ETA es una aberración ética. Su existencia es ominosa, sus efectos inhumanos, sus consecuencias abominables.
Por todo ello, ETA debe desaparecer. Las víctimas de ETA, necesitan nuestro apoyo y nuestra protección, ahora y siempre, como todas las víctimas del odio y de la sinrazón. Esto es lo único seguro; porque la mente y el corazón, aunados en el dolor, no engañan: ¡Un abrazo solidario para las víctimas de ETA!, que -en el fondo- lo somos todos.
La carta puede terminar en este punto, porque las perplejidades comienzan aquí, en las siguientes disyuntivas.
1.º ¿ETA es un fenómeno político o pura delincuencia? En el primer caso denotaría un conflicto político y en el segundo nada tendrían que ver las opciones políticas con su ilógica pervivencia.
2.º ¿ETA es combatida decididamente por el Gobierno Vasco del PNV? El terrorismo en Navarra donde nunca ha gobernado el PNV, ¿es diferente o similar al de la Comunidad Autónoma del País Vasco?
3.º ¿El fin de ETA es el primer objetivo del Lehendakari Ibarretxe? Si su “Propuesta para la Convivencia” exige la desaparición previa de toda forma de violencia, ¿el final de ETA es prioritario o secundario?
4.º ¿ETA beneficia al nacionalismo vasco o al antivasco? Que alguien cuente los votos que ha dado a las opciones abertzales y a las otras.
5.º ¿Quiénes tratan de obtener provecho político de ETA? Esta pregunta creo que es diferente de la anterior. ¿Quiénes esgrimen la subsistencia de ETA como argumento electoral, los nacionalistas vascos o los nacionalistas españoles? Se podría añadir otra cuestión: ¿Dónde da más votos ETA, dentro o fuera de Euskadi?
6.º ¿ETA es igual a Batasuna? Y si es así, ¿ETA es igual a PNV? Y si es así, ¿ETA es igual a Ezker Batua? Y si es así,… ¿no seríamos demasiados los que no estaríamos con los nuestros, esto es, con los demócratas defensores de los derechos humanos?
7.º ¿Es la educación vasca culpable de ETA? NO. Cualquier educador, educando o familia vasca sabe fehacientemente que la educación vasca (que no ha sido gestionada por el PNV en los últimos quince años) siempre ha formado a su alumnado en valores pacíficos, democráticos y éticos.
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Proyecto de Ley de la Consulta
De la intervención del Lehendakari Ibarretxe (texto completo) extracto literalmente algunas frases (y no otras): "... No es de extrañar que la sociedad vasca esté hastiada de la violencia de ETA y también cansada del bloqueo político y de los políticos por no aportar soluciones. Pero por suerte la sociedad vasca es sensata y vital y ha tomado conciencia de que tiene la llave en su mano y desea que le demos una oportunidad para exigir a ETA que abandone definitivamente la violencia y también para emplazar a los partidos políticos a que se sienten, dialoguen sin exclusiones y alcancen un Acuerdo para la normalización política"... / ... "queremos la Paz. Porque queremos “poner a ETA en su sitio”, exigiéndole que abandone la violencia de una vez y para siempre y diciéndole que la política corresponde solamente a los políticos, que somos los legítimos representantes del Pueblo. Porque queremos que la sociedad vasca ratifique un compromiso ético en contra de la violencia en términos similares a los que se plantearon en el Acuerdo de Ajuria-Enea y en el Congreso de los Diputados, en mayo de 2005"... / ... "La sociedad vasca ha tomado conciencia de que está en su mano exigir a ETA el fin de la violencia"... Una primera valoración: Lamentablemente, considero que la consulta divide a la sociedad vasca. Y lo creo porque aunque muchos (algo más de la mitad) opinasen que no debiera dividirla, otros muchos (casi la mitad) sí parecen opinar que la divide. Por lo tanto, y como mínimo, hay división de opiniones. Y, aunque todos los votos son "legales", no todos los votos son igualmente legítimos. Y en este resultado 34 frente a 33, división total, hay un voto -justamente el que deshace el empate, pero agudiza la confrontación- que, a casi todos y como mínimo, nos incomoda. Y nos desagrada porque, aunque representa a una pequeña parte del electorado de la CAV (16%), no repudia la violencia de ETA en plena Unión Europea del siglo XXI. Tags Technorati: politika 2.0 | política vasca |
En la antesala de la paz
Necesitamos la paz para normalizar nuestra existencia y asegurar un futuro de progreso social, económico y político.
Se ha especulado demasiado con la inminencia de un comunicado en el que ETA declare el fin de violencia. Con filtraciones interesadas, como la recibida por los rotativos barceloneses El Periódico y La Vanguardia que publicaron en portada un anuncio del alto el fuego de la banda ETA el 15-2-06. En Euskadi incluso fue vox populi el bulo de que ese día ETB a las 15:00 daría la noticia siguiendo instrucciones adelantadas y que se confirmarían minutos antes.
El "Ya viene, ya viene..." había sido animado por las declaraciones del presidente Rodríguez Zapatero, con el célebre «inicio del principio del fin», nada menos que en tres ocasiones durante la semana anterior: Tras el Consejo de Ministros, en el aniversario del asesinato de Tomás y Valiente, y en el Congreso de los Diputados para responder a Rajoy. También Ibarretxe ha reconocido que "se está esperando la decisión de la banda terrorista" y "que hay que estar preparados para cosas buenas", aunque sin poner plazos concretos. Sin embargo, el dirigente de Batasuna, Pernando Barrena, se refería a las informaciones de los dos diarios catalanes como "titulares pomposos y llamativos", de "supuestas informaciones" y de "falta de rigor".
Había coincidencia, sin embargo, entre lo dicho por Zapatero, “el proceso será duro, largo y difícil”, y lo anunciado por Arnaldo Otegi, "existe una oportunidad abierta para solucionar el conflicto" vasco, aunque el proceso, que es "mucho más" que una tregua de ETA, será "difícil, duro y largo". Tres adjetivos coincidentes que, aunque anuncian una anhelada expectativa, la fían para lejos.
Los indicios favorables de que ese amanecer está cerca son muchos y significativos: El 23-2-06 se cumplirán mil días sin atentados mortales, y el 30-5-06 serán tres años con muchas otras víctimas, pero sin más sangre derramada. Y cada día que pasa sin muertos hace más improbable e impensable una vuelta atrás.
Otros signos positivos del proceso de distensión social son la formalización de relaciones, por primera vez en la historia, entre el sindicato abertzale LAB y el socialista UGT, o el manifiesto a favor del proceso de paz en Euskadi que parlamentarias de todos los partidos vascos (excepto el PP) intentar acordar para el 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer Trabajadora.
El gobierno socialista ha dado pasos significativos, el principal de los cuales es la resolución parlamentaria de mayo de 2005, aprobada por todos los partidos menos el PP, y que recoge, a su vez, el punto 10 del Pacto de Ajuria Enea de enero de 1988, sobre cómo conducir un eventual proceso de paz.
El sistema de las dos mesas (la mesa del Gobierno y ETA, y la mesa de partidos) parece aceptado por todos los agentes políticos, excepto el PP que sobreactúa a la desesperada buscando unos réditos electorales a corto plazo, que algún día se volverán en su contra. Otegi señalaba que la mesa esencial era la de los partidos, dando por supuesto que en la otra hay que tratar poco (la carta de la política penitenciaria). Los demócratas sólo exigimos que ETA no tutele el proceso político en Euskadi en la mesa entre partidos, cuyos agentes son los únicos que tienen depositada la representación de la ciudadanía en función y cuantía determinada por las urnas.
El tic-tac del reloj prosigue imparable. En Euskadi el hartazgo y la náusea son unánimes. No se ha conocido sino la violencia de la dictadura y luego la de la “lucha armada”. Está hastiado, del primero al último de sus ciudadanos, incluyendo las bases sociales de Batasuna que también saben que el tiempo de la violencia ha concluido. Además, la ilegalizada Batasuna quiere recuperar su rol político en las elecciones municipales y forales de 2007, y para ello gestiona que ETA proclame su cese. Desde noviembre de 2004 su Declaración de Anoeta apuesta exclusivamente por las vías políticas. Ya no se trata de un intercambio de paz por presos como condición previa al alto el fuego, sino de legalización de Batasuna tras un compromiso verificable de la retirada de ETA.
El ciclo de ETA está acabado, porque así lo perciben sus mismos integrantes. Ya sólo les queda, aunque suene cínico, pasar su último recibo del “impuesto revolucionario” y negociar la entrega de las armas. En “su mesa”, ellos no olvidan lo que dijo el propio Aznar en su época (en el frustrado proceso de paz de 1998 en Zurich, como en 1989 en Argel en tiempos de Felipe González), que “la ley se va a cumplir siempre, pero el espíritu tiene que ser abierto y generoso”. A pesar de la acusada politización partidista de algunos foros, para superar tanto y tan largo sufrimiento también las víctimas (que en muy distinto grado lo somos todos) aceptarían que se aplicase la generosidad de un Estado de Derecho.
Existe una triple obviedad en esta espera: 1º) Algún día llegará la ansiada paz. 2º) Ese día, cada minuto que pasa, está más cerca. 3º) Todos podemos hacer algo para adelantar esa fecha. Un buen consejo es que circule sin rubor el diálogo, el perdón, la tolerancia, la aproximación y la esperanza.
Versión para imprimir en: http://mikel.agirregabiria.net/2006/paz.htm
Se ha especulado demasiado con la inminencia de un comunicado en el que ETA declare el fin de violencia. Con filtraciones interesadas, como la recibida por los rotativos barceloneses El Periódico y La Vanguardia que publicaron en portada un anuncio del alto el fuego de la banda ETA el 15-2-06. En Euskadi incluso fue vox populi el bulo de que ese día ETB a las 15:00 daría la noticia siguiendo instrucciones adelantadas y que se confirmarían minutos antes.
El "Ya viene, ya viene..." había sido animado por las declaraciones del presidente Rodríguez Zapatero, con el célebre «inicio del principio del fin», nada menos que en tres ocasiones durante la semana anterior: Tras el Consejo de Ministros, en el aniversario del asesinato de Tomás y Valiente, y en el Congreso de los Diputados para responder a Rajoy. También Ibarretxe ha reconocido que "se está esperando la decisión de la banda terrorista" y "que hay que estar preparados para cosas buenas", aunque sin poner plazos concretos. Sin embargo, el dirigente de Batasuna, Pernando Barrena, se refería a las informaciones de los dos diarios catalanes como "titulares pomposos y llamativos", de "supuestas informaciones" y de "falta de rigor".
Había coincidencia, sin embargo, entre lo dicho por Zapatero, “el proceso será duro, largo y difícil”, y lo anunciado por Arnaldo Otegi, "existe una oportunidad abierta para solucionar el conflicto" vasco, aunque el proceso, que es "mucho más" que una tregua de ETA, será "difícil, duro y largo". Tres adjetivos coincidentes que, aunque anuncian una anhelada expectativa, la fían para lejos.
Los indicios favorables de que ese amanecer está cerca son muchos y significativos: El 23-2-06 se cumplirán mil días sin atentados mortales, y el 30-5-06 serán tres años con muchas otras víctimas, pero sin más sangre derramada. Y cada día que pasa sin muertos hace más improbable e impensable una vuelta atrás.
Otros signos positivos del proceso de distensión social son la formalización de relaciones, por primera vez en la historia, entre el sindicato abertzale LAB y el socialista UGT, o el manifiesto a favor del proceso de paz en Euskadi que parlamentarias de todos los partidos vascos (excepto el PP) intentar acordar para el 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer Trabajadora.
El gobierno socialista ha dado pasos significativos, el principal de los cuales es la resolución parlamentaria de mayo de 2005, aprobada por todos los partidos menos el PP, y que recoge, a su vez, el punto 10 del Pacto de Ajuria Enea de enero de 1988, sobre cómo conducir un eventual proceso de paz.
El sistema de las dos mesas (la mesa del Gobierno y ETA, y la mesa de partidos) parece aceptado por todos los agentes políticos, excepto el PP que sobreactúa a la desesperada buscando unos réditos electorales a corto plazo, que algún día se volverán en su contra. Otegi señalaba que la mesa esencial era la de los partidos, dando por supuesto que en la otra hay que tratar poco (la carta de la política penitenciaria). Los demócratas sólo exigimos que ETA no tutele el proceso político en Euskadi en la mesa entre partidos, cuyos agentes son los únicos que tienen depositada la representación de la ciudadanía en función y cuantía determinada por las urnas.
El tic-tac del reloj prosigue imparable. En Euskadi el hartazgo y la náusea son unánimes. No se ha conocido sino la violencia de la dictadura y luego la de la “lucha armada”. Está hastiado, del primero al último de sus ciudadanos, incluyendo las bases sociales de Batasuna que también saben que el tiempo de la violencia ha concluido. Además, la ilegalizada Batasuna quiere recuperar su rol político en las elecciones municipales y forales de 2007, y para ello gestiona que ETA proclame su cese. Desde noviembre de 2004 su Declaración de Anoeta apuesta exclusivamente por las vías políticas. Ya no se trata de un intercambio de paz por presos como condición previa al alto el fuego, sino de legalización de Batasuna tras un compromiso verificable de la retirada de ETA.
El ciclo de ETA está acabado, porque así lo perciben sus mismos integrantes. Ya sólo les queda, aunque suene cínico, pasar su último recibo del “impuesto revolucionario” y negociar la entrega de las armas. En “su mesa”, ellos no olvidan lo que dijo el propio Aznar en su época (en el frustrado proceso de paz de 1998 en Zurich, como en 1989 en Argel en tiempos de Felipe González), que “la ley se va a cumplir siempre, pero el espíritu tiene que ser abierto y generoso”. A pesar de la acusada politización partidista de algunos foros, para superar tanto y tan largo sufrimiento también las víctimas (que en muy distinto grado lo somos todos) aceptarían que se aplicase la generosidad de un Estado de Derecho.
Existe una triple obviedad en esta espera: 1º) Algún día llegará la ansiada paz. 2º) Ese día, cada minuto que pasa, está más cerca. 3º) Todos podemos hacer algo para adelantar esa fecha. Un buen consejo es que circule sin rubor el diálogo, el perdón, la tolerancia, la aproximación y la esperanza.
Versión para imprimir en: http://mikel.agirregabiria.net/2006/paz.htm
Un año sin ETA
Asesinar para defender un ideal no es defender un ideal, es asesinar.
El 30 de mayo se cumplirá un año desde el último asesinato de ETA, cuando mató vilmente a Julián Embid y Bonifacio Martín, en Sangüesa (Navarra). Aparte de la tregua, delimitada por los homicidios de Manuel Zamarreño en Rentería y de Pedro Antonio Blanco en Madrid, entre el 25-6-1998 y el 21-1-2000, sólo en 1970 hubo un periodo tan extenso sin ETA.
El declive de ETA es debido a una confluencia de motivos, pero indudablemente la causa última de todas estas razones radica en el rechazo social y la náusea universal que provocan sus acciones, tanto dentro como fuera de Euskadi. Su manifiesta decadencia operativa, en brutales asesinatos y en fenómenos asociados como la violencia callejera (1.113 sabotajes en 1996), es quizá preludio de su final, y constituye la mejor noticia que puede recibir la ciudadanía pacífica, con independencia de su ubicación geográfica o sentir político.
ETA puede contribuir al futuro de Euskadi,… desapareciendo definitivamente. Su creciente gusto por los comunicados extensos sustituyendo a armas y explosivos, deberían llevarles a la elemental conclusión de que su opinión sólo podrá ser escuchada y respetada cuando ellos dejen de acosar y disparar a quienes discrepan de sus posiciones políticas.
El fin del akelarre etarra traería verdaderamente la “construcción nacional” después de tanta “destrucción racional” y “obstrucción pasional”. Significaría, en primer lugar, una catarsis ética colectiva para todo un Pueblo, el vasco, que ha sido injustamente mezclado con esta aberración moral. La paz sin ETA liberaría a millares de personas, actualmente bajo la despiadada violencia de persecución, y constituiría una restitución a las incontables víctimas de esta desgracia. Incluso sería un alivio y un respiro para el colectivo de personas encarceladas por pertenencia a ETA y de sus familiares, que comprobarían la generosidad de la sociedad actual ante la superación del anacrónico fenómeno del terrorismo en la Europa del siglo XXI.
