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Dos políticas y un único enemigo

Mediante el humor y la participación superaremos la política de las pesadillas con la esperanza de un futuro en paz.

Primera apuesta política: La del pasado, la de la mentira, la del odio, la de la guerra, la de las grandes portadas, la de quienes se enriquecen con la política, la de los poderosos, la del pesimismo, la del miedo a ‘los otros’, la de los bloques, la de la división maniquea del mundo en buenos y malos, en ‘nosotros y ellos’. Esta opción política sale constantemente en televisión, nos alerta del ‘eje del mal’, de los peligros que se avecinan, Disfraz infantil de moda. Si la tortura nos 'protege' debe ser algo bueno...de lo que pasaría si ellos no nos ‘protegen’,… Todo para que nada cambie, para que siga la ‘economía de guerra’ que beneficia a unos pocos mientras mata a millones (de guerra y de pobreza). Esta falsa política quiere militarizar el mundo, declarar el ‘estado de excepción planetario’, que por la ‘seguridad’ renunciemos a los derechos, a pensar, a creer que es posible un mundo mejor, más justo, más solidario, más hermanado, donde nadie esté tan desesperado que decida convertirse en terrorista.

Segunda apuesta política: La del futuro, la de la verdad, la del afecto, la de la paz, la de quienes no se asoman a la alta política, la informal, la de la buena gente, la del optimismo, la de la ilusión, la del todos somos buenos, la de hemos de salvarnos todos y juntos. Esta opción apenas se escucha, aparece en algún documental de la 2, en algún blog aislado. Pero está amaneciendo con las algunas manifestaciones desde hace algunas décadas, como gesto por la paz, con el ‘no a la guerra’, con los humoristas de viñetas o de televisión, con la gente que no se deja engañar.

El único enemigo: La indiferencia, la ignorancia y la confusión de las grandes mayorías sociales. No existen civilizaciones enemigas, ni religiones enemigas, ni pueblos enemigos. Los palestinos, ni norcoreanos, ni los árabes, ni los norteamericanos, ni los republicanos son nuestros enemigos. Ni los soldados invasores reclutados entre las capas sociales más desfavorecidas de los países ricos. Sólo son repudiables quienes se enriquecen con la violencia, con la guerra, con la militarización del mundo, con la ‘seguridad’… de que seguirá habiendo ‘guerras de defensa’ mientras se siembra el odio entre propios y ajenos.

Hemos de superar la indiferencia, esa hermana gemela de la crueldad. Nada de lo humano debe sernos indiferente. El bienestar de los demás, en nuestro barrio o en el más remoto continente, es algo que nos afecta. Eso no se combate con la salvajada de la actual inversión armamentística, ni con más policía que impida acercarse a quienes huyen de la miseria, sino con solidaridad, con respeto intercultural, mediante presupuestos para la paz y para la educación, combatiendo la enfermedad y el hambre.

Sólo podemos permitirnos armas cargadas de futuro: el humor, la ironía, el voto, la poesía que exprese nuestra necesidad de dirigentes optimistas, que prometan y se comprometan con el progreso y la felicidad. Basta de la vieja guardia de politiqueros en blanco y negro, que pregonan miedos, para asustarnos mientras se llevan el dinero. Hablando claro, aquí y ahora: Los apocalípticos dirigentes del PP, que no sus muchos votantes que deberían informarse mejor, siguen con el señuelo de la conspiración mientras hipotecan por 40 años a los jóvenes del contrato basura (clásico timo, te distraen para robarte la cartera).

También quienes creyeron en la inhumana violencia ETA están siendo convencidos de su error más por los guionistas de los programas de parodia, que muestran ridículos encapuchados demostrando que el humorismo es el realismo llevado a sus últimas consecuencias. A ETA se le está convenciendo entre todos, mejor que vencerla con más policías y jueces lo que nunca es definitivo aunque algunos aspiren a seguir con estrategias fracasadas encarcelando a todos los nacionalistas y socialistas vascos.

Los que todavía creen en la razón de la fuerza, incluido el ‘gran cowboy’, quienes le patrocinan e incluso sus adversarios pseudo-islamistas, son –además de fanáticos- anacrónicos y absurdos. Desvelemos sus falsedades, riámonos de sus modernas cruzadas (que tampoco sirvieron de nada hace siglos) y del resto de cuentos chinos (antes los malos de la película). Ridiculicemos a estos sectores neoconservadores y ultramontanos que se han adueñado con patrañas y mucho dinero negro de algunos grandes partidos. Votemos alternativas más pacifistas, más contemporáneas, más esperanzadoras. Rompamos nuestro silencio, reclamemos un porvenir mejor para toda la humanidad. Sólo así el porvenir será nuestro.

Versión para imprimir: mikel.agirregabiria.net/2006/2politicas.doc

Que no nos toque la lotería

Cada semana mucha gente espera que le toque la lotería para salir de las penurias cotidianas, pero ¡cuidado!: Hay muchas rifas en juego.

Un décimo, un cupón, o una quiniela significan participar en un juego con una probabilidad ínfima de ser agraciados. Quizá una opción entre 80.000, o una posibilidad entre varios millones. Al anunciarse el boleto premiado, y no ser el nuestro, nos llevamos la consiguiente decepción, que tratamos de enjuagar…gastando de nuevo en el siguiente sorteo.

Debiéramos considerar que diariamente participamos, queriéndolo o no, en otras muchas tómbolas. Ahora mismo están siendo adjudicados accidentes domésticos, de trabajo o de tráfico, y se están repartiendo –más o menos al azar- cánceres y otras enfermedades graves. Todos nosotros, y nuestros familiares, tenemos boletos de tan indeseables loterías y desgraciadamente con probabilidades mucho mayores que la del “gordo de navidad”.

Mejor no malgastar nuestro tiempo, dinero y esperanzas jugando a juegos aleatorios, pero si lo hacemos y no nos “toca”, consolémonos pensando la suerte que gozamos si aún mantenemos la salud, bastante más necesaria que el dinero. Definitivamente: Hay “sorteos” que conviene sortear y no acertar. ¡Mucha suerte y que no nos toque ninguna lotería!
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Versión final en: mikel.agirregabiria.net/2006/noloteria.htm

Valor de una vida

Sabemos el precio de todo y el valor de nada.

Vivimos en un momento histórico tan mercantilizado que desde muy pequeños nos enseñan a cuantificar en dinero el importe de casi todo. Parece que todo se pudiese comprar, alquilar o vender. “El precio justo” no ha enseñado a tasar mercancías y servicios, pero los noticiarios nos informan y demuestran que, desgraciadamente, también se pueden adquirir con dinero valores, principios, órganos o personas.

Había una antigua estimación que aseguraba que el cuerpo humano, por las materias químicas que lo componen, apenas valía 98 centavos de dólar. Posteriormente, a la luz de la posibilidad de fusión de la materia para producir energía eléctrica, la empresa Du Pont afirmó que con la masa de un ser humano medio se podría producir más de 85.000 millones de dólares, en kilovatios-hora facturados a precio de mercado según la ecuación de Einstein E=mc2.

Lo cierto es que el valor de una vida humana ha sido muy variable, en función de factores tan arbitrarios como la época histórica, el continente, la nacionalidad, el sexo o la edad,… Hace apenas 60 años, en Europa los nazis convertían a un ser humano, proscrito por ser judío, gitano u homosexual, en productos de utilidad para el Reich: se comercializaba su grasa para elaborar jabón, sus huesos para fabricar fertilizantes, sus cabellos para la industria textil... Sólo el campo de Auschwitz entregó 60 toneladas de cabello a una fábrica de fieltro, que pagó por ellas 30.000 marcos.

