Jornada de reflexión
Quien duda, reflexiona; quien reflexiona, descubre; y se aleja de la perplejidad y del error. La reflexión actúa como el ojo del alma, pero requiere una accesible pero inusual condición: La soledad como preámbulo de la reflexión. No en vano, la vida, el amor, la voluntad,… son meros conflictos entre los instintivos reflejos y las reflexiones cabales.
La antesala de los días electorales se define como la “jornada de reflexión”. Quizá merecería llamarse también el “día de la emoción”. Las campañas, los programas y los mensajes electorales ya han proporcionado información al electorado. Sólo queda rumiarla, a fin de decantarse por alguna de las opciones disponibles. Al llegar esta fecha, la mayoría del electorado -que se estima en las tres cuartas partes- ya ha decidido su voto, seguramente más por lealtad, consecuencia y confianza en su candidatura distinguida durante años, que por nuevos argumentos escuchados recientemente.
Por tanto, toda la publicidad y el debate multipartito se dirige hacia quienes oscilan en su voto, y sobre todo hacia quienes no se han decidido a votar. Esta ciudadanía, la quinta parte del total, debe hallar un motivo que le estimule a ir a las urnas, venciendo probablemente la inercia de anteriores abstenciones.
Un buen argumento para animar a participar podría ser que no cabe excusa alguna para justificar la apatía. No vale que ninguna opción partidista sea satisfactoria, porque el voto en blanco o nulo puede expresar ese rechazo generalizado. Tampoco que todos los partidos sean parecidos, porque siempre hay matices de preferencia que merecen ser reconocidos.
Las elecciones son una decisión conjunta que requiere la máxima participación social, para que una comunidad se reconozca conjuntamente y se comprometa con una apuesta unida y decidida por aquellas soluciones de convivencia colectiva que resulten preferidas en las urnas.
La conclusión es evidente: Hoy es día de pensar y de sentir, mañana de acudir y votar, y pasado mañana de analizar comprender, porque la insolente realidad social se mostrará en todo su esplendor. Nos aguardan las ya prestas urnas nocturnas, que pronto serán diurnas.
Artículo ilustrado en: http://mikel.agirregabiria.net/2005/jornada.htm
Predicción electoral
Sin más preámbulos ni mayor retraso, tras una campaña electoral desacelerada y en dientes de sierra, sólo resta que cada analista profesional o aficionado, como es nuestro caso, exponga su propio vaticinio de escaños tras el 17-A.
Ésta es nuestra quiniela: PNV-EA, 35 parlamentarios; PSOE, 17; PP, 15; EHAK, 4 y EB-Berdeak, 4. Aralar y Unidad Alavesa, sin representación. Si se permitiesen tramos, los intervalos serían: PNV-EA, 33-38 escaños; PSOE, 15-18; PP, 14-16; EHAK, 3-6; EB-Berdeak, 3-4 y Aralar 0-1.
Respecto a la evolución desde 1980 de los anteriores siete comicios autonómicos, que se observan en el gráfico adjunto, la sólida coalición PNV-EA viaja a superar su mejor resultado de todos los tiempos, con 33 parlamentarios en 2001. Mientras, el PSOE obtendrá un resultado medio en su historia parlamentaria y el PP retrocederá inexorablemente en una regresión que continuará en el futuro. EB-Berdeak mantendrá, e incluso puede que refuerce levemente su papel de partido-bisagra, rol donde es posible que le acompañe tímidamente Aralar. EHAK situará a unos exóticos representantes en el Parlamento Vasco, con la hipoteca de los votos de Batasuna, de los que será interesante ver cuántos derivan hacia otras opciones, como la abstención, el voto nulo, Aralar o EB-Berdeak.
Si se alcanzase una participación que supere cómodamente el 70%, es muy probable que el actual tripartito PNV-EA-EB lograse la mayoría absoluta, rompiendo la estrategia del PSOE de Rodríguez Zapatero de volver a bloquear la acción legislativa vasca para forzar la presencia socialista, si no en el gobierno (misión imposible), al menos en la acción parlamentaria y en la futura negociación Euskadi-Estado sobre el nuevo Estatuto para la Comunidad de Euskadi.