Adicionalmente, la disolución de ETA permitiría la normalización política de Euskadi y de los Estados español y francés. Implicaría la legitimidad de todas las candidaturas partidistas y el debate abierto de ideas y opciones políticas, por la vía del diálogo y la negociación, que siempre son imparables cuando se sustentan democrática y pacíficamente en la mayoría social de un Pueblo. Finalmente, la extinción de ETA generaría la valiosa recuperación de los ingentes recursos humanos y presupuestarios actualmente destinados a esta fatalidad, que permitirían atender desatendidas necesidades sociales e incrementar la solidaridad entre personas y Pueblos del mundo.
Los vascos hablamos de lo que nos duele. Un proverbio vasco dice: “Non mina, han mihia” (Donde el dolor, allí la lengua). Euskadi no merece ser un trozo del infierno terrorista, ni la maldición de esperar sin esperanza. Siempre hemos sabido qué anhelamos, qué perseguimos y qué conseguiremos. Ya vemos la luz al final del túnel. Próxima parada: la PAZ.
El 30 de mayo se cumplirá un año desde el último asesinato de ETA, cuando mató vilmente a Julián Embid y Bonifacio Martín, en Sangüesa (Navarra). Aparte de la tregua, delimitada por los homicidios de Manuel Zamarreño en Rentería y de Pedro Antonio Blanco en Madrid, entre el 25-6-1998 y el 21-1-2000, sólo en 1970 hubo un periodo tan extenso sin ETA.
El declive de ETA es debido a una confluencia de motivos, pero indudablemente la causa última de todas estas razones radica en el rechazo social y la náusea universal que provocan sus acciones, tanto dentro como fuera de Euskadi. Su manifiesta decadencia operativa, en brutales asesinatos y en fenómenos asociados como la violencia callejera (1.113 sabotajes en 1996), es quizá preludio de su final, y constituye la mejor noticia que puede recibir la ciudadanía pacífica, con independencia de su ubicación geográfica o sentir político.
ETA puede contribuir al futuro de Euskadi,… desapareciendo definitivamente. Su creciente gusto por los comunicados extensos sustituyendo a armas y explosivos, deberían llevarles a la elemental conclusión de que su opinión sólo podrá ser escuchada y respetada cuando ellos dejen de acosar y disparar a quienes discrepan de sus posiciones políticas.
El fin del akelarre etarra traería verdaderamente la “construcción nacional” después de tanta “destrucción racional” y “obstrucción pasional”. Significaría, en primer lugar, una catarsis ética colectiva para todo un Pueblo, el vasco, que ha sido injustamente mezclado con esta aberración moral. La paz sin ETA liberaría a millares de personas, actualmente bajo la despiadada violencia de persecución, y constituiría una restitución a las incontables víctimas de esta desgracia. Incluso sería un alivio y un respiro para el colectivo de personas encarceladas por pertenencia a ETA y de sus familiares, que comprobarían la generosidad de la sociedad actual ante la superación del anacrónico fenómeno del terrorismo en la Europa del siglo XXI.
Adicionalmente, la disolución de ETA permitiría la normalización política de Euskadi y de los Estados español y francés. Implicaría la legitimidad de todas las candidaturas partidistas y el debate abierto de ideas y opciones políticas, por la vía del diálogo y la negociación, que siempre son imparables cuando se sustentan democrática y pacíficamente en la mayoría social de un Pueblo. Finalmente, la extinción de ETA generaría la valiosa recuperación de los ingentes recursos humanos y presupuestarios actualmente destinados a esta fatalidad, que permitirían atender desatendidas necesidades sociales e incrementar la solidaridad entre personas y Pueblos del mundo.
Los vascos hablamos de lo que nos duele. Un proverbio vasco dice: “Non mina, han mihia” (Donde el dolor, allí la lengua). Euskadi no merece ser un trozo del infierno terrorista, ni la maldición de esperar sin esperanza. Siempre hemos sabido qué anhelamos, qué perseguimos y qué conseguiremos. Ya vemos la luz al final del túnel. Próxima parada: la PAZ.
Casi todos contra ETA
Contra la violencia y todos sus siniestros efectos
Cualquier ciudadano democrático y pacífico dispone de toda la legitimidad y autoridad moral para manifestarse contra la fragrante violación de los Derechos Humanos, sin necesidad de que ningún partido (incluido el PP) deba revalidar tal derecho. Una multitudinaria concentración silenciosa contra la violencia terrorista y bajo el lema “En defensa de la democracia, el autogobierno de Cataluña y en solidaridad con todos los ciudadanos del Estado. ETA no, ni aquí ni en ningún lugar”, no puede ser una “burda manipulación” bajo ninguna interpretación partidista.
En Barcelona estarán todos los partidos políticos del Estado, excepto el PP y la ilegalizada Batasuna. ¡Ojalá el electorado valore cumplidamente la actitud de este PP que considera patrimonio exclusivo suyo la Constitución (que votó en contra como Alianza Popular) o las propias víctimas (que son muchas más que las que se agrupan en determinados foros)! ¡Basta ya de pretender rebañar votos con una burda instrumentación sectaria de la trágica violencia terrorista!
Cuando faltan unas horas para el inicio de la campaña electoral es el momento de unir “hombro con hombro” a toda la ciudadanía, muy por encima de las genuinas diferencias de partido. Allí, en la Plaza Sant Jaume, estaremos espiritualmente muchos millones de demócratas que no podemos acercarnos en persona a sumarnos a esta convocatoria, para reafirmar y reiterar una vez más nuestra firme posición ética de solidaridad con las víctimas y rechazo del terrorismo a fin de desterrar de entre todos nosotros los perversos efectos humanos y sociales que causa la injustificable violencia.
Cualquier ciudadano democrático y pacífico dispone de toda la legitimidad y autoridad moral para manifestarse contra la fragrante violación de los Derechos Humanos, sin necesidad de que ningún partido (incluido el PP) deba revalidar tal derecho. Una multitudinaria concentración silenciosa contra la violencia terrorista y bajo el lema “En defensa de la democracia, el autogobierno de Cataluña y en solidaridad con todos los ciudadanos del Estado. ETA no, ni aquí ni en ningún lugar”, no puede ser una “burda manipulación” bajo ninguna interpretación partidista.
En Barcelona estarán todos los partidos políticos del Estado, excepto el PP y la ilegalizada Batasuna. ¡Ojalá el electorado valore cumplidamente la actitud de este PP que considera patrimonio exclusivo suyo la Constitución (que votó en contra como Alianza Popular) o las propias víctimas (que son muchas más que las que se agrupan en determinados foros)! ¡Basta ya de pretender rebañar votos con una burda instrumentación sectaria de la trágica violencia terrorista!
Cuando faltan unas horas para el inicio de la campaña electoral es el momento de unir “hombro con hombro” a toda la ciudadanía, muy por encima de las genuinas diferencias de partido. Allí, en la Plaza Sant Jaume, estaremos espiritualmente muchos millones de demócratas que no podemos acercarnos en persona a sumarnos a esta convocatoria, para reafirmar y reiterar una vez más nuestra firme posición ética de solidaridad con las víctimas y rechazo del terrorismo a fin de desterrar de entre todos nosotros los perversos efectos humanos y sociales que causa la injustificable violencia.
Tretas de tregua
Una farsa para digerir una tragedia
El drama del terrorismo de ETA ha sido analizado desde todas sus perspectivas éticas, políticas y sociales. Sus perversos efectos desde la suprema vertiente moral hasta el prosaico plano económico son de tal magnitud que poco puede añadirse para reprobar su actividad. Quizá una dosis de sátira ácida, cínica y procaz sea un último intento de abordaje de un problema infinitamente tratado, pero fatídicamente inconcluso.
La ridiculización de la “lógica” etarra resulta especialmente asequible, si no fuese porque el absurdo se une con la repulsión para evitar entrar en tal exploración. ETA en su evolución por las circunstancias externas de todo tipo que han provocado su debilitamiento, especialmente el rechazo social hasta de sus postreros simpatizantes, ha entrado en una fase terminal donde, junto a sus aborrecibles crímenes consumados o sin consumar, ha comenzado a gestionar sus “treguas”. Con el máximo desapasionamiento que cabe ante semejante calvario, hay que reconocer que siempre será mejor que la noticia que ETA busca, y que algunos medios y partidos le conceden, sea por motivos de ceses de violencia que por asesinatos.
Las variantes de paréntesis ensayadas por ETA han sido dos hasta el momento. La tregua indefinida, pero no definitiva, del 16-9-1998 y la tregua para Catalunya anunciada el 18-2-2004. Le restan aún numerosas opciones, que serán bienvenidas siempre que no se alternen con crímenes. Podrían sugerirse a los “estrategas” de ETA armisticios por sexo, edad, horario, calendario, colectivos o lugares, además de los aplazamientos por territorios o tiempos. Qué bendición sería, por ejemplo, que se descartasen como víctimas a las mujeres: ¡cuántas buenas docentes que conozco, así como sus familias y amigos quedaríamos tranquilizados! O que se apartasen como víctimas a los menores de 21 años y mayores de 60. También podría evitarse atentados fuera del intervalo de 8:00 a 20:00 del horario de Greenwich, quedar exentos los sábados y domingos, así como los tres meses del verano. ¡Cuántas personas amenazadas y escoltas descansarían, por no mencionar el ahorro generado! Igualmente se podrían recortar el número de gremios atemorizados, descartando por tipo de actividad a los concejales no liberados, a los periodistas sin columna o a los políticos sin escaño. Algunos lugares, o incluso localidades, podrían quedar como zonas con derecho de asilo, como iglesias, universidades y centros escolares, hospitales, playas,… O incluso Getxo podría ser zona neutral, como lo fue Las Arenas en la guerra civil, para negociaciones y diálogo sin miedo.
Todas estas proclamas de restricciones en la matanza darían publicidad a ETA, e incluso podrían venir precedidas de entrevistas (que serían luego portadas de prensa) con interlocutores en algún escondrijo conocido y donde los espías de todas las partes pudiesen grabar con facilidad. Por allí desfilarían consecutivamente todo tipo de personajes interlocutores: un presidente de fútbol que negociaría la tregua en todos los estadios; algún irlandés para solicitar la exención para todos los extranjeros no vascos ni españoles; o determinado magistrado para pactar la exclusión de jueces y abogados; obispos, rectores, artistas, sindicalistas,…
Este desarme a plazos podría venir acompañado de una “entrega por partes”. En etapas sucesivas se retirarían de ETA las féminas, o se prejubilaría a los mayores de 45 años sin permitir el acceso a las armas a menores de 25 años. Así mismo se podría rendir el material bélico más pesado, como bombas inmanejables por su tamaño y lanzacohetes de escasa precisión. Todo ello sería paliado con rebajas en el impuesto revolucionario a las clases medias y reducción de la persecución a los colectivos más desfavorecidos: agricultores, habitantes de zonas rurales o suburbanas,…
Toda esta sarcástica comedia de crítica sardónica sólo pretende descarnar la inmensa monstruosidad y aberración que significa la violencia. Acaso sólo sea desdeñable ironía melancólica que destila el ansia la paz. Ahora que estamos en plena campaña electoral, el verdadero campanazo que ETA podría provocar sería la declaración de una tregua total y final. Ése es el único y verdadero servicio que pueden prestar a los ideales que dicen defender y, sobre todo, a la Humanidad.
El drama del terrorismo de ETA ha sido analizado desde todas sus perspectivas éticas, políticas y sociales. Sus perversos efectos desde la suprema vertiente moral hasta el prosaico plano económico son de tal magnitud que poco puede añadirse para reprobar su actividad. Quizá una dosis de sátira ácida, cínica y procaz sea un último intento de abordaje de un problema infinitamente tratado, pero fatídicamente inconcluso.
La ridiculización de la “lógica” etarra resulta especialmente asequible, si no fuese porque el absurdo se une con la repulsión para evitar entrar en tal exploración. ETA en su evolución por las circunstancias externas de todo tipo que han provocado su debilitamiento, especialmente el rechazo social hasta de sus postreros simpatizantes, ha entrado en una fase terminal donde, junto a sus aborrecibles crímenes consumados o sin consumar, ha comenzado a gestionar sus “treguas”. Con el máximo desapasionamiento que cabe ante semejante calvario, hay que reconocer que siempre será mejor que la noticia que ETA busca, y que algunos medios y partidos le conceden, sea por motivos de ceses de violencia que por asesinatos.
Las variantes de paréntesis ensayadas por ETA han sido dos hasta el momento. La tregua indefinida, pero no definitiva, del 16-9-1998 y la tregua para Catalunya anunciada el 18-2-2004. Le restan aún numerosas opciones, que serán bienvenidas siempre que no se alternen con crímenes. Podrían sugerirse a los “estrategas” de ETA armisticios por sexo, edad, horario, calendario, colectivos o lugares, además de los aplazamientos por territorios o tiempos. Qué bendición sería, por ejemplo, que se descartasen como víctimas a las mujeres: ¡cuántas buenas docentes que conozco, así como sus familias y amigos quedaríamos tranquilizados! O que se apartasen como víctimas a los menores de 21 años y mayores de 60. También podría evitarse atentados fuera del intervalo de 8:00 a 20:00 del horario de Greenwich, quedar exentos los sábados y domingos, así como los tres meses del verano. ¡Cuántas personas amenazadas y escoltas descansarían, por no mencionar el ahorro generado! Igualmente se podrían recortar el número de gremios atemorizados, descartando por tipo de actividad a los concejales no liberados, a los periodistas sin columna o a los políticos sin escaño. Algunos lugares, o incluso localidades, podrían quedar como zonas con derecho de asilo, como iglesias, universidades y centros escolares, hospitales, playas,… O incluso Getxo podría ser zona neutral, como lo fue Las Arenas en la guerra civil, para negociaciones y diálogo sin miedo.
Todas estas proclamas de restricciones en la matanza darían publicidad a ETA, e incluso podrían venir precedidas de entrevistas (que serían luego portadas de prensa) con interlocutores en algún escondrijo conocido y donde los espías de todas las partes pudiesen grabar con facilidad. Por allí desfilarían consecutivamente todo tipo de personajes interlocutores: un presidente de fútbol que negociaría la tregua en todos los estadios; algún irlandés para solicitar la exención para todos los extranjeros no vascos ni españoles; o determinado magistrado para pactar la exclusión de jueces y abogados; obispos, rectores, artistas, sindicalistas,…
Este desarme a plazos podría venir acompañado de una “entrega por partes”. En etapas sucesivas se retirarían de ETA las féminas, o se prejubilaría a los mayores de 45 años sin permitir el acceso a las armas a menores de 25 años. Así mismo se podría rendir el material bélico más pesado, como bombas inmanejables por su tamaño y lanzacohetes de escasa precisión. Todo ello sería paliado con rebajas en el impuesto revolucionario a las clases medias y reducción de la persecución a los colectivos más desfavorecidos: agricultores, habitantes de zonas rurales o suburbanas,…
Toda esta sarcástica comedia de crítica sardónica sólo pretende descarnar la inmensa monstruosidad y aberración que significa la violencia. Acaso sólo sea desdeñable ironía melancólica que destila el ansia la paz. Ahora que estamos en plena campaña electoral, el verdadero campanazo que ETA podría provocar sería la declaración de una tregua total y final. Ése es el único y verdadero servicio que pueden prestar a los ideales que dicen defender y, sobre todo, a la Humanidad.
Final de ETA… o de Batasuna
Análisis electoral vasco a dos meses de la cita del próximo 17 de abril. Puede alcanzarse la anhelada paz: Hay suficientes voluntades, tiempo y espacio para ello.
Como preámbulo de toda consideración, quede explícito nuestro rechazo ético a toda forma de violencia, y menos aún si cabe para negociar o convencer políticamente. Sea una vez más toda nuestra solidaridad con las víctimas de cualquier forma de barbarie, y quede reiterado nuestro ferviente deseo de pacificación y normalización de la vida en Euskadi. Pero la política siempre requiere elevadas dosis de realismo y reflexión conjunta, especialmente cuando una plural ciudadanía ha de compartir un futuro común que resulte democrático, armónico y compatible con la diversidad y complejidad de la sociedad vasca.
Tras la tramitación por la vía de urgencia en el Congreso de los Diputados del Nuevo Estatuto para la Comunidad de Euskadi, el Lehendakari Ibarretxe decidió adelantar la cita con las urnas en tres semanas. Simplemente el ciclo legislativo estaba casi concluido (excepto las ultimadas Leyes del Suelo y de Igualdad para hombres y mujeres), y el proyecto de Nuevo Estatuto debía ser valorado en las urnas por la ciudadanía de la Comunidad Autónoma Vasca para dictaminar su apoyo social, que será determinante de su futuro en las negociaciones que, en un sentido u otro, se avistan por el horizonte.