La esclavitud fue abolida, pero pervive todavía hoy día, en nuestra misma civilizada sociedad la creciente trata de personas, impunemente por “razones macroeconómicas de globalización” que justifican el trabajo infantil o para la omnipresente explotación sexual. Y se han amplificado las migraciones impulsadas por el subdesarrollo y la miseria, enmascaradas por necesidades del mercado laboral o simples motivos de servidumbre doméstica. Éxodos desatados por intereses financieros y, al tiempo, combatidos con pretextos de delincuencia congénita; destierros masivos donde la vida de los afectados no vale casi nada.

Incluso los tribunales o las compañías de seguros establecen cuantías muy variables para compensar la muerte en accidente de dos personas similares, solamente por el hecho de que uno sea un ejecutivo y el otro un vagabundo, o porque uno sea un adulto y otro un anciano o un niño. No valen lo mismo un soldado norteamericano o uno iraquí, o dos civiles de ambos países, ni se toma la Humanidad el mismo cuidado en su educación y ni siquiera en su sepelio. Por no citar la aberración que representa la proliferación de los abortos provocados, aunque se respete y compadezca a quienes transigen con ello.

Todos creemos en el valor infinito de cada vida humana. Para muchos, las personas fuimos creadas a imagen y semejanza de Dios. Pero, ya sea porque existe un Ser Supremo o porque existen otros seres humanos, lo ineludible es que todos nos debemos al cuidado de nosotros mismos y de los demás. Los dos primeros artículos de la Declaración Universal de Derechos Humanos lo condensan admirablemente en dos frases dignas de ser aprendidas de memoria: “Todos los seres humanos nacen libres e iguales en dignidad y derechos y, dotados como están de razón y conciencia, deben comportarse fraternalmente los unos con los otros. Toda persona tiene todos los derechos y libertades proclamados en esta Declaración, sin distinción alguna de raza, color, sexo, idioma, religión, opinión política o de cualquier otra índole, origen nacional o social, posición económica, nacimiento o cualquier otra condición”. Ojalá que algún día se cumplan en toda su extensión tan excelsos deseos.

El último Scott Fitzgerald

El verano es tiempo de lectura para descubrir la lucidez de un genio derrumbado.

Mucho se ha escrito de Francis Scott Fitzgerald y de su obra. Hay quienes creen que su inseguridad crónica le impulsó hacia un ansia de gloria desde muy joven y hasta su prematura muerte a los 44 años. Conoció la consagración literaria máxima con "El gran Gatsby" a los 29 años, para descender a los infiernos del olvido pocos años después.

Fitzgerald, el autor más representativo de la 'Generación Perdida' con Faulkner y Hemingway, tuvo una vida fallida, según algunos críticos, aunque reconocen que en ella alumbró algunas de las obras maestras de la literatura de todos los tiempos. Su existencia fue una fábula sensible y satírica sobre la persecución del éxito y el colapso del 'sueño americano'. Su existencia se deslizó raudamente desde una niñez de escritor precoz en internados católicos, un breve pase por Princeton y su servicio militar en Alabama, donde se enamoró de Zelda, la flapper arquetípica que representaría, con él, la historia glamorosa del jazz y el charlestón.

La doble biografía de la escandalosa pareja Fitzgerald fue corta y trágica ("Nuestro amor fue único en un siglo"). Intérpretes de los felices años '20, su historia resume buena parte del espíritu contradictorio del siglo XX: del esplendor a la miseria, de la gloria a la desintegración. Protagonistas de un ascenso fulminante a los laureles literarios, todo hacía augurar una larga y feliz existencia, habitual en los escritores bendecidos. Pero el "crack del 29" también se cruzó en su camino. Mientras dilapidan frívolamente el dinero, Zelda va deslizándose hacia la locura y él se alcoholiza. El 21 de diciembre de 1940, Scott muere exhausto frente a la máquina de escribir.

El corazón humano posee esperanzas, ambiciones y anhelos infinitos imposibles de satisfacer, y sigue luchando a pesar de obstáculos y fracasos. De ahí que la tragedia de estos dos artistas, además de despertarnos temor y piedad, también nos inspire admiración y coraje. La última etapa del Scott Fitzgerald maldito, fue la de la sabiduría profunda, no en sus actos, sino en sus escritos. El heterodoxo Scott describe su particular infierno: "Todos los dioses muertos, las guerras combatidas y la fe en el hombre destruida". Aún en plena decadencia, persiste en relatarnos su vitalidad ("El amor a la vida es esencialmente tan incomunicable como el dolor"), con clarividentes consejos que resuenan como puñetazos luchando contra la maldición de saberse autodestruido.

Sus citas son tan expresivas como los títulos de sus obras. Recordemos algunas: "En la noche negra del alma siempre son las tres de la madrugada", que invariablemente nos atormenta a los insomnes; "Enséñame un héroe y te escribiré una tragedia"; "El dinero ha aniquilado más almas que el hierro cuerpos", ¡cuán cierta!; "Y así vamos adelante, botes contra la corriente, incesantemente arrastrados hacia el pasado", lírica y gráfica; "Es preferible fiarse del hombre equivocado a menudo, que de quien no duda nunca"; "En las cosas no existe la esperanza, y, sin embargo, hay que estar decidido a cambiarlas"; o "La vitalidad se revela no solamente en la capacidad de persistir sino en la de volver a empezar"

Alegre y despreocupado en la etapa del sueño realizado, cuando parecía un triunfador enamorado de la opulencia, su prodigiosa capacidad residía ocultamente en un concienzudo y persistente esfuerzo por escribir extrayendo del lenguaje tonos más exquisitos y puros que los nunca antes logrados. Suya es la frase: "Puedes acariciar a la gente con palabras". Su mejor lección nos la transmitió en una carta a su adorada y única hija Scottie: "Prescinde de la opinión de la gente. No te preocupes por el pasado. No te preocupes por el futuro. No te preocupes por el triunfo. No te preocupes por fracaso,… a menos que sea culpa tuya".

Aritmética elemental

Parece que hemos olvidado algunas operaciones matemáticas básicas, por lo que un repaso aplicado será muy provechoso.

Se supone que al acabar la enseñanza primaria todos sabemos las cuatro reglas. Pero nuestro comportamiento cotidiano demuestra que no las comprendimos bien. Veamos algunos casos prácticos, especialmente dirigidos a los jóvenes, que se supone han cursado toda la enseñanza secundaria obligatoria (ESO). Ejemplos de operaciones vitales:

Sumas. Si vamos adicionando tiempo o dinero con pequeños ingresos, esta inversión o ahorro puede acumular una cantidad importante si se persevera en la dedicación de los minutos aprovechados y si no se malgastan inmediata e infructuosamente los euros conseguidos.

Restas. Si nos despertamos muchos días con sueño, será necesario aumentar el número de horas que dormimos. Si la hora de levantarse está fijada, habremos de acostarnos antes, para que la diferencia entre ambos momentos nos permita descansar el tiempo necesario.

Multiplicaciones. Repitiendo pequeñas acciones o adquiriendo buenos hábitos (lectura diaria, trabajo constante, ahorro cotidiano,…) se logra multiplicar por un alto factor las capacidades propias y que sea notablemente mayor el producto final de nuestros esfuerzos.

Divisiones. Si partimos un objetivo grande en pequeñas porciones, como dividir un buen libro entre los días de una semana o estudiar una carrera en unos años, podremos alcanzar aquello que antes nos parecía inabordable.