Para proseguir avanzando en un prometedor camino que nos está acercando a la definitiva pacificación y normalización política de Euskadi, es preciso animar a votar a toda la ciudadanía vasca. Es necesario y muy conveniente en este momento histórico, que el Parlamento de Vitoria-Gasteiz refleje nítidamente la genuina y exacta representación social del Pueblo Vasco, muy plural pero con mayorías y minorías estables. La democracia de las urnas, que es el único sistema político que ha superado la prueba de la Historia, es la mejor senda que podemos seguir, participando al máximo y aceptando sus resultados. Sólo las urnas miden y evidencian la realidad de nuestra sociedad, al tiempo que nos señalan la dirección más fiable para alcanzar nuestro mejor futuro.
Mikel Agirregabiria Agirre. Getxo
http://www.getxoweb.com/mikel
Artículo ilustrado en: http://www.geocities.com/agirregabiria2005/electoral.htm
Cheques electorales
Conviene distinguir bien entre el tener y el ser. “Aprender a vivir” es más importante que “intentar acaparar”, pero las metáforas con propiedades y posesiones resultan eficaces por la simplicidad de su argumento basado en un instinto primario, el dinero, que en opinión popular obra como la lámpara de Aladino.
Sabemos que todos los seres humanos nacemos y morimos iguales, pero durante nuestra existencia las diferencias materiales entre las personas son desproporcionadas. Casi dos tercios de la humanidad sobreviven con menos de dos euros diarios. Mientras con todos nuestros medios combatimos tamaña injusticia socio-económica, cabe algún consuelo observando otros tesoros infinitamente mejor distribuidos.
Cada amanecer nos reparte a todos un día con 24 horas. Este cheque de tiempo es perfectamente equitativo: 1.440 minutos para cada persona, pobre o rica. La vida se desarrolla en ecuánimes jornadas de 86.400 segundos, donde nadie puede comprar o vender el tiempo. Igualmente, al nacer, otros patrimonios también están irreprochablemente otorgados: Un corazón para amar por persona, una mente para soñar a cada uno, dos manos para ayudar, dos ojos para mirar otras pupilas, dos pies para caminar,…
Así mismo, la democracia, allí donde existe, nos obsequia con un idéntico cheque personal para sumar nuestra concepción de la sociedad con otros conciudadanos nuestros: Un voto por persona adulta. Todos merecemos una papeleta y nadie dispone de más de un voto. Quizá nos parezca poco un único voto, cuando hay tantos como habitantes, pero es toda la parte alícuota el “poder público” que nos corresponde. Y hemos de invertir bien nuestro patrimonio en forma de papeleta electoral.
Son fácilmente entendibles las distintas opciones de la pluralidad política que coexisten para depositar el voto, en función de lo que cada elector considera más justo, más oportuno, más urgente, más eficaz o más útil. Lo que resulta incomprensible y reprochable es la indolencia de ignorar esa oportunidad única de apostar y comprometernos con nuestros convecinos, con nuestra sociedad y con nuestro tiempo.
La abstención es una lacra social que todos deberíamos desestimar. Dejar nuestro voto en casa denota una falta de fe en el futuro, una carencia de esperanza y una deserción en la búsqueda del bien común, negando nuestra decisiva contribución, tenue pero tan valiosa como la del más sabio.
El próximo domingo 17-A extendamos nuestro privativo talón-voto en forma de papeleta electoral. No dejemos que caduque improductivo a las ocho de la tarde, sin haber entregado nuestro granito de arena a aquel partido o coalición que mejor sabe gobernarnos, al que firma menos “cheques sin fondos” con promesas imposibles, al que haya entregado menos “cheques en blanco” de servidumbre a otras formaciones diferentes de la que consideremos que es la que conviene a nuestro Pueblo.
Mayoría de gobierno o de bloqueo
Algunos intereses partidistas inconfesables lo han conseguido. La movilización del electorado vasco es menor que nunca. Los mismos medios de comunicación estatales que calentaron hasta la ebullición las pasadas autonómicas de 2001, han dejado en el olvido la temática vasca. Ya ni los cambios de camisa de “su” serpiente ETA-Batasuna merecen mayor polémica. Todo lo que sea para adormecer a la ciudadanía vasca, a fin de que con el efecto EHAK todo siga igual en Euskadi: Con un Parlamento en Vitoria-Gasteiz al que cuesta sacar adelante leyes y presupuestos. De este modo, el PSOE de Zapatero espera poder “pescar” políticamente algo en el período 2005-2009.
La mayoría de la ciudadanía vasca considera aberrante la Ley de Partidos, erigida frente al nacionalismo vasco democrático. Esa misma mayoría opina que Batasuna debiera poder presentarse directamente en las urnas. Su peso electoral está muy cuantificado, y siendo sus votantes muy militantes, esas papeletas estarán en poder de EHAK y al servicio de Batasuna, a partir del 17-A.
