La erudición es algo refrescante.

La erudición es algo refrescante. Flaubert

Un día del hombre erudito es más largo que un siglo del ignorante. Posidonio

El que tiene imaginación sin erudición es como el que tiene alas y carece de pies. Joubert

Sí, es posible ser vasco

En pleno siglo XXI, el mejor periódico del Estado español en la página central de opinión presenta a un escritor que pregunta: ¿Es posible ser vasco?

Para remitir esta carta de protesta como suscriptor de “EL PAÍS”, el contenido del artículo es irrelevante, pero no su titular. Más allá de la opinión de un literato que diserta sobre el criterio de otro escritor, lo significativo es que tal pregunta sólo puede tener una irrebatible respuesta: Es posible ser vasco, porque aún existimos más de dos millones de vascos que sabemos que somos vascos.

Ser vasco es compartir algunos o muchos de los innumerables matices que componen la idiosincrasia vasca, incluido un sentido del humor que ha creado una obra titulada “Todos nacemos vascos (y vascas)”, prueba inequívoca de que los vascos consideramos que es posible ser vasco (y perdonen la tautología).

Puestos a despertar el interés de los lectores, modestamente sugiero otras interrogaciones como epígrafes: ¿Existen los catalanes? ¿Es más fácil ser catalán que vasco? ¿Son madrileños quienes viven en Madrid? ¿Sólo es posible ser español? ¿Lo español niega lo andaluz? ¿Ser europeo impide lo español? Puestos a continuar,… ¿Cabe repudiar el ser vasco? ¿Es posible dejar de ser español?

Por último, permítame -Sr. Director- que me ahorre el consabido párrafo, que no publicará, insistiendo una vez más para conocimiento general que la mayoría de los vascos no somos, ni nunca hemos sido, defensores de la violencia, algo que algunos de los más acérrimos “críticos de lo vasco” sí lo han sido antes de su arrepentimiento, digno de elogio, pero no cuando se convierte en oficio.

Versión final en: mikel.agirregabiria.net/2006/vasco.htm

Urgente: gente inocente

Aprendamos a descubrir y a reconocer a esas personas tiernas, intensas y emotivas, gigantes en inocencia, una cualidad en retroceso y en peligro de extinción.

La inocencia es algo más que sencillez, bastante más que ingenuidad y mucho más que puerilidad. La inocencia jamás es afectación, tampoco sensiblería, nunca debilidad. La inocencia no exige inteligencia, no requiere formación, no precisa recursos, no se expresa con palabras, no necesita explicaciones, porque nace de lo profundo de cada alma, donde anida desde que nacemos. La inocencia es más que una virtud, más que una condición, más que una vocación, más que una ilusión.

La inocencia es una trayectoria, un destino, una deontología, una potencialidad, una pasión, una ideología, una convicción, una conducta, una bendición. La inocencia es candor, naturalidad, espontaneidad y pureza, el primigenio estado óptimo del ser humano. La inocencia subyace innata en el fondo del corazón, y sobrevive si no se pervierte al velarse con la amarga realidad.

La inocencia es el juego de la existencia y un sinónimo de la gran libertad. La inocencia es la materia original de la que fuimos hechos. La inocencia es consubstancial a la más hermosa y suprema dignidad. La inocencia es la vida, es la verdad; la inocencia es la “verdad de la vida”. La inocencia es inherente a la naturaleza humana. La inocencia es el sustrato del que estamos hechos, nuestra original y primera piel. La inocencia es la superioridad del más débil. La inocencia es la primera forma de amor. La inocencia es belleza. La inocencia es, ante todo, felicidad.

La inocencia no es inconsciencia, ni ignorancia, sino ver, saber y comprender mucho mejor la vida. La inocencia es la huella más pura del conocimiento. La inocencia es la visión limpia y auténtica del mundo y de sus habitantes. La inocencia es amar a quienes tenemos cerca porque son necesarios, únicos y sagrados. La inocencia es un estado del alma limpia de culpa. A la inocencia la dicen locura, quienes perdieron su cordura, porque la inocencia es madre de la curiosidad, de la creatividad, de la solidaridad, de la alegría.

Es común la nostalgia de la inocencia, pero es mejor saber que la inocencia es recuperable. La infancia es la época de la inocencia, pero quieren acortarnos la niñez, y con ello la inocencia. La inocencia es la marca de los grandes, el atributo de los niños y de esas antorchas humanas que algunos toscamente designan como “Síndrome de Down”. Ellos fueron bautizados, mucho antes, por alguien muy superior, como los más nobles, perfectos e insuperables inocentes. Sólo ellos conocen las claves. Si comprendiéramos sus códigos de inocencia, hallaríamos el camino de vuelta al paraíso de la inocencia, del juego y del recreo.

La inocencia es un territorio a ocupar, a invadir de modo permanente. La inocencia es la utopía acurrucada entre nuestros brazos. La inocencia es un ideal factible, que podemos creer, crear y propagar. La inocencia es instinto transformador, poderoso, necesario, aplicable, oportuno. La inocencia ilumina, actúa sin calcular, sin esperar, sin desesperar, sin dejar de perdonar. La inocencia es empezar de nuevo. La inocencia es una irrenunciable actitud de esperanza, de reafirmación ante el mundo, de rebeldía ante la injusticia. Ojalá que en el futuro a nadie, jamás, le sea usurpada nuestra primera naturaleza: la inocencia.

La inocencia es un tesoro a preservar, porque se agotan sus reservas mundiales. La historia ha degollado a demasiados inocentes. Hay que hacer algo: Comprendamos que todos somos presuntos inocentes. Ha llegado la hora de declararnos culpables de inocencia. Recordemos que la fuerza más poderosa de todas es un corazón inocente. Ya nadie sufrirá el trágico fin de la inocencia, que es eludible. Sólo los dotados de un corazón inocente merecen habitar la tierra. Para la supervivencia es necesario que el universo se cubra, por fin, de inocentes.

23-F de 1981: Hace 25 años



Otros vídeos...

Zibereskola nació aquí y así...

Con ocasión de un encuentro en el Berritzegune de Leioa entre educadores y un ponente como Gorka Palazio, el pasado 2006-1-26. Tras el lunch se planteó la oportunidad y fue necesaria otra reunión el 2006-2-13 para lanzar http://zibereskola.blogspot.com/

El relato completo del primero de varios encuentros está aquí...

Algunas fotos prestadas por Gorka Palazio...

Savia joven sabia

Sabía la sabia savia joven porque llevaba atesorada en su mocedad más experiencia que edad.

Sorprende escuchar a una joven tenista como Justine Henin, que con apenas 23 años ha conseguido ser el codiciado puesto nº 1 a escala mundial. En una reciente entrevista declara considerarse una persona sencilla y concluye: “Al final, no recuerdas las cosas que poseíste, sino a quienes estuvieron a tu lado”.

Su sensatez y modestia impresionan en boca de una deportista exitosa. Su madurez quizá procede de una vida que no ha sido un camino de rosas. Comenta: “Es cierto que el gran drama de mi vida fue la pérdida de mi madre. Me dejó un halo de tristeza. Pero, al tiempo, me obligó a forjarme un carácter. Me propuse que no debía seguir viviendo en el pasado. Hay circunstancias que no pueden cambiarse. Pero, si miro hacia adelante, me siento rodeada de buenas personas y soy feliz”.

Su cordura y perspicacia despuntan en el diálogo: “Hay unos principios de los que intento no desviarme. Pretendo que quien esté a mi lado se sienta bien. Aunque comprendo que mi verdadera vida comenzará cuando deje el tenis, dentro de unos cinco años. Entonces será el momento de pensar en tener hijos”. Entre las reglas cita: “Me tengo por leal. Pienso que la generosidad forma parte de mi vida. No tengo inconveniente en mostrarme tal como soy. Prefiero hacer un regalo que recibirlo. Es un poco mi principio de vida: lo importante es dar, sin esperar necesariamente nada a cambio”.

