En busca de reimaginar la educación, como en el vídeo anexo donde lo que más nos fascina es la pedagogía puesta en juego (con tecnologías ya existentes, y no especialmente costosas si las medimos comparativamente con la inversión educativa), no hay horas donde no se agolpen algunas reflexiones, muy rebotadas (valga el juego de palabras) en el imaginario escolar. Quizá nos arrepintamos de escribir esto, pero es la madrugada de un día y el atardecer de una existencia, lo que lo justifica.
- Es un privilegio trabajar en educación, donde es posible encontrar tanta grandeza humana, tantos seres humanos singulares y dignos de la máxima admiración, por sus talentos tan personales y propios.
- La educación se ejerce en cada aula, en cada instante de convivencia entre iguales y diferentes. Para nuestro alumnado, para cada uno de nuestros hijos o nietos, lo más importante es su maestra o sus condiscípulos.
- El futuro de una sociedad o de la humanidad se teje cada día en las escuelas y otros centros de aprendizaje, actividad que puede ser la más gratificante que se ha descubierto en las personas.
- Escuela y sociedad se relacionan, caminan juntas, a veces más justa y solidaria una que otra, más innovadora esta que aquella, más acertada una o la otra. Pero cambian, crecen y se transforman día a día.
- Las instituciones como las personas, deben saber hacia dónde transitan, por qué, para qué, cómo, y cuándo han de tomarse las decisiones oportunas para evitar riesgos y acertar con el rumbo.
- El liderazgo educativo se ejerce por millares de docentes, discentes, familias y conjunto de la ciudadanía, pero es muy conveniente una inspirada administración educativa que escuche, descubra y adopte decisiones óptimas.
- El mayor riesgo es alterar lo superficial para que el fondo de la cuestión no cambie (la sempiterna estrategia gatopardista). Una visión macroeducativa, prospectiva certera, aplicación progresiva, impulso institucional,... son factores de éxito.
- Ya no basta trabajar en equipo como en el siglo XX, superando el esfuerzo individual. O aprendemos y ayudamos a aprender en red en la era de las personas conectadas (la esencia de Sarezkuntza), o seguiremos lastrados por intereses corporativos, compartimentos estancos,...
- Actuemos enredados con una conexión permanente de alumnado (el protagonista y el centro del aprendizaje), sus familias, el profesorado, la administración,... y el conjunto de la sociedad. Toda decisión donde no participen estos agentes es... imperfecta.
- Dediquemos los recursos humanos, los más valiosos y únicos capaces de generar riqueza humana (la clave permanente de la POLÍTICA con mayúsculas). Si una innovación global requiere una apuesta, hágase con rigor, con oportunidad y con criterio.
[Son casi las 2 a.m. y el resultado, como cabría esperar, es muy reiterativo, manido quizás, pero -ya caso sea su escaso valor- sale del alma. Si alguien más comparte, discrepa, matiza,... será muy agradecida su aportación.]
Todo esto exige escuchar al alumnado,... Con singular atención a todo lo especial, porque aprendemos lo máximo de quienes parecen más desvalidos (nuestros mayores, nuestros bebés, nuestros más genuinos, lúcidos y sinceros congéneres).