Los 7 escaños de Batasuna en 2001, reducidos desde los 14 anteriores, fueron el resultado no sólo de su pérdida de electorado, cansado de que ETA rompiera la tregua y siguiera asesinando, sino también de la alta participación ciudadana del electorado vasco en 2001.
La predicción de escaños en 2005 no es demasiado difícil, excepto en la incógnita EHAK. PNV-EA será con gran diferencia la fuerza más votada, con entre 33-36 parlamentarios. EB-IU variará poco de sus actuales 3 escaños, y Aralar quizá logre una parlamentaria en Gipuzkoa. Éstos son los únicos escaños que pueden apoyar a un Gobierno Vasco con mayoría absoluta que siga construyendo una Euskadi pacífica y democrática.
El PSOE por mucha parafernalia que despliegue cree, como sabemos todos, que no puede sino aspirar en el mejor de los casos a gobernar con el PP, en tan sonada minoría que sólo le reportaría desgaste propio y ajeno. Y lo mismo reza para el PP, aún más huérfano de todo apoyo en Madrid. EHAK, lamentablemente, seguirá manteniendo la posición obstinada de Batasuna de política antisistema, actuando con lo hace en Física esa fuerza real pero pasiva que es la resistencia del rozamiento, que sólo sabe oponerse al movimiento en cualquier dirección.
Los votantes de Batasuna, con el inesperado plácet del PSOE, podrán otorgar legítimamente su representación a EHAK. Quizá esta vez sean menos de cien mil sus votos, porque también hay escrupulosos batasunos a quienes votar comunista no les satisface. El resto del electorado motivado ya ha tomado su decisión, por los distintos partidos convencionales del espectro político. Euskadi es, probablemente, uno de los países con voto más estable, pero persiste una variable que resultará determinante: la participación electoral.
Con una participación del 80%, inusual pero posible como en 2001, Euskadi podría abordar una legislatura esperanzadora, con una Batasuna que se vea obligada a madurar y una oposición que asuma finalmente su papel de crítica, pero constructiva. Incluso desde el Estado español habrían de desmontarse los obstáculos para una negociación sosegada y provechosa.
Esta hipótesis del binomio de mayoría dinámica o estática podremos verificarla incluso antes de que acabe alas 20:00 horas la jornada electoral del 17-A, en función directa de la participación. Una abstención mayor que la del 13-M del 2001 pronosticará ciertamente un Parlamento Vasco paralizado por la estrambótica entente PP-PSOE-EHAK.
Resumiendo: ¿Quién posee la clave del 17-A? El electorado dormido, tibio, vacilante, la juventud “pasota”, quienes opinan que “todos los políticos son iguales”,… Este complejo y variado segmento social mantiene su inalienable derecho, obviamente válido, de abstenerse o de votar. Pero han de saber que son ellos quienes determinarán que exista una mayoría de gobierno… o de bloqueo. Nunca como ahora los indecisos fueron tan decisivos.
Mikel Agirregabiria Agirre. Getxo
Artículo ilustrado en: http://www.geocities.com/agirregabiria2005/bloqueo.htm
Convencer, seducir o amedrentar
Nos tememos que las dos estrategias básicas para mover a la gente, son las mismas que para aguijonear a los burros: palo y zanahoria. Por ser justos, a las personas nos agrada más convencer y persuadir a nuestros congéneres con buenas razones y emociones, que obligarles a actuar por temor o miedo. Las campañas y motivos electorales recurren a complejos procedimientos y soluciones que combinan los argumentos para convencer, las sensaciones para cautivar y los recelos para amenazar. En definitiva se trata de atraer hacia lo propio, con argumentaciones y pasiones, al tiempo que se repele lo ajeno con inquietudes y sospechas.
La política puede ser una ciencia y debe ser un arte. Y, según Susan Sontag, el arte es seducción, no rapto. Los motivos positivos, los que atraen hacia una opción política, son siempre superiores a los alegatos negativos, que pretenden movilizar por la espantada de lo otro. Una ventaja obvia es que al huir de otro partido desacreditado, puede que los electores no acudan hacia el denunciante; mientras que una llamada de afinidad logra directamente que los votos caigan en el saco propio.
