimiento de Jesucristo, bajó desde el monte al pueblo cargado de regalos para comunicar la buena noticia. En realidad, Olentzero es una reminiscencia de la celebración del solsticio de invierno, que la Iglesia Católica renombró como fiesta de la Natividad.
Los más pequeños tratan de conjugar los tres relatos, antes de descubrir cómo sus padres ayudan a estos seres mágicos para que puedan distribuir tantos regalos en una sola noche. Quizá por eso han instituido los tres días de reparto. He aquí una versión reciente, del siglo XXI, para resaltar nuevas claves contemporáneas de la triple fábula festiva de inicio del año.
“Acabadas las fiestas navideñas, a la salida del pueblo coincidieron las tres comitivas. La más lujosa, la de los Reyes Magos, patrocinada por los grandes almacenes que traía camellos y pajes. Santa Claus disponía de un trineo tirado por renos, con menos apoyos comerciales. Olentzero, acompañado en su carro de bueyes por algunos “laguntzaile” (ayudantes), también parecía cansado de trabajar, pero feliz por haber repartido todos los regalos.
Melchor comentó que este año los niños se habían portado bien y estudiado bastante, aunque aún podían mejorar. Santa dijo que los manjares que le habían puesto en las casas estaban deliciosos. Olentzero señaló que prefería que no le pusieran tanto licor para beber junto al árbol, porque prefería refrescos sin alcohol para trabajar y conducir.
Los Reyes Magos, ya de edad avanzada, explicaron que sería deseable que las familias se fuesen antes a la cama para aumentar las horas de reparto, y que si los niños se quedaban hasta tan tarde viendo la televisión, algunos se encontrarían sin regalos. Papá Noel, que se había puesto a dieta y se lo recomendó a Olentzero, indicó que gracias a Internet recibía más cartas y mejoraba la preparación de los regalos. Gaspar estaba contento porque cada año le pedían más libros para leer,… y en varias lenguas, apuntaron al unísono Olentzero y Santa Claus.
Baltasar recordó lo bien que se llevaban todos ellos entre sí, a pesar de ser blancos, negros o árabes, y de venir de las montañas vascas, de Oriente o del Polo Norte. Por último, todos decretaron que -para recordar la fiesta del Niño Jesús- sería necesario que los niños ricos compartiesen sus juguetes con los más pobres de su ciudad o de países lejanos. Una de las ayudantes, que oía la conversación, pensó que también debería haber personajes femeninos en el reparto de regalos, pero que la Historia se escribe muy despacio”.
En el País Vasco conviven tres tradiciones con personajes navideños que dan regalos a los niños. El protagonismo de cada leyenda es variable según la familia, pero toda la infancia vasca sabe que “existieron” y cuáles fueron sus orígenes. Cuando nuestros hijos fueron pequeños, y de esto hace ya unos lustros, aprendieron que la nochebuena del 24 de diciembre celebrábamos el Olentzero, la nochevieja del 31 de diciembre Santa Claus, y los Reyes Magos la mañana del día 6 de enero. Si deseaban un regalo en cada ocasión, debían escribirles en sus “idiomas propios”, respectivamente en euskera, inglés y castellano.
Olentzero, la figura menos conocida fuera de Euskadi, es un personaje precristiano de la mitología vasca como Basajaun, las sorginas o brujas, las lamias o hadas, los mairus, los iratxos, Gaueko, Tartalo, los galtzagorris, Herensuge o el dragón primigenio, los jentiles,... Es un particular Santa Claus en forma de ingenioso y bonachón carbonero, de los que hacían carbón de madera en el bosque durante todo el año, con una descomunal afición gastronómica. Vestido con una boina y un saco, el grueso Olentzero fuma en pipa y canta su canción predilecta (Horra, horra, gure Olentzero). Habiéndose enterado del nacimiento de Jesucristo, bajó desde el monte al pueblo cargado de regalos para comunicar la buena noticia. En realidad, Olentzero es una reminiscencia de la celebración del solsticio de invierno, que la Iglesia Católica renombró como fiesta de la Natividad.
Los más pequeños tratan de conjugar los tres relatos, antes de descubrir cómo sus padres ayudan a estos seres mágicos para que puedan distribuir tantos regalos en una sola noche. Quizá por eso han instituido los tres días de reparto. He aquí una versión reciente, del siglo XXI, para resaltar nuevas claves contemporáneas de la triple fábula festiva de inicio del año.
“Acabadas las fiestas navideñas, a la salida del pueblo coincidieron las tres comitivas. La más lujosa, la de los Reyes Magos, patrocinada por los grandes almacenes que traía camellos y pajes. Santa Claus disponía de un trineo tirado por renos, con menos apoyos comerciales. Olentzero, acompañado en su carro de bueyes por algunos “laguntzaile” (ayudantes), también parecía cansado de trabajar, pero feliz por haber repartido todos los regalos.
Melchor comentó que este año los niños se habían portado bien y estudiado bastante, aunque aún podían mejorar. Santa dijo que los manjares que le habían puesto en las casas estaban deliciosos. Olentzero señaló que prefería que no le pusieran tanto licor para beber junto al árbol, porque prefería refrescos sin alcohol para trabajar y conducir.
Los Reyes Magos, ya de edad avanzada, explicaron que sería deseable que las familias se fuesen antes a la cama para aumentar las horas de reparto, y que si los niños se quedaban hasta tan tarde viendo la televisión, algunos se encontrarían sin regalos. Papá Noel, que se había puesto a dieta y se lo recomendó a Olentzero, indicó que gracias a Internet recibía más cartas y mejoraba la preparación de los regalos. Gaspar estaba contento porque cada año le pedían más libros para leer,… y en varias lenguas, apuntaron al unísono Olentzero y Santa Claus.
Baltasar recordó lo bien que se llevaban todos ellos entre sí, a pesar de ser blancos, negros o árabes, y de venir de las montañas vascas, de Oriente o del Polo Norte. Por último, todos decretaron que -para recordar la fiesta del Niño Jesús- sería necesario que los niños ricos compartiesen sus juguetes con los más pobres de su ciudad o de países lejanos. Una de las ayudantes, que oía la conversación, pensó que también debería haber personajes femeninos en el reparto de regalos, pero que la Historia se escribe muy despacio”.
Herramientas inmediatas
-Para consultar el diccionario en español, simplemente:
http://www.rae2.es/palabra <---la palabra que quieras consultar). -Para hacer cálculos matemáticos: Teclea la operación y con Intro verás el resultado, por ejemplo: 2 * 3^4 , y aparecerá 2 * (3^4)= 162
-Para buscar definiciones, en la ventana de búsqueda de Google, basta poner define: define concepto (por ejemplo, define casa, y aparecerá... Definiciones en la web para Casa Una 'casa es una edificación destinada a vivienda....
http://www.rae2.es/palabra <---la palabra que quieras consultar). -Para hacer cálculos matemáticos: Teclea la operación y con Intro verás el resultado, por ejemplo: 2 * 3^4 , y aparecerá 2 * (3^4)= 162
-Para buscar definiciones, en la ventana de búsqueda de Google, basta poner define: define concepto (por ejemplo, define casa, y aparecerá... Definiciones en la web para Casa Una 'casa es una edificación destinada a vivienda....
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