Cuestión de tiempo

Cada vez que decides “quitarte” de opinar sobre política, viene alguien y te lo pone a tiro, con perdón y sin ánimo marcial. Acabo de leer que el conspicuo presidente Aznar, a quien nunca le agradecemos debidamente sus ocurrencias, argumenta que hallar las armas de destrucción masiva en Irak es "cuestión de tiempo". Nada más cierto: Del tiempo necesario para que dejen de preguntárselo a él y a sus aliados, un tal Bush y otro tal Blair, y que todos nos olvidemos de la suerte de los “liberados iraquíes”, como ya nos han distraído de los “democratizados afganos”. Pero ya se ha dicho que el olvido es la salida fácil, ese viejo remedio de la miseria humana y la planta que florece a orillas de las tumbas.

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