Es una delicia a lo que invita: ”La felicidad está en lo cotidiano, en las pequeñas cosas, en estar rodeada de aquéllos a quienes amo, en ir a un picnic... Hay que construir cada día tu felicidad. Intento aprovechar cada momento al máximo. Tuve grandes alegrías con el tenis, evidentemente, pero para mí es más importante sentir que hay personas que me aman y que yo también las amo”.

Lo mejor es su fórmula de preferir antes personas que cosas: “No recuerdas las cosas, sino a quienes tuviste a tu lado”. Justine acumula razón de corazón y acrecienta el mejor tesoro, que no es el dinero sino el encuentro con los amigos y el amor de los seres queridos.

Versión final en: http://mikel.agirregabiria.net/2006/henin.htm

Cultivarnos


Cultivar:
Dar a la tierra, a las plantas,
(o a las personas,)
las labores necesarias
para que fructifiquen.


Cuando se empieza a cultivar la tierra,
otras artes de desarrollan;
en consecuencia,
los agricultores han fundado
la civilización humana.

Daniel Webster.

Debemos cultivar nuestro jardín.

Voltaire.

En la antesala de la paz

Necesitamos la paz para normalizar nuestra existencia y asegurar un futuro de progreso social, económico y político.

Se ha especulado demasiado con la inminencia de un comunicado en el que ETA declare el fin de violencia. Con filtraciones interesadas, como la recibida por los rotativos barceloneses El Periódico y La Vanguardia que publicaron en portada un anuncio del alto el fuego de la banda ETA el 15-2-06. En Euskadi incluso fue vox populi el bulo de que ese día ETB a las 15:00 daría la noticia siguiendo instrucciones adelantadas y que se confirmarían minutos antes.

El "Ya viene, ya viene..." había sido animado por las declaraciones del presidente Rodríguez Zapatero, con el célebre «inicio del principio del fin», nada menos que en tres ocasiones durante la semana anterior: Tras el Consejo de Ministros, en el aniversario del asesinato de Tomás y Valiente, y en el Congreso de los Diputados para responder a Rajoy. También Ibarretxe ha reconocido que "se está esperando la decisión de la banda terrorista" y "que hay que estar preparados para cosas buenas", aunque sin poner plazos concretos. Sin embargo, el dirigente de Batasuna, Pernando Barrena, se refería a las informaciones de los dos diarios catalanes como "titulares pomposos y llamativos", de "supuestas informaciones" y de "falta de rigor".

Había coincidencia, sin embargo, entre lo dicho por Zapatero, “el proceso será duro, largo y difícil”, y lo anunciado por Arnaldo Otegi, "existe una oportunidad abierta para solucionar el conflicto" vasco, aunque el proceso, que es "mucho más" que una tregua de ETA, será "difícil, duro y largo". Tres adjetivos coincidentes que, aunque anuncian una anhelada expectativa, la fían para lejos.

Los indicios favorables de que ese amanecer está cerca son muchos y significativos: El 23-2-06 se cumplirán mil días sin atentados mortales, y el 30-5-06 serán tres años con muchas otras víctimas, pero sin más sangre derramada. Y cada día que pasa sin muertos hace más improbable e impensable una vuelta atrás.

Otros signos positivos del proceso de distensión social son la formalización de relaciones, por primera vez en la historia, entre el sindicato abertzale LAB y el socialista UGT, o el manifiesto a favor del proceso de paz en Euskadi que parlamentarias de todos los partidos vascos (excepto el PP) intentar acordar para el 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer Trabajadora.

El gobierno socialista ha dado pasos significativos, el principal de los cuales es la resolución parlamentaria de mayo de 2005, aprobada por todos los partidos menos el PP, y que recoge, a su vez, el punto 10 del Pacto de Ajuria Enea de enero de 1988, sobre cómo conducir un eventual proceso de paz.

El sistema de las dos mesas (la mesa del Gobierno y ETA, y la mesa de partidos) parece aceptado por todos los agentes políticos, excepto el PP que sobreactúa a la desesperada buscando unos réditos electorales a corto plazo, que algún día se volverán en su contra. Otegi señalaba que la mesa esencial era la de los partidos, dando por supuesto que en la otra hay que tratar poco (la carta de la política penitenciaria). Los demócratas sólo exigimos que ETA no tutele el proceso político en Euskadi en la mesa entre partidos, cuyos agentes son los únicos que tienen depositada la representación de la ciudadanía en función y cuantía determinada por las urnas.

El tic-tac del reloj prosigue imparable. En Euskadi el hartazgo y la náusea son unánimes. No se ha conocido sino la violencia de la dictadura y luego la de la “lucha armada”. Está hastiado, del primero al último de sus ciudadanos, incluyendo las bases sociales de Batasuna que también saben que el tiempo de la violencia ha concluido. Además, la ilegalizada Batasuna quiere recuperar su rol político en las elecciones municipales y forales de 2007, y para ello gestiona que ETA proclame su cese. Desde noviembre de 2004 su Declaración de Anoeta apuesta exclusivamente por las vías políticas. Ya no se trata de un intercambio de paz por presos como condición previa al alto el fuego, sino de legalización de Batasuna tras un compromiso verificable de la retirada de ETA.

El ciclo de ETA está acabado, porque así lo perciben sus mismos integrantes. Ya sólo les queda, aunque suene cínico, pasar su último recibo del “impuesto revolucionario” y negociar la entrega de las armas. En “su mesa”, ellos no olvidan lo que dijo el propio Aznar en su época (en el frustrado proceso de paz de 1998 en Zurich, como en 1989 en Argel en tiempos de Felipe González), que “la ley se va a cumplir siempre, pero el espíritu tiene que ser abierto y generoso”. A pesar de la acusada politización partidista de algunos foros, para superar tanto y tan largo sufrimiento también las víctimas (que en muy distinto grado lo somos todos) aceptarían que se aplicase la generosidad de un Estado de Derecho.

Existe una triple obviedad en esta espera: 1º) Algún día llegará la ansiada paz. 2º) Ese día, cada minuto que pasa, está más cerca. 3º) Todos podemos hacer algo para adelantar esa fecha. Un buen consejo es que circule sin rubor el diálogo, el perdón, la tolerancia, la aproximación y la esperanza.

Versión para imprimir en: http://mikel.agirregabiria.net/2006/paz.htm

¿Conoces a Joe Black?

Un carismático personaje con quien algún día nos tropezaremos y cuyo seguro encuentro convendría que iluminase nuestra existencia.

Esta película de 1998, dirigida por Martin Brest, relata la jubilación de Bill Parrish (Anthony Hopkins), un magnate de las comunicaciones. Fuera del planificado programa, por esas fechas recibe la visita de un inefable personaje, Joe Black (Brad Pitt), quien viene a llevarle de este mundo. La trama retrasa la hora suprema del empresario, al surgir el amor entre este curioso invitado y Susan (Claire Forlani), una hija del anfitrión. El relato deriva hacia las vivencias de Joe Black, al tomarse unas vacaciones terrenales para experimentar las percepciones, sensaciones, alegrías y penurias que vivimos los seres humanos.

Lo más memorable de la historia es el peculiar pacto suscrito con Joe Black (una vaga representación de la muerte) por Parrish, y cómo afronta serenamente sus últimas jornadas. El guión, quizá insuficientemente apurado, obvia un planteamiento definido sobre la trascendente dimensión humana, o si cabe esperar algo en el más allá. Con ello evita entrar en opciones de fe, y se concentra en la peculiar circunstancia de una persona que tiene la plena y secreta certeza de morir en breve.

Este preludio del fin de nuestros días es algo que todos estamos viviendo, con más o menos lucidez según la edad y el entendimiento, casi siempre con incertidumbre sobre la cercanía o lejanía del momento final. El multimillonario Parrish, con su inmenso poder e incalculable fortuna no es una figura a la podamos equipararnos con facilidad, pero su postrera clarividencia marca una pauta vital que podríamos asumir.