Operaciones mixtas (dedicadas a adultos). Si no llega el dinero a fin de mes, y dado que el número de días está fijado por el calendario, sólo quedan como opciones factibles: sumar más ingresos, restar algunos gastos, multiplicar el trabajo o repartir mejor el sueldo a lo largo del mes. Lo mismo con el escurridizo tiempo: Si la vida se nos escapa sin gran provecho, dividamos preocupaciones, multipliquemos empeños, restemos distracciones y sumemos afectos. Confiemos que esto demuestre que las matemáticas son de aplicación en todo tiempo, para todo y para todos.
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Menos es más

¡Alto! ¿Adónde vamos con tanta precipitación?

Antecedido por profusas apelaciones de las diferentes religiones al ascetismo y a la sobriedad, fue el poeta Robert Browning quien acuñó la frase: "Less is more” (menos es más). Recientemente desde el vanguardista universo cultural californiano, la revista “Coevolution” de híbrida influencia budista-hippie mantuvo que la gran sabiduría era coexistir con simplicidad voluntaria y austeridad franciscana. El redescubrimiento postmoderno de los bíblicos lirios del campo y las aves del cielo. Así nació el neologismo “downshifting” (­que podría traducirse por cambiar a menos o desacelerar), con la fuerza de que sólo un término anglosajón sabe condensar y propagar.

Fue un movimiento de reacción contra la cultura yuppie de los “workcoholics”, adictos al trabajo. La resurgida pintada del mayo del ‘68: “No consumáis, no trabajéis”, como respuesta a la estresada vida del trabajador contemporáneo, regida por lo que Max Weber definió como el espíritu protestante generador del capitalismo, según el cual para que Dios nos quiera y acepte en el cielo previamente hemos de demostrar el triunfo en la tierra. Dos autores, Vicki Robin y Joe Domínguez, aportaron su grano de arena en la lucha contra el consumismo con un libro-guía de título sugerente, “La bolsa o la vida”, best-seller durante años. Se convirtieron en portavoces de una forma de vida más sencilla, en busca de la frugalidad, renunciando a caprichos y, en su caso, proponiéndose literalmente vivir de las rentas. Con esta fórmula detectaron de cuánto se puede prescindir, en sueldo y horas de trabajo. Buscaron un equilibrio vital más satisfactorio, si bien la fórmula americana no es trasplantable a la mentalidad europea, donde lo laboral cumple funciones de autoafirmación y de contribución al desarrollo social.

Desde el empacho de la abundancia inventamos el “lujo” de prescindir, de vivir con modestia para pensar con grandeza. Renunciando a competitivos puestos de inacabable jornada laboral, para descubrir recónditas vocaciones idílicas de bajo rendimiento económico, pero alta gratificación personal. Incluso los hábitos más simples de alimentación cambian drásticamente, para ganancia de salud y tiempo. El giro nutricio pasa del rojo al verde, del sangrante filete de búfalo al verdor de la huerta ecológica, renunciando a la pesada dieta chamuscada de cancerígena barbacoa, rebozada en colesterol y endulzada con azúcares industriales. O la parquedad del hogar con espacios vacíos frente a la opulencia sobrecargada de cachivaches tan suntuosos como inútiles. La existencia relajante requiere silencios en estancias desiertas, como la arquitectura minimalista de Mies van der Rohe, para dar cabida a la vida humana.

El dinero no da la felicidad, decimos los pobres… y es verdad. Sólo tenemos una vida, que está sazonada de pequeñas alegrías. Nuestra existencia merece algo más que diez horas de trabajo, dos de atasco, una de engullir, otra para arreglarse (eso quienes tengan arreglo) y, con suerte, ocho de sueño, que suman veintidós horas diarias. Apenas restan 120 minutos de “vida” por jornada. El mandato se decanta hacia “vivir más con menos dinero”, cambiar nivel de vida por calidad de vida. En definitiva, la versión modernista del hombre feliz que no tenía camisa o de las comunidades fundadas sobre la pobreza.

Un consejo: Limpiemos nuestra vida de lo superfluo. Un método simple es la mudanza ficticia. Imaginamos que cambiamos de vivienda, y empaquetamos las pertenencias de un cuarto, dejando el aposento "lleno de aire, como vino al mundo". Entonces recuperamos sólo lo indispensable, desembarazándonos de lo sobrante. Es muy recomendable esta limpieza cada año. Librémonos de viejos papeles y trastos, que están obstruyendo nuestro ambiente.

Felices los que tienen tiempo para sonreír, o para ir a casa y jugar con sus hijos creciendo. Menos horas de trabajo significan más tiempo con la familia. Seamos como niños sorprendidos que se detienen para observar algo nuevo en cada paseo, sin prisas. Levantemos ligeramente el pie del acelerador de nuestra vida para oír música, leer por placer, meditar un poco, escuchar y acompañar a los demás. Vivir es un arte donde al final descubrimos un axioma: “Sufro lo que negué y lo que guardé, perdí. Tuve lo que gasté, pero siempre tendré lo que di”.

Equitativa felicidad

Vivimos una pandemia contemporánea de desencanto que llena las salas de espera de los psiquiatras con personas insatisfechas, deprimidas o angustiadas. Parecemos condenados, porque confundimos la felicidad con el espejismo del placer o la posesión de bienes externos. En pos de esa meta final, muchos recurren a “atajos” como las drogas o la acumulación de dinero. Pero la felicidad es un camino que sólo descansa sobre la verdad.

Existen muchas teorías sobre qué es la felicidad, y quizá aún más sobre cómo conseguirla, porque no es la felicidad sino la desgracia quien obliga a filosofar. Elaborar nuevas hipótesis resulta fácil y cada persona cuenta con su versión particular de lo que significa ser feliz. Por mi parte, hace años que mantengo una firme creencia, simple, consoladora y tranquilizadora: Todos somos igual de dichosos, o expresado de otra forma, la felicidad es el bien mejor repartido del mundo, porque está equitativamente distribuido.

Esta suposición inicialmente resulta difícil de creer, porque la felicidad parece un privilegio reservado a determinadas personas que parecen tenerlo todo: dinero, éxito, salud, familia, amor, fama,… mientras existen pobres de solemnidad, enfermos, solos y abandonados. Incluso parece haber sociedades enteras que chapotean en la prosperidad, mientras otros pueblos son aniquilados por el hambre, las plagas y el olvido.

Seguramente cualquier teoría sobre el reparto del bienestar debe partir de una definición plausible de qué es la felicidad. No existe expresión que tenga más acepciones: cada uno la interpreta a su manera, y dicen que valemos lo que vale nuestro concepto de bienestar. La felicidad parece venir acompañada del triunfo personal y social y de la ausencia de problemas, pero no es una suma de factores tan objetivos. A veces, con todo a favor sentimos la tristeza y en otras ocasiones, en medio del dolor y de las dificultades, percibimos la alegría. Y es que la felicidad es una función interior, un mecanismo implantado que aporta optimismo aun en circunstancias desfavorables. “¿Por qué buscáis la felicidad, oh, mortales, fuera de vosotros mismos?”, señaló Boecio.

Los autores clásicos apuntan hacia una felicidad episódica. Frost creía que “la felicidad es más intensa cuanto menos extensa”; Dostoievski que “la ley de la tierra es que el hombre debe ganar su felicidad mediante el sufrimiento” y Shaw que “ningún ser viviente podría soportar una vida entera de felicidad”. También los proverbios abundan en la idea de felicidad y desgracia discontinuas: “Felicidad de hoy, dolor de mañana”; o “cuando se es feliz es cuando hay que tener más miedo; nada amenaza tanto como la felicidad”. Parece que el ser humano se compensa con una función intermitente que adormece o aviva la sensación de felicidad según la situación sea halagüeña o desventurada. Este concepto de felicidad equitativa no pretende ser paralizante, sino estimulante de una existencia activa que no se malgasta en ilusorias envidias y que se dedica a la solidaridad y la ayuda hacia todos los demás.

