El contexto: 1912 es el año del hundimiento del Hundimiento del Titanic, del escándalo Marconi en el Parlamento británico, del setenta aniversario de la revista The Illustrated London News (para la que Chesterton escribía) y de la fundación de la compañía teatral The Players’ Club por el autor.
Los artículos abordan temas tan variados como la crítica de la moda intelectual de la época, la enseñanza, la política, el papel del periodismo, la religión, la educación de las masas, la “gente culta” que quizá presume de saber pero carece de juicio, y la necesidad de una sabiduría que no sea sólo académica. El tono es ágil, sardónico, divertido muchas veces, pero también serio cuando apunta a lo que considera una decadencia moral o cultural.
Por ejemplo, uno de los ejes es la idea de que la cultura o la educación no garantizan el sentido común, la virtud o el buen juicio. Que una “gente culta” sin raíces, sin humildad, sin conexión con lo real, puede caer en la estupidez —en la vulgaridad intelectual, en la arrogancia. Esa es la provocación del autor.
Otra línea es la defensa de lo cotidiano, de lo popular, de la sabiduría común frente al elitismo o al esnobismo. Chesterton recuerda que los “expertos” no deben convertirse en sacerdotes de la verdad sin cuestionamiento.
Este libro permite al lector adentrarse en la faceta periodística de Chesterton, menos conocida quizá que sus novelas, pero igualmente reveladora de su personalidad literaria: humor, paradoja, crítica social, ironía ética. Además, muestra cómo pensaba en aquel momento sobre cultura, educación, medios de comunicación y sociedad. Aun siendo textos de 1912, muchas de sus observaciones tienen vigencia para la educación, la prensa y la reflexión sobre el saber.
Siguen tres citas extraídas del autor que ilustran bien su pensamiento (y que sirven como complemento al volumen, disponible también en Google Books):
G. K. Chesterton (Gilbert Keith Chesterton, véase en otros muchos posts) nació el 29 de mayo de 1874 en Londres y falleció el 14 de junio de 1936 en Beaconsfield, Buckinghamshire. Fue un escritor muy prolífico: ensayista, novelista, crítico literario, periodista y apologista cristiano. Su educación incluyó estudios artísticos en la Slade School y literatura en University College London.
Chesterton desarrolló un estilo distintivo, lleno de paradojas, humor, ironía inteligente y una defensa de lo que él consideraba “el sentido común” frente a modas intelectuales o filosofías de su tiempo. Inicialmente se identificó con el anglicanismo, pero en 1922 se convirtió plenamente al catolicismo, lo cual marcó profundamente su obra posterior.
Entre sus obras más conocidas figuran la novela The Man Who Was Thursday (1908), la serie de relatos del sacerdote-detective Father Brown y los ensayos Orthodoxy (1908) y The Everlasting Man (1925). Su importancia literaria radica también en su capacidad para combinar lo cotidiano y lo filosófico, lo humorístico y lo serio, y para cuestionar la “sabiduría establecida” con una mirada fresca. Por todo ello, muchos lo han llamado “el príncipe de la paradoja”.
La niña del pelo rojo, una revolución pendiente desde 1910 según el gran escritor, periodista, polemista, e intelectual católico Gilbert Keith #Chesterton. Una historia para #QuantHumanity.
— Mikel Agirregabiria (@agirregabiria) December 18, 2024

“Con el pelo rojo de una golfilla del arroyo prenderé fuego a toda la civilización… pic.twitter.com/yCDKVYWV0Z


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