Seguramente cambiaríamos mucho si, a partir de esta fábula, pudiéramos imaginar que un Joe Black está observando toda nuestra dedicación, otorgándonos unos días adicionales de vida, hasta que nos ponga la mano en el hombro y diga: "Es la hora". Cuánta vanidad efímera, jactancia fatua, oportunismo ridículo, avaricia fútil, ambición necia, odio estéril, violencia infame,… desaparecerían de súbito y para siempre de la faz de la tierra.

La muerte sólo será triste para los que nunca hayan pensado en ella. Nosotros todavía estamos a tiempo de ser recordados por lo esforzados, generosos y nobles que podemos ser, y por todo lo que aún podemos construir, solucionar, animar, ayudar, amar, legar,... Sólo así la muerte, cuando llegue, será una victoria sublime al alcance de cualquiera.

Versión final en: http://mikel.agirregabiria.net/2006/joe.htm

¿Cuál es la diferencia entre periodismo y literatura?

No, no quiero leer tu blog
El periodismo es ilegible, y la literatura no se lee.
Eso es todo.

Oscar Wilde

(¿Y los blogs?, nos preguntamos algunos. ¿No serán ilegibles que no se leen?)

La metáfora de Blancanieves

Para que los padres entendamos la evolución de nuestros hijos en su paso por la infancia y por la adolescencia, es una buena parábola el cuento escrito por los hermanos Grimm.

La fábula es tan prolífica que, de modo informal, ha sido múltiple alegoría con intencionalidad variada. Algunos se han referido más a la madrastra que Blancanieves, para asemejarla a políticos que incesantemente consultan las encuestas (como si fuese el espejo mágico), y que se disgustan cuando ya no son los más valorados. Otros, también con propósito sarcástico han aplicado el “síndrome de Blancanieves”, para denostar a quienes “sólo se rodean de enanitos” o a quienes “esperan, tras quedarse dormidos, que otros les solucionen sus problemas de manera prodigiosa” como en los cuentos.

La historia relata que la princesa sufrió dos ataques de su malvada madrastra. El primero cuando la vanidosa reina, al escuchar de su espejo mágico que la más bella era Blancanieves, ordenó a un cazador llevar a Blancanieves al bosque, matarla y presentar su corazón como prueba. La segunda amenaza vino cuando la madrastra, disfrazada de anciana, ofreció a Blancanieves una manzana envenenada que la sumió en un sueño sin fin.

La salvación de Blancanieves provino de dos insospechadas ayudas. En la primera ocasión, cuando el leñador se apiadó y la abandonó, fueron los siete enanitos sus salvadores. En el segundo trance no bastaron los cuidados de los enanitos, y el hechizo de la manzana sólo se rompió cuando apareció un príncipe y besó a Blancanieves. Los riesgos y protecciones que halló Blancanieves son una metáfora de las primeras etapas de la existencia.

La infancia. Implica la socialización gradual fuera del amparo familiar, afortunadamente no por rechazo (como con la madrastra) sino porque el ámbito del nido se queda escaso como entorno para quienes crecen, se relacionan y escolarizan,…. con otros enanitos, de quienes aprenden mucho como amigos o condiscípulos. Entre los enanitos, y las enanitas, hay de todo: muchos alegres, sabios y dormilones; menos tímidos, mocosos y gruñones; y casi ningún mudito. Pero con todo, la infancia vivida entre el hogar y la escuela es una etapa feliz, como cuando Blancanieves moraba en la casita de los enanitos. Pero una amenaza se cierne sobre el horizonte, es…

La adolescencia. Significa una brusca crisis de identidad, de bruscas transformaciones fisiológicas, emocionales y sociales. Los infantes, tan contentos con su rutina cotidiana, parecen entrar en trance súbitamente alterados como por una manzana envenenada. Superar la pubertad requiere algo más que un beso principesco, pero al final -cuando los padres parecen desesperar- llega un día glorioso en el que los adolescentes despiertan de su mutante letargo.

Goethe lo describió acertadamente: “Sólo una pasión verdadera transforma, de pronto, al adolescente en adulto”. Afortunados quienes llegan al último estadio de los seres humanos, descubriendo que si el amor es el poder iniciador de la vida, sólo el apasionamiento posibilita su permanencia.

Versión final en: http://mikel.agirregabiria.net/2006/blancanieves.htm

Desnuda verdad

¿Qué vale la verdad, fría y desnuda, frente al atractivo resplandor de la mentira?

La verdad desnuda no es toda la verdad. Jean Dolent.

La verdad está demasiado desnuda, no excita a los hombres. Jean Cocteau.

La verdad se representa desnuda; pero debajo de la piel sangra. Paul Valéry.

La verdad, en toda su desnudez y pobreza, es más adorable y santa que la mentira disfrazada y suntuosa. Hipólito Nievo

La ley del mes (del Corte Inglés)

Mes a mes los grandes almacenes marcan en los almanaques los matices… y promociones comerciales.

Los años comienzan y terminan con ese simulacro de paz que es la navidad de buena voluntad. Antes la Navidad era una festividad familiar y religiosa donde apenas cabía el deseo de un próspero año nuevo. Ahora es otra época, de desbordante consumismo predestinado a liquidar la paga extra. En enero el proverbio decía: nieve en enero lleno el granero; o en enero, bufanda, capa y sombrero. De aquel enero, buen mes para el carbonero, se ha pasado al enero de doble efecto concatenando las rebajas con la cuesta de enero.

En febrero, un día malo y otro bueno, era el mes loco, donde ningún día se parece a otro: Febreruco es loco, unas veces por mucho y otras por poco. De aquel mes de febrero, que lo inventó un casero, ahora es el mes de San Valentín con los regalos para la pareja, incluso precedido el recién inventado Día del Soltero. Luego marzo, marcero, o tan frío como enero o tan falso como febrero. Del marzo engañador, un día malo y otro peor, a la campaña primaveral de temporada, los carnavales y el Día del Padre.

En abril, la flor empieza a salir. Ni abril sin flores, ni juventud sin amores, ni abril sin vacaciones (de Semana Santa). Abril sin granizar, no se vio ni se verá, y en tus vacaciones será. Además el 23 está el Internacional Día del Libro. Por mayo llueve a rayos. El mes de mayo, el mes más largo que tiene el año, comienza con el Día de la Madre. Y hasta el cuarenta de mayo, no te quites el sayo, y si junio es ruin hasta el fin. Cielo de junio, limpio como ninguno. Junio hortelano, mucha paja y poco grano, pero seguro que temporada de verano.

Julio caliente, quema al más valiente. Julio normal, seca el manantial. Pero si en julio llueve, renace la hierba y el trigo se pierde. Y más se pierde en las vacaciones estivales, en julio o en agosto. Si da por ser tormentoso, agosto será luctuoso, para la cosecha y para tu descanso anual.

Septiembre, el mes más malo que el año tiene. La luna de septiembre siete lunas deja atrás, como el retorno a casa olvida lo estival. Y la vuelta al “cole”, de cuotas, libros y uniformes, que arruina a la ciudadanía. El labrador, que a primeros repone los aperos, para octubre sus deudas cubre, pero ya no cabe esperar los compromisos saldar. Y menos ahora que también celebramos Halloween, en el cruce de octubre y noviembre.

Noviembre, dichoso mes que entra con Todos los Santos, nieve en los altos, y sale con San Andrés, nieve en los pies. En diciembre, leche y duerme, porque los días de diciembre, es noche oscura y apenas amanece. En diciembre, no hay valiente que no tiemble y más la cartera cuando la navidad, el Olentzero y los Reyes Magos vienen. Y así vuelta a empezar, mes a mes y año a año.