El corazón humano conoce en este mundo solamente una felicidad: amar y ser amado. El amor es encontrar en la felicidad de otro, la propia felicidad. Del mismo modo que produciendo riqueza nos ganamos el derecho a consumirla, sólo disfrutaremos la felicidad cuando la procuremos a los demás. Cuántas vidas se desperdician rebuscando una felicidad que ya se tiene, pero que no se ve. La felicidad verdadera consiste en amar lo que tenemos, no las cosas sino las personas con las que convivimos, sin apenarse buscando absurdas quimeras que creemos que nos faltan. El secreto de la felicidad reside en el infinito e inagotable amar.

Fiebres de diciembre

Cuidémonos de los dos extendidos timos navideños: la ‘tontería nacional’ y la ‘ilusión monetaria’.

La “cuesta de enero” se genera en el “consumismo de diciembre”, cuando se juntan dos tradicionales y generalizadas estafas. En primer lugar, el ‘impuesto a la pobreza’ en forma de loterías de Navidad y del Niño, donde gastamos sumas ingentes de dinero que sólo sirven para crear algún nuevo rico a base de que muchísimos infelices nos hagamos más pobres.

En segundo lugar, para quienes disponen de la “paga de navidad”, se produce lo que los economistas denominan la ‘ilusión monetaria’, por no aumentar el poder adquisitivo a pesar de recibir más sueldo. Al crecer en masa el salario de la población activa los productos se agotan antes, por lo que incrementan su precio. En diciembre con una nómina doble pagamos unos precios doblados en regalos y celebraciones. El truco es que con más dinero sólo compramos lo mismo.

Mejoremos fácilmente nuestra calidad de vida con dos simples consejos:

1º Nunca apostemos a ningún juego de azar. Mejor ingresar el dinero de quinielas y loterías en una hucha que abriremos en enero para recoger lo jugado en un año. Nos sorprenderemos de cuánto acumula y de que siempre toca.

2º Guardemos la paga extra hasta que termine la época de consumo desbocado en la campaña navideña. La misma paga que se evapora en diciembre, se cuadruplica en las rebajas de enero, cuando bajan notablemente los precios.

A la familia y a las amistades podemos regalarles desde este año 2004 una verdadera navidad de calidad, no de cantidad, con pequeños y originales obsequios hechos por nosotros mismos o buscados con antelación y cuidado. Recordemos que siempre el mejor regalo es compartir nuestro tiempo y afecto con los nuestros.

Enero, me temo

El enero verbenero que venero tiene un poco de lunes, algo de relevo y mucho veneno de los almaceneros.

Ha llegado enero con toda su corte de subidas generalizadas de los servicios públicos y privados. Todo sube, menos nuestros salarios que se siguen negociando y cuya subida, aunque sea retroactiva, se producirá de golpe con un nuevo efecto de “ilusión monetaria” que incitará al despilfarro. Los grandes almacenes están de acuerdo con el zar Nicolás I, cuando tras la derrota de Napoleón señaló que “Rusia tiene dos generales en los que puede confiar: Enero y Febrero”. Todos sabemos que la única poesía mágica en nuestras vidas la pone “El Corte Inglés”, que –además de felicitarnos indefectiblemente en los aniversarios- nos ofrece rebajas y abundantes “semanas fantásticas” a lo largo del año.

La “cuesta de enero” se produce por dos motivos concurrentes: 1º Las fuerzas que promueven el consumismo desbocado son mucho más poderosas que los esfuerzos por educar en el consumerismo. Nos adelantan la paga extra con el mensaje tácito de que se puede dilapidar, bajo el aluvión de anuncios para toda la familia. 2º Porque somos débiles seres sociales, demasiado influenciables por nuestros convecinos y, al alimón, caemos gozosos en el dispendio de los excesos navideños. Si no cometemos algún exceso, ¿qué tendríamos para presumir al final de las vacaciones?

Para nuestro consuelo, o desdicha, se nos ofrecen las rebajas de enero, teóricamente justificadas en la necesidad de dar salida a los artículos de fuera de temporada. Pero frecuentemente caeremos en otra trampa de consumo descontrolado, porque nos han habituado a gastar compulsivamente como fuente de placer, especialmente cuando nos fallan los verdaderos mecanismos de la felicidad, como amar y ser amados, como ayudar y ser ayudados, o compartir lo propio.

Por todo ello, el sentido de la “cuesta de enero” no es sólo de naturaleza económica, sino esencialmente de carácter psicológico. Tras la mala conciencia por el injustificado dispendio en gasto y en comilonas, lo que nos espera a la vuelta de enero es la rutina del trabajo cotidiano, sin esperanzas de vacaciones hasta la Semana Santa. Surge el síndrome post-navideño, esa depresión pesimista de la tarde del domingo amplificada quince veces. A la tercera semana de enero, cuando ya nos hemos reprogramado, el viento invernal ha arrumbado los utópicos objetivos que nos planteamos cuando tomábamos las uvas del 31 de diciembre, con el habitual propósito de ''año nuevo, vida nueva''.

¿Soluciones para escalar la cuesta de enero? Racionalizar todo el presupuestario personal y familiar, reservando una partida para el ahorro, Adicionalmente siempre cabe la anulación de gastos innecesarios, como el tabaco, el alcohol, el transporte privado o la automedicación, que además de insanos son sumamente caros en dinero, tiempo y vida. Con ello mejoraremos simultáneamente nuestra cartera y nuestra calidad de vida. También es sumamente importante preservar a los más pequeños de la casa para evitar su contagio de nuestra fiebre consumista.

Recordemos que John Kenneth Galbraith, el famoso economista, decía que "antiguamente, lo que distinguía al rico del pobre era cuánto dinero tenían en el bolsillo; mientras que ahora los distinguen las ideas que tienen en la cabeza". Quizá con su sabio consejo podamos ser un poco menos pobres, superar la cuesta de enero y esperar la primavera…

El adiós del campeón

La retirada del deportista más inteligente del siglo XX merece un análisis que trasciende lo personal de su figura.

Los que admiramos a Bobby Fischer hubimos de rendirnos hace lustros ante el talento de Gari Kaspárov, quien el pasado jueves 10-3-2005 anunció su retirada del ajedrez profesional. De la estirpe de los mejores ajedrecistas de todos los tiempos, es el último de la saga de Morphy, Steinitz, Lasker, Capablanca, Alekhine, Nimzovich, Tahl, Petrosian, Spassky, Fischer y Karpov. Su sucesor ya no será humano, sino de silicio.

Nació en Bakú, capital de Azerbaiyan, hijo de un judío llamado Harry Weinstein y de una armenia, Clara Shagenovna Kasparova, quien cedió su apellido al niño al quedar viuda. Su talento ajedrecístico fue descubierto cuando, con sólo 6 años, resolvió el problema en el tablero que solían disponer sus padres para resolver cuando volvían a casa después de trabajar como ingenieros. Al año siguiente quedó huérfano de padre, y su madre condujo a aquel niño problemático hasta la cima del ajedrez y le ha acompañado ininterrumpidamente hasta su despedida. Fue el campeón del mundo más joven de la historia (22 años), tras proclamarse con 12 y 18 años el más precoz campeón juvenil y absoluto de la historia de la URSS. En 1990 rebasó la mítica barrera de los 2800 puntos ELO, escala que mide objetivamente la competencia ajedrecística. En 1996 venció al artefacto Deep Blue de IBM, pero en 1997 perdió ante la máquina que se tomó la revancha en New Cork, tras doblar su velocidad de cálculo e instalarse microchips especializados en su procesador paralelo RS/6000.