El mismo Ortega y Gasset advirtió: “Es penoso observar que desde hace muchos años, en el periódico, en el sermón y, en el mitin, se renuncia desde luego a convencer al infiel y se habla sólo al parroquiano ya convicto”. Siglos antes, Antoine Tournier señaló que “Los partidos discuten, no tanto para convencerse, como para decirse mutuamente cosas desagradables”. Décadas después, en pleno siglo XXI, todavía abundan los partidos políticos que abusan de la intimidación, introduciendo un exceso de escepticismo y desconfianza en el electorado.
Un buen indicador de la fortaleza de una candidatura política es medir el grado de afirmación de su programa, sopesar la valoración positiva que hace de su opción y evitar la confrontación o negación de sus alternativas partidistas. Miguel de Unamuno reconoció que “A un pueblo no se le convence sino de aquello de que quiere convencerse; cuando creemos haberle dado una idea nueva, si la recibe, es que se la hemos sacado de las entrañas de su propio pensamiento, donde la tenía sin darse él mismo cuenta de ella”. El mismo William Shakespeare declaraba que “El amor no prospera en corazones que se amedrentan de las sombras”.
La verdadera gloria estriba en convencer, más que en vencer. Por eso, no se empieza a perseguir sino cuando se desespera de convencer. Algunos partidos, intuyendo que no pueden llegar a conquistar nuevas cotas de electorado, proclaman manifiestamente su impotencia apelando al “mensaje del miedo”, esto es, a señalar que los otros son peores que ellos. Es su perdición. Alejandro Dumas apuntó que “Es inútil combatir las opiniones ajenas; a veces se logra vencer en una discusión a otros, pero a convencerlos, jamás. Las opiniones son como los clavos: cuanto más se las golpea, más profundamente penetran”.
Elijamos partidos políticos que hablan de su programa, sin menospreciar o descalificar a los demás. La seducción es un reto a la inteligencia y a los sentidos. Prefiramos candidatos inteligentes que nos convenzan, que nos persuadan por sí mismos, no por repulsión de los demás. Optemos por la mejor de las candidaturas, no por aquellas que se presentan como la menos mala.
La opción óptima es la que no trata de imponerse a sus adversarios, ni siquiera de convencerles de que están instalados en el error, sino de unirse a ellos para buscar conjuntamente mediante el diálogo una verdad más elevada y compartida. Sólo así, bajo el liderazgo de los mejores líderes, lograremos la paz, la superación del conflicto vasco, la democracia, el bienestar y la justicia social que la ciudadanía de Euskadi se merece.
Los votantes dudan y quieren saber
Las Elecciones Autonómicas Vascas del 17-A siguen esta misma pauta general. Resultaría demasiado prolijo reseñar los numerosos temas de los NO nos hablan cada candidatura partidista, aunque sí figuren en esos mamotretos con las propuestas electorales que nadie se detiene a leer.
Los partidos políticos son, ante todo, máquinas creadas para obtener votos. Sólo cuando los electores y las electoras exijamos más y más detalles, cambiará y se perfeccionará esa sofisticada maquinaria que abusa de los lemas simples, destinados preferentemente para los restos indecisos del electorado, estimado en un decisivo 5%.
No conviene olvidar al 95% del cuerpo electoral, que tiene prácticamente decidida su papeleta y quisiera reafirmarse corroborando el acierto de su decisión. En sus distintas opciones, ese electorado clave, que podría o no acudir a votar, se pregunta algunas cuestiones esenciales como éstas:
- Voy a votar a Aralar, ¿pero no acabará mi voto, en mi Territorio Histórico, en la papelera? ¿Quizá convenga que me cambie a la coalición PNV-EA?
- Voy a votar a EHAK, ¿pero no acabará mi voto sirviendo para paralizar a Euskadi en esa extraña alianza con el PP y el PSOE? ¿Quizá convenga que me cambie a Aralar o a la coalición PNV-EA?
- Voy a votar a EB-IU, ¿pero no acabará mi voto en la corriente opuesta a Madrazo? ¿Quizá convenga que me cambie a la coalición IU-EB?
- Voy a votar al PSOE, ¿pero no acabará mi voto a las órdenes del PP de San Gil (Oreja, Aznar)? ¿Quizá convenga que me cambie al EB-IU?
- Voy a votar al PP, ¿pero no acabará mi voto bajo el programa del PSOE de Zapatero? ¿Quizá convenga que me cambie a UA o a alguna Falange auténtica?
- Voy a votar a la coalición EA-PNV, ¿pero no acabará mi voto gestionado por alguna corriente crítica del partido? ¿Quizá convenga que me cambie a la coalición PNV-EA?