Antes, el refranero sugería aún para la parca, que no acepta calendario: Quien pasa el mes de enero, pasa el año entero; en septiembre, el enfermo tiemble; y en octubre el enfermo que no se agarra, cae con la hoja de parra. Ahora se suma a las inexorables “muerte y hacienda”, ésta también con su agenda del contribuyente, una tercera inevitable programación de cómo relanzar la economía global moviendo el dinero de nuestro bolsillo todos los meses. Añadiendo las previsibles olimpiadas y campeonatos deportivos, lo único que queda para una planificación puntual de campañas comerciales son los acontecimientos flotantes como eclipses, viajes, onomásticas,… y la tríada BBC (bodas, bautizos y comuniones) para ocasiones especiales. ¡Que usted lo gaste bien (y disfrute si puede)!

Versión final: mikel.agirregabiria.net/2006/meses.htm

Enamorados: En amor a dos

Las personas enamoradas nacen por segunda vez. Quizá por ello, sólo las almas enamoradas son dichosas.

El día de los enamorados conmemora a San Valentín, obispo que defendió el matrimonio cuando Claudio II lo prohibió a los soldados profesionales al peligrar el Imperio Romano. San Valentín siguió bendiciendo las uniones en secreto, hasta ser encarcelado. Uno de sus carceleros, reconociendo su bondad, le pidió que educara a su hija ciega. Ella recobró la vista y se enamoró del Santo, quien envió una nota de adiós a su discípula antes de ser ejecutado el 14 de Febrero de 269.

Las actuales tarjetas también expresan un amor incondicional. Amor, amor con mayúscula, esa clase de pasión que ningún otro afecto puede superar. Por ello, se habla de estar enamorado como un loco, y se quiere decir como un… tonto. Así el primer deber de los enamorados es ponerse en ridículo, al pretender ser más amables de lo que es posible. Pero los enamorados se olvidan de que el mundo los observa (con envidia), dado que ambos enamorados no ven -de todo el entorno- sino a sí mismos.

El genial Shakespeare supuso que “el amor es ciego y los enamorados no pueden ver las graciosas locuras que cometen”. Por eso, se dice que los enamorados no ven, que la pasión les ofusca; pero muchos creemos que son los demás quienes no comprenden nada porque les apaga la indiferencia. Los seres humanos, cuando amamos, ponemos en el amor algo divino. Y ese amor se reduplica, se propaga y alcanza a quienes están cerca de cualquier enamorado, que son la más sólida alegría.

Para escribir una tarjeta de San Valentín no es suficiente, ni necesario, ser poeta: Es mucho más exigente, hay que estar enamorado. Y enamorarse es, por lo pronto, sentirse encantado por alguien, y alguien sólo puede hechizar si es o parece ser la perfección. Pero una persona enamorada no necesita ser rapsoda, ni perfecta: Logra ambas cualidades, a un tiempo, y sin perseguirlo.

Cuidado con lo que escribes. Nunca hables de ti, ni siquiera de ella. Habla de nosotros, y de un futuro con estrellas. En un amor vivo, todo es signo; el más nimio detalle anuncia difusas dichas o desdichas. Un amor a toda prueba se demuestra, cuando cada amante se enamora de la otra persona en cada aliento, percibiendo que su amada es única. Para un enamorado amar demasiado,… es no amar lo suficiente. Pero no desesperes; día a día aprende, hora a hora… ¡enamórate y enamora!

Versión final en: http://mikel.agirregabiria.net/2006/enamorados.htm

La viñeta del Profeta

La peor caricatura del mundo en el que vivimos es que unos ridiculicen (y criminalicen a la quinta parte de la Humanidad), mientras otros radicales alienten al enfrentamiento planetario instrumentalizando el mensaje de las distintas religiones monoteístas.

El pasado 30 de septiembre de 2005, el principal periódico danés publicó una docena de caricaturas sobre Mahoma, y el 10 de enero de 2006 fueron reproducidas por una revista cristiana noruega. El motivo alegado fue que un escritor danés se quejó de la falta de ilustradores para un libro sobre la vida de Mahoma, por temor a represalias, dado que la representación de de la imagen de Mahoma es considerada blasfema por el Islam. El periódico solicitó el trabajo a dibujantes y doce enviaron su respectiva ilustración.

Entre esta docena de viñetas variadas, hay una en la que aparece Mahoma con una bomba en el turbante con un mensaje implícito de que todos los seguidores de Mahoma son posibles terroristas. Cabía esperar que pudieran sentirse ofendidas por tal cliché un colectivo de más de mil doscientos millones de personas, incluidos los millones de ciudadanos e inmigrantes europeos que pertenecen culturalmente a esta comunidad.

La redacción aseguró que tomó esa decisión editorial como mecanismo de defensa de "la democracia secular y la libertad de expresión", y para poner a prueba si el temor a las iras de musulmanes había comenzado a limitar la libertad de expresión en Dinamarca. Pero desde el punto de vista de muchos ciudadanos la publicación tuvo un propósito de provocación hacia la colonia musulmana en Dinamarca, que representa el 4% de su población.

El diario alegó que “hacen sátiras sobre la familia real y los políticos, y que no ridiculizar a los musulmanes sería mostrar prejuicios”. Sin embargo, el dibujante Christoffer Zieler vio rechazadas unas ilustraciones suyas sobre la resurrección de Jesucristo, porque el director del diario juzgó que serían consideradas demasiado ofensivas por los lectores,… por los lectores en general, y no necesariamente por los cristianos en particular.

Las viñetas publicadas son discutibles en todo (gratuitas, innecesarias, soeces,…), pero no son inocentes. Muchos consideramos que se trató de una estrategia perfectamente consciente, calculada y planificada de un periódico de derechas. Parece confirmado que consultaron a un especialista danés en islamismo y éste les alertó de la grave repercusión que ocasionaría. Pero decidieron imprimirlas desde su posición radical y de tintes xenófobos.

La cuestión no es la legalidad o no de la ofensiva publicación, sino de oportunidad e incluso de moralidad. La libertad de expresión debe ejercitarse sensatamente y evaluando todas sus consecuencias, porque no hay derecho sin responsabilidad y respeto a las demás libertades y a las diferentes sensibilidades. Aduciendo la sacrosanta libertad de expresión, nadie puede gritar ¡fuego! en una discoteca abarrotada, ni ¡bomba! en un avión.

A la indocumentada hegemonía que reputan algunos a la civilización centroeuropea frente al islamismo, cabría recordarles que hace 70 años un popular periódico alemán de los tiempos nazis, Der Strümer, ya publicaba caricaturas (antisemitas) del mismo estilo, y que tragedias interétnicas como el holocausto judío o el genocidio de los Balcanes han ocurrido no tan lejanamente en el corazón de nuestro continente.

En democracia es fundamental la bandera del derecho a poder expresarse libremente, pero no es un derecho absoluto, sino que mantiene la obligación de reflexionar, analizar y responder de todas las consecuencias previsibles de su ejercicio. En este siglo XXI de la globalización y la interculturalidad, la Prensa, el 4º Poder debiera ser consecuente y colaborar en dos tareas esenciales:

1º Ofreciendo ponderación cabal e información objetiva, que es lo más alejado de una historieta de mal gusto con estereotipos peyorativos que, al presentar al profeta Mahoma como un instigador de la violencia, insultan no sólo a los musulmanes, sino a cualquier inteligencia cultivada en el respeto a los sentimientos de religiosidad, y

2º Colaborando a la modernidad mediante la estricta separación de la política y la religión. En este sentido debiera ser obvio que ni el Islam incita a la guerra, ni el judaísmo avala la política de Israel, ni el cristianismo está representado por el belicismo de Bush.