A sus 41 años esta figura irrepetible ha elegido retirarse tras veinte años consecutivos como indiscutible número uno, después de su noveno triunfo en el prestigioso Torneo de Linares que inició con un pésimo arranque. "El Ogro de Bakú" se despide desde la cumbre, como los grandes deportistas tipo Michael Jordan, aunque Jordan volvió y tampoco es descartable que Kaspárov lo haga en el futuro, a pesar de su marcha declarada como irrevocable.

El mundo actual premia a sus mejores símbolos deportivos con mucho dinero. Los mejor pagados son golfistas como Tiger Woods, pilotos como Michael Schumacher, jugadores de rugby como Peyton Williams Manning, del baloncesto como Jordan, del béisbol como Alex Rodríguez, y futbolistas como David Beckham o Ronaldo. El ajedrez no es un deporte de masas que mueva tanto dinero, pero la dilatada y exitosa carrera de Kasparov le ha convertido en un personaje referencial. Sus intereses son variados, con fuentes de ingreso en torno al ajedrez (mediante libros y programas de éxito), así como mediante sus esperados artículos semanales en el Wall Street Journal.

Su posición política es fruto de una larga trayectoria, que sufrió avatares de enfrentamientos étnicos y sociales de una zona y un planeta convulso. Por problemas políticos, de joven hubo de huir de Bakú e ir a Moscú donde adoptó la nacionalidad rusa. En los últimos años se ha involucrado especialmente en los movimientos de reforma política en oposición a Vladimir Putin, a quien designa como fascista y el "Calígula de Moscú". Su denuncia del desmantelamiento democrático de Rusia, obviado en Occidente por razones de estabilidad y conveniencia económica, ha llevado a Kasparov a comparar la prevista reunión en Moscú del G8 con la Olimpíada de Berlin en la Alemania nazi de 1938.

Kasparov se retira con todas las glorias competitivas alcanzadas y superadas, pero con la sensación de fracaso al no haber podido contribuir a recomponer el mundo federativo del ajedrez, que sigue envuelto en divisiones y sin un campeonato reunificado. Es una muestra más de cómo resulta más fácil para los seres humanos resolver los insondables misterios de un tablero con 64 escaques, que aprender a convivir en paz… incluso para sentarse ante un juego de mesa.

Este deporte intelectual, extrañamente masculino donde sólo la húngara Judit Polgar compite al máximo nivel, quizá sea indicativo de una señal para que los políticos (unos pocos hombres) que han conducido la política durante siglos cambien las reglas, dejen paso a las mujeres y permitan que todos los seres humanos colaboremos antes de que las computadoras tomen el poder. Porque mientras los peones sólo podemos caminar monótonamente hacia delante, paso a paso y esperando no ser comidos antes de tiempo, el mate final podría sorprendernos a todos, incluso a las piezas mayores o menores, arrojándonos de golpe al cajón de recogida de los trebejos,… a toda la humanidad. No en vano el próximo libro anunciado por Gari se titulará… “Cómo la vida imita al ajedrez".

Teoría para ganar la lotería

Un método infalible para ganar cada día con las quinielas, bonolotos, casinos, apuestas y otros juegos de azar.

Gane dinero como yo lo hago. He decidido compartir mi sistema, del que llevo años beneficiándome. No es justo que sólo algunos nos enriquezcamos con las loterías, mientras que muchos pierden semana a semana sus ahorros e ilusiones. No pido dinero por contarles mi truco; al contrario, les garantizo que si no funciona yo mismo les reembolsaré las ganancias que prometo.

No hay trampa alguna para obtener un sueldo extra asegurado, pero la fórmula debe ser aplicada constantemente y sin variaciones. Su secreto radica en cómo se reparte la recaudación de los sorteos. Entre un 30% y un 50% de los ingresos se destina como tributo a la hacienda pública, mientras el resto se dedica a gastos de gestión (vendedores, administradores, máquinas, papelería y publicidad), y lo que queda a premios. Además los pocos afortunados a quienes les toca algo vuelven a pagar altos impuestos tras recibir su pago, de modo que muchos premios finales quedan reducidos a la mitad.

Así que la forma más inteligente de jugar, el único modo seguro de ganar es… no jugar, pero animando a que los demás lo hagan. Así paguen ingentes impuestos que luego nos financian a todos la educación, la sanidad, las pensiones y otras necesidades sociales.

La lotería es un impuesto voluntario que nos sufraga a todos, y sin costo para quienes nunca jugamos. Hemos de agradecer a esa mucha gente altruista y entusiasta que cada semana corre a pagar esta contribución querida por ellos. Algunos opinan que es un mal social que a muchos pobres les hace más pobres sólo para que nazca un nuevo rico. Lo cierto es que este impuesto voluntario nos alivia económicamente a quienes sabemos cómo ganar con las loterías. Ojalá hubiese más formas de impuestos voluntarios con tantos adictos ingenuos y generosos.

¡Ah, tampoco es verosímil ese bulo de que hemos de comprar un boleto por si el destino quiere que ganemos el gordo! Si Dios quisiera nos encontraríamos un billete junto a una lotería donde se Versión .DOC para imprimirexpusiese en grande el número premiado,… En todo caso, gracias a todos esos habituales consumidores de loterías por su denodado y caritativo esfuerzo en financiar gran parte de nuestros gastos sociales.

Versión final: mikel.agirregabiria.net/2006/loteria.htm

Primera derivada

Para un profesor de “Didáctica de las Matemáticas”, como es mi caso, resulta muy frustrante reconocer el fracaso educativo que supone el escaso conocimiento en esta materia de la población en general. Apenas algunos conceptos aritméticos y geométricos, algunas nociones básicas de estadística, y poco más. Todo ello salpimentado de frecuentes errores, confusiones y tópicos, entre los que el más enervante es ése de “… es que yo soy de letras”, al que sólo cabe replicar con un “pues entonces, dedícate al álgebra” (chiste que entenderá alguno de ciencias). Tras cursos de enseñanza obligatoria con restringido éxito en la divulgación del metalenguaje matemático, y sin entrar en honduras como los abstrusos porcentajes que tanto parecen complicar la vida de la mayoría de nuestros conciudadanos, existe un concepto de gran trascendencia que explicaremos con sencillez para transformar milagrosamente la vida de nuestros allegados.

La “primera derivada” de una función mide su crecimiento, no su valor en un momento dado. La mayor parte de los elementos que valoramos en nuestra vida cotidiana, la felicidad, el amor, la familia, la amistad, la salud, el éxito, el dinero, la democracia,… condicionan nuestra existencia, pero más que por su medida concreta por su variación o “primera derivada”. Sólo comprendemos la importancia de la salud, por ejemplo, cuando la recuperamos o salimos de un trance angustioso. Aporta más bienestar mejorar nuestra posición social o económica (crecer), que mantenerse o disminuir desde una situación superior. Para expresarlo con claridad: un multimillonario que pierde la mitad de su fortuna, y se queda con sólo mil millones de euros puede ser más infeliz que un joven que duplica su modesto salario al progresar en su trabajo.