El electorado vasco es relativamente estable, con dos únicas variantes de relieve en las últimas décadas. Por una parte, la variación en vasos comunicantes entre el PP y el PSOE del voto ‘españolista’ o constitucionalista, según quién gobierne en Madrid. La segunda incógnita es el fluctuante voto de Batasuna, en función de que pueda o no presentarse, así como de las instrucciones que dirijan a su base electoral, que existe en una dimensión cada vez más difícil de evaluar por las votaciones en blanco de las últimas convocatorias electorales.
Ambas variables, subida del PSOE a costa del PP y el efecto directo o inducido de Batasuna, son las que dificultan pronosticar el reparto final de escaños en el Parlamento Vasco. La mayor incertidumbre actual reside en la presencia directa o no de Batasuna. Su queja, ante el PNV, por el adelanto de 21 días es simplemente demagógico, porque todos sabemos que llega el calendario de las autonómicas y que este mínimo anticipo deriva más del trámite sumarísimo sufrido por el Nuevo Estatuto en Madrid, por decisión del PSOE y del PP, que por preferencia del tripartito vasco.
Los principales partidos políticos mantienen unas expectativas bastantes predecibles. PNV acude en decidida coalición con EA, bajo la figura de Ibarretxe y con el programa electoral más nítido que nunca. EAJ-PNV se ha movido históricamente entre 30 y 33 parlamentarios, olvidando los 25 de las primeras elecciones de 1980 con el CDS y contabilizando la suma con EA tras su secesión de 1986. Actualmente dispone de 33 parlamentarios, 26 de EAJ-PNV más 7 de EA. Cuenta con optimistas perspectivas sólo limitadas por su ya altísimo porcentaje en Bizkaia y Gipuzkoa, con el 43,7% y el 44,7% de un electorado con ocho opciones posibles (incluidos los partidos Aralar y UA). En Araba, la coalición PNV-EA con el 33,8% del electorado fue la de mayor representación en 2001, pero la nada proporcional cuota de 25 parlamentarios por territorio no favorece a la coalición para rozar o superar la mayoría absoluta en el Parlamento de Vitoria-Gasteiz. Además, al igual que la coalición con EA ha sido designada como estratégica por Josu Jon Imaz, también el Lehendakari parece apreciar la participación de Ezker Batua (Izquierda Unida) como un elemento transversal de continuidad, aunque existan otras posibilidades como algún parlamentario de Aralar que pudiera completar un tripartito exclusivamente nacionalista (PNV-EA-Aralar).
PSOE y PP intercambiarán posiciones, porque su techo de 19 representantes del PP fue una excepción que produjo la polarización de Aznar, Oreja… y Redondo. El PP volverá a su intervalo entre 2 y 16, incluida la facción de Unidad Alavesa (UA), con una insumisa parlamentaria. El PSOE con 13 escaños actuales, mantuvo 19 parlamentarios en 1984 y 1988, pero desde entonces oscila entre 12 y 16 parlamentarios, y ello a pesar de su proceso de fusión con parte de Euskadiko Ezkerra en 1992. IU-EB, tras su creación desde el PCE, ha variado entre 6 y 2 representantes en 1994 y 1998, por lo podrá mantener o quizá mejorar sus 3 presentes parlamentarios.
La gran cuestión es lo que sucederá con los 7 escaños de Batasuna. Está en la cuerda floja su visibilidad pública institucional, que no sus potenciales votantes excluidos por la Ley de Partidos Políticos de 2002. Sería deseable su participación, y mejor aún que fuese por el ocaso final de ETA, que afortunadamente no ha causado víctimas mortales desde el 30 de mayo de 2003 cuando asesinó con una bomba lapa a dos policías en Sangüesa. Paradójicamente, sus postreras demostraciones de “capacidad o de fuerza”, como las recientes bombas en Getxo, Denia y en Madrid, podrían estar jalonando su final no anunciado.
Algunos entienden que existen posibilidades ciertas de una tregua definitiva de ETA en estas semanas inmediatas. La rapidez, y la sorpresa como con el voto partido del 30 de diciembre, empieza a ser el último recurso de una Batasuna cada vez más encerrada (en varios sentidos del término). También cabría, pero es sumamente dudoso por no decir imposible, que Batasuna se desmarcase de ETA, pero eso en Euskadi prácticamente nadie se lo cree. Asimismo podría ser que, manteniéndose la inacabable amenaza etarra, Batasuna presentase unas “listas limpias”, lo que sería técnicamente mucho más factible que en elecciones locales y forales, por tratarse únicamente de tres candidaturas, una por cada territorio histórico.
Incluso con escapatorias de dobles listas, una más ‘contaminada’ y otra ‘pulcra’ que podría superar la acción fiscal, cualquier opción que no implique el cese de ETA (o la desvinculación de Batasuna) es azarosa para el porvenir político de Batasuna. Ha de superar una inercia de décadas y, aunque disponga de “listas presentables”, podría encontrarse únicamente con sólo 2 o 4 parlamentarios si ETA persiste. En 2001, tras la ruptura de la tregua de ETA, la representación de Batasuna se redujo de 14 a 7 parlamentarios justamente por la gran movilización del electorado que no se abstuvo, cuando Herri Batasuna se había movido siempre con un intervalo entre 11 y 14 escaños.
Todas las estrategias posibles de Batasuna entrañan serios inconvenientes para su continuidad: Plantear nuevamente el voto en blanco para contabilizar los nulos y sus “hipotéticos parlamentarios”, es demasiado reiterativo y puede desviar votos hacia alternativas más pragmáticas, sin que lo detecte el control de voto depositado. Predicar la abstención para contener la fuga de votos, refutaría su historia anterior, obstaculizaría el cálculo de su presencia social y podría hastiar a su último reducto electoral.
ETA debe desarmarse irrevocablemente. Primeramente por razones morales válidas desde siempre y por la degradación ética que supone su existencia. Además, y es un argumento menor pero al que podrían ser más sensibles sus simpatizantes, porque el canibalismo político de ETA –que tanto daño ha causado al nacionalismo vasco democrático- está aniquilando también a su única opción partidista, Batasuna. Máxime cuando concurren otras circunstancias históricas, como la presencia incipiente de Aralar o el liderazgo reforzado de Ibarretxe tras la gestión de una nueva iniciativa política de calado, con un recorrido futuro innegable aunque difícil de predecir en plazos y en resultados.
Batasuna no ha sabido medir ni siquiera el hartazgo de “su” electorado, cuyos votos –como todos- tienen fecha de caducidad y un máximo de 4 años. Sólo un final inmediato y definitivo de ETA, sin dilación, trampa ni cartón, podría aliviar el negro futuro político que espera a Batasuna. Y lo que es mucho más relevante, sólo la desaparición de ETA aliviaría el inmenso dolor generalizado de toda la ciudadanía vasca que lleva décadas reclamando y exigiendo la paz.
Como preámbulo de toda consideración, quede explícito nuestro rechazo ético a toda forma de violencia, y menos aún si cabe para negociar o convencer políticamente. Sea una vez más toda nuestra solidaridad con las víctimas de cualquier forma de barbarie, y quede reiterado nuestro ferviente deseo de pacificación y normalización de la vida en Euskadi. Pero la política siempre requiere elevadas dosis de realismo y reflexión conjunta, especialmente cuando una plural ciudadanía ha de compartir un futuro común que resulte democrático, armónico y compatible con la diversidad y complejidad de la sociedad vasca.
Tras la tramitación por la vía de urgencia en el Congreso de los Diputados del Nuevo Estatuto para la Comunidad de Euskadi, el Lehendakari Ibarretxe decidió adelantar la cita con las urnas en tres semanas. Simplemente el ciclo legislativo estaba casi concluido (excepto las ultimadas Leyes del Suelo y de Igualdad para hombres y mujeres), y el proyecto de Nuevo Estatuto debía ser valorado en las urnas por la ciudadanía de la Comunidad Autónoma Vasca para dictaminar su apoyo social, que será determinante de su futuro en las negociaciones que, en un sentido u otro, se avistan por el horizonte.
El electorado vasco es relativamente estable, con dos únicas variantes de relieve en las últimas décadas. Por una parte, la variación en vasos comunicantes entre el PP y el PSOE del voto ‘españolista’ o constitucionalista, según quién gobierne en Madrid. La segunda incógnita es el fluctuante voto de Batasuna, en función de que pueda o no presentarse, así como de las instrucciones que dirijan a su base electoral, que existe en una dimensión cada vez más difícil de evaluar por las votaciones en blanco de las últimas convocatorias electorales.
Ambas variables, subida del PSOE a costa del PP y el efecto directo o inducido de Batasuna, son las que dificultan pronosticar el reparto final de escaños en el Parlamento Vasco. La mayor incertidumbre actual reside en la presencia directa o no de Batasuna. Su queja, ante el PNV, por el adelanto de 21 días es simplemente demagógico, porque todos sabemos que llega el calendario de las autonómicas y que este mínimo anticipo deriva más del trámite sumarísimo sufrido por el Nuevo Estatuto en Madrid, por decisión del PSOE y del PP, que por preferencia del tripartito vasco.
Los principales partidos políticos mantienen unas expectativas bastantes predecibles. PNV acude en decidida coalición con EA, bajo la figura de Ibarretxe y con el programa electoral más nítido que nunca. EAJ-PNV se ha movido históricamente entre 30 y 33 parlamentarios, olvidando los 25 de las primeras elecciones de 1980 con el CDS y contabilizando la suma con EA tras su secesión de 1986. Actualmente dispone de 33 parlamentarios, 26 de EAJ-PNV más 7 de EA. Cuenta con optimistas perspectivas sólo limitadas por su ya altísimo porcentaje en Bizkaia y Gipuzkoa, con el 43,7% y el 44,7% de un electorado con ocho opciones posibles (incluidos los partidos Aralar y UA). En Araba, la coalición PNV-EA con el 33,8% del electorado fue la de mayor representación en 2001, pero la nada proporcional cuota de 25 parlamentarios por territorio no favorece a la coalición para rozar o superar la mayoría absoluta en el Parlamento de Vitoria-Gasteiz. Además, al igual que la coalición con EA ha sido designada como estratégica por Josu Jon Imaz, también el Lehendakari parece apreciar la participación de Ezker Batua (Izquierda Unida) como un elemento transversal de continuidad, aunque existan otras posibilidades como algún parlamentario de Aralar que pudiera completar un tripartito exclusivamente nacionalista (PNV-EA-Aralar).
PSOE y PP intercambiarán posiciones, porque su techo de 19 representantes del PP fue una excepción que produjo la polarización de Aznar, Oreja… y Redondo. El PP volverá a su intervalo entre 2 y 16, incluida la facción de Unidad Alavesa (UA), con una insumisa parlamentaria. El PSOE con 13 escaños actuales, mantuvo 19 parlamentarios en 1984 y 1988, pero desde entonces oscila entre 12 y 16 parlamentarios, y ello a pesar de su proceso de fusión con parte de Euskadiko Ezkerra en 1992. IU-EB, tras su creación desde el PCE, ha variado entre 6 y 2 representantes en 1994 y 1998, por lo podrá mantener o quizá mejorar sus 3 presentes parlamentarios.
La gran cuestión es lo que sucederá con los 7 escaños de Batasuna. Está en la cuerda floja su visibilidad pública institucional, que no sus potenciales votantes excluidos por la Ley de Partidos Políticos de 2002. Sería deseable su participación, y mejor aún que fuese por el ocaso final de ETA, que afortunadamente no ha causado víctimas mortales desde el 30 de mayo de 2003 cuando asesinó con una bomba lapa a dos policías en Sangüesa. Paradójicamente, sus postreras demostraciones de “capacidad o de fuerza”, como las recientes bombas en Getxo, Denia y en Madrid, podrían estar jalonando su final no anunciado.
Algunos entienden que existen posibilidades ciertas de una tregua definitiva de ETA en estas semanas inmediatas. La rapidez, y la sorpresa como con el voto partido del 30 de diciembre, empieza a ser el último recurso de una Batasuna cada vez más encerrada (en varios sentidos del término). También cabría, pero es sumamente dudoso por no decir imposible, que Batasuna se desmarcase de ETA, pero eso en Euskadi prácticamente nadie se lo cree. Asimismo podría ser que, manteniéndose la inacabable amenaza etarra, Batasuna presentase unas “listas limpias”, lo que sería técnicamente mucho más factible que en elecciones locales y forales, por tratarse únicamente de tres candidaturas, una por cada territorio histórico.
Incluso con escapatorias de dobles listas, una más ‘contaminada’ y otra ‘pulcra’ que podría superar la acción fiscal, cualquier opción que no implique el cese de ETA (o la desvinculación de Batasuna) es azarosa para el porvenir político de Batasuna. Ha de superar una inercia de décadas y, aunque disponga de “listas presentables”, podría encontrarse únicamente con sólo 2 o 4 parlamentarios si ETA persiste. En 2001, tras la ruptura de la tregua de ETA, la representación de Batasuna se redujo de 14 a 7 parlamentarios justamente por la gran movilización del electorado que no se abstuvo, cuando Herri Batasuna se había movido siempre con un intervalo entre 11 y 14 escaños.
Todas las estrategias posibles de Batasuna entrañan serios inconvenientes para su continuidad: Plantear nuevamente el voto en blanco para contabilizar los nulos y sus “hipotéticos parlamentarios”, es demasiado reiterativo y puede desviar votos hacia alternativas más pragmáticas, sin que lo detecte el control de voto depositado. Predicar la abstención para contener la fuga de votos, refutaría su historia anterior, obstaculizaría el cálculo de su presencia social y podría hastiar a su último reducto electoral.
ETA debe desarmarse irrevocablemente. Primeramente por razones morales válidas desde siempre y por la degradación ética que supone su existencia. Además, y es un argumento menor pero al que podrían ser más sensibles sus simpatizantes, porque el canibalismo político de ETA –que tanto daño ha causado al nacionalismo vasco democrático- está aniquilando también a su única opción partidista, Batasuna. Máxime cuando concurren otras circunstancias históricas, como la presencia incipiente de Aralar o el liderazgo reforzado de Ibarretxe tras la gestión de una nueva iniciativa política de calado, con un recorrido futuro innegable aunque difícil de predecir en plazos y en resultados.
Batasuna no ha sabido medir ni siquiera el hartazgo de “su” electorado, cuyos votos –como todos- tienen fecha de caducidad y un máximo de 4 años. Sólo un final inmediato y definitivo de ETA, sin dilación, trampa ni cartón, podría aliviar el negro futuro político que espera a Batasuna. Y lo que es mucho más relevante, sólo la desaparición de ETA aliviaría el inmenso dolor generalizado de toda la ciudadanía vasca que lleva décadas reclamando y exigiendo la paz.
Siempre con Gesto por la Paz
Siempre hemos anhelado la paz y ante la última declaración de ETA, nuestra posición -como de costumbre- queda perfectamente reflejada por el texto de la Coordinadora Gesto por la Paz:
"Es [el de ETA] un comunicado insuficiente que no cumple la demanda que reclama la gran mayoría de la sociedad. ETA debe desaparecer definitiva e incondicionalmente [la negrita es de Gesto por la Paz y el ampliado nuestro] y ninguna de estas dos cuestiones son aclaradas en su comunicado. Al contrario, nuevamente vuelve a mencionar supuestos objetivos políticos a los que parece condicionar sus decisiones y actividades futuras.
ETA no puede tener ningún papel en el ámbito político de nuestra democracia. Una vez más, nos plantea su estrategia basada en la presión y la continua amenaza. El uso de la violencia o la misma amenaza de un posible uso futuro les excluye de la política porque la violencia es radicalmente incompatible con el ejercicio de la política.
Nos negamos a valorar si este pronunciamiento es o no parte del camino que ETA y su entorno debe realizar hasta redactar el comunicado que todos esperamos, el que anuncie su disolución, pero lo que sí es claro y nítido, es que este comunicado no es el que ETA debe a la sociedad".
COORDINADORA GESTO POR LA PAZ DE EUSKAL HERRIA / EUSKAL HERRIKO BAKEAREN ALDEKO KOORDINAKUNDEA. Tel. 94 4163929 - 654373109, www.gesto.org.
La imagen superior nuestra es una de las últimas de las centenares de manifestaciones por la paz a las que hemos asistido durante tantos años,...
Puño ensangrentado
Queremos la paz definitiva, no treguas temporales.
Hace ya 22 siglos que, en una de sus obras teatrales, Tito Maccio Plauto alertaba a la ciudadanía para que no confiase en quien puede atacarla inopinada y engañosamente, con la frase “En una mano lleva la piedra y en otra enseña el pan”.