El mensaje de todas las religiones monoteístas es de paz, pero a lo largo de la Historia ha sido mediatizado para alentar la guerra entre civilizaciones. No son islámicos, aunque sí fundamentalistas mensajes como “el eje del mal”, la “justicia infinita”, “por el imperio hacia Dios” o el “Dios con nosotros” (Gott mit uns) inscrito en la hebilla del cinturón de los soldados nazis. Quienes matan en nombre de Dios son falsos creyentes, porque confunden a ese “dios” invocado con un asesino.

En Europa prosigue una ignorancia enciclopédica sobre el Islam, a pesar del creciente porcentaje de nuestros compatriotas de origen musulmán. Casi todo lo que se sabe está deformado con estereotipos que no resisten la prueba de la Historia, y las viñetas con descalificaciones viscerales son un paradigma del desconocimiento supino.

En árabe, Islām deriva de la raíz S-L-M que significa "paz", al igual que en musulmán, o en Salām que es la salutación común con deseo de bien. El mismo concepto de jihad se ha traducido equívocamente como 'guerra santa', cuando se refiere a la lucha personal de perfección para vivir pacíficamente. Fue el mismo Mahoma quien dictó que “sólo los pueblos que respetan todas las religiones merecen que las suyas sean respetadas”.

El riesgo de los fundamentalismos y de los gobiernos teocráticos no es exclusivo de algunas opciones políticas de Oriente, sino que está presente en la mentalidad agresiva, dominante y de superioridad sobre el resto del planeta (por ‘mandato divino’) que todavía reina en algunos dirigentes de Occidente. Un Norte que olvida quién ha invadido la cuna de todas las civilizaciones (Irak), creyendo actuar en respuesta a un imperativo religioso.

Las ciudadanías orientales y occidentales ansían una paz justa y perdurable, una modernidad civil donde los sentimientos religiosos sean respetados, pero nunca impuestos. Las personas aprecian la convivencia interreligiosa, intercultural e interétnica con mucha más tolerancia que los dirigentes que se mueven buscando el poder tribal, nacional o mundial. Los medios de comunicación debieran quedar al servicio de sus lectores y no al socaire de los poderes e intereses que se benefician con los conflictos menores o mayores.

No es aceptable esa falacia del “choque de civilizaciones” de Samuel P. Huntington, que -en realidad- es una construcción ideológica promovida por el “Imperio” para seguir manteniendo el control del mundo, haciendo descarrilar las iniciativas políticas de encuentro y de “alianza de civilizaciones” llevadas a cabo por algunos organismos internacionales y por gobiernos democráticos. No colaboremos con las estrategias destructivas perfectamente calculadas por parte de los sectores extremistas de uno y otro lado del planeta, que buscan justificar los inmensos y crecientes gastos de “defensa”.

El nuevo Milenio debe avanzar decididamente en erradicar las causas del conflicto, luchando contra la pobreza y la ignorancia, que afectan a dos terceras partes de la Humanidad. Sólo así construiremos un mundo donde las creencias personales sean motivo de enriquecimiento pluralista y el diálogo interreligioso proscriba para siempre el odio entre los seres humanos.

Versión final en: http://mikel.agirregabiria.net/2006/profeta.htm

Abrigo natural


Ni así nos gustan los abrigos de pieles...

Nuestro héroe vespertino

La energía humana se manifiesta mejor en unos pocos. Aprendamos de ellos y emulemos su denuedo.

Según el diccionario héroe es alguien ilustre y famoso por sus hazañas o virtudes, o quien lleva a cabo una acción heroica, o una persona de carácter elevado. En este sentido, cada tarde solemos ver a nuestro héroe, que no cumple con otra acepción de héroe como personaje principal de grandes relatos.

Nuestro héroe posiblemente no es sino el protagonista de una vida de esfuerzo, de superación y modelo para quienes le conocen en su círculo. No sabemos cómo se llama nuestro héroe, pero nos lo encontramos muchas tardes cuando volvemos de trabajar camino de casa. En la carretera de Erandio, él espera para cruzar en medio del intenso tráfico. Animoso siempre, se apoya en sus muletas mientras conversa con algún amigo o compañero de trabajo. Se mueve trabajosamente, pero la alegría le acompaña en todo momento.

Al anochecer, el cansancio de una larga jornada parece abatirnos a todos, pero no a él. Ahí está, esperando para atravesar la calzada con su gorra y sus maletas colgadas, confiando en que algún coche pare o que la circulación se interrumpa. Sin prisa, sin perder la sonrisa que a otros ya nos falta. Un héroe genuino es aquél que hace todo lo que puede, mientras los demás no lo hacen. El héroe antiguo era el que afrontaba la muerte; el héroe moderno es el que acepta la vida.

Todos conocemos otros muchos héroes y heroínas de nuestro tiempo, de carne y hueso, grandes de corazón. No son héroes de ocasión, de una brava hazaña en un minuto glorioso; su heroísmo se prolonga durante toda una vida de carácter, demostrando su valía suplementaria. Su mérito no radica en que no sufran cansancio o miedo, sino en que jamás lo exteriorizan. Su ánimo ante el dolor y el sufrimiento es el mejor ejemplo, la mejor guía y el supremo argumento para continuar nuestras vidas.

Versión para imprimir: mikel.agirregabiria.net/2006/heroe.htm

Justicia y libertad

"Si alguien fracasa en conciliar la justicia y la libertad, fracasa en todo". Albert Camus (1913-1960)

Si en educación fracasamos en conciliar calidad y equidad, fracasaremos en todo.

Calma

El talento se educa en la calma y el carácter en la tempestad. Goethe
El mar es tan profundo en la calma como en la tempestad. Donne

La cultura como máxima riqueza

"Antiguamente, lo que distinguía
al rico del pobre
era cuánto dinero tenían en el bolsillo.
Ahora los distinguen
las ideas que tienen en la cabeza".


Naranja a la portuguesa

El secreto ingrediente de una inmejorable receta que se transmite de generación en generación en nuestra familia.

En mi casa siempre fue motivo de alegría cuando mi padre nos preparaba individualmente a cada uno de mis hermanos su célebre “naranja a la portuguesa”. Posteriormente comprobé que no existe tal fórmula gastronómica, y quizá la razón de ello sea la sencillez de su preparación: Basta cortar una naranja bien pelada en finas rodajas circulares y espolvorear azúcar por encima para endulzar aún más el sabor natural del cítrico. Con un solo fruto así troceado y presentado se cubre un amplio plato llano, que puede ser degustado cómodamente por el comensal.

Esta misma receta la he repetido miles de veces con mis hijos y mis sobrinas, ya casi todos mayores de edad, habiendo obtenido en todas las ocasiones el mismo éxito que mi padre. Aunque siempre sospeché cuál es el recóndito factor de su éxito, no ha sido hasta ayer cuando alguien ha verbalizado la clave. Ayer mi sobrina predilecta, que no diré quién es, me dijo: “Me gusta mucho, tío, porque la preparas sólo para mí”. Pocas veces se ha podido escuchar más nítidamente que el secreto ingrediente de la comida más deliciosa, y el de una familia unida, es el amor manifiesto que se expresa con un poco de tiempo pelando, cortando y endulzando con mucha solemnidad una simple naranja.

Versión para imprimir: mikel.agirregabiria.net/2006/naranja.htm

Nuevas amenazas nucleares

No sólo persiste el riesgo de un holocausto nuclear. Ahora, algunas superpotencias se arrogan el derecho a usar bombas nucleares tácticas como armas convencionales.

La “disuasión nuclear” neutralizó la tragedia de una Tercera Guerra Mundial entre superpotencias por la devastadora respuesta que originaría. El armamento nuclear era esgrimido de manera pasiva y con intenciones de desalentar cualquier primer ataque, bajo el “criterio de no-empleo” excepto como represalia. Durante la “Guerra Fría” entre Estados Unidos y la Unión Soviética la amenaza de una guerra termonuclear fue una lejana posibilidad, dado que ambos países se destruirían mutuamente. La destrucción mutua asegurada obligó a una coexistencia pacifica que pacificó el mundo en virtud del enorme riesgo que suponía.

