Alucina en colores
El Ejército de Salvación (norteamericano, claro está), para sus benéficos fines, vende ropa en colores (no te pierdas la música del color rojo). Link. Vía: Mira y calla.
Gente con algún don, como Daniel Tammet
Existe gente real cuyas capacidades demostradas superan la más extrema ficción. Daniel Tammet es un caso de "autista sabio" (definido como síndrome de Asperger), capaz de recitar 22.000 decimales del número PI o de aprender islandés en una semana, sin mencionar su sorprendente talento en el ámbito de la sinestesia. Una historia similar a la de la película Rain Man es una realidad narrada en primera persona por Daniel Tammet , en su célebre libro Born on a Blue Day (Nacido en un Día Azul). Otro "fenómeno" es Brad Williams (el "hombre Google"), pero lo suyo es otra historia... real.
Restaurante sin humo (Bilbao)
Iniciamos un álbum en Flickr de cafeterías y otras zonas libres de humo, como el Restaurante Berton en el Casco Viejo de Bilbao (c/ Jardines 11, Bilbao). Su decisión fue noticia en medio de un panorama de escaso éxito de una tímida Ley Antitabaco que ha cumplido un año sin apenas efectos reseñables en cuanto a librar de nicotina los espacios sociales. Buenos pintxos y un menú variado de calidad con el precio justo.
La habitación de Marvin
Una conmovedora conversación entre las dos hermanas (Bessie interpretada por Diane Keaton y Lee, representada por Meryl Streep) ofrece la mejor dimensión del amor, que siempre es correspondido, al menos, por su misma vivencia:
Bessie: He tenido tanta suerte de tener (que cuidar) a papá (Marvin) y a Ruth. He tenido tanto amor en mi vida...
Lee: Ellos te quieren mucho...
Bessie: No. No quiero decir eso, no... Me refiero al amor que yo he tenido por ellos, he tenido tanta suerte de haber podido amar a alguien...
Todo lo vence... el amor
La cita de Virgilio supera a todas las demás.
Actualización a partir de un comentario (ver abajo) remitido por el profesor Magnus Moser: La imagen procede de un proyecto realizado en un colegio suizo, web www.osduedingen.ch, que puede verse en alemán en su apartado Treffpunkt / Latein.
Actualización a partir de un comentario (ver abajo) remitido por el profesor Magnus Moser: La imagen procede de un proyecto realizado en un colegio suizo, web www.osduedingen.ch, que puede verse en alemán en su apartado Treffpunkt / Latein.
El gitano agitado
Hoy, aun estando de baja laboral, me he presentado a un examen. En la entrevista final, he revivido una sensación extraña pero conocida.
Un examen oral, última fase de una larga prueba, me ha recordado aquella historia verídica de un popular gitano. Aquel viejo calé se había propuesto muchas veces obtener el carné de conducir. Una vez más, en medio de gente muy joven, esperaba angustiado el momento de sentarse en el pequeño coche de la auto-escuela, con el que tanto había practicado.
Llegado el examinador y sentado atrás, le indicaba por dónde transitar o aparcar. Arrancaba, conducía despacio, trataba de cumplir con todo lo reglamentado por el código de la circulación,… Pero siempre le pedían parar y le suspendían. Algo que no había tenido en cuenta, el nerviosismo evidente, y algún error imperdonable en el ejercicio final. Lo había sufrido demasiadas veces y parecía predestinado a pifiarla en cualquier ocasión que lo intentase.
Triste, desolado, se le veía marchar a aquel hombre maduro de piel aceitunada. Cabizbajo, negando con la cabeza, arrepintiéndose de haber venido de nuevo para repetir su fracaso. Así fue caminando,... hasta su gran furgoneta con la que diariamente recorría cien kilómetros, de mercadillo en mercadillo, ejerciendo honrada y cumplidamente su profesión de célebre vendedor ambulante.
Nuestro amigo gitano no lograba entender qué le sucedía. No podía alcanzar que entre la gente incomprendida, como somos muchos (del pueblo gitano o no), se agitan almas tan grandes que, en un prosaico mundo (de payos o no), a veces no brillan.
Versión para imprimir en: mikel.agirregabiria.net/2008/gitano.DOC
Un examen oral, última fase de una larga prueba, me ha recordado aquella historia verídica de un popular gitano. Aquel viejo calé se había propuesto muchas veces obtener el carné de conducir. Una vez más, en medio de gente muy joven, esperaba angustiado el momento de sentarse en el pequeño coche de la auto-escuela, con el que tanto había practicado.
Llegado el examinador y sentado atrás, le indicaba por dónde transitar o aparcar. Arrancaba, conducía despacio, trataba de cumplir con todo lo reglamentado por el código de la circulación,… Pero siempre le pedían parar y le suspendían. Algo que no había tenido en cuenta, el nerviosismo evidente, y algún error imperdonable en el ejercicio final. Lo había sufrido demasiadas veces y parecía predestinado a pifiarla en cualquier ocasión que lo intentase.
Triste, desolado, se le veía marchar a aquel hombre maduro de piel aceitunada. Cabizbajo, negando con la cabeza, arrepintiéndose de haber venido de nuevo para repetir su fracaso. Así fue caminando,... hasta su gran furgoneta con la que diariamente recorría cien kilómetros, de mercadillo en mercadillo, ejerciendo honrada y cumplidamente su profesión de célebre vendedor ambulante.
Nuestro amigo gitano no lograba entender qué le sucedía. No podía alcanzar que entre la gente incomprendida, como somos muchos (del pueblo gitano o no), se agitan almas tan grandes que, en un prosaico mundo (de payos o no), a veces no brillan.
Versión para imprimir en: mikel.agirregabiria.net/2008/gitano.DOC
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