Puede que nunca dejen de soplar tentadores vientos de venganza, pero más gloriosa victoria que el talión es el perdón.
La represalia es un salvaje estilo de justicia. Es muy difícil vengarse, si no se quiere mancharse con una sangre indigna. No se venga una vileza, cometiendo otra. El mejor modo de vengar una injuria es no parecerse nunca a quien la cometió.
La venganza es un sentimiento propio de almas débiles o debilitadas; nunca se cobija en los corazones grandes. La venganza es un placer que sólo dura un instante; por el contrario, la generosidad es una felicidad perdurable y contagiosa. La persona juiciosa no busca vengarse de sus enemigos; deja este cuidado a la vida. Toda maldad es vengada en la tierra.
No cabe sino una venganza, que resulta ser la más cruel: El desprecio manifiesto de revancha. Un corazón magnánimo, cuando más puede, menos se venga. El desagravio noble más escrupuloso y grave no estriba en vengarse, sino en que pudo hacerse y no se hizo. Ninguna venganza es mayor que el clamoroso silencio de un perdón fecundo. Lo supremo quizá sea olvidar a quien nos dañó. Como dijo Borges: “El olvido es la única venganza y el único perdón”.
La represalia es un salvaje estilo de justicia. Es muy difícil vengarse, si no se quiere mancharse con una sangre indigna. No se venga una vileza, cometiendo otra. El mejor modo de vengar una injuria es no parecerse nunca a quien la cometió.
La venganza es un sentimiento propio de almas débiles o debilitadas; nunca se cobija en los corazones grandes. La venganza es un placer que sólo dura un instante; por el contrario, la generosidad es una felicidad perdurable y contagiosa. La persona juiciosa no busca vengarse de sus enemigos; deja este cuidado a la vida. Toda maldad es vengada en la tierra.
No cabe sino una venganza, que resulta ser la más cruel: El desprecio manifiesto de revancha. Un corazón magnánimo, cuando más puede, menos se venga. El desagravio noble más escrupuloso y grave no estriba en vengarse, sino en que pudo hacerse y no se hizo. Ninguna venganza es mayor que el clamoroso silencio de un perdón fecundo. Lo supremo quizá sea olvidar a quien nos dañó. Como dijo Borges: “El olvido es la única venganza y el único perdón”.
Versión final: mikel.agirregabiria.net/2006/venganza.htm