¡Adiós a las cartas!


Si esta carta se publica, será la número 111 de las suscritas por el abajo firmante en los ocho meses primeros del presente año. Remitidas a una docena de diarios impresos y digitales de mayor tirada, han aparecido en más de 400 ocasiones, algunos artículos en más de 15 publicaciones simultáneamente. Ha habido meses en los que se ha publicado un artículo por día, en distintos periódicos. Los temas han sido variados: familia, educación, adolescencia,… paz y política. El tono ha pretendido ser humorístico, ingenuo, didáctico, irónico o… cáustico con el gobierno que para eso le pagan… también.

La escritura comienza por un concepto a trasmitir y la búsqueda de referencias, incluyendo algún dato que induzca a la reflexión. El mensaje escrito de una tirada, normalmente en menos de quince minutos que aporta frescura y… falta de relectura que, por desgracia, también se aprecia. Luego, a veces antes, un título original y llamativo, mejor un binomio con juego de palabras. “El muerto” (lo más interesante, como en las novelas policíacas) en la primera línea si es posible.

Una gota de humor incluida, alguna cita clásica dentro de un tonalidad de prosa lírica… hasta donde alcanza el cacumen. Para terminar, un mensaje final optimista que proponga una acción positiva del lector. Sin regalar los oídos de ninguna línea editorial, el mismo artículo ha sido cursado a todo el espectro de prensa. Se aconseja constancia, carta semanal o quincenal; oportunidad, con rapidez en sintonizar con la noticia del momento; originalidad, con algún toque autobiográfico; brevedad, porque un exceso de líneas elimina opciones de publicación o deforma el original por la condensación que le aplican; y concreción sobre una idea argumentada para convencer.

La sección de “Cartas al Director” es una de las más leídas. Internet ha facilitado la remisión de misivas, y algunos periódicos reciben actualmente más de cien cartas diarias, de las que sólo se publicarán tres. La prensa electrónica ha dado cabida a un número mayor de cartas, incluso extensas. Internet también simplifica la consulta para comprobar la publicación de una carta enviada, sin necesidad de localizar el diario en cuestión, a veces de lugares lejanos. También ha posibilitado la interacción con los lectores y la recepción de respuestas, incluso desde continentes remotos.

La mayor parte de los remitentes corroboran lo expuesto y felicitan, pero los temas políticos son más vidriosos y no faltan comunicantes amenazadores. Aspirar a defender ideas propias, sin intereses partidistas, como pacifista, demócrata y vasco ha resultado difícil en esta breve e intensa experiencia. Sin renunciar a escribir sobre “pájaros y flores”, en el fondo los temas preferidos por todos, desertamos del áspero debate político porque no aporta sino disgustos y penas, confiando en haber cumplido la máxima inscrita en las otras “hojas” toledanas: "No me saques sin razón, ni me envaines sin honor". Nunca fueron armas sino de la paz, pero aún con todo y remedando a Hemingway, ¡adiós a las cartas… de política!

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