Esto también sucede a escala colectiva: las sociedades más felices y satisfechas no suelen ser las que más tienen, sino las que mejoran más sus condiciones de vida colectiva. Igualmente, se produce una gran depresión social cuando una ciudadanía ve estancado su progreso, o el de sus generaciones siguientes. Una fábula muy descriptiva demuestra el valor del crecimiento, más que el punto de partida. Había una vez un rey muy triste que tenía un sirviente muy feliz. El rey estaba indignado y no conseguía explicarse por qué su paje era feliz viviendo casi en la miseria. Llamó al sabio de la corte, quien le pidió una bolsa con 99 monedas de oro para una prueba. Pusieron al alcance del criado el dinero, con una nota que decía: "Este tesoro es tuyo. Disfrútalo". El sirviente lo recogió y contó las piezas: 99. “No puede ser”, se dijo, y las recontó varias veces. Escondió aquel capital, al tiempo que calculaba cuánto tiempo debería trabajar para conseguir su moneda número cien. Su optimismo, propio de quien había ido mejorando con el servicio al rey, desapareció para siempre: Había entrado en el “círculo del 99%”, de quienes tienen casi todo y se agobian intentando la plenitud. Antes, había ido progresando del 1 al 2%, al 3%,… pero ahora se enfrentaba a una mejora imposible. Todos hemos sido educados en esa necia suposición, de que siempre nos falta algo para estar completos, y sólo así gozar de lo que se tiene. Nos enseñaron que la felicidad debe esperar a completarse... Y como siempre falta algo, nunca se disfruta de la vida. Cambiemos para saborear nuestros tesoros presentes y para incrementarlos modestamente con gozoso entusiasmo.

Tres conclusiones prácticas:

1ª Cuanto mayor nivel de infelicidad, más fácilmente podemos comenzar a mejorar lo que nos reportará un alto grado de felicidad. Aprendamos de las gentes sencillas, de los pueblos felices que avanzan sobre sus desventuras.
2ª Valoremos lo que ya tenemos y por las mejoras accesibles, sin obsesionarnos por lejanas metas inalcanzables.
3º Sólo existe un camino infalible para actuar sobre la primera derivada y crecer imparablemente como personas y como sociedades: la propia educación en todos los campos de lo humano y de lo divino, formándonos y desarrollando nuestras inmensas capacidades físicas, emocionales, intelectuales, culturales, sociales, económicas y espirituales.

Artículo ilustrado en: http://mikel.agirregabiria.net/2004/primeraderivada.htm

A partir de hoy, Red y Libertad

Nos sumamos desde este blog a este nuevo #manifiesto:

Consideramos imprescindible la retirada de la disposición final primera de la Ley de Economía Sostenible por los siguientes motivos:

1 -Viola los derechos constitucionales en los que se ha de basar un estado democrático en especial la presunción de inocencia, libertad de expresión, privacidad, inviolabilidad domiciliaria, tutela judicial efectiva, libertad de mercado, protección de consumidoras y consumidores, entre otros.

2 - Genera para la Internet un estado de excepción en el cual la ciudadanía será tratada mediante procedimientos administrativos sumarísimos reservados por la Audiencia Nacional a narcotraficantes y terroristas.

3 - Establece un procedimiento punitivo “a la carta” para casos en los que los tribunales ya han manifestado que no constituían delito, implicando incluso la necesidad de modificar al menos 4 leyes, una de ellas orgánica. Esto conlleva un cambio radical en el sistema jurídico y una fuente de inseguridad para el sector de las TIC (Tecnología de la Información y la Comunicación). Recordamos, en este sentido, que el intercambio de conocimiento y cultura en la red es un motor económico importante para salir de la crisis como se ha demostrado ampliamente

4 - Los mecanismos preventivos urgentes de los que dispone la ley y la judicatura son para proteger a toda ciudadanía frente a riesgos tan graves como los que afectan a la salud pública. El gobierno pretende utilizar estos mismos mecanismos de protección global para beneficiar intereses particulares frente a la ciudadanía. Además la normativa introducirá el concepto de "lucro indirecto", es decir: a mí me pueden cerrrar el blog porque "promociono" a uno que "promociona" a otro que linka a un tercero que hace negocios presuntamente ilícitos

5 - Recordamos que la propiedad intelectual no es un derecho fundamental contrariamente a las declaraciones del Ministro de Justicia, Francisco Caamaño. Lo que es un derecho fundamental es el derecho a la producción literaria y artística.

6 - De acuerdo con las declaraciones de la Ministra de Cultura, esta disposición se utilizará exclusivamente para cerrar 200 webs que presuntamente están atentando contra los derechos de autor. Entendemos que si éste es el objetivo de la disposición, no es necesaria, ya que con la legislación actual existen procedimientos que permiten actuar contra webs, incluso con medidas cautelares, cuando presuntamente se esté incumpliendo la legalidad. Por lo que no queda sino recelar de las verdaderas intenciones que la motivan ya que lo único que añade a la legislación actual es el hecho de dejar la ciudadanía en una situación de grave indefensión jurídica en el entorno digital.

7 - Finalmente consideramos que la propuesta del gobierno no sólo es un despilfarro de recursos sino que será absolutamente ineficaz en sus presuntos propósitos y deja patente la absoluta incapacidad por parte del ejecutivo de entender los tiempos y motores de la Era Digital.

La disposición es una concesión más a la vieja industria del entretenimiento en detrimento de los derechos fundamentales de la ciudadanía en la era digital.

La ciudadanía no puede permitir de ninguna manera que sigan los intentos de vulnerar derechos fundamentales de las personas, sin la debida tutela judicial efectiva, para proteger derechos de menor rango como la propiedad intelectual. Dicha circunstancia ya fué aclarada con el dictado de inconstitucionalidad de la ley Corcuera (o ley de patada en la puerta).

El Manifiesto en defensa de los derechos fundamentales en Internet, respaldado por más de 200 000 personas, ya avanzó la reacción y demandas de la ciudadanía antes la perspectiva inaceptable del gobierno.

Para impulsar un definitivo cambio de rumbo y coordinar una respuesta conjunta, el 9 de enero se ha constituido la "Red SOStenible" una plataforma representativa de todos los sectores sociedad civil afectados. El objetivo es iniciar una ofensiva para garantizar una regulación del entorno digital que permita expresar todo el potencial de la Red y de la creación cultural respetando las libertades fundamentales.

En este sentido, reconocemos como referencia para el desarrollo de la era digital, la Carta para la innovación, la creatividad y el acceso al conocimiento, un documento de síntesis elaborado por más de 100 expertos de 20 países que recoge los principios legales fundamentales que deben inspirar este nuevo horizonte.

En particular, consideramos que en estos momentos es especialmente urgentes la implementación por parte de gobiernos e instituciones competentes, de los siguientes aspectos recogidos en la Carta para la innovación, la creatividad y el acceso al conocimiento:

1 - Las/os artistas como todos los trabajadores tienen que poder vivir de su trabajo (referencia punto 2 Demandas legales, párrafo B. "Estímulo de la creatividad y la innovación", de la Carta);

2 - La sociedad necesita para su desarrollo de una red abierta y libre (referencia punto 2 "Demandas legales", párrafo D "Acceso a las infraestructuras tecnológicas", de la Carta);

3 - El derecho a cita y el derecho a compartir tienen que ser potenciado y no limitado como fundamento de toda posibilidad de información y constitutivo de todo conocimiento (referencia punto 2 "Demandas legales", párrafo A "Derechos en un contexto digital", de la Carta);

4 - La ciudadanía debe poder disfrutar libremente de los derechos exclusivos de los bienes públicos que se pagan con su dinero, con el dinero publico (referencia punto 2 "Demandas legales", párrafo C "Conocimiento común y dominio público", de la Carta);

5 -Consideramos necesaria una reforma en profundidad del sistema de las entidades de gestión y la abolición del canon digital (referencia punto 2 Demandas legales", párrafo B. "Estímulo de la creatividad y la innovación", de la Carta).

