Si queremos ganar en la vida, habremos de ponerle ganas. Sin gana, no se gana.
Cuando comenzamos un nuevo curso o una etapa diferente, sólo hay un método de mejorar las posibilidades de éxito en el período naciente: Afrontarlo con ganas, con fuerza, con voluntad de triunfo, como un recién nacido que llora con ganas al venir al mundo. Por desgracia, abundan quienes han perdido las ganas, ésos que nunca ganan. Incluso entre los jóvenes, hay desganados. Sobra la desgana, la mala gana o hacer lo que a uno le da la real gana… Todo ello es negativo porque obstaculiza o impide ganar confianza