Lamentablemente ese equilibrio por la disuasión parece haber quedado en el pasado. Seguramente por presiones de la industria armamentística, aún insatisfecha a pesar de iniciativas tan costosas como la comúnmente conocida como “guerra de las galaxias” pretendida Ronald Reagan (tras “ganar” la Guerra Fría) en la década del ‘80, y reencarnada en el proyecto del “escudo antimisiles” de George W. Bush.

Desde aquel aciago 6 de agosto de 1945 en Hiroshima se estima que ha habido más de dos mil pruebas nucleares en nuestro planeta. La mayoría son subterráneas desde que en 1963 entró en vigor el tratado de prohibición de pruebas atmosféricas, espaciales y submarinas. EE.UU. boicotea la Conferencia para la Prohibición Total de Pruebas (CTBT), lo que conduce a la investigación, la investigación a la producción, y la producción al emplazamiento de las armas nucleares. Sólo falta el último eslabón en la cadena: la utilización paulatina y gradual de las versiones “seguras o tácticas”.

La evolución imparable de las armas nucleares por parte de Estados Unidos y Rusia ha logrado una 6ª generación de proyectiles de tamaño reducido (con escasamente 4 Kg. de plutonio) o fuentes neutrónicas miniaturizadas, de variable potencia programada en el lanzamiento entre décimas de Kilotón (1 KT equivale a mil toneladas de TNT) y varios megatones.

Tras del 11-S, en 2002 el presidente norteamericano reconsideró su protocolo de empleo del armamento nuclear ampliando las ocasiones en su “revisión de la postura nuclear". Se detallan tres tipos de situaciones posibles: 1ª En represalia por ofensivas con armamento atómico, o de tipo biológico o químico; 2ª Contra blancos capaces de resistir ataques no nucleares; 3ª En la eventualidad de desarrollos militares imprevistos. Tristemente ésta parece no ser sólo la posición de los “halcones” del Pentágono.

El presidente francés, Jacques Chirac, el pasado 19 de enero de 2005 anunció la doctrina nuclear francesa: “Los dirigentes de Estados que recurrieran a medios terroristas contra nosotros o que pretendieran utilizar, de una u otra manera, armas de destrucción masiva deben entender que se expondrían a una respuesta firme y adaptada de nuestra parte, que puede ser convencional o de otra naturaleza (nuclear)”. Chirac, símbolo político europeo contra la invasión de Irak, apuesta en su discurso sobre el potencial nuclear francés en… ¡una guerra preventiva!

Francia, es la cuarta potencia nuclear en la historia desde 1960 (tras EE.UU., URSS y el Reino Unido) y la tercera o cuarta (emparejada con China) por el número de cabezas nucleares, lo que le supone un ingente costo de mantenimiento. Desde el Tratado de No Proliferación Nuclear de 1968, como miembro permanente del Consejo de Seguridad de la ONU (junto a los vencedores de la II Guerra Mundial, Estados Unidos, Rusia, China y Gran Bretaña) es uno de los cinco países con “derecho” al armamento nuclear. Ello no ha impedido que Israel, India y Pakistán se sumasen al “club atómico”, además de quienes renunciaron a tal “honor” como Sudáfrica (cuando Nelson Mandela desmanteló sus bombas) y como Ucrania, Kazajstán y Bielorrusia, que devolvieron a Rusia el armamento nuclear remanente tras la desintegración de la URSS.

En su intervención, Chirac pareció ir más allá del mero enfoque defensivo-disuasorio. Anunció que Francia ha reducido el número de cabezas nucleares en algunos misiles, lo que permite aumentar su alcance para “hacer algo diferente del ataque estratégico masivo”. Así, del supuestamente imposible escenario de una respuesta “total y definitiva” se pasa a una respuesta “adaptada”, y por tanto, utilizable. Más precisos y menos devastadores, estos misiles nucleares se convierten en armas tácticas y, de facto, con ‘posible empleo’.

“Contra una potencia regional, nuestra elección no es entre la inacción y la inercia”, señaló Chirac, añadiendo que “la flexibilidad y capacidad de reacción de nuestras fuerzas estratégicas nos permitirían ejercer nuestra respuesta directamente sobre sus centros de poder”. También amplió el concepto de “intereses vitales” de Francia, cuya amenaza podría implicar el empleo de estas armas. A los tradicionales (integridad territorial, protección de su población y libre ejercicio de su soberanía), Chirac sumó la “defensa de los países aliados” (una forma de potenciar la autonomía defensiva de la Unión Europea) y la “garantía de nuestros aprovisionamientos energéticos”. La referencia al abastecimiento de combustibles enlaza directamente con los recursos petrolíferos, y a pesar de los matices es una progresión hacia una “diplomacia de la amenaza”, por velada que ésta sea.

Esta declaración de Chirac alienta la muy significativa posición de algunos medios de comunicación próximos a los intereses de la Casa Blanca, que vienen sugiriendo que el uso de arsenal nuclear “táctico” estaría cerca de ser consensuado entre las potencias nucleares. Incluso llegando a insinuar que un eventual ataque a Irán (perpetrado por Israel y/o los Estados Unidos), no quedaría descartada la posibilidad del uso de armas nucleares “seguras”.

Una solución, tan deseable como improbable, para el conflicto en ciernes sería desnuclearizar todo el Oriente Medio. Su imposibilidad radica en que Israel considera que “su” armamento nuclear exclusivo (negado a sus adversarios directos) es la última garantía de que no se produzcan cambios en el mapa consolidado tras en la “Guerra de los Seis Días” de 1967. Esa misma realidad acelera la voluntad de Teherán de nuclearizarse, contano con una protección que impida una invasión como la de Irak. La tentación de la espiral militarista sería que Estados Unidos planificase un bombardeo selectivo de los “centros de poder de una potencia regional”.

Resulta sumamente hipócrita, y hasta cínico, que algunas potencias occidentales amenacen con resolver el tema de las presuntas armas nucleares iraníes (en ningún caso operativas antes de 8-10 años), mediante el uso precisamente de tales armas nucleares. Lejos queda la época de equilibrio de las superpotencias, cuando se mantenía estrictamente la renuncia de todos a dar “el primer golpe”, restando sólo la "represalia aplastante".

Ante las lógicas críticas suscitadas, Chirac ha aclarado en días posteriores en que el armamento nuclear francés es únicamente defensivo y que sus palabras no suponen asumir la tesis bushiana del “ataca primero”. Pero el primer mensaje del presidente galo puede que, en lugar de disuadir a terceros países, obre el efecto contrario de convencerles para la obtención de armas nucleares como única garantía de no ser atacados. Ello relanzaría la carrera armamentística y pondría la seguridad de la humanidad en peores condiciones, si cabe, que durante la larga Guerra Fría.

Versión final: mikel.agirregabiria.net/2006/nuclear2.htm

Necesitar, desear, intentar, obtener y merecer

Quizá no deseemos, ni hayamos obtenido, una gran verdad que necesitamos y merecemos: Lo que obtenemos, pocas veces es lo que necesitamos y casi nunca lo que deseamos, pero probablemente es lo que merecemos.

La secuencia lógica, pocas veces entendida, de consecución de objetivos es la siguiente: necesitar, desear, intentar - pedir o exigir (en su caso), obtener y merecer. Pero frecuentemente violamos esta cadena. No deseamos lo que necesitamos, no intentamos lo que deseamos, no obtenemos lo que intentamos, y claro finalmente no merecemos lo que obtenemos.

Tampoco recorremos la escalera correctamente en sentido contrario: Deseamos lo que no necesitamos; obtenemos lo que no deseamos y merecemos lo que no obtenemos. Conviene no saltarse ningún escalón, sobre todo el primero, porque la felicidad de la vida reside en comprender esta sucesión de cruciales verbos.