Por todo ello hoy se inicia la campaña INTERNET NO SERA OTRA TELE y se llevarán a cabo diversas acciones ciudadanas durante todo el periodo de la presidencia española de la UE.

Consideramos particularmente importantes en el calendario de la presidencia de turno española el II Congreso de Economía de la Cultura (29 y 30 de marzo en Barcelona), Reunión Informal de ministros de Cultura (30 y 31 de marzo en Barcelona) y la reunión de ministros de Telecomunicaciones (18 a 20 de abril en Granada).

La Red tiene previsto reunirse con representantes nacionales e internacionales de partidos políticos, representantes de la cultura y legaciones diplomáticas.

Firmad: Red SOStenible (Fuente inicial: http://Red-SOStenible.net )

La Red Sostenible somos todos/as. Si quieres adherirte a este texto, cópialo, blogguéalo, difúndelo. Facebook: http://www.facebook.com/pages/Red-SOStenible/252285874338

El éxito según Clayton Christensen, padre de la disrupción


Con demasiada frecuencia, medimos el éxito en la vida en función de los progresos que hacemos en nuestras carreras profesionales. Pero, ¿cómo podemos asegurarnos de que no nos alejamos de nuestros valores como seres humanos por el camino? Clayton M. Christensen, profesor de la Harvard Business School y gurú de la innovación de fama mundial, examina las decisiones cotidianas que definen nuestras vidas y nos anima a todos a reflexionar sobre lo que es verdaderamente importante. "En realidad es muy importante que triunfes en tu trabajo, pero esa no va a ser la medida de tu vida".  

Clayton Christensen nació en Salt Lake City, Utah, en 1952, en el seno de una familia mormona. Era hijo de un empleado de unos grandes almacenes y de una profesora de instituto; y el segundo de ocho hermanos. Unos orígenes que le enseñaron a valorar la sobriedad, y que no anticipaban que se convertiría en uno de los grandes referentes del mundo empresarial. Sin embargo, era un niño precoz y de gran inteligencia, que a los 11 años ya se había leído una enciclopedia de 22 volúmenes. En 1971 marchó a Corea del Sur como misionero, donde permaneció hasta 1973. 

A su regreso, se graduó en económicas con Summa Cum Laude en la Brigham Young University; y posteriormente, se formó en Oxford y Harvard. Al graduarse, trabajó como consultor y cofundó una compañía tecnológica, Innosight. En 1982, fue asesor de los Secretarios de Transporte Drew Lewis y Elizabeth Dole, y en 1992 se convirtió en profesor de Harvard. Pero no saltó verdaderamente a la fama hasta 1997, cuando publicó su célebre libro El Dilema del innovador, un best seller internacional. En esta obra, Christensen se planteaba por qué algunas grandes empresas quebraban a pesar de ser rentables durante muchos años y estar dirigidos por personas inteligentes. Su conclusión fue que existían dos motivos: centrarse solo en sus mejores clientes e invertir solo en aquello que generaba las mejores recompensas a corto plazo. Una actitud que les llevaba a ignorar a competidores con productos más baratos y fáciles de usar, que lentamente acaparaban cuota de mercado. 

Christensen definió este proceso como la innovación disruptiva, un elemento que explica el derrumbe de gigantes como Kodak o Blockbuster; y el auge de empresas como Amazon, que en su día se especializaba tan solo en la venta de libros. En la actualidad, esta disrupción estaría representada por conceptos como las fintech, el blockchain, el streaming o la tokenización de la economía. Posteriormente, en 2003 publicó el libro La solución de los innovadores, en el que aconsejaba a los empresarios prestar menos atención a los productos, y más a las necesidades reales de sus clientes. Es decir, analizar si con el paso del tiempo los productos seguían respondiendo a las necesidades de los clientes o si los cambios de hábitos de consumo o la aparición de nuevas tecnologías y competidores exigían un cambio de estrategia. Él mismo aplicó su consejo de perseverar y adaptarse, ya que nunca abandonó la docencia, pese a sufrir un infarto, un cáncer y un ictus, que le obligó incluso a aprender a hablar de nuevo. Murió en 2020 a los 67 años, antes del inicio de la pandemia. 

Es considerado por The Economist como el sexto autor más importante de libros empresariales y gestión de toda la historia. Estas son algunas de sus citas más destacadas:
  • Las relaciones íntimas, cariñosas y duraderas con nuestra familia y amigos cercanos serán una de las fuentes de mayor alegría en nuestras vidas.
  • Pensaba que el destino era lo importante, pero resultó que era el viaje.
  • La motivación es el ingrediente catalizador de toda innovación exitosa. Lo mismo ocurre con el aprendizaje.
  • Decide lo que defiendes. Y luego defiéndelo todo el tiempo. 
  • En tu vida va a haber constantes demandas de tu tiempo y atención. ¿Cómo vas a decidir cuál de esas demandas recibe recursos? La trampa en la que caen muchas personas es asignar su tiempo a quien grita más fuerte, y su talento a lo que les ofrece la recompensa más rápida. Esa es una forma peligrosa de construir una estrategia.
  • Si aplazas la inversión de tu tiempo y energía hasta que veas que lo necesitas, lo más probable es que ya sea demasiado tarde.
  • Las tecnologías disruptivas suelen permitir la aparición de nuevos mercados.
  • En primer lugar, los productos disruptivos son más simples y baratos; generalmente prometen márgenes más bajos, no mayores beneficios. En segundo lugar, las tecnologías disruptivas suelen comercializarse por primera vez en mercados emergentes o insignificantes. Y en tercer lugar, los clientes más rentables de las empresas líderes no suelen querer, e incluso no pueden utilizar inicialmente, productos basados en tecnologías disruptivas.
  • Los nuevos productos tienen éxito no por las características y funcionalidades que ofrecen, sino por las experiencias que permiten.
  • Las empresas de éxito no triunfan porque tengan la estrategia correcta al principio, sino porque les sobra dinero después de que la estrategia original fracase, de modo que pueden pivotar e intentar otro enfoque. La mayoría de las que fracasan, por el contrario, gastan todo su dinero en su estrategia original, que suele ser errónea.
  • Resultados perfectos. Lo que puedo prometerte es que no los conseguirás si no te comprometes a seguir intentándolo.
  • Para tener un éxito constante, los buenos gestores tienen que ser hábiles no sólo en la elección, la formación y la motivación de las personas adecuadas para el trabajo adecuado, sino también en la elección, la construcción y la preparación de la organización adecuada para el trabajo.

El caso del batido de McDonalds analizado por el profesor de HBR Clayton Christensen, autor de la teoría Jobs To Be Done y gran referencia en gestión y procesos de innovación disruptiva.

Otros posts nuestros sobre Clayton Christensen.

Dos llamadas, dos mundos

Una anécdota aislada no es representativa, pero nos sirve como enseñanza de que hay otros mundos, pero están en éste. Como Alejo Carpentier explicaba: “Los mundos nuevos deben ser vividos antes de ser explicados”.

Fue con apenas cinco minutos de diferencia, el pasado domingo a primera hora de la tarde. En un parque, un adolescente con su madre hablaba. Poco más allá, junto a la estación del metro una chica con su padre charlaba. Él, por el móvil; ella, desde una cabina abierta. Él, impertinente; ella, modosa.

Nada tenían que ver, el uno con la otra. Él, en grupo y rodeado de tres amigos. Ella, sola, buscando la intimidad que una calle de paso nunca ofrece. Él exigía a “su ama”, le reclamaba más paga; ella, preguntando a “su papito”, se interesaba por la familia y por la casa.

