Euskadi contra todos

Nos sentimos contra las cuerdas, a veces. Percibimos que nuestras fuerzas flaquean y que estamos superados, por momentos. Casi vencidos. Con ganas de tirar la toalla. Nos duelen, sobre todo, nuestras divisiones internas, nuestras guerras intestinas. Las rencillas entre hermanos, mientras nuestros poderosos enemigos se regocijan. Los adversarios nos rodean, están por todas partes. Creen obsoleto nuestro planteamiento, ridícula nuestra determinación, anacrónica nuestra elección. Ellos son demasiados, con mucho dinero, y han agrupado ejércitos muy numerosos y bien pertrechados contra nosotros, los vascos. Además nosotros sólo contamos con nosotros mismos. ¿Sólo? Quizá seamos suficientes, dos millones frente al mundo… ¿Atropellados? Quizá. ¿Abatidos? Nunca. ¿Rendidos? Jamás. Sabemos que “hay derrotas que tienen más dignidad que la victoria”.

No se trata de un enfrentamiento exclusivo con Madrid, aunque pueda parecerlo. Es un desafío universal, un reto galáctico. En primer lugar contra los derrotistas que pululan a nuestro alrededor. “Abandonad”, nos insinúan insistentemente, pero nunca lo haremos, mientras el espíritu de nuestros antepasados habite en nosotros y circule sangre por nuestras arterias. Los pronósticos están todos en nuestra contra. Las apuestas son de uno contra un millón. Nadie daría un ardite por nosotros. Somos hormigas frente a elefantes. Como David frente a mil Goliats. Pero ganaremos, porque ellos quieren que renunciemos a lo nuestro, pero nosotros no queremos dominar el planeta, ni cambiar a los demás, ni imponerles nuestro criterio. Nuestro anhelo, después de muchos años, no es sino defender nuestra tradición, nuestra forma de ser, nuestra esencia. ¿Podremos ganar? ¡Qué digo! ¡No venceremos, hemos triunfado ya! ¡Sólo con seguir aquí, con nuestra identidad mantenida invicta, hemos conquistado ya nuestro particular meta! Sólo nos queda defenderla como nuestros antecesores, y educar a nuestros descendientes para que sepan mantenerla indomable. Eutsi gureari!

[Todo esto se refiere, naturalmente, a los decisivos partidos últimos de liga de este próximo domingo en Madrid y Donosti. Por “amor propio”, demostraremos que el modo vasco de “vivir la vida” es insuperable, al menos para nosotros.]

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