Arnaldo Otegi debería comprender que ETA no extiende una mano, sobre la que -en su opinión- los partidos nacionalistas democráticos escupen: ETA realmente sigue esgrimiendo un amenazador puño armado y manchado de sangre inocente. Aquí sólo ETA escupe a la ética, a la inteligencia y a la humanidad: escupe fuego y, al tiempo, escupe al cielo.
ETA lo que debe hacer es presentar sus dos manos abiertas, ambas sin pistolas humeantes, en alto y mostrando las palmas. Este mismo pueblo que clama por la paz desde hace décadas, y a la que Batasuna también debería sumar su voz sin ambages, podrá entonces -y sólo entonces- responder generosamente, como Séneca recomendaba: “Cosa inicua es no tender la mano al caído”. Toda nuestra solidaridad hasta ese momento debe estar reservada para las muchas víctimas de la violencia, incluidos los presos y sus familiares, y que también lo son los mismos agresores como podrá ser reconocido cuando abandonen definitivamente sus actividades de coacción, extorsión y asesinato. Y mucho mejor sería que fuese por su propia voluntad.
Hace ya 22 siglos que, en una de sus obras teatrales, Tito Maccio Plauto alertaba a la ciudadanía para que no confiase en quien puede atacarla inopinada y engañosamente, con la frase “En una mano lleva la piedra y en otra enseña el pan”.
Arnaldo Otegi debería comprender que ETA no extiende una mano, sobre la que -en su opinión- los partidos nacionalistas democráticos escupen: ETA realmente sigue esgrimiendo un amenazador puño armado y manchado de sangre inocente. Aquí sólo ETA escupe a la ética, a la inteligencia y a la humanidad: escupe fuego y, al tiempo, escupe al cielo.
ETA lo que debe hacer es presentar sus dos manos abiertas, ambas sin pistolas humeantes, en alto y mostrando las palmas. Este mismo pueblo que clama por la paz desde hace décadas, y a la que Batasuna también debería sumar su voz sin ambages, podrá entonces -y sólo entonces- responder generosamente, como Séneca recomendaba: “Cosa inicua es no tender la mano al caído”. Toda nuestra solidaridad hasta ese momento debe estar reservada para las muchas víctimas de la violencia, incluidos los presos y sus familiares, y que también lo son los mismos agresores como podrá ser reconocido cuando abandonen definitivamente sus actividades de coacción, extorsión y asesinato. Y mucho mejor sería que fuese por su propia voluntad.
Funciona la Democracia
Un día electoral de sensaciones democráticas
Los sentimientos y emociones se agolparon el trágico 11M con la masacre ferroviaria de Madrid. El dolor, la rabia, la desesperación, el pesimismo nos invadió durante toda la jornada. Las noticias nos hundían en un pozo de desánimo sin remisión. La solidaridad, la mente y el corazón nos decía que debíamos ayudar y rehacer nuestra vida, otra vez sacudida por el terror. A mí sólo se me ocurrió donar sangre, con el ritual ceremonioso de ir en Metro y volver en tren de cercanías para sentir que nunca nos vencerá el fanatismo, ni nos impondrá sus miedos.
La autoría fue la segunda incertidumbre tras el shock, por la gravedad social y la repercusión electoral que sin duda provocaría la barbarie. Inicialmente todos pensamos en ETA, con fundamento porque esta organización es la única que seguía amenazando y matando en el Estado. Luego surgieron las dudas, y pronto todo apuntaba a otra milicia de obediencia islámica. Batasuna, con o sin información privilegiada, negó la autoría de ETA e incluso condenó la matanza, expresando "el absoluto rechazo" a este tipo de actuación, calificándola de "masacre" que "no tiene justificación". Mientras el PP movía todos sus hilos gubernamentales, diplomáticos y mediáticos apuntando a ETA, si bien Aznar y el Rey se cuidaban de no citarla literalmente, lo que daba un claro indicio a quienes nacimos en la era franquista final y aprendimos a leer la evidencia entre líneas de ocultación y maniobras de artimaña.
En Euskadi, tras las manifestaciones de repulsa convocadas por el Lehendakari para el mismo 11M y la general del 12M, el viernes era vox populi lo que sólo luego se iría filtrando con lentitud en el Estado durante el sábado 13M, con todas las pistas que Acebes no podía ocultar por más tiempo. Casi la totalidad de los vascos, que hemos sufrido largamente el acoso de la violencia, echamos de menos que el comunicado de ETA negando su participación, no aprovechase la ocasión para renunciar definitivamente a estos aberrantes métodos, liberando inmediatamente de sus ataduras a toda la sociedad y, especialmente, a los millares de vascos y vascas que aún son víctimas de esa espeluznante violencia de persecución que practica ETA y que Batasuna no censura.
El domingo 14M amaneció un día despejado y luminoso que invitaba a vivir, pero que no pudieron ver los doscientos asesinados, ni los centenares de heridos por las bombas homicidas. Muchos estuvimos más de catorce horas en una mesa electoral, viendo el excelso desfilar de la ciudadanía, tan plural, tan heterogénea, tan decidida a seguir conduciendo sus destinos con ese gesto, simple pero egregio, de escoger resueltamente una papeleta,… o incluso de votar nulo como rechazo a todos los partidos presentados o para la candidatura ilegalizada. Siempre es un espectáculo glorioso ver ante las urnas a madrugadores, a niños acompañando a sus padres, a impedidos que se esfuerzan por acudir, a familias en las que todos sus miembros votan juntos,… Todo es gratificante: la cordialidad entre los interventores de los distintos partidos que tan bien se llevan en el microcosmos de la cada mesa, el recuento que da un primer resultado de barrio o la vuelta a casa corriendo para ver los resultados globales.
La gente había acudido a votar como nunca, con porcentajes de participación superior a la del 2000 en un 11% o 12%, en la Comunidad Autónoma Vasca y en la Comunidad Foral Navarra respectivamente. Fue espléndido verificar el triunfo de la democracia, incluso en un Estado con un largo pasado recorrido bajo regímenes autoritarios. Tras la lluvia de mentiras, después del bombardeo de propaganda y a pesar del peso de la mentira, el Pueblo se alzaba con la verdad por el poder de cada voto individual. Nunca fue más cierto que no se puede engañar a todos todo el tiempo. Las encuestas, incluso las israelitas a pie de urna, se equivocaron tras las primeras horas del recuento. Gradualmente, un alivio de libertad, de conquista de la Ciudadanía, se fue elevando por los hogares y por las calles. En un sistema de derechos y libertades, no hay poderes fácticos que paren a un Pueblo en marcha. Muchos pensamos con más convicción que nunca: ¡Hoy todos creemos todavía más en la Democracia!
Los sentimientos y emociones se agolparon el trágico 11M con la masacre ferroviaria de Madrid. El dolor, la rabia, la desesperación, el pesimismo nos invadió durante toda la jornada. Las noticias nos hundían en un pozo de desánimo sin remisión. La solidaridad, la mente y el corazón nos decía que debíamos ayudar y rehacer nuestra vida, otra vez sacudida por el terror. A mí sólo se me ocurrió donar sangre, con el ritual ceremonioso de ir en Metro y volver en tren de cercanías para sentir que nunca nos vencerá el fanatismo, ni nos impondrá sus miedos.
La autoría fue la segunda incertidumbre tras el shock, por la gravedad social y la repercusión electoral que sin duda provocaría la barbarie. Inicialmente todos pensamos en ETA, con fundamento porque esta organización es la única que seguía amenazando y matando en el Estado. Luego surgieron las dudas, y pronto todo apuntaba a otra milicia de obediencia islámica. Batasuna, con o sin información privilegiada, negó la autoría de ETA e incluso condenó la matanza, expresando "el absoluto rechazo" a este tipo de actuación, calificándola de "masacre" que "no tiene justificación". Mientras el PP movía todos sus hilos gubernamentales, diplomáticos y mediáticos apuntando a ETA, si bien Aznar y el Rey se cuidaban de no citarla literalmente, lo que daba un claro indicio a quienes nacimos en la era franquista final y aprendimos a leer la evidencia entre líneas de ocultación y maniobras de artimaña.
En Euskadi, tras las manifestaciones de repulsa convocadas por el Lehendakari para el mismo 11M y la general del 12M, el viernes era vox populi lo que sólo luego se iría filtrando con lentitud en el Estado durante el sábado 13M, con todas las pistas que Acebes no podía ocultar por más tiempo. Casi la totalidad de los vascos, que hemos sufrido largamente el acoso de la violencia, echamos de menos que el comunicado de ETA negando su participación, no aprovechase la ocasión para renunciar definitivamente a estos aberrantes métodos, liberando inmediatamente de sus ataduras a toda la sociedad y, especialmente, a los millares de vascos y vascas que aún son víctimas de esa espeluznante violencia de persecución que practica ETA y que Batasuna no censura.
El domingo 14M amaneció un día despejado y luminoso que invitaba a vivir, pero que no pudieron ver los doscientos asesinados, ni los centenares de heridos por las bombas homicidas. Muchos estuvimos más de catorce horas en una mesa electoral, viendo el excelso desfilar de la ciudadanía, tan plural, tan heterogénea, tan decidida a seguir conduciendo sus destinos con ese gesto, simple pero egregio, de escoger resueltamente una papeleta,… o incluso de votar nulo como rechazo a todos los partidos presentados o para la candidatura ilegalizada. Siempre es un espectáculo glorioso ver ante las urnas a madrugadores, a niños acompañando a sus padres, a impedidos que se esfuerzan por acudir, a familias en las que todos sus miembros votan juntos,… Todo es gratificante: la cordialidad entre los interventores de los distintos partidos que tan bien se llevan en el microcosmos de la cada mesa, el recuento que da un primer resultado de barrio o la vuelta a casa corriendo para ver los resultados globales.
La gente había acudido a votar como nunca, con porcentajes de participación superior a la del 2000 en un 11% o 12%, en la Comunidad Autónoma Vasca y en la Comunidad Foral Navarra respectivamente. Fue espléndido verificar el triunfo de la democracia, incluso en un Estado con un largo pasado recorrido bajo regímenes autoritarios. Tras la lluvia de mentiras, después del bombardeo de propaganda y a pesar del peso de la mentira, el Pueblo se alzaba con la verdad por el poder de cada voto individual. Nunca fue más cierto que no se puede engañar a todos todo el tiempo. Las encuestas, incluso las israelitas a pie de urna, se equivocaron tras las primeras horas del recuento. Gradualmente, un alivio de libertad, de conquista de la Ciudadanía, se fue elevando por los hogares y por las calles. En un sistema de derechos y libertades, no hay poderes fácticos que paren a un Pueblo en marcha. Muchos pensamos con más convicción que nunca: ¡Hoy todos creemos todavía más en la Democracia!
Plan, sí; plantes, no
El Lehendakari Ibarretxe presentó en el debate sobre política general de Euskadi, el viernes 27 de septiembre de 2002, su “Nuevo Pacto Político para la Convivencia”, conocido popularmente como el “Plan Ibarretxe”. Fue un discurso de 44 páginas, que tardó dos horas y 10 minutos en exponer, y al que pudimos asistir en directo a través de ETB. Su contenido fue una sorpresa, que algunos vivimos emocionadamente como la anhelada reacción del líder elegido por la sociedad vasca ante el impasse de una Euskadi trabada por la violencia y por la extrema confrontación política. Se recuperaba la iniciativa política ante el anonadamiento impotente que se respiraba en la sempiterna espiral del cruento mantenimiento de la sinrazón de ETA y de la política de “enfrentamiento sin cuartel” desde Madrid, con la Ley de Partidos y la suspensión judicial de Batasuna, e incluso con la demonización del nacionalismo gobernante, y que continúa con los graves ataques a la lengua y cultura vascas, como el cierre de “Euskaldunon Egunkaria”.
La centralidad del planteamiento del Lehendakari en el espectro de partidos quedó verificada por el doble plante que recibió desde los dos extremos políticos: la censura desdeñosa e injustificada del PP y de sectores del PSOE, calificándolo de “proyecto soberanista” o “plan trampa” (Oreja dixit), sólo fue comparable con la rotundidad absoluta de Batasuna, que lo denominó “plan regionalista”. Así mismo, el frontal rechazo de ETA el 5 de diciembre pasado, declarando que “ese fraude autonomista trae la guerra" y "la sumisión a España", llevó nuevamente al Lehendakari a convocar una manifestación bajo el lema 'ETA kanpora!' que, el 22 de diciembre, reunía a más de 200.000 personas en Bilbao. La contundencia del mensaje y la pactada ausencia de referencias al diálogo consiguieron el masivo apoyo de todas las formaciones políticas del arco parlamentario vasco, excepto nuevamente Batasuna y el PP.
Cabe reseñar el impecable recorrido de Juan José Ibarretxe por la vereda de la paz, que es tan indiscutible como los hitos que lo jalonan. Los más recientes son “Un camino para la Paz” (conferencia del 1-6-2000), “Una Iniciativa para la Paz y la Convivencia” (comparecencia ante el plenario parlamentario del 19-10-2000), “Un compromiso ético en defensa del derecho a la vida y de las libertades de todas las personas” (Gernika, el 20-12-2000), “Por un Compromiso Social en favor de la No-violencia y el Diálogo. Un camino de solución” (8-2-2001), “Pacificación, Normalización política y diálogo” (tras la conmoción del 11-S de New York, el 28-11-2001), “Manifiesto Institucional en defensa del derecho a la vida, la libertad y la seguridad de todas las personas” (19-10-2001),… Su obsesiva apuesta por el “diálogo hasta el amanecer” resulta entrañable, y merecedora de mejores resultados, pero ya se sabe que para pactar hacen falta, como mínimo, dos voluntades.
Está anunciada la presentación, en el plazo de un año, de un texto articulado del Plan que se tratará de negociar con el Estado y que, con o sin acuerdo, será sometido a referéndum, aunque éste sólo se llevará a cabo "en ausencia de violencia". Desde entonces el emplazamiento a partidos, sindicatos, asociaciones,… ha producido decenas de encuentros bilaterales o multilaterales para presentar, perfeccionar y, en su caso, alcanzar este "nuevo pacto político".
Quienes nos dedicamos a la educación, enseñamos que los problemas deben ser abordados con serenidad, con rigor, con amplitud de miras, con creatividad, con inteligencia y con resolución. Creemos en la palabra, en las ideas plurales, en el intercambio de opiniones sin vetos, en la negociación democrática, en un diálogo multipartito sin exclusiones que fructifique en planes convenidos y acordados. Basta de plantones y de posiciones cerradas que esquivan el entendimiento y la reconciliación. El “conflicto vasco”, como algunos lo bautizaron, tiene solución. Nos aplicaremos, entre todos, a encontrar un camino y, después, lo seguiremos. Y si ese sendero no existe, lo abriremos, pero es seguro que nuestro destino hallará su curso. Si sabemos adónde vamos, es seguro que alguna travesía nos llevará. Además, y como dice el proverbio: “En los largos caminos, se conocen los amigos”.
El espíritu de Euskadi no puede vagar por los rumbos trillados que trazan el terror y la represión. Entre varias rutas, la vía más segura es la del medio, la de la paz, la de la libertad, la de la lealtad para con nosotros mismos. ¿El Plan Ibarretxe puede ser el camino? Todos debemos analizar en detalle qué propone este Nuevo Pacto para la Convivencia, para modificarlo y mejorarlo, si es posible, con nuestras modestas aportaciones, individual o colectivamente. Por ello, la Asociación de Profesorado Vasco, “IRAKASTEN ELKARTEA”, ha cursado una invitación formal al Lehendakari, que ha accedido amablemente, para que nos presente su “Nueva Propuesta Política para la Convivencia”, en un acto público, que se celebrará en el Salón de Actos del Instituto Central de Bilbao, IES Miguel de Unamuno, el próximo 19 de marzo, a las 18:30. Este coloquio estará destinado específicamente a los docentes de todos los niveles de enseñanza, desde Educación Infantil hasta la Universidad. Posteriormente, nuestra website http://www.irakasten.org/ recogerá el desarrollo de la conferencia en un documento gráfico y documental, con todas las aportaciones, preguntas y respuestas.
Nos interesa a los educadores la inclusión explícita del Punto Sexto, en el contenido de la Propuesta, reivindicando una competencia exclusiva en el ámbito de la cultura, la lengua y la educación, en toda la dimensión de representación con voz propia en Europa y en el mundo, aspecto también señalado en el Punto Décimo. Así mismo, son preocupaciones de IRAKASTEN la actuación conjunta de todo el profesorado vasco, desde Iparralde hasta la CAPV pasando por Nafarroa, en un Espacio Educativo Europeo que reconozca la singularidad de nuestro sistema educativo propio, surgido y constructor de la identidad vasca común. Deseamos conocer el criterio del Lehendakari Ibarretxe sobre estas y otras cuestiones educativas, por lo que el acto estará organizado de modo que tras su exposición inicial, se reservará un tiempo de coloquio e interpelaciones. Trataremos de estudiar la Propuesta, observando sus puntos fuertes y sus debilidades, sin prejuicios y contrastando libremente las perspectivas de un colectivo tan extenso y pluralista como el profesorado.
