Nuevamente organizada por la ONCE en Bilbao, hemos vuelto a vivir una convocatoria de solidaridad en un ambiente festivo, intentando sensibilizar al conjunto de la sociedad sobre la eliminación de las barreras urbanísticas y arquitectónicas. Los corredores en parejas han recorrido una distancia aproximada de un kilómetro, unidos por un testigo, en el que uno hace de guía y el otro, que tapa sus ojos con un antifaz, de ciego, con lo que se imita la forma en la que los ciegos totales practican las carreras en atletismo. El nombre de los “cascabeles” procede de que el guía lleva uno de ellos en su muñeca. Al final de la prueba la ONCE entrega una placa a aquella institución o Entidad que más haya hecho durante el año por la eliminación de barreras, habiendo correspondido este año a Bolunta, que releva al Centro de Recursos para Invidentes (CRI) que merecidamente lo recibió el año pasado, fecha en la que descubrimos esta carrera a la que esperamos no faltar nunca.