- Voy a votar a la coalición a PNV-EA, ¿pero no acabará mi voto sin evitar que sean 22 años los que mi partido elude liderar la crucial Educación Vasca? ¿Quizá convenga que me cambie a la coalición EA-PNV?
Respóndanos, Señoras y Señores de la Política, a estas cuestiones, porque hasta el domingo 17 de abril no elegiremos definitivamente nuestro voto otorgado por otros cuatro años.
Mikel Agirregabiria Agirre. Getxo
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Artículo ilustrado en: http://mikel.agirregabiria.net/2005/saber.htm
Religiones actuales
Desde nuestra oración por Karol Wojtyla y el máximo respeto por Camila que ha vencido a un mito mediático, muchos consideramos que las religiones han sido presentadas en estos eventos como un extraño anuncio de turismo, curiosidad y morbo.
Muchos, que desearíamos que cuando la muerte nos iguala a todos, las pompas fúnebres no nos diferenciasen tanto, lamentamos esta reiterada y pésima imagen pública de las religiones. Si no supiésemos de tantas personas religiosas de diferentes credos, que durante estas semanas también han asistido a casarse o a morir a tantos seres humanos, quizá dudaríamos del sentido de la Fe en un planeta tan frívolo e injusto.
Precisamente en estas fechas, ¿podría algún periodista imaginativo o algún creativo medio de comunicación ofrecernos la verdadera labor social de las Iglesias? Nos referimos a ésas que con humildad y fraternidad explican perfectamente lo mejor del mensaje de Juan Pablo II.
Mikel Agirregabiria Agirre. Getxo
http://mikel.agirregabiria.net
Artículo ilustrado en: http://mikel.agirregabiria.net/2005/religiones.htm
Amores políticos
Érase una vez un pueblo pequeño de verdes bosques, minerales rojos, blancas nubes y mar azul, donde refulgía el Guggenheim Museoa. Nuestros personajes vivían por allí. Ella, aquella doncella bella y heredera de las estrellas de la querella, le quería apasionadamente a él. Ella había visto esfumarse a sus dos anteriores consortes, huidos a Georgetown y a… (¿dónde se fue Oreja?). Así que, siendo ella de la tribu de los Capuletos, concentraba ahora todo su amor sobre aquel nuevo novio potencial, de la tribu de los Montescos. Pero él, un poco tontorrón e incapaz de expresar sus confusos sentimientos, se avergonzaba de la insistente embelesada que le acuciaba. Escondía sus sueños libidinosos con otra, la que no le convenía… según María (pero sí según Maragall). La otra, la deseada por Patxi y Pasqual, era la poderosa siamesa asimétrica llamada Coalición, que ya había elegido a su pareja: el cuarto galán, txikitito pero resultón.
Ella, la desdichada facha trasnochada de moderno atuendo, era locuaz y vivaracha, justo lo que necesitaba –en su opinión- el anodino de su querido Patxi. Pero su amado perseguía un sueño imposible, que le correspondiese a su galanteo la Musa del lugar, la reelegida una y otra vez por el Parnaso de los Dioses, quien desdeñosamente en su autosuficiente hermafroditismo (erotismo del ascetismo) prefería distraerse con el transversal gnomo civilizado, un complaciente bufón de alma siniestra (sólo por lo de izquierda) que gestionaba la vivienda. Todo aquel paraíso vivía una existencia cíclica, y decían que parecía una colmena de miel repleta, sobreviviendo a todos la abeja reina que periódicamente era fecundada por alguno de los muchos y lánguidos zánganos que siempre la cortejaban.
Aquella era la historia oficial, la que contaban los cronistas de la ínsula. Pero, según los bloggers, había una bruja malvada que rondaba la felicidad de los cuatro desencontrados. La hechicera, que se encubría con nombres diversos aún manteniendo su diabólico aspecto de arpía desgreñada, había lanzado un conjuro maligno: Nadie sería dichoso, mientras la despeinada fuese apartada del último banquete de la primavera.
Cuando la tragedia escrita parecía, un rayo de luz cayó sobre lo más tenebroso del bosque, aún salvaje pero que no se había teñido de sangre desde el 30 de mayo de 2003. Entonces, un rutilante día de abril de 2005 (¿por qué no ya mismo?), un milagro (un Gerry Otegi madurado a lo Deus ex machina) sucedió casi en el último momento preelectoral: Estalló la paz. Y todos y todas, incorrecto gramaticalmente pero políticamente correcto según el comandante JuanJo Spock, con-vivieron felices,… y se con-comieron las perdices (pájaros de mal agüero).