Antes de empezar a esforzarnos es clave determinar verdaderamente qué necesitamos, porque éste es el punto crítico donde arranca la mayoría de nuestros problemas. La mayoría de los fracasos comienzan en una mala detección de necesidades que confundimos con deseos. Por ejemplo, deseamos un amorío cuando lo que necesitamos es amor; o ansiamos el éxito cuando lo que precisamos es merecer el triunfo.

Necesitar es un gran verbo. Aprendamos a necesitar y a declarar nuestra necesidad. Así como necesitamos a personas que nos ayudaron a nacer, necesitamos que nos ayuden a vivir. Necesitar es vivir, es la primera y la última de las vivencias. Todos necesitamos mucho, es natural y generalizado necesitar de los demás. ¡Ah, y cómo amamos a las personas que necesitamos y a quienes nos necesitan! Quizá lo que más necesitamos en esta vida es que haya quien nos obligue a hacer todo lo que podemos hacer.

Desear o querer. Tal vez fuese mejor “querer" que "desear", porque en el deseo se expresa la impotencia, y en el querer, la fuerza. Por eso, amar no es desear sino querer. En todo caso, antes de desear algo ardientemente conviene comprobar la felicidad que le alcanza a quien ya lo posee. Hay deseos que es mejor echar de menos y que nunca se cumplan. El deseo debe ser medido por la necesidad, y quien obtiene lo que le es suficiente no debe desear más.

Intentar es trabajar. No basta desear aquello por lo que jamás nos esforzaremos en alcanzar. A la laboriosidad no le hace falta desear, porque está dispuesta a pagar el precio debido por la meta ansiada. Quizá no se pueda conseguir todo, mas se puede intentar todo. Para que pueda surgir lo posible, es preciso intentar una y otra vez lo imposible. Intentar algo denodadamente ya es merecerlo, aunque jamás se logre. Que jamás no venza el miedo a… intentarlo.

Obtener o conseguir. Una premisa necesaria para conseguir mucho es creer que el trabajo constante, firme e infatigable puede obtenerlo casi todo y asegura no merecer nunca el fracaso. Un buen consejo de William Shakespeare sugiere que “es más fácil obtener lo que se desea con una sonrisa que con la punta de la espada”. Trabajo y buenas formas son guías para conseguir lo que es justo y necesario.

Merecer: el gran verbo más difícil. Una cosa es alcanzar, y otra cosa merecer. Albert Camus decía “El éxito es fácil de obtener; lo difícil es merecerlo”. Notoriamente el éxito no es fácil, pero el éxito merecido es aún menos frecuente. Lo que es más fácil, con las reglas anteriores, es no merecer el fracaso, aunque no se alcance todo el éxito. La mayor desgracia, quizá la única desgracia, es merecer la desgracia. Una divisa para la gloria: Lo que merece ser hecho, merece que se haga bien.

Conclusión: Quien no ama la vida, no se la merece. En la fortuna y en la desgracia, en la gloria o en la amargura, mantengamos la esperanza pensando que luchando el fracaso será inmerecido en todo caso. Si faltaren las fuerzas, la sola audacia merecerá alabanza; en las grandes empresas, el intentarlas basta. La vida nos ha sido dada, pero sólo se merece dándola por algo más grande que nosotros.

La vida no se nos ha dado para ser felices, sino para merecer serlo. No está en manos de nosotros los mortales mandar en el éxito; pero podemos hacer mucho más que lograrlo: merecerlo.

Versión final en: http://mikel.agirregabiria.net/2006/merecer.htm
Pide un deseo... / Make a wish...

Amenaza nuclear

Lo que atemorizó al planeta durante décadas ya no asusta ante nuevos enemigos como el terrorismo. Pero persiste el riesgo de un holocausto nuclear.

Las armas nucleares, basadas en reacciones de fisión atómica o de fusión nuclear, cuentan desde el inicio del Proyecto Manhattan con una historia de apenas 65 años. Pero no se han jubilado. Han pasado a segundo plano, porque la “guerra fría” se desdibujó tras la caída y desintegración de la Unión Soviética. Pero aún restan más de 15.000 ingenios nucleares capaces de extinguir toda forma de vida en nuestro planeta.

El descubrimiento del neutrón por Chadwick en 1932, permitió que sólo siete meses después (el 12 de septiembre de 1933) el físico Leo Szilard, comprendiese que era posible generar inmensas cantidades de energía mediante reacciones neutrónicas en cadena. El 4 de julio de 1934, Szilard solicitó la patente de una bomba atómica, describiendo la reacción y el concepto de masa crítica. La patente le fue concedida, por lo que Leo Szilard fue el inventor de la bomba atómica. Al obtener la patente, se la ofreció como regalo al Reino Unido, confiando en que la caballerosidad británica evitaría que su invento fuese mal empleado alguna vez; sólo aceptaba que fuera usada contra los nazis si éstos la desarrollaban por su cuenta.

En los preámbulos y el desarrollo de la II Guerra Mundial, sólo hubo tres proyectos de construir una bomba atómica: el programa alemán, el francés y el angloamericano, siendo éste el único que lo concluyó a tiempo para intervenir en la última fase de la contienda, acabadas ya las hostilidades en Europa. La Alemania nazi carecía de fuentes de uranio, había perdido a sus científicos de origen judío y otros no colaboraron con el nazismo, y le faltaba de la capacidad industrial. Sus avances difícilmente hubiesen alcanzado algún resultado antes de 1950. El programa nuclear francés se vio interrumpido en sus albores por la ocupación nazi de la parte principal del país.

Con científicos alemanes expatriados, como Frisch y Peierls, el Reino Unido avanzó en el análisis teórico de la fisión rápida del uranio U-235. El 3 de septiembre de 1941, Winston Churchill decidió construir una bomba atómica, pero en diciembre el proyecto fue transferido a los EE.UU., donde el 9 de octubre de 1941, Franklin Roosevelt había autorizado la producción del arma atómica. De forma conjunta, y bajo la dirección de Julius Robert H. Oppenheimer, se puso en marcha el Proyecto Manhattan.

El 16 de julio de 1945 se detonó la primera bomba de fisión en la desértica zona de pruebas de Alamogordo (Nuevo México), con una potencia de 17,5 Kilotones (1 KT equivalente a mil toneladas del explosivo convencional TNT). Al mes siguiente, se lanzaban dos bombas atómicas sobre Japón. El 6 de agosto, la primera bomba A lanzada sobre Hiroshima causó inmediatamente 90.000 muertos. El 9 de agosto la segunda bomba ocasionó en Nagasaki la muerte inmediata de 60.000 personas, además de los miles de heridos e irradiados que fallecieron posteriormente. Las trágicas secuelas de ambas bombas, las únicas empleadas en guerra por autorización de Harry Truman, aún perduran entre los supervivientes y sus descendientes.

El 15 de agosto de 1945 finaliza la II Guerra Mundial, e inmediatamente la ventaja nuclear de EE.UU. asusta a su “aliada” (hasta entonces) la Unión Soviética. Josef Stalin entra en la carrera nuclear, con una doble vía de la tecnología propia y del espionaje. Con los datos del espía Klaus Fuchs, que les proporcionó los planos finales de la bomba de Nagasaki en junio de 1945, la URSS explosiona el 29 de agosto de 1949 en el polígono de Semipalatinsk (Kazajstán), una copia exacta de la bomba de Nagasaki que liberó una potencia de 22 KT. Dos años después, el 24 de septiembre de 1951 detonaron otro ingenio de diseño propio más refinado, de la "generación uno y medio". La Guerra Fría Nuclear había comenzado.