Todo ello, por el bien de nuestra educación, creyendo en la educación como la óptima “solución vasca”, reflexionando y debatiendo, eso sí, siempre educadamente.
La centralidad del planteamiento del Lehendakari en el espectro de partidos quedó verificada por el doble plante que recibió desde los dos extremos políticos: la censura desdeñosa e injustificada del PP y de sectores del PSOE, calificándolo de “proyecto soberanista” o “plan trampa” (Oreja dixit), sólo fue comparable con la rotundidad absoluta de Batasuna, que lo denominó “plan regionalista”. Así mismo, el frontal rechazo de ETA el 5 de diciembre pasado, declarando que “ese fraude autonomista trae la guerra" y "la sumisión a España", llevó nuevamente al Lehendakari a convocar una manifestación bajo el lema 'ETA kanpora!' que, el 22 de diciembre, reunía a más de 200.000 personas en Bilbao. La contundencia del mensaje y la pactada ausencia de referencias al diálogo consiguieron el masivo apoyo de todas las formaciones políticas del arco parlamentario vasco, excepto nuevamente Batasuna y el PP.
Cabe reseñar el impecable recorrido de Juan José Ibarretxe por la vereda de la paz, que es tan indiscutible como los hitos que lo jalonan. Los más recientes son “Un camino para la Paz” (conferencia del 1-6-2000), “Una Iniciativa para la Paz y la Convivencia” (comparecencia ante el plenario parlamentario del 19-10-2000), “Un compromiso ético en defensa del derecho a la vida y de las libertades de todas las personas” (Gernika, el 20-12-2000), “Por un Compromiso Social en favor de la No-violencia y el Diálogo. Un camino de solución” (8-2-2001), “Pacificación, Normalización política y diálogo” (tras la conmoción del 11-S de New York, el 28-11-2001), “Manifiesto Institucional en defensa del derecho a la vida, la libertad y la seguridad de todas las personas” (19-10-2001),… Su obsesiva apuesta por el “diálogo hasta el amanecer” resulta entrañable, y merecedora de mejores resultados, pero ya se sabe que para pactar hacen falta, como mínimo, dos voluntades.
Está anunciada la presentación, en el plazo de un año, de un texto articulado del Plan que se tratará de negociar con el Estado y que, con o sin acuerdo, será sometido a referéndum, aunque éste sólo se llevará a cabo "en ausencia de violencia". Desde entonces el emplazamiento a partidos, sindicatos, asociaciones,… ha producido decenas de encuentros bilaterales o multilaterales para presentar, perfeccionar y, en su caso, alcanzar este "nuevo pacto político".
Quienes nos dedicamos a la educación, enseñamos que los problemas deben ser abordados con serenidad, con rigor, con amplitud de miras, con creatividad, con inteligencia y con resolución. Creemos en la palabra, en las ideas plurales, en el intercambio de opiniones sin vetos, en la negociación democrática, en un diálogo multipartito sin exclusiones que fructifique en planes convenidos y acordados. Basta de plantones y de posiciones cerradas que esquivan el entendimiento y la reconciliación. El “conflicto vasco”, como algunos lo bautizaron, tiene solución. Nos aplicaremos, entre todos, a encontrar un camino y, después, lo seguiremos. Y si ese sendero no existe, lo abriremos, pero es seguro que nuestro destino hallará su curso. Si sabemos adónde vamos, es seguro que alguna travesía nos llevará. Además, y como dice el proverbio: “En los largos caminos, se conocen los amigos”.
El espíritu de Euskadi no puede vagar por los rumbos trillados que trazan el terror y la represión. Entre varias rutas, la vía más segura es la del medio, la de la paz, la de la libertad, la de la lealtad para con nosotros mismos. ¿El Plan Ibarretxe puede ser el camino? Todos debemos analizar en detalle qué propone este Nuevo Pacto para la Convivencia, para modificarlo y mejorarlo, si es posible, con nuestras modestas aportaciones, individual o colectivamente. Por ello, la Asociación de Profesorado Vasco, “IRAKASTEN ELKARTEA”, ha cursado una invitación formal al Lehendakari, que ha accedido amablemente, para que nos presente su “Nueva Propuesta Política para la Convivencia”, en un acto público, que se celebrará en el Salón de Actos del Instituto Central de Bilbao, IES Miguel de Unamuno, el próximo 19 de marzo, a las 18:30. Este coloquio estará destinado específicamente a los docentes de todos los niveles de enseñanza, desde Educación Infantil hasta la Universidad. Posteriormente, nuestra website http://www.irakasten.org/ recogerá el desarrollo de la conferencia en un documento gráfico y documental, con todas las aportaciones, preguntas y respuestas.
Nos interesa a los educadores la inclusión explícita del Punto Sexto, en el contenido de la Propuesta, reivindicando una competencia exclusiva en el ámbito de la cultura, la lengua y la educación, en toda la dimensión de representación con voz propia en Europa y en el mundo, aspecto también señalado en el Punto Décimo. Así mismo, son preocupaciones de IRAKASTEN la actuación conjunta de todo el profesorado vasco, desde Iparralde hasta la CAPV pasando por Nafarroa, en un Espacio Educativo Europeo que reconozca la singularidad de nuestro sistema educativo propio, surgido y constructor de la identidad vasca común. Deseamos conocer el criterio del Lehendakari Ibarretxe sobre estas y otras cuestiones educativas, por lo que el acto estará organizado de modo que tras su exposición inicial, se reservará un tiempo de coloquio e interpelaciones. Trataremos de estudiar la Propuesta, observando sus puntos fuertes y sus debilidades, sin prejuicios y contrastando libremente las perspectivas de un colectivo tan extenso y pluralista como el profesorado.
Todo ello, por el bien de nuestra educación, creyendo en la educación como la óptima “solución vasca”, reflexionando y debatiendo, eso sí, siempre educadamente.
Respuesta a ETA
Ante el anuncio de ETA de no atentar contra "los electos de los partidos políticos”, caben tres reacciones inmediatas.
1º La sensación de alivio para tantas y tantas personas sometidas a la “violencia de persecución” durante tanto y tanto tiempo.
2º La esperanza avivada de avance hacia la disolución definitiva de ETA, anhelo frustrado durante tantas décadas que no puede ser infructuoso en esta postrera oportunidad.
3º La reflexión, reiterada una vez más, sobre la aberración ética, social y política que significa toda forma de violencia, y que ahora se resalta adicionalmente por la intolerable contradicción de que los últimos amenazados de muerte pasen a ser los más anónimos e indefensos.
Versión final en: http://mikel.agirregabiria.net/2005/eta.htm
1º La sensación de alivio para tantas y tantas personas sometidas a la “violencia de persecución” durante tanto y tanto tiempo.
2º La esperanza avivada de avance hacia la disolución definitiva de ETA, anhelo frustrado durante tantas décadas que no puede ser infructuoso en esta postrera oportunidad.
3º La reflexión, reiterada una vez más, sobre la aberración ética, social y política que significa toda forma de violencia, y que ahora se resalta adicionalmente por la intolerable contradicción de que los últimos amenazados de muerte pasen a ser los más anónimos e indefensos.
Versión final en: http://mikel.agirregabiria.net/2005/eta.htm
¿Equidistantes o centrados?
Ha llegado el día en que todo parece equidistancia: el PSOE equidista del PNV y del PP, como el nacionalismo vasco democrático entre ETA y el ¿EsTAdo? Equidista Cataluña entre Euskadi y España, y equidista mi elección entre la extrema ¿derecha? española y la radical ¿izquierda? vasca. Porque sí, he comprobado horrorizado que, en la intimidad, soy un temerario equidistante. Pero no me rehabilitaré de tan peligrosa pasión por el centro, el epicentro, el ombligo y el sumidero, fruto de una majadera teoría propia de “politiqueros analfabetos” que simplifican conceptos geométricos sin conocer ni al pitagórico Euclides, ni al hiperbólico Lobachevski, ni al elíptico Riemann. Como la naturaleza detesta el vacío, los extremistas o polos opuestos se atraen y abominan del centro.
Algunos todavía creemos que podemos ser centrados demócratas, pacifistas, respetuosos con los derechos humanos y repudiar toda forma de violencia, estando frontalmente contra ETA y decididamente en apoyo de las víctimas, sin ser necesariamente del PP, ni pensar obligatoriamente como sus voceros mediáticos de modo que podamos lamentar siempre la muerte, incluso de los terroristas. Reivindicamos nuestra forma de pensar como legítima, a pesar de las presiones de unos -que también matan, persiguen y extorsionan a quienes no somos del PP- y de otros -que nos acusan de cómplices del terrorismo por no ser clónicos con ellos-. No somos “equidistantes” entre ETA y del PP como simplonamente predican algunos manipuladores interesados, sino que rechazamos categóricamente la existencia de la desalmada ETA por razones éticas, al tiempo que por coherencia rehusamos políticamente el 'pensamiento único' para líquenes votantes que quiere imponer este incivilizado PP.
Algunos todavía creemos que podemos ser centrados demócratas, pacifistas, respetuosos con los derechos humanos y repudiar toda forma de violencia, estando frontalmente contra ETA y decididamente en apoyo de las víctimas, sin ser necesariamente del PP, ni pensar obligatoriamente como sus voceros mediáticos de modo que podamos lamentar siempre la muerte, incluso de los terroristas. Reivindicamos nuestra forma de pensar como legítima, a pesar de las presiones de unos -que también matan, persiguen y extorsionan a quienes no somos del PP- y de otros -que nos acusan de cómplices del terrorismo por no ser clónicos con ellos-. No somos “equidistantes” entre ETA y del PP como simplonamente predican algunos manipuladores interesados, sino que rechazamos categóricamente la existencia de la desalmada ETA por razones éticas, al tiempo que por coherencia rehusamos políticamente el 'pensamiento único' para líquenes votantes que quiere imponer este incivilizado PP.
Nacionalismo incurable
Una atávica enfermedad se difunde por el mundo
Me he sentido mal viendo por Internet una sesión en el “Parlamento Vasco”, aunque algunos han decidido renombrarlo como “Callamiento Vasco” porque ilegalizan debates, incluso el propuesto sobre nuestro futuro por el Lehendakari democráticamente elegido por todos los vascos (y vascas), con el apoyo de un gobierno tripartito. Un gobierno vasco del que el PP dice que es antidemocrático, y al preguntársele ¿por qué?, responde: "¡Porque perdemos todas las votaciones, si no nos apoya el PSOE y Batasuna!".
Este mareo es un síntoma que se repite con frecuencia en los últimos años. “Quizá se me han indigestado los telediarios (actuales novelas de caballería)”, he pensado. Decido ir al médico de cabecera, y preocupado le pregunto: “¿Qué me pasa, doctor? Me levanto por las mañanas de buen humor, pero empiezo a aturdirme cuando desayuno viendo TVE, y me dan fuertes arcadas cuando leo periódicos o escucho a tertulianos de la radio. A media mañana estoy rendido si no me aíslo de los medios de comunicación hechos desde Madrid”.
Mi sabio galeno sin auscultarme me ha diagnosticado: “Se trata de una enfermedad contagiosa, persistente y crónica, contra la que no te has vacunado. Siéntate, respira y te lo diré sin ambages: No hay la menor duda, eres nacionalista”. Me he quedado un momento paralizado, y luego he farfullado: “Y eso,… ¿es grave?” Aquí mi buen doctor, un poco dubitativo, se lo ha repensado para explicar a un lego en medicina una cuestión tan técnica. Con un esfuerzo de familiaridad, me ha expuesto lentamente, como midiendo el efecto que causaba: “Depende,… en tu caso concreto, puede ser muy grave. Tu virus es el más doloroso, porque proviene de una cepa nacionalista defensiva y minoritaria. Es la que más hace sufrir al paciente. Otras variedades como el imperialismo, resultan inocuas para el enfermo, aunque infinitamente más dañinas y destructivas para la Humanidad. ¡Ah, y lo peor: Tu nacionalismo no se cura! Se puede tratar de ocultar los síntomas, pero nunca desaparecerá”.
Esta dolencia se suma al profundo dolor continuo que sufre todo el pueblo vasco por causa de la violencia, fundamentalmente por la violencia terrorista pero no es la única. Una tragedia de confrontación que hunda su origen en la dictadura franquista, en un contexto irresuelto de “problema vasco”. La inmensa mayoría de vascos y no vascos, nacionalistas o no, deseamos la paz y condenamos, desde siempre, todas las formas de violencia y de falta de respeto de todos los derechos humanos.
Los vascos no creemos nada en las victorias por la fuerza, ni bélicas ni policiales. Nuestra milagrosa supervivencia, con una lengua, un cultura, un modelo de organización y fueros propios, han sorteado el paso de los siglos y de los imperios, a través de una sucesión interrumpida de… derrotas. Hemos sobrevivido prodigiosamente gracias a nuestra adaptación y aceptación de los demás, pero sin renunciar nunca a lo nuestro, conservando nuestras tradiciones y costumbres. Hemos acreditado una inacabable historia de colaboración y cooperación en las más universales aventuras históricas con poderosos pueblos y grandes civilizaciones que han respetado nuestra peculiaridad, con quienes hemos cumplido invariablemente nuestra palabra, siempre que sus monarcas juren nuestras leyes viejas.
Ante una convocatoria electoral más del Reino de España, nuevamente acudiremos aunque nos veamos insultados por los herederos de quienes realmente rompieron la legalidad española en 1936, cuando los vascos la respetamos. Se nos presenta otra vez como desleales con una Constitución, en la que no se nos dejó ser ponentes y ante la que nos abstuvimos (fue votada en 1978 sólo por el 30% del electorado vasco, frente al 68% del español). Quienes se opusieron a la Constitución, la Alianza Popular predecesora del PP y el mismo Aznar que escribió en su contra, son quienes nos acusan de solicitar una revisión del Estatuto de Gernika, el mismo que ellos han incumplido en el proceso previsto de transferencias, tras legislar recortando el camino andado durante los primeros años de la transición.
Los nacionalistas, que defendemos una historia plagada de derrotas que nunca nos vencieron, nos sentimos erosionados, agotados, postrados y, quizá, hasta subyugados por los adversarios (incluida ETA), pero nunca rendidos. Este episodio de la historia también será superado. Que en las Cortes no exista un gobierno continuista de la ciega política de Aznar sería beneficioso para todos los demócratas y pacifistas que creemos en el diálogo, en el repudio de la violencia y en la solidaridad con las víctimas.
Me he sentido mal viendo por Internet una sesión en el “Parlamento Vasco”, aunque algunos han decidido renombrarlo como “Callamiento Vasco” porque ilegalizan debates, incluso el propuesto sobre nuestro futuro por el Lehendakari democráticamente elegido por todos los vascos (y vascas), con el apoyo de un gobierno tripartito. Un gobierno vasco del que el PP dice que es antidemocrático, y al preguntársele ¿por qué?, responde: "¡Porque perdemos todas las votaciones, si no nos apoya el PSOE y Batasuna!".
Este mareo es un síntoma que se repite con frecuencia en los últimos años. “Quizá se me han indigestado los telediarios (actuales novelas de caballería)”, he pensado. Decido ir al médico de cabecera, y preocupado le pregunto: “¿Qué me pasa, doctor? Me levanto por las mañanas de buen humor, pero empiezo a aturdirme cuando desayuno viendo TVE, y me dan fuertes arcadas cuando leo periódicos o escucho a tertulianos de la radio. A media mañana estoy rendido si no me aíslo de los medios de comunicación hechos desde Madrid”.
Mi sabio galeno sin auscultarme me ha diagnosticado: “Se trata de una enfermedad contagiosa, persistente y crónica, contra la que no te has vacunado. Siéntate, respira y te lo diré sin ambages: No hay la menor duda, eres nacionalista”. Me he quedado un momento paralizado, y luego he farfullado: “Y eso,… ¿es grave?” Aquí mi buen doctor, un poco dubitativo, se lo ha repensado para explicar a un lego en medicina una cuestión tan técnica. Con un esfuerzo de familiaridad, me ha expuesto lentamente, como midiendo el efecto que causaba: “Depende,… en tu caso concreto, puede ser muy grave. Tu virus es el más doloroso, porque proviene de una cepa nacionalista defensiva y minoritaria. Es la que más hace sufrir al paciente. Otras variedades como el imperialismo, resultan inocuas para el enfermo, aunque infinitamente más dañinas y destructivas para la Humanidad. ¡Ah, y lo peor: Tu nacionalismo no se cura! Se puede tratar de ocultar los síntomas, pero nunca desaparecerá”.
