La elección de estudios de los hijos es tema de conversación entre amigos, y más en los reencuentros del verano.
Los padres de hoy día solemos dejar elegir libremente, como no puede ser de otra manera, a nuestros hijos su opción académica. La pregunta usual suele ser: Hijo, ¿qué quieres estudiar ahora, tras concluir tus estudios (de ESO, de Bachillerato, u otros)?
Con esta pregunta única el resultado habitual corre el peligro de conducir hacia opciones amenas de estudiar, livianas de aprobar, en profesiones idealizadas,… con alto paro y escasa inserción laboral. Todo ello, al concluir los estudios sin expectativas profesionales, genera mucha frustración personal, familiar y un despilfarro social en años perdidos, subempleos y trabajos que nada tienen que ver con la visión soñada que se imaginó en la juventud.
Del autoritarismo de antaño (¡tú estudiarás Derecho, como tu abuelo y como yo!), se ha pasado al desentendido lema de que “ellos elijan que saben más que nosotros y así, en todo caso, ellos asumen su decisión”. Quizá una fórmula más equilibrada, que ayude a nuestros hijos e hijas a elegir por sí mismos pero mejor orientados, sea enunciar el dilema mediante dos preguntas:1ª ¿Quieres trabajar en lo que decidas estudiar?2ª De acuerdo con tu respuesta anterior, ¿qué prefieres estudiar?O sintetizado en una sola pregunta: ¿De qué quieres trabajar?
Versión final en: mikel.agirregabiria.net/2006/preguntas.htm