Él era delgado, de tez blanca y parecía nacido en la abundancia. Ella, morena y guapa, con voz mansa, venida de ultramar como la brisa salada. Él chillaba, porque quería más dinero y discutía en voz alta. Ella se excusaba, muy educada, porque “este mes no había podido enviar más plata”. Dos realidades conviviendo, tan lejanas y… tan cercanas.

Versión para imprimir en: mikel.agirregabiria.net/2008/2llamadas.DOC

La isla del tesoro

 
Los niños necesitan historias y relatos para ir completando su imaginario personal. A los abuelos nos gusta la literatura clásica y obras como "La isla del tesoro" de Robert Louis Stevenson. Contiene personajes y parajes muy ricos en matices, como el "malo pero no tanto" John Silver el Largo o la escena del barril de manzanas (minuto 10' 20" de la grabación inicial, 43' del vídeo inferior, o capítulo 11 del libro en red). 

"La isla del tesoro" es una novela de aventuras escrita por el escocés Robert Louis Stevenson, que comenzó a escribir con sólo 17 años y fue su primer éxito como novelista. A nuestro nieto le gustan estas dos versiones. La primera es un abreviado cortometraje de dibujos animados, más cuidado para una visión infantil, realizado por el murciano José María Candel en 2005. La segunda versión de 1990 protagoniza por Charlton Heston.
 
Fue publicada en libro en Londres en 1883 (publicada originalmente por entregas en la revista infantil Young Folks, entre 1881 y 1882 con el título de The Sea Cook, or Treasure Island). Esta obra ha sido fuente de inspiración en el cine, en la televisión, en la literatura, en cómics e incluso en videojuegos. La novela adopta un tono crítico y una reflexión moral del protagonista hacia el dinero y la ambición,... [fuente Wikipedia].

Lo mejor: Leer "La isla del tesoro, en PDF".

Un cuento sobre el valor de una persona

Cabizbajo, el joven se dejó caer junto al anciano, que meditaba, bajo un frondoso roble.
- ¿Puedo hablar con usted, maestro?
El viejo, amablemente, respondió:
- Por supuesto, mis puertas están abiertas para ti siempre. Dime lo que te atormenta porque veo que tu corazón sufre.
- Sufro porque dice mi padre que soy un inútil, porque mi jefe desconfía de mi capacidad, sufro porque todo lo que hago parece que lo hago mal. Mientras otros, esforzándose menos, son aplaudidos, yo me debato entre las dudas y los miedos que me atenazan, y mis trabajos no sirven, no gusta lo que digo ni lo que pienso.
- En esto no puedo ayudarte. Nadie puede decidir por ti, ni otro puede asumir tus dudas. Pero ya que estás aquí sí puedes ayudarme. Quisiera que fueras al mercadillo del pueblo y vendieras esta sortija por más de 100 monedas. Confío en tus dotes de negociación.

A las dos horas volvió el joven aún más deprimido que antes.
- Maestro, he comprendido que tienen razón los que desconfían de mí. No he podido vender tu sortija, sólo me han ofrecido 20 monedas. Perdóname y adiós.
- ¡Espera! -dijo el sabio-. Necesito urgentemente dinero y sólo tengo mi sortija. Negocia con el joyero Rabí y pídele el precio que estaría dispuesto a pagar e incrementa en 100 monedas más, y no vengas hasta lograr esa cifra, pero no se lo vendas.
- ¿Acaso quieres burlarte de mí? Eso es imposible.
- Tú vete y haz lo mejor que sepas el encargo.

Al poco rato volvió alborozado:
- ¡Maestro, es increíble! Me ha ofrecido 2.000 monedas y al subir yo a 2.100 él ha aceptado sin discutir.
- Joven, los del mercadillo desconocían el verdadero valor de la joya y no han aprovechado la oportunidad de poseerla, pero el joyero hubiera pagado gustoso mucho más que 2.000 monedas. No confíes tu valía a quienes no saben tasar a las personas. Mira en tu interior e intenta poner precio a tu dignidad: ese será el valor que debes negociar en el mercdo de la vida. [Recogido de Artesanía en Red]

Blog World Expo en Las Vegas

Datos de la web oficial www.blogworldexpo.com:
  • En EE.UU. más de 147 millones de personas usan Internet, 57 millones leen blogs y 1,7 millones de norteamericanos esgrimen como una de las razones para tener un blog, la posibilidad de ganar dinero.
  • Un 89% de compañías encuestadas piensan que los blogs serán más importantes en 5 años.
  • El 9% de los usuarios de Internet, que son 12 millones de personas y el 6% de la población adulta en EE.UU., han creado blogs .
  • Technorati registra en estos momentos más de 70 millones de blogs .
  • Se escriben alrededor de 1,4 millones de posts nuevos al día.
  • 22 de los 100 sitios más importantes del mundo son blogs .
  • Se crean más de 120.000 nuevos blogs cada día.
  • El 37% de los lectores de blogs empezaron a serlo en 2005 o 2006 .
  • El 51% de los blogueros compran por Internet.
  • Los lectores de blogs cada semana están 23 horas online.

Objetivos SMART para 2022

Objetivos SMART para 2022
Se denominan Objetivos SMART (acrónimo de Specific, Mensurable, Achievable, Relevant y Timelya aquellas metas, por ejemplo para arrancar un nuevo año, que reúnen cinco premisas:
  • Específicos. Bien y precisamente definidos.
  • Mensurables. Cuyo avance y progreso sea medible.
  • Alcanzables. Que, con esfuerzo, sean realistas y puedan ser logrados.
  • Relevantes. Que sean significativos e importantes, al menos, para nosotros mismos.
  • Temporales. Con un cronograma que permite ubicar el desempeño y lo obtenido.

El primer uso del término Objetivos SMART se lo debemos a George T. Doran, quien, en 1981, publicó un paper llamado “There’s a S.M.A.R.T. Way to Write Management’s Goals and Objectives”SMART (inteligente, en inglés) es una metodología que nos permite no olvidar los elementos indispensables a la hora de redactar un objetivo eficaz.

Objetivos SMART para 2022
Nuestros Objetivos SMART públicos, como Carta a los Reyes Magos en el día de hoy, son los siguientes:
  1. Proseguir el voluntariado, pero centrado en un máximo de tres proyectos. Despedida y cierre de asociaciones donde hemos colaborado durante la pandemia y antes.
  2. Apuesta por lo Intergeneracional, apostando por colaboraciones donde muy diversa la edad de los miembros participantes. Por ejemplo, más responsabilidades en AUVE
  3. Leer más de cien libros, que reseñaremos en este blog con la etiqueta Libros.
  4. Escribir un libro para publicar en 2022. Sería nuestra quinta obra, pero primera en narrativa.
  5. Publicar 300 posts en este blog. Un mínimo de 25 entradas mensuales en promedio. Son una forma de compartir lo que aprendemos cada día.
  6. Dejar de utilizar dinero en efectivo y tarjetas de crédito. Solamente pagar con tecnología NFC en el móvil, en nuestro caso Apple Pay.
  7. Viajar, (re)conociendo diferentes localidades, al menos una vez a la semana (50 municipios documentados y fotografiados, en 10 CC.AA. y 4 Estados como mínimo). Algo similar al caso de Castro Urdiales.
  8. Caminar diariamente (al menos, 12.000 pasos), manteniendo el PAI por encima de 50 (en Alicante en primavera-verano-otoño por encima del 75) y establecer el peso en torno a 85 kg
Objetivos SMART para 2022