Pronto se suma otras potencias a la carrera nuclear. El 3 de octubre de 1952, el Reino Unido hace estallar su primera bomba atómica británica, a bordo de un viejo buque anclado cerca de la isla Trimouille (Australia). Francia, tras la debacle en la Indochina francesa (Vietnam), y la humillación de la confiscación del canal de Suez (octubre de 1956) gracias a que EE.UU. dejó sin apoyo a sus aliados, acelera su programa nuclear y el 13 de febrero de 1960 prueba su primera bomba en el Sahara argelino.

China, con asistencia inicial de la URSS, el 16 de octubre de 1964 detona su primera bomba A en el campo de pruebas de Lop Nor. Por esas fechas, Israel, había madurado su secreto programa nuclear aprovechando la transferencia de tecnología francesa. Parece confirmado que Israel en 1967, durante la guerra de los Seis Días disponía de 2 bombas atómicas que entraron en alerta. El 22 de septiembre de 1979 se produjo una misteriosa explosión nuclear en el sur del Océano Índico, que nadie se cree que fue una prueba conjunta sudafricana-israelí.

India, con asistencia civil occidental preliminar, detonó el 18 de mayo de 1974 un dispositivo atómico en el desierto de Thar (Rajastán). Tras la entrada de la India en el selecto club atómico, su vecino Pakistán tardaría años en dotarse de su primera bomba por las estrictas restricciones a la exportación de tecnologías de doble uso impuestas por las grandes potencias. El 28 de mayo de 1998 Pakistán una prueba de 5 explosiones atómicas simultáneas en las montañas del Beluchistán. La fecha se precipitó porque India había probado su primera bomba H termonuclear el 11 de mayo de 1998.

Mientras más países se dotaban de bombas atómicas de fisión atómica, bombas A, las potencias entraron en la carrera de las bombas H, de fusión nuclear con isótopos del hidrógeno. Estados Unidos probó el 1 de noviembre de 1952 la primera bomba termonuclear en el Atolón de Enewetak, en el Océano Pacífico, con una potencia de 10,4 MT. Aunque hubo un arsenal de estas "bombas H de emergencia", EE.UU. no dispuso de bombas H con normalidad hasta 1955, o quizá 1956. Como a continuación veremos, esto significa que la ventaja tecnológica real con la URSS en materia de armas nucleares se había perdido. La Unión Soviética esperaría hasta el 22 de noviembre de 1955 para probar su bomba H en Semipalatinsk, pero su obra era plenamente operativa militarmente.

Las restantes potencias militares también fueron logrando sus propias bombas H. El Reino Unido en noviembre de 1957; China en 1967 sólo 32 meses después de su primera bomba A; Francia esperó hasta principios de 1977 para instalarlas a bordo de sus submarinos nucleares. Israel parece contar con un arsenal reducido de armas termonucleares. India, tras más de 20 años sin pruebas nucleares, realizó su primera prueba termonuclear el 11 de mayo de 1998, acelerando –como se ha expuesto en líneas precedentes- la decisión pakistaní de realizar sus pruebas con armas de fisión, dos semanas después.

La distribución del arsenal termonucleares actual concentra en EE.UU. un total de entre 5.000 y 10.000 cabezas nucleares desplegadas. Rusia, heredera nuclear de lo que fuera la URSS y tras el desmantelamiento voluntario de Bielorrusia, Ucrania y Kazajstán, acumula entre un mínimo de 1.500 y un máximo de 3.500 ojivas operativas. Francia es la tercera potencia en armamento nuclear con entre 500 y 1000 artefactos nucleares. El Reino Unido cuenta con un máximo de 250 cabezas nucleares, mientras China dispone de entre 70 y un máximo de "varios centenares" de ojivas.

Israel con entre 100 y 200 cabezas nucleares desplegadas y operacionales, India con 200 cabezas nucleares y Pakistán con unas 50 armas atómicas a lo sumo, cierran el club atómico. Sudáfrica, que construyó al menos diez bombas atómicas de uranio enriquecido, es el único país de las desmanteló y renunció a su programa nuclear. La tensión actual parece concentrarse en Corea del Norte, que declaró disponer de armas nucleares el 24 de abril de 2003 (probablemente aún no militarizadas) e Irán, que dispone ya de uranio altamente enriquecido (HEU) y mantiene activo un programa de misiles.

A modo de curiosidad histórica, a principios de los años '70, Franco encargó un estudio sobre la posibilidad de construir armas nucleares. Aunque disponía de la tecnología necesaria, reservas de uranio y una zona de prueba (el Sahara), finalmente se desechó semejante proyecto. Actualmente se calcula que más de 40 países, incluido el Estado español, disponen de la tecnología y recursos para construir armas nucleares.

Ha habido varias situaciones en las que hubo riesgo del inicio de una guerra nuclear. Además de la Crisis de los misiles de Cuba, en octubre de 1962, ocasionada en respuesta al despliegue norteamericano de misiles en Turquía y a la invasión de Bahía de Cochinos, ha habido al menos otras cinco ocasiones en las que los sistemas de guerra nuclear de alguna superpotencia han entrado en alerta. El 9 de noviembre de 1979, los ordenadores del Pentágono notificaron súbitamente la existencia de un ataque nuclear soviético masivo. Todo el sistema de represalia nuclear se puso en marcha, los bombarderos despegaron y la defensa civil llegó a activarse. Sin embargo, los datos procedentes de los satélites y de los radares no coincidían, sin verse ningún misil soviético mientras los ordenadores aseguraban que había 300 dirigiéndose a toda velocidad hacia los Estados Unidos. Al final se comprobó que alguien había introducido inadvertidamente una cinta de entrenamiento como fuente de datos del ordenador central analizador de amenazas. Estos hechos trascendieron a la opinión pública e inspiraron la célebre película Juegos de Guerra.

Posteriormente el 3 de junio de 1980 se produjo otro incidente de alerta de un ataque nuclear soviético a causa de un chip defectuoso. El 26 de septiembre de 1983, sólo 25 días después del derribo de un Jumbo surcoreano civil por las Fuerzas Aéreas Soviéticas, una rara conjunción del equinoccio de otoño ocasionó un error en la red de satélites soviéticos que estuvo a punto de disparar la represalia de la URSS ante un falso ataque norteamericano. El más reciente suceso del que se tiene noticia ocurrió el 25 de enero de 1995 de un cohete suborbital noruego, de dimensiones parecidas a las de un misil intercontinental. Aunque el lanzamiento había sido notificado a la administración rusa de Yeltsin, por extravío en la comunicación este cohete real en el espacio activó la prealerta de toda la fuerza nuclear rusa.

En pleno siglo XXI pervive el peligro de un fin apocalíptico, bien por un acto de agresión desde un Estado o desde una organización terrorista, todo ello sin considerar los accidentes nucleares en instalaciones civiles. El Tratado de No Proliferación Nuclear, de 1968 y firmado hasta la fecha por 189 países, debiera avanzar en la triple dirección del paulatino desarme nuclear de las potencias atómicas, el no incremento de potencias nucleares y el uso exclusivamente civil de la energía atómica.

El riesgo de una catástrofe proviene no exclusivamente de Irán o de Corea del Norte, y haríamos bien las ciudadanías democráticas de todo el planeta en exigir “políticas de futuro” para la erradicación progresiva del armamento nuclear, tan disperso y diseminado por todos los continentes y océanos. El Organismo Internacional de la Energía Atómica (OIEA) debiera velar simultáneamente por el desarme y contra el tráfico ilícito de material nuclear, evitando no sólo que nuevos países ingresen en el tenebroso club atómico, sino animando a la salida de tal círculo a los países que apuestan por la paz (como hizo Nelson Mandela al desmantelar en Sudáfrica su armamento nuclear). Sólo así podríamos disipar la amenaza nuclear, reduciendo todos los arsenales al mínimo que bajo criterios de no-empleo por la destrucción mutua asegurada baste para esa controvertida “disuasión nuclear” que, es de reconocer, ha servido hasta la fecha para evitar una Tercera Guerra Mundial.

Versión final: mikel.agirregabiria.net/2006/nuclear.htm