Esta dolencia se suma al profundo dolor continuo que sufre todo el pueblo vasco por causa de la violencia, fundamentalmente por la violencia terrorista pero no es la única. Una tragedia de confrontación que hunda su origen en la dictadura franquista, en un contexto irresuelto de “problema vasco”. La inmensa mayoría de vascos y no vascos, nacionalistas o no, deseamos la paz y condenamos, desde siempre, todas las formas de violencia y de falta de respeto de todos los derechos humanos.
Los vascos no creemos nada en las victorias por la fuerza, ni bélicas ni policiales. Nuestra milagrosa supervivencia, con una lengua, un cultura, un modelo de organización y fueros propios, han sorteado el paso de los siglos y de los imperios, a través de una sucesión interrumpida de… derrotas. Hemos sobrevivido prodigiosamente gracias a nuestra adaptación y aceptación de los demás, pero sin renunciar nunca a lo nuestro, conservando nuestras tradiciones y costumbres. Hemos acreditado una inacabable historia de colaboración y cooperación en las más universales aventuras históricas con poderosos pueblos y grandes civilizaciones que han respetado nuestra peculiaridad, con quienes hemos cumplido invariablemente nuestra palabra, siempre que sus monarcas juren nuestras leyes viejas.
Ante una convocatoria electoral más del Reino de España, nuevamente acudiremos aunque nos veamos insultados por los herederos de quienes realmente rompieron la legalidad española en 1936, cuando los vascos la respetamos. Se nos presenta otra vez como desleales con una Constitución, en la que no se nos dejó ser ponentes y ante la que nos abstuvimos (fue votada en 1978 sólo por el 30% del electorado vasco, frente al 68% del español). Quienes se opusieron a la Constitución, la Alianza Popular predecesora del PP y el mismo Aznar que escribió en su contra, son quienes nos acusan de solicitar una revisión del Estatuto de Gernika, el mismo que ellos han incumplido en el proceso previsto de transferencias, tras legislar recortando el camino andado durante los primeros años de la transición.
Los nacionalistas, que defendemos una historia plagada de derrotas que nunca nos vencieron, nos sentimos erosionados, agotados, postrados y, quizá, hasta subyugados por los adversarios (incluida ETA), pero nunca rendidos. Este episodio de la historia también será superado. Que en las Cortes no exista un gobierno continuista de la ciega política de Aznar sería beneficioso para todos los demócratas y pacifistas que creemos en el diálogo, en el repudio de la violencia y en la solidaridad con las víctimas.
Representatividad y responsabilidad en política
Los partidos suelen contener dos o más “almas” políticas; las personas sólo hemos de mantener un alma, que ojalá sea totalmente libre y responsable.
La realidad política vasca (u otras) merece ser analizada desde dos criterios básicos, de representatividad social y de responsabilidad histórica. Más aún en esta coyuntura histórica en la que la violencia puede desaparecer de un escenario distorsionado por su crónica influencia.
La representatividad política debe derivarse, exclusiva e inequívocamente, de la única fuente de legitimidad democrática: las urnas. Sólo los votos contados escrupulosa y puntualmente otorgan representación, sin más consideraciones que las del respeto a la igualdad de oportunidades en las convocatorias electorales. Quizá el panorama vasco se ha visto afectado por la aberración de la violencia, en múltiples sentidos que convendría superar lo más urgentemente posible. Por supuesto, sólo los votos válidos y positivos confieren representación, porque los votos blancos, nulos o la abstención expresan opciones legítimas,… pero no computables en la imagen global de delegación política.
La representación efectiva de las distintas formaciones políticas vascas se ha deformado por factores que merecen ser enumerados, y cuya cuantificación sería de cálculo polémico. Por un lado, están algunos agentes habituales en cualquier sociedad contemporánea, como son los medios de comunicación que prestan especial atención a determinados partidos en función de sus intereses corporativos (eufemísticamente coincidencia ideológica) o de la capacidad de los partidos para “generar noticias” (generalmente por su facultad de convocatoria de sucesos inusuales). Por otro lado, el poder provee siempre más tribunas: poderes públicos (incluido el judicial que también conforma proselitismo), poderes mediáticos (ya citados y multiplicadores) y los poderes económicos (subyacentes dado que son origen y destino de la influencia política).
Lo cierto es que aunque un partido (como el PSOE o el PP) hable desde las macrocorporaciones de prensa, desde la (ex)presidencia de gobierno, desde la judicatura, desde la patronal empresarial o desde el defensor del pueblo, sus votos son sus votos en cada marco administrativo. Análogamente, que la autodenominada izquierda abertzale hable desde Batasuna y desde EHAK incluso mientras ETA aprende a balbucear sin disparar, no triplica sus votos, por más que semana tras semana sus simpatizantes desfilen en las distintas capitales vascas con un empeño digno de la mejor causa.
Los ciudadanos sólo ejercemos nuestra decisión política una vez, al votar, sin que podamos añadir peso al voto individual por más que pertenezcamos a un sindicato, a una iglesia, a dos asociaciones profesionales, a tres sociedades deportivas o a siete plataformas sociales. Por salir a la calle con una pancarta cada fin de semana no aumenta nuestro valor político, aunque sí la pretendida visibilidad social.
La responsabilidad política deriva, a escala individual o colectiva, de la libertad. Somos responsables, en tanto que somos libres. Esto vale para las personas, a título individual, para los partidos políticos o para el conjunto de la sociedad. Y la responsabilidad es acumulativa, no desaparece cuando cambia una legislatura, ni siquiera cuando cesa la violencia política.
Los partidos, ya estén en el gobierno o en la oposición, son responsables de sus anteriores actuaciones parlamentarias, sociales y, en su caso, gubernamentales a escala municipal, territorial o nacional. Igualmente, las personas que han ejercido su libertad de actuación, deben responsabilizarse de sus actos. Incluso la sociedad como conjunto debe ser coherente y asumir su responsabilidad histórica, especialmente ante quienes fueron víctimas de lo que colectivamente no se quiso, supo o pudo impedir. Todos, sociedad, partidos y personas, hemos de responder de nuestras obras, de nuestras palabras,… y de nuestras silencios.
Como en cualquier país del mundo, en la sociedad vasca coexisten partidos políticos con muy variable grado entre el prosaico pragmatismo y la entelequia sublime. Y, al igual que sucede por doquier, el grado de realismo se adquiere desde las posiciones de gobierno ejercido, mientras que la oposición pertinaz suele derivar hacia la quimera. Sólo así entendería un ajeno a la política vasca que una entidad como Batasuna reitere hasta la saciedad su petición de un marco de referencia (el conjunto de Euskal Herria) donde sus posiciones políticas (independentismo albanés) y sociales (confuso marxismo) se hacen aún más minoritarias que en la Comunidad Autónoma Vasca.
Muchos vascos deseamos superar un pasado político desfigurado por demasiada violencia, y donde las voces (cuando no gritos) no se distribuyen en función de los votos. Ansiamos y merecemos una paz serena que nos permita mostrar una panorámica despejada de la representación política del pueblo vasco, en la Comunidad Autónoma, en la Comunidad Foral y en Iparralde. Quizá reduciendo la dispersión de voto entre tan numerosas opciones partidistas, donde los micropartidos habrán de fusionarse o desaparecer, para sobrepasar un porvenir de algarabía con diez o doce partidos (PNV, PSOE, Batasuna –con sus innumerables denominaciones-, PP, UPN, CDN, EB, IU, EA, Aralar, y los vascofranceses), con el resultado de gobiernos multipartitos de gestión inconexa en minoría parlamentaria. Entonces habrá que asumir, sin lastres, sin vetos, sin tutelas, sin miedos, toda nuestra responsabilidad a la hora de votar y todo el valor de la representación política que resulte. Con naturalidad y madurez ejerceremos una democracia que nos permita ser más responsables, más tolerantes, más solidarios y, seguramente, más felices.
Versión final en: mikel.agirregabiria.net/2006/rere.htm
La realidad política vasca (u otras) merece ser analizada desde dos criterios básicos, de representatividad social y de responsabilidad histórica. Más aún en esta coyuntura histórica en la que la violencia puede desaparecer de un escenario distorsionado por su crónica influencia.
La representatividad política debe derivarse, exclusiva e inequívocamente, de la única fuente de legitimidad democrática: las urnas. Sólo los votos contados escrupulosa y puntualmente otorgan representación, sin más consideraciones que las del respeto a la igualdad de oportunidades en las convocatorias electorales. Quizá el panorama vasco se ha visto afectado por la aberración de la violencia, en múltiples sentidos que convendría superar lo más urgentemente posible. Por supuesto, sólo los votos válidos y positivos confieren representación, porque los votos blancos, nulos o la abstención expresan opciones legítimas,… pero no computables en la imagen global de delegación política.
La representación efectiva de las distintas formaciones políticas vascas se ha deformado por factores que merecen ser enumerados, y cuya cuantificación sería de cálculo polémico. Por un lado, están algunos agentes habituales en cualquier sociedad contemporánea, como son los medios de comunicación que prestan especial atención a determinados partidos en función de sus intereses corporativos (eufemísticamente coincidencia ideológica) o de la capacidad de los partidos para “generar noticias” (generalmente por su facultad de convocatoria de sucesos inusuales). Por otro lado, el poder provee siempre más tribunas: poderes públicos (incluido el judicial que también conforma proselitismo), poderes mediáticos (ya citados y multiplicadores) y los poderes económicos (subyacentes dado que son origen y destino de la influencia política).
Lo cierto es que aunque un partido (como el PSOE o el PP) hable desde las macrocorporaciones de prensa, desde la (ex)presidencia de gobierno, desde la judicatura, desde la patronal empresarial o desde el defensor del pueblo, sus votos son sus votos en cada marco administrativo. Análogamente, que la autodenominada izquierda abertzale hable desde Batasuna y desde EHAK incluso mientras ETA aprende a balbucear sin disparar, no triplica sus votos, por más que semana tras semana sus simpatizantes desfilen en las distintas capitales vascas con un empeño digno de la mejor causa.
Los ciudadanos sólo ejercemos nuestra decisión política una vez, al votar, sin que podamos añadir peso al voto individual por más que pertenezcamos a un sindicato, a una iglesia, a dos asociaciones profesionales, a tres sociedades deportivas o a siete plataformas sociales. Por salir a la calle con una pancarta cada fin de semana no aumenta nuestro valor político, aunque sí la pretendida visibilidad social.
La responsabilidad política deriva, a escala individual o colectiva, de la libertad. Somos responsables, en tanto que somos libres. Esto vale para las personas, a título individual, para los partidos políticos o para el conjunto de la sociedad. Y la responsabilidad es acumulativa, no desaparece cuando cambia una legislatura, ni siquiera cuando cesa la violencia política.
Los partidos, ya estén en el gobierno o en la oposición, son responsables de sus anteriores actuaciones parlamentarias, sociales y, en su caso, gubernamentales a escala municipal, territorial o nacional. Igualmente, las personas que han ejercido su libertad de actuación, deben responsabilizarse de sus actos. Incluso la sociedad como conjunto debe ser coherente y asumir su responsabilidad histórica, especialmente ante quienes fueron víctimas de lo que colectivamente no se quiso, supo o pudo impedir. Todos, sociedad, partidos y personas, hemos de responder de nuestras obras, de nuestras palabras,… y de nuestras silencios.
Como en cualquier país del mundo, en la sociedad vasca coexisten partidos políticos con muy variable grado entre el prosaico pragmatismo y la entelequia sublime. Y, al igual que sucede por doquier, el grado de realismo se adquiere desde las posiciones de gobierno ejercido, mientras que la oposición pertinaz suele derivar hacia la quimera. Sólo así entendería un ajeno a la política vasca que una entidad como Batasuna reitere hasta la saciedad su petición de un marco de referencia (el conjunto de Euskal Herria) donde sus posiciones políticas (independentismo albanés) y sociales (confuso marxismo) se hacen aún más minoritarias que en la Comunidad Autónoma Vasca.
Muchos vascos deseamos superar un pasado político desfigurado por demasiada violencia, y donde las voces (cuando no gritos) no se distribuyen en función de los votos. Ansiamos y merecemos una paz serena que nos permita mostrar una panorámica despejada de la representación política del pueblo vasco, en la Comunidad Autónoma, en la Comunidad Foral y en Iparralde. Quizá reduciendo la dispersión de voto entre tan numerosas opciones partidistas, donde los micropartidos habrán de fusionarse o desaparecer, para sobrepasar un porvenir de algarabía con diez o doce partidos (PNV, PSOE, Batasuna –con sus innumerables denominaciones-, PP, UPN, CDN, EB, IU, EA, Aralar, y los vascofranceses), con el resultado de gobiernos multipartitos de gestión inconexa en minoría parlamentaria. Entonces habrá que asumir, sin lastres, sin vetos, sin tutelas, sin miedos, toda nuestra responsabilidad a la hora de votar y todo el valor de la representación política que resulte. Con naturalidad y madurez ejerceremos una democracia que nos permita ser más responsables, más tolerantes, más solidarios y, seguramente, más felices.
Versión final en: mikel.agirregabiria.net/2006/rere.htm
Política vasca: Otoño de 2004
Se avecinan tiempos mejores en el panorama político de Euskadi, sin violencia y con elecciones.
La situación política en Euskadi evoluciona lenta, pero imparablemente. Analicemos algunos de sus puntos de inflexión sociopolítica, entendiendo que una visión cercana, aunque inevitablemente subjetiva, puede resultar valiosa para contribuir a un debate general que promueva la pacificación y el entendimiento colectivo en una sociedad plural.
El calendario previsto es de alta intensidad política. En menos de 8 meses se producirán 2 consultas electorales: el 20 de febrero el referéndum sobre la Constitución Europea y, antes del final de mayo de 2005, las elecciones autonómicas en la Comunidad Autónoma Vasca. Sería sumamente improbable, y nada deseable, que el Lehendakari Ibarretxe uniese, como es su potestad, la convocatoria autonómica con el referéndum europeo en una sola fecha electoral. Las únicas ventajas de tal opción serían reducir el coste económico y el cansancio de la ciudadanía a la que se convocará dos veces en un trimestre. Los inconvenientes serían innumerables: la confusión de dos campañas electorales y mediáticas con temáticas y agentes muy diferenciados, la duplicidad de gestión de ambas urnas o el solapamiento de una convocatoria de previsible bajo interés popular (Constitución Europea) con la principal cita electoral vasca (Autonómicas en la CAPV).
Anteriormente a estas convocatorias electorales, se votará en el Parlamento Vasco el Proyecto de Nuevo Estatuto Político para Euskadi, o “Plan Ibarretxe”, antes de concluir el presente año 2004. En el último Debate de Política General del pasado 24 de septiembre quedaron fijadas las posiciones de todos los grupos políticos: PP (incluyendo la segregada UA) y PSOE votarán en contra junto a Sozialista Abertzaleak (Batasuna), mientras que los partidos del Gobierno Vasco (EAJ-PNV, EA y IU) votarán a favor. Si se consuma el voto de Batasuna, como desafió su portavoz Otegi, en contra del Nuevo Estatuto y, por tanto, en defensa del Estatuto de Gernika, incumplido tras 25 años, la propuesta parlamentaria será rechazada en esta Legislatura.
El Lehendakari Ibarretxe ha asegurado que, en cualquier caso, la sociedad vasca, después de 25 años, será consultada sobre su propio futuro, lo que, según sus palabras, "es la esencia de la democracia. En su opinión "se abre una oportunidad histórica y en los próximos tiempos, la Cámara Vasca debatirá y votará acerca de la Propuesta del ‘Nuevo Estatuto Político de la Comunidad de Euskadi’. Celebraremos las elecciones al Parlamento Vasco y realizaremos una consulta democrática en la que todos y cada uno de los ciudadanos y ciudadanas vascas, sin exclusiones y en un escenario sin violencia, decidiremos acerca de nuestro modelo de convivencia entre vascos y de nuestro modelo de relación política entre Euskadi y España".
Brevemente repasaremos para concluir la posición partidista de cada formación política vasca, en orden de menor a mayor según su actual presencia en Eusko LegeBiltzarra (Parlamento Vasco), incluyendo un avance sobre su previsible evolución en escaños.
