Lenguas y gastronomías

Las grandes culturas, de todos los tiempos, se erigen sobre factores sociales tales como la extensión de su idioma y de su cocina.

Quizá el mejor exponente secular de una cultura longeva y dispersada sea la china, con variantes dialectales de millones de hablantes y con aún más millones de comensales en sus restaurantes chinos, presentes en cualquier rincón de los cinco continentes. Algo parecido, aunque en menor extensión, sucede con las tradicionales lengua y gastronomía japonesas. Incluso, la lengua y cocina francesas son de gran predicamento, más la segunda que la primera, especialmente entre la refinada élite cultural de muchas naciones occidentales.

No siempre van parejas la universalidad de idioma y cocina. Un contraejemplo es la cocina vasca, mucho más conocida y reconocida que la lengua vasca (euskara). Otro caso es el inglés, la más generalizada y planetaria “lengua vehicular”, que no se corresponde en absoluto con la presencia de “comida inglesa” en ningún lugar del mundo, ni siquiera en el Reino Unido. Sólo se salva el desayuno inglés (English breakfast), imprescindible para sobrevivir al ayuno obligado tras ver los británicos “fish and chips” (pescado rebozado con patatas fritas). No en vano, el escritor francés Pierre Daninos apuntó con saña que “los ingleses inventaron la sobremesa para olvidar la comida”. La paradigmática variante anglosajona de “fast food” (comida rápida o basura), sí podría considerarse el exponente globalizado de la cocina… norteamericana. Este tipo de nutrición de subsistencia, sin exquisitez gastronómica, no facilita la sobremesa (propia de "slow food").

Afortunadamente, en la sobremesa puede emplearse lenguas de origen cultural distinto al de la gastronomía degustada. No en vano vivimos un siglo multilingüe, intercultural y multiétnico. Algunos ya estamos añorando algunas sobremesas plurilingües tras una variada comida internacional, que con suerte propiciarán las próximas vacaciones…

Versión para imprimir: mikel.agirregabiria.net/2007/gastronomia.DOC

Bullitt (La persecución de coches más famosa del cine)


La película más recordada por la escena central a través del centro de San Francisco. La escena mantiene a Bullit en un Ford Mustang GT-390 largo de color verde oscuro, persiguiendo a dos asesinos a sueldo en un Dodge Charger R/T negro.

Ellas leen más que ellos

Tras haber leído aquí (makelele.wordpress.com) que están muy desequilibrados los resultados de búsqueda de “girl reading” versus “boy reading”, extiendo la comparativa a Flickr con "niña leyendo" frente a "niño leyendo" (gana 6 a 3, el doble) y con "chica leyendo" frente a "chico leyendo" (gana 3 a 1, el triple). Aunque parece que se equiparan los hallazgos con "reading" o "escribiendo",... En todo caso, todos y todas debemos leer más, y escribir más,... y mejor.

Tendencias de Desarrollo Humano

Impresionante y magnífica presentación sobre la evolución histórica de la distribución de la pobreza en el mundo. Podéis pinchar AQUÍ para verla. Es de Gapminder, página de la que se habla en MakePovertyHistory! y en la que hay información muy valiosa y bien presentada.

Educando a genios: Especialización muy precoz

Laszlo Polgar, un psicólogo húngaro quiso enseñar al mundo lo fácil que era crear genios. Pasó parte de su vida estudiándolos, hasta comprobar que tenían en común una especialización a temprana edad. Opinaba que el sistema escolar sólo producía mentes mediocres.

Para su experimento concertó una boda con una pedagoga con la que había tratado el tema. Sus hijas serían educadas sólo para el ajedrez, sin ir a la escuela. Escogió el ajedrez porque era un arte, una ciencia y un deporte con resultados ponderables. (Recogido de Blog-de-notas). Actualización: A pesar de la cita, algunos de los allegados a este blog parecen haberse molestado, pero nuestro interés por Judit Polgar es antiguo.

Los tres cubiertos en uno




El utensilio llamado light my fire spork fue ideado por un diseñador sueco llamado Joachim Nordwall.

Mi árbol preferido: Baobab


Entre todas las especies arbóreas, hay listas de preferencias.

Por "El Principito", por su tamaño versátil (desde bonsai hasta 40 metros), por su forma, por su longevidad (significa 'árbol milenario') y por su majestuosidad, algunos preferimos como árbol el baobab africano, tan numeroso en las zonas áridas subsaharianas.

24-M: No me apunto... al Día del Apagón Digital Mundial