14 de octubre de 1967: Se rompe la barrera del sonido
En esa fecha se rompió un mito. Una frontera que anteriormente se creía infranqueable. El Bell X-1, originalmente XS-1, fue el primer avión en superar la velocidad del sonido en un vuelo horizontal. Fue el primero de los llamados aviones X, una serie de aeronaves diseñadas para probar nuevas tecnologías y generalmente mantenidas en estricto secreto. El 14 de octubre de 1947, el piloto Charles Yeager de la USAF voló en el avión #46-062, que recibió el nombre de Glamorous Glennis. La aeronave, impulsada por un motor de cohete, fue lanzada desde el vientre de un B-29 modificado y planeó hasta aterrizar en una pista.
El intrépido soñador
Dos vidas tenemos, la despierta y la onírica, que sabiendo conjugarlas pueden enriquecerse mutuamente y mejorar nuestra existencia.
Era una persona normal, como tú o como yo. Cada día caminaba, entonando su canción. Así se levantaba, y forjaba su labor. Anónima y sencilla, pero siempre con tesón. Pero su trabajo cotidiano, no era única afición. Cuando se acostaba y se dormía, despertaba… su inmensa imaginación.
Al cerrar los ojos escogía… un caballo de ocasión. Rocinante o Platero, pero en manos de Strogoff. Acostado cabalgaba, el osado soñador. A gestas de héroe sobrevivía, en su nocturno guión. Aventuras incansables, con todo su gran fragor. A sí mismo veíase, cual quijote salvador. Cristóbal capaz de emular… al mismísimo Colón. El demostrado heroísmo que desplegaba, alentaba su ilusión. Tras soñar lo imposible, despertaba de un tirón. De la cada gesta recordada, renacía su vigor.
De día parecía un cordero; de noche,… era un león. Cada jornada necesitaba su ensueño, como la luna… al sol. Visto por la calle aparentaba… ser sólo un pobre peón. Sólo la humilde presencia, ocultaba su valor. Eso pretendía, como hace el mejor actor. Sólo observando de cerca… se advertía su fervor. Sus ojos descubrían… un insólito fulgor. No mantenía una sola vida, tenía encendidas dos. El secreto de su energía… era simplemente amor.
Versión para imprimir en: mikel.agirregabiria.net/2007/sonador.DOC
Era una persona normal, como tú o como yo. Cada día caminaba, entonando su canción. Así se levantaba, y forjaba su labor. Anónima y sencilla, pero siempre con tesón. Pero su trabajo cotidiano, no era única afición. Cuando se acostaba y se dormía, despertaba… su inmensa imaginación.
Al cerrar los ojos escogía… un caballo de ocasión. Rocinante o Platero, pero en manos de Strogoff. Acostado cabalgaba, el osado soñador. A gestas de héroe sobrevivía, en su nocturno guión. Aventuras incansables, con todo su gran fragor. A sí mismo veíase, cual quijote salvador. Cristóbal capaz de emular… al mismísimo Colón. El demostrado heroísmo que desplegaba, alentaba su ilusión. Tras soñar lo imposible, despertaba de un tirón. De la cada gesta recordada, renacía su vigor.
De día parecía un cordero; de noche,… era un león. Cada jornada necesitaba su ensueño, como la luna… al sol. Visto por la calle aparentaba… ser sólo un pobre peón. Sólo la humilde presencia, ocultaba su valor. Eso pretendía, como hace el mejor actor. Sólo observando de cerca… se advertía su fervor. Sus ojos descubrían… un insólito fulgor. No mantenía una sola vida, tenía encendidas dos. El secreto de su energía… era simplemente amor.
Versión para imprimir en: mikel.agirregabiria.net/2007/sonador.DOC
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