IU, Esker Batua-Berdeak (EB-B), dispone actualmente de 3 parlamentarios y su dirigente Javier Madrazo forma parte del Gobierno Vasco como Consejero de Vivienda y Asuntos Sociales. Recientemente ha sido reelegido como coordinador general, con el 63% de los votos de los nuevos miembros de su Consejo Político. Madrazo, al frente de la formación de izquierdas desde 1995, hubo de luchar contra los críticos articulados en torno al Partido Comunista y con una lista alternativa de jóvenes que se abstuvieron con el 16% de representación. IU-EB, con una dirección respaldada, presta un fiel apoyo al ‘Plan Ibarretxe’ con el matiz del federalismo de libre adhesión. Su polémico paso por la gestión gubernamental parece reportarle buenos presagios como se ha demostrado en convocatorias municipales, forales o generales. Cabe esperar que en 2005 disponga de número de escaños en Gasteiz entre 3-4, con indudable mejora de su presencia social.
Sozialista Abertzaleak (SA, Batasuna) se enfrentará a su desaparición del último foro político si la Ley de Partidos Políticos no es revocada o no se pliegan a las condiciones impuestas, posibilidades ambas posibles pero improbables… aparentemente. El hartazgo del Pueblo Vasco, al que dicen representar y defender, respecto de la violencia política ejercida por ETA, es aún más desbordante si cabe tras la tragedia del 11-M. ETA era un cadáver como agente sociopolítico desde hace lustros, pero ahora esta realidad ha calado incluso entre la opinión de los últimos votantes de SA. La misma estrategia política de los perpetuos portavoces de SA resuena cada día más contradictoria, negando los avances democráticos del nacionalismo vasco pacifista y debiendo usar sus últimos escaños en apoyo del “unionismo del PP” (en su jerga al uso). Sus 7 parlamentarios podrían desaparecer e, incluso, caso de presentarse finalmente o contar los “votos nulos” su desplome electoral es cantado. Sólo una tregua definitiva de ETA y una readaptación urgente podrían salvarles del cataclismo electoral. Tras haber perdido 7 parlamentarios el 13-M de 2001, en 2005 podrían desaparecer los restantes 7 entre cantos eufóricos de continuar de éxito en éxito con su eterno maximalismo.
Eusko Alkartasuna, que se presentó en coalición con EAJ-PNV, dispone de 7 escaños. Su pérdida electoral desde los 9 parlamentarios de la VI Legislatura se fraguó con su negociación bipartita en 2001, cuando desde su desconfianza electoral prefirieron puestos más altos en las candidaturas conjuntas, antes que ganar con el éxito de la coalición. En los últimos meses, tras comprobar fehacientemente su descendiente electorado por separado en las europeas y generales, la realidad electoral ha obligado a la recalcitrante dirección actual a olvidar las desafortunadas tesis de presentarse en solitario. Su representación futura en el Parlamento dependerá de cómo se negocie el ineluctable acuerdo de coalición, que EAJ-PNV siempre ha defendido aún a costa de escaños cedidos a su “hermano menor”, cuyo futuro fuera de una coalición estable y permanente con EAJ-PNV se adivina menguante, tras un recorrido histórico siempre decreciente. Ello a pesar de la generosa representación institucional que su socio siempre le ha otorgado. Con los recientes datos de las Elecciones Generales de porcentajes parejos de IU y EA, no se explica la gestión de 3 Departamentos de Eusko Jaurlaritza, incluido el paradigmático de Educación, Universidades e Investigación donde se requiere un protagonismo social y un peso político que (una facción crítica de) EA no puede brindar.
El PSE-PSOE dispone actualmente de 13 escaños en el Parlamento Vasco. En un reincidido error histórico, como con Jauregi, Patxi López se ha lanzado prematuramente a la piscina de una larga precampaña electoral sin papeles y con un electorado que fluctúa en Euskadi entre el PP y el PSOE. La crisis de la Naval de Sestao, feudo socialista por antonomasia y el indeleble recuerdo en Bizkaia del cierre de Euskalduna en 1984 con Solchaga, patentiza lo inverosímil de un mensaje que no se lo cree ni su propia militancia. El PSOE vasco debe recorrer una larga travesía para despegarse de su dependencia del PP en Euskadi, donde uno sin el otro (y en el Parlamento sin Batasuna) no lograrían gestionar nada, ni siquiera las últimas plazas municipales que les restan en las zonas industriales históricas (margen izquierda del Nerbioi,…). El recurso a la foto en Madrid con el ministro de turno para traer ayudas resulta patético cuando los presupuestos generales del Estado siguen condenando al olvido a toda la Comunidad Autónoma Vasca. La falta de credibilidad del PSE sigue amarrada por su absoluta dependencia de Madrid, y acrecentada por el desprecio hacia el Parlamento Vasco, donde el PSE no quiere debatir su propuesta o cuando Rodríguez Zapatero resuelve que sólo las modificaciones decididas en Cataluña o Andalucía serán aceptadas. Sin embargo, el vaivén de vasos comunicantes del PP-PSOE producirá que la infalible baja del PP elevará la representación de PSOE, hasta un total entre 15 y 18 escaños (si Batasuna no se presenta).
El PP vasco está en horas bajas, especialmente en Euskadi. Prefirió, hasta ellos lo vieron oportuno, retirar a sus dos “cabezas” Mayor Oreja e Iturgaiz al ostracismo de la lejana política europea, de donde no se escuchan sus conjeturas políticas. Su paso por el Parlamento Vasco fue deplorable, con sonoras ausencias del dir(l)igente Oreja o del músico Iturgaiz que tocaba con el codo (según él) el botón de Oreja. Sus únicas victorias pírricas de bloqueo se producen cuando los escaños ilegalizados de Batasuna se suman a los ilegalizadores del PP-PSOE. Su novata candidata María San Gil, desconocida fuera de Donosti, se ha presentado antes de tiempo, sólo para conjurar las luchas intestinas que se adivinan cuando vienen épocas flacas. Si cuentan con el “apoyo” de Aznar y Fraga en la campaña futura, como antaño, conocerán un sonoro fiasco que se presagia en cualquier caso, descendiendo desde los 19 escaños (incluido el prestado por Unidad Alavesa) hasta un abanico de 15-17, y eso contando –como en el caso de los demás- con la presumible representación perdida de Batasuna y el efecto “españolista” del reparto del Parlamento Vasco de 25-25-25, con iguales escaños en Araba que en Gipuzkoa o Bizkaia, lo que auxilia extraordinariamente al PP y al PSOE.
Finalmente, EAJ-PNV sigue siendo el partido referencial en la CAPV, actualmente con 26 parlamentarios. Con una dirección política renovada en enero de 2005, con el EBB presidido por Josu Jon Imaz, y la bicefalia habitual con Juan José Ibarretxe, aborda un período de grandes oportunidades . Su línea política siempre centrada e inspirada en los cauces de la buena gestión de lo propio (como demuestra la revalidación continua por el electorado en la inmensa mayoría de municipios vascos, en dos de las Diputaciones Forales con mayorías absolutas y en el Gobierno Vasco) sigue aprovechando las posibilidades reales de avance hacia del autogobierno, con fórmulas consensuadas por el conjunto de la ciudadanía. El pasado Alberdi Eguna (Día del Partido, EAJ-PNV) del 26 de septiembre denotó, junto al habitual fenómeno único de concentrar anualmente en una campa lejana a 100.000 personas en un espectáculo que resulta inexplicable fuera de Euskadi, un nuevo equilibrio en el tándem de los JJI (Josu Jon Imaz & Juan José Ibarretxe). El discurso del Lehendakari se abrevió, moduló y armonizó para dar paso al cuidado mensaje de Imaz, con un expreso reconocimiento a Arzalluz y un análisis político bien definido y catalizador del impulso requerido para la etapa histórica que corresponde liderar.
El acento plebiscitario de las Elecciones de 2005, máxime si no se aprueba el Nuevo Estatuto en esta oportunidad, rentaría buenos dividendos electorales a EAJ-PNV, y más exactamente a su predecible coalición con EA. El cómputo global podría subir desde los 33 actuales (26+7), hasta los 34 ó 37, al borde la mayoría absoluta. En cualquier caso, EAJ-PNV apuesta por mantener tras la elecciones autonómicas un Gobierno Vasco multipartito, inclusive con el concurso de Aralar que podría disponer de 1 ó 2 escaños tras aparecer por primera vez en el Parlamento Vasco.
Para finalizar, todo indica que la tensión provocada por el terrorismo de ETA puede aliviarse, tanto por las detenciones últimas como por plausibles medidas que podrían adoptarse en los meses inmediatos. Sería una estrategia positiva el acercamiento de presos manteniendo la dispersión (en ocasiones el alejamiento supuso concentración), como propuso el Parlamento Vasco. Hace más de 10 años, el 31 de agosto de 1994, el IRA, anunció un “cese completo de las actividades militares”. ETA, ¿a qué espera para desaparecer como organización militar? El ocaso de ETA se vislumbra próximo. Cuando se produzca, dejaremos de sufrir, especialmente las numerosas víctimas de todos los lados, y se normalizará nuestra situación política, con múltiples efectos benéficos. Entonces, la política vasca será un “deporte minoritario” sólo para especialistas en la administración o en la prensa. Ojalá pronto lo veamos y lo vivamos.
La situación política en Euskadi evoluciona lenta, pero imparablemente. Analicemos algunos de sus puntos de inflexión sociopolítica, entendiendo que una visión cercana, aunque inevitablemente subjetiva, puede resultar valiosa para contribuir a un debate general que promueva la pacificación y el entendimiento colectivo en una sociedad plural.
El calendario previsto es de alta intensidad política. En menos de 8 meses se producirán 2 consultas electorales: el 20 de febrero el referéndum sobre la Constitución Europea y, antes del final de mayo de 2005, las elecciones autonómicas en la Comunidad Autónoma Vasca. Sería sumamente improbable, y nada deseable, que el Lehendakari Ibarretxe uniese, como es su potestad, la convocatoria autonómica con el referéndum europeo en una sola fecha electoral. Las únicas ventajas de tal opción serían reducir el coste económico y el cansancio de la ciudadanía a la que se convocará dos veces en un trimestre. Los inconvenientes serían innumerables: la confusión de dos campañas electorales y mediáticas con temáticas y agentes muy diferenciados, la duplicidad de gestión de ambas urnas o el solapamiento de una convocatoria de previsible bajo interés popular (Constitución Europea) con la principal cita electoral vasca (Autonómicas en la CAPV).
Anteriormente a estas convocatorias electorales, se votará en el Parlamento Vasco el Proyecto de Nuevo Estatuto Político para Euskadi, o “Plan Ibarretxe”, antes de concluir el presente año 2004. En el último Debate de Política General del pasado 24 de septiembre quedaron fijadas las posiciones de todos los grupos políticos: PP (incluyendo la segregada UA) y PSOE votarán en contra junto a Sozialista Abertzaleak (Batasuna), mientras que los partidos del Gobierno Vasco (EAJ-PNV, EA y IU) votarán a favor. Si se consuma el voto de Batasuna, como desafió su portavoz Otegi, en contra del Nuevo Estatuto y, por tanto, en defensa del Estatuto de Gernika, incumplido tras 25 años, la propuesta parlamentaria será rechazada en esta Legislatura.
El Lehendakari Ibarretxe ha asegurado que, en cualquier caso, la sociedad vasca, después de 25 años, será consultada sobre su propio futuro, lo que, según sus palabras, "es la esencia de la democracia. En su opinión "se abre una oportunidad histórica y en los próximos tiempos, la Cámara Vasca debatirá y votará acerca de la Propuesta del ‘Nuevo Estatuto Político de la Comunidad de Euskadi’. Celebraremos las elecciones al Parlamento Vasco y realizaremos una consulta democrática en la que todos y cada uno de los ciudadanos y ciudadanas vascas, sin exclusiones y en un escenario sin violencia, decidiremos acerca de nuestro modelo de convivencia entre vascos y de nuestro modelo de relación política entre Euskadi y España".
Brevemente repasaremos para concluir la posición partidista de cada formación política vasca, en orden de menor a mayor según su actual presencia en Eusko LegeBiltzarra (Parlamento Vasco), incluyendo un avance sobre su previsible evolución en escaños.
IU, Esker Batua-Berdeak (EB-B), dispone actualmente de 3 parlamentarios y su dirigente Javier Madrazo forma parte del Gobierno Vasco como Consejero de Vivienda y Asuntos Sociales. Recientemente ha sido reelegido como coordinador general, con el 63% de los votos de los nuevos miembros de su Consejo Político. Madrazo, al frente de la formación de izquierdas desde 1995, hubo de luchar contra los críticos articulados en torno al Partido Comunista y con una lista alternativa de jóvenes que se abstuvieron con el 16% de representación. IU-EB, con una dirección respaldada, presta un fiel apoyo al ‘Plan Ibarretxe’ con el matiz del federalismo de libre adhesión. Su polémico paso por la gestión gubernamental parece reportarle buenos presagios como se ha demostrado en convocatorias municipales, forales o generales. Cabe esperar que en 2005 disponga de número de escaños en Gasteiz entre 3-4, con indudable mejora de su presencia social.
Sozialista Abertzaleak (SA, Batasuna) se enfrentará a su desaparición del último foro político si la Ley de Partidos Políticos no es revocada o no se pliegan a las condiciones impuestas, posibilidades ambas posibles pero improbables… aparentemente. El hartazgo del Pueblo Vasco, al que dicen representar y defender, respecto de la violencia política ejercida por ETA, es aún más desbordante si cabe tras la tragedia del 11-M. ETA era un cadáver como agente sociopolítico desde hace lustros, pero ahora esta realidad ha calado incluso entre la opinión de los últimos votantes de SA. La misma estrategia política de los perpetuos portavoces de SA resuena cada día más contradictoria, negando los avances democráticos del nacionalismo vasco pacifista y debiendo usar sus últimos escaños en apoyo del “unionismo del PP” (en su jerga al uso). Sus 7 parlamentarios podrían desaparecer e, incluso, caso de presentarse finalmente o contar los “votos nulos” su desplome electoral es cantado. Sólo una tregua definitiva de ETA y una readaptación urgente podrían salvarles del cataclismo electoral. Tras haber perdido 7 parlamentarios el 13-M de 2001, en 2005 podrían desaparecer los restantes 7 entre cantos eufóricos de continuar de éxito en éxito con su eterno maximalismo.
Eusko Alkartasuna, que se presentó en coalición con EAJ-PNV, dispone de 7 escaños. Su pérdida electoral desde los 9 parlamentarios de la VI Legislatura se fraguó con su negociación bipartita en 2001, cuando desde su desconfianza electoral prefirieron puestos más altos en las candidaturas conjuntas, antes que ganar con el éxito de la coalición. En los últimos meses, tras comprobar fehacientemente su descendiente electorado por separado en las europeas y generales, la realidad electoral ha obligado a la recalcitrante dirección actual a olvidar las desafortunadas tesis de presentarse en solitario. Su representación futura en el Parlamento dependerá de cómo se negocie el ineluctable acuerdo de coalición, que EAJ-PNV siempre ha defendido aún a costa de escaños cedidos a su “hermano menor”, cuyo futuro fuera de una coalición estable y permanente con EAJ-PNV se adivina menguante, tras un recorrido histórico siempre decreciente. Ello a pesar de la generosa representación institucional que su socio siempre le ha otorgado. Con los recientes datos de las Elecciones Generales de porcentajes parejos de IU y EA, no se explica la gestión de 3 Departamentos de Eusko Jaurlaritza, incluido el paradigmático de Educación, Universidades e Investigación donde se requiere un protagonismo social y un peso político que (una facción crítica de) EA no puede brindar.
El PSE-PSOE dispone actualmente de 13 escaños en el Parlamento Vasco. En un reincidido error histórico, como con Jauregi, Patxi López se ha lanzado prematuramente a la piscina de una larga precampaña electoral sin papeles y con un electorado que fluctúa en Euskadi entre el PP y el PSOE. La crisis de la Naval de Sestao, feudo socialista por antonomasia y el indeleble recuerdo en Bizkaia del cierre de Euskalduna en 1984 con Solchaga, patentiza lo inverosímil de un mensaje que no se lo cree ni su propia militancia. El PSOE vasco debe recorrer una larga travesía para despegarse de su dependencia del PP en Euskadi, donde uno sin el otro (y en el Parlamento sin Batasuna) no lograrían gestionar nada, ni siquiera las últimas plazas municipales que les restan en las zonas industriales históricas (margen izquierda del Nerbioi,…). El recurso a la foto en Madrid con el ministro de turno para traer ayudas resulta patético cuando los presupuestos generales del Estado siguen condenando al olvido a toda la Comunidad Autónoma Vasca. La falta de credibilidad del PSE sigue amarrada por su absoluta dependencia de Madrid, y acrecentada por el desprecio hacia el Parlamento Vasco, donde el PSE no quiere debatir su propuesta o cuando Rodríguez Zapatero resuelve que sólo las modificaciones decididas en Cataluña o Andalucía serán aceptadas. Sin embargo, el vaivén de vasos comunicantes del PP-PSOE producirá que la infalible baja del PP elevará la representación de PSOE, hasta un total entre 15 y 18 escaños (si Batasuna no se presenta).
El PP vasco está en horas bajas, especialmente en Euskadi. Prefirió, hasta ellos lo vieron oportuno, retirar a sus dos “cabezas” Mayor Oreja e Iturgaiz al ostracismo de la lejana política europea, de donde no se escuchan sus conjeturas políticas. Su paso por el Parlamento Vasco fue deplorable, con sonoras ausencias del dir(l)igente Oreja o del músico Iturgaiz que tocaba con el codo (según él) el botón de Oreja. Sus únicas victorias pírricas de bloqueo se producen cuando los escaños ilegalizados de Batasuna se suman a los ilegalizadores del PP-PSOE. Su novata candidata María San Gil, desconocida fuera de Donosti, se ha presentado antes de tiempo, sólo para conjurar las luchas intestinas que se adivinan cuando vienen épocas flacas. Si cuentan con el “apoyo” de Aznar y Fraga en la campaña futura, como antaño, conocerán un sonoro fiasco que se presagia en cualquier caso, descendiendo desde los 19 escaños (incluido el prestado por Unidad Alavesa) hasta un abanico de 15-17, y eso contando –como en el caso de los demás- con la presumible representación perdida de Batasuna y el efecto “españolista” del reparto del Parlamento Vasco de 25-25-25, con iguales escaños en Araba que en Gipuzkoa o Bizkaia, lo que auxilia extraordinariamente al PP y al PSOE.
Finalmente, EAJ-PNV sigue siendo el partido referencial en la CAPV, actualmente con 26 parlamentarios. Con una dirección política renovada en enero de 2005, con el EBB presidido por Josu Jon Imaz, y la bicefalia habitual con Juan José Ibarretxe, aborda un período de grandes oportunidades . Su línea política siempre centrada e inspirada en los cauces de la buena gestión de lo propio (como demuestra la revalidación continua por el electorado en la inmensa mayoría de municipios vascos, en dos de las Diputaciones Forales con mayorías absolutas y en el Gobierno Vasco) sigue aprovechando las posibilidades reales de avance hacia del autogobierno, con fórmulas consensuadas por el conjunto de la ciudadanía. El pasado Alberdi Eguna (Día del Partido, EAJ-PNV) del 26 de septiembre denotó, junto al habitual fenómeno único de concentrar anualmente en una campa lejana a 100.000 personas en un espectáculo que resulta inexplicable fuera de Euskadi, un nuevo equilibrio en el tándem de los JJI (Josu Jon Imaz & Juan José Ibarretxe). El discurso del Lehendakari se abrevió, moduló y armonizó para dar paso al cuidado mensaje de Imaz, con un expreso reconocimiento a Arzalluz y un análisis político bien definido y catalizador del impulso requerido para la etapa histórica que corresponde liderar.
El acento plebiscitario de las Elecciones de 2005, máxime si no se aprueba el Nuevo Estatuto en esta oportunidad, rentaría buenos dividendos electorales a EAJ-PNV, y más exactamente a su predecible coalición con EA. El cómputo global podría subir desde los 33 actuales (26+7), hasta los 34 ó 37, al borde la mayoría absoluta. En cualquier caso, EAJ-PNV apuesta por mantener tras la elecciones autonómicas un Gobierno Vasco multipartito, inclusive con el concurso de Aralar que podría disponer de 1 ó 2 escaños tras aparecer por primera vez en el Parlamento Vasco.
Para finalizar, todo indica que la tensión provocada por el terrorismo de ETA puede aliviarse, tanto por las detenciones últimas como por plausibles medidas que podrían adoptarse en los meses inmediatos. Sería una estrategia positiva el acercamiento de presos manteniendo la dispersión (en ocasiones el alejamiento supuso concentración), como propuso el Parlamento Vasco. Hace más de 10 años, el 31 de agosto de 1994, el IRA, anunció un “cese completo de las actividades militares”. ETA, ¿a qué espera para desaparecer como organización militar? El ocaso de ETA se vislumbra próximo. Cuando se produzca, dejaremos de sufrir, especialmente las numerosas víctimas de todos los lados, y se normalizará nuestra situación política, con múltiples efectos benéficos. Entonces, la política vasca será un “deporte minoritario” sólo para especialistas en la administración o en la prensa. Ojalá pronto lo veamos y lo vivamos.
Preguntas… y más preguntas
Sólo comprendemos aquellas preguntas que podemos contestar con firmeza.
1. Texto propuesto por el Gobierno Vasco (enunciados con 81 palabras):
P1 - ¿Está usted de acuerdo en apoyar un proceso de final dialogado de la violencia si previamente ETA manifiesta de forma inequívoca su voluntad de poner fin a la misma de una vez y para siempre?
P2 - ¿Está usted de acuerdo en que los partidos vascos sin exclusiones inicien un proceso de negociación para alcanzar un acuerdo democrático sobre el ejercicio del derecho a decidir del pueblo vasco y que dicho acuerdo sea sometido a referéndum antes de que finalice el año 2010?
2. Cómo reducir el texto, diciendo lo mismo (con 47 palabras):
P1 - ¿Apoya un proceso de final dialogado de la violencia si previamente ETA demuestra que finaliza la misma de una vez y para siempre?
P2 - ¿Desea que todos los partidos vascos negocien un acuerdo sobre el derecho a decidir del pueblo vasco para someterlo a referéndum antes del 2011?
3. Cómo condensar el texto, buscando un mayor consenso (con 30 palabras):
P1 - ¿Apoya un proceso de final de la violencia, al margen de lo que hagan los violentos?
P2 - ¿Desea que los partidos democráticos negocien sobre el derecho a decidir del pueblo vasco?
4. Cómo llegar a la unanimidad (con sólo 10 palabras):
Pregunta única - ¿Apoya que los partidos acuerden pacificar para construirnos un futuro?
Versión para imprimir en: mikel.agirregabiria.net/2008/maspreguntas.DOC
Technorati tag: política vasca
1. Texto propuesto por el Gobierno Vasco (enunciados con 81 palabras):
P1 - ¿Está usted de acuerdo en apoyar un proceso de final dialogado de la violencia si previamente ETA manifiesta de forma inequívoca su voluntad de poner fin a la misma de una vez y para siempre?
P2 - ¿Está usted de acuerdo en que los partidos vascos sin exclusiones inicien un proceso de negociación para alcanzar un acuerdo democrático sobre el ejercicio del derecho a decidir del pueblo vasco y que dicho acuerdo sea sometido a referéndum antes de que finalice el año 2010?
2. Cómo reducir el texto, diciendo lo mismo (con 47 palabras):
P1 - ¿Apoya un proceso de final dialogado de la violencia si previamente ETA demuestra que finaliza la misma de una vez y para siempre?
P2 - ¿Desea que todos los partidos vascos negocien un acuerdo sobre el derecho a decidir del pueblo vasco para someterlo a referéndum antes del 2011?
3. Cómo condensar el texto, buscando un mayor consenso (con 30 palabras):
P1 - ¿Apoya un proceso de final de la violencia, al margen de lo que hagan los violentos?
P2 - ¿Desea que los partidos democráticos negocien sobre el derecho a decidir del pueblo vasco?
4. Cómo llegar a la unanimidad (con sólo 10 palabras):
Pregunta única - ¿Apoya que los partidos acuerden pacificar para construirnos un futuro?
Versión para imprimir en: mikel.agirregabiria.net/2008/maspreguntas.DOC
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Manifestación de Gesto por la Paz
Con oportunidad del Día Internacional de la no violencia, este sábado 31, a las 17:30, en la Plaza Sagrado Corazón de Bilbao, Gesto por la Paz convoca a una manifestación con el lema "Exigimos el fin de la violencia. ETAri dagokio". Esta organización nos invita a mantener una postura activa respecto a:
- Señalar a ETA como la responsable de poner fin al terror de manera definitiva e incondicional. Ellos son quienes asesinan y de ellos es el deber de tomar la decisión de dejar de hacerlo y permitir a toda la ciudadanía vivir en libertad.
- Manifestar nuestra más profunda solidaridad hacia las personas que han sufrido y sufren el ataque del terror. No debemos hacer dejación de la obligación moral de asumir que ETA nos dispara a todos, nos trata de callar a todos, nos coarta a todos… por ello, cada disparo, cada diana dibujada, cada nombre en uno de sus comunicados, etc. lo debemos recibir como si fuera para cada uno de nosotros, al margen de nuestra ideología, nuestra profesión o nuestra forma de vida.
- Llevar a la práctica una radical deslegitimación de la violencia (ver documento en PDF). La existencia del terror no tiene ninguna justificación, sino que es producto de una decisión errónea de quienes lo ejercen y, como hemos dicho, en sus manos está poner fin a esta situación. Esta práctica supone inavitablemente, fortalecer la democracia y el Estado de Derecho. [Remitido por www.gesto.org]
Tags Technorati: Gesto por la Paz | manifestación | Bilbao.
Ilusión
Leyendo la primera plana de “EL PAÍS” de ayer sufrí una alucinación, porque traduje del irlandés al euskera y creí entender: “ETA anuncia un desarme masivo y el rechazo a la violencia. Aznar intenta desbloquear el proceso de paz en Euskadi. Batasuna, brazo político del terrorismo vasco de ETA, denunció ayer la lucha armada como fórmula para lograr objetivos políticos y defendió la democracia como única vía posible. Poco después, ETA, que guarda una tregua desde 2003, anunció su tercera y masiva operación de desarme y aseguró que suscribe la afirmación de Batasuna. Nunca habían llegado tan lejos en su distanciamiento de la violencia”.
¿Fue sólo un sueño?
¿Fue sólo un sueño?
Re-solución vasca
Al final todos hemos entendido que primero es la paz y después la política. Sólo falta que también deduzcamos que el interés partidista viene detrás de la convivencia democrática en una sociedad plural.
Batasuna se enorgullece de que cuando ellos lo entendieron (el 14 de noviembre de 2004 en Anoeta y proclamaron su compromiso de usar vías "exclusivamente políticas y democráticas"), lo entendieron todos. Aunque no es mérito alguno ser el último de la clase (política) en comprender el problema, sí es motivo de satisfacción para todos y un hito histórico que, al final, la esencia de la cuestión sea indiscutible.
ETA sobraba y estorbaba, como decíamos casi todos antes y ahora absolutamente todos. ETA desperdició, una vez más, la penúltima tregua que ofreció en septiembre de 1998, poco después de aquel viernes santo (10-4-98), fecha en la que pudo sincronizar con el IRA el cese definitivo de la violencia política en Europa.
11 +11 =22. Después vendrían los trágicos 11-S de 2001 y el 11-M de 2004, que resaltaban hasta el infinito la aberración ética y política de la violencia, incluso ante las conciencias más aletargadas o ideologizadas. Aquello, de impacto en el panorama internacional, provocó este feliz 22-M de 2006, cuando se comunicó el alto el fuego permanente.
El fin del latrocinio. Se ponía final a un insufrible robo de vidas humanas, de familias rotas, de personas mutiladas, y de daños personales irreparables. Pero el rapto había sido inconmensurable en otros aspectos también decisivos: la violencia nos había hurtado una inmensidad de recursos humanos y materiales, de tiempo de reflexión, de espacios de debate, de incalculables frutos de una convivencia abierta y dialogante que no disfrutamos.
De la regresión hacia el progreso. Ahora se abre una etapa acelerada de reconversión de enfrentamientos en sinergias, y de escoltas en educadores. Confiamos que nuestros hijos puedan olvidar y que todos vivamos una fase de relanzamiento de una sociedad puntera que cierra una profunda herida, y que pone a la política en su lugar propio, pero no en el centro de toda nuestra existencia como ciudadanos.
De la alta política a la gestión política. Queremos que se traten y resuelvan, con políticas sectoriales, nuestros problemas cercanos y que nos afectan a todos (educación, sanidad, pensiones, vivienda, economía,…), y de ahí se derivará la necesidad de revisar periódicamente los marcos políticos o administrativos.
Participación política por las urnas. Estamos hartos de tanta manifestación histórica… cada semana. Las manifestaciones que queden para las grandes ocasiones. Nos sobran muchos de esos compulsivos convocadores de desfiles callejeros cada sábado. Nos reservamos el voto, que es lo que cuenta, para el intenso calendario electoral que se avecina en 2007-2008-2009, y para alguna consulta popular final bien pergeñada.
Panorama partidista simplificado. El cóctel político vasco se va remansando, y se encaminan mejor aquellas formaciones que buscan el voto sereno, en las convocatorias electorales previstas o en una consulta popular final prevista para un nuevo Estatuto o Estatus político. Probablemente se reordenará el escenario de partidos, desapareciendo rarezas coyunturales (como EHAK) y la desproporcionada representación de algunos partidos testimoniales (como EA, EB o Aralar).
La definitiva solución del problema vasco está cada día más cerca… porque es firme, unánime e imparable nuestra resolución de buscarla, acordarla y construirla sobre cimientos de paz.
Versión final en: mikel.agirregabiria.net/2006/resolucion.htm
Batasuna se enorgullece de que cuando ellos lo entendieron (el 14 de noviembre de 2004 en Anoeta y proclamaron su compromiso de usar vías "exclusivamente políticas y democráticas"), lo entendieron todos. Aunque no es mérito alguno ser el último de la clase (política) en comprender el problema, sí es motivo de satisfacción para todos y un hito histórico que, al final, la esencia de la cuestión sea indiscutible.
ETA sobraba y estorbaba, como decíamos casi todos antes y ahora absolutamente todos. ETA desperdició, una vez más, la penúltima tregua que ofreció en septiembre de 1998, poco después de aquel viernes santo (10-4-98), fecha en la que pudo sincronizar con el IRA el cese definitivo de la violencia política en Europa.
11 +11 =22. Después vendrían los trágicos 11-S de 2001 y el 11-M de 2004, que resaltaban hasta el infinito la aberración ética y política de la violencia, incluso ante las conciencias más aletargadas o ideologizadas. Aquello, de impacto en el panorama internacional, provocó este feliz 22-M de 2006, cuando se comunicó el alto el fuego permanente.
El fin del latrocinio. Se ponía final a un insufrible robo de vidas humanas, de familias rotas, de personas mutiladas, y de daños personales irreparables. Pero el rapto había sido inconmensurable en otros aspectos también decisivos: la violencia nos había hurtado una inmensidad de recursos humanos y materiales, de tiempo de reflexión, de espacios de debate, de incalculables frutos de una convivencia abierta y dialogante que no disfrutamos.
De la regresión hacia el progreso. Ahora se abre una etapa acelerada de reconversión de enfrentamientos en sinergias, y de escoltas en educadores. Confiamos que nuestros hijos puedan olvidar y que todos vivamos una fase de relanzamiento de una sociedad puntera que cierra una profunda herida, y que pone a la política en su lugar propio, pero no en el centro de toda nuestra existencia como ciudadanos.
De la alta política a la gestión política. Queremos que se traten y resuelvan, con políticas sectoriales, nuestros problemas cercanos y que nos afectan a todos (educación, sanidad, pensiones, vivienda, economía,…), y de ahí se derivará la necesidad de revisar periódicamente los marcos políticos o administrativos.
Participación política por las urnas. Estamos hartos de tanta manifestación histórica… cada semana. Las manifestaciones que queden para las grandes ocasiones. Nos sobran muchos de esos compulsivos convocadores de desfiles callejeros cada sábado. Nos reservamos el voto, que es lo que cuenta, para el intenso calendario electoral que se avecina en 2007-2008-2009, y para alguna consulta popular final bien pergeñada.
Panorama partidista simplificado. El cóctel político vasco se va remansando, y se encaminan mejor aquellas formaciones que buscan el voto sereno, en las convocatorias electorales previstas o en una consulta popular final prevista para un nuevo Estatuto o Estatus político. Probablemente se reordenará el escenario de partidos, desapareciendo rarezas coyunturales (como EHAK) y la desproporcionada representación de algunos partidos testimoniales (como EA, EB o Aralar).
La definitiva solución del problema vasco está cada día más cerca… porque es firme, unánime e imparable nuestra resolución de buscarla, acordarla y construirla sobre cimientos de paz.
Versión final en: mikel.agirregabiria.net/2006/resolucion.htm
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