"La vida no se mide por las veces que respiramos, sino por los momentos que te dejan sin aliento". |
Frase de película
¿Pesadilla o realidad?
¿Hacia dónde se dirige esta feliz e indolente Europa?
Ante la nueva tienda de chinos del barrio, donde venden los mejores productos de ropa, informática, papelería, electricidad,… a mitad de precio, me encontré con mi viejo amigo Jesús, quien me transmitió sus pesimistas preocupaciones.
“Esto se acaba. Nuestros octogenarios padres, que trabajaron toda su vida y ahora están gravemente enfermos, cuando les visitamos se levantan para que no les veamos en la cama. Mientras nuestros adolescentes hijos duermen todo el día para trasnochar hasta la madrugada. Claro que saben lo que les espera: Un trabajo precario, mal pagado y destinado a la hipoteca eterna. ¿Qué igualdad hemos conseguido? Antes trabajaba 8 horas sólo el marido y sacaban adelante a la familia. Ahora deberían trabajar sólo 4 horas tanto el hombre como la mujer, para cuidar mejor a sus hijos. Y todo ello sin contar la infinita injusticia planetaria, donde la solidaridad reina por su ausencia.
Date cuenta: Son los mismos síntomas de la caída del Imperio Romano, crisis de valores, falta de ideales, baja natalidad, ‘invasiones bárbaras’ que se ocupan casi de todo, dedicación pública sólo hacia lo militar, mientras el pueblo con vocación de jubilado desde la infancia es entretenido con nuevas ‘orgías’ de consumismo y la distracción por edades con PlayStation, Internet y televisión.”
Tras despertarme de esta alucinación (¿sólo soñada?), comprendí cuál es la única solución al dirigirme hacia mi trabajo donde me ocupo de temas educativos. Pero me surgió una última duda: ¿Estamos consiguiendo que nuestros dirigentes se dejen de discusiones bizantinas y se ocupen del futuro más allá de una legislatura a través de la mejora de la educación primaria, secundaria, profesional y universitaria para toda la ciudadanía durante toda su vida?
Versión final en: http://mikel.agirregabiria.net/2005/realidad.htm
Ante la nueva tienda de chinos del barrio, donde venden los mejores productos de ropa, informática, papelería, electricidad,… a mitad de precio, me encontré con mi viejo amigo Jesús, quien me transmitió sus pesimistas preocupaciones.
“Esto se acaba. Nuestros octogenarios padres, que trabajaron toda su vida y ahora están gravemente enfermos, cuando les visitamos se levantan para que no les veamos en la cama. Mientras nuestros adolescentes hijos duermen todo el día para trasnochar hasta la madrugada. Claro que saben lo que les espera: Un trabajo precario, mal pagado y destinado a la hipoteca eterna. ¿Qué igualdad hemos conseguido? Antes trabajaba 8 horas sólo el marido y sacaban adelante a la familia. Ahora deberían trabajar sólo 4 horas tanto el hombre como la mujer, para cuidar mejor a sus hijos. Y todo ello sin contar la infinita injusticia planetaria, donde la solidaridad reina por su ausencia.
Date cuenta: Son los mismos síntomas de la caída del Imperio Romano, crisis de valores, falta de ideales, baja natalidad, ‘invasiones bárbaras’ que se ocupan casi de todo, dedicación pública sólo hacia lo militar, mientras el pueblo con vocación de jubilado desde la infancia es entretenido con nuevas ‘orgías’ de consumismo y la distracción por edades con PlayStation, Internet y televisión.”
Tras despertarme de esta alucinación (¿sólo soñada?), comprendí cuál es la única solución al dirigirme hacia mi trabajo donde me ocupo de temas educativos. Pero me surgió una última duda: ¿Estamos consiguiendo que nuestros dirigentes se dejen de discusiones bizantinas y se ocupen del futuro más allá de una legislatura a través de la mejora de la educación primaria, secundaria, profesional y universitaria para toda la ciudadanía durante toda su vida?
Versión final en: http://mikel.agirregabiria.net/2005/realidad.htm
Los hay viejos, pero inmaduros
- Eres inmaduro, Phil. - ¿En qué forma soy inmaduro? - Emocionalmente,... intelectualmente... y sexualmente. - Sí, ¿pero en qué otras cosas? |
Woody Allen, Bananas. |
Trabajar es salud
"Si trabajar es salud, entonces... ¡que trabajen los enfermos!". |
Oído al pasar. |
Lo malo de trabajar demasiado, es que uno se convierte en personaje secundario de su propia vida.
Tiempos modernos
Y así se va el tiempo... viendo todo tipo de televisiones...
Imagen tomada de entre las mejores de Flickr.
Hijos, la esperanza de los padres
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