La doctrina del Destino manifiesto (en inglés, Manifest Destiny) expresaba la creencia que la nación de los Estados Unidos de América (EE.UU.) estaba destinada a expandirse desde las costas del Atlántico al Pacífico (anexionando Texas y Oregón). Sus partidarios creían que la conquista del Oeste no sólo era buena, sino también obvia (manifiesta) y certera (destino). El origen del concepto se podría remontar hasta los primeros colonos llegados desde Inglaterra y Escocia al territorio de lo que más tarde serían los Estados Unidos. En su mayoría eran de origen puritano, y cruzaron el océano convencidos que la Providencia les había encomendado una singular misión.
El término se reavivó en la década de 1890, principalmente usada por los republicanos, como una justificación teórica para la expansión estadounidense incluso fuera de América del Norte. También fue utilizado por los encargados de la política exterior de EE.UU. en los inicios del siglo XX, y aún perdura en la ideología política bajo la creencia de una «misión» estadounidense para promover y defender la democracia a lo largo del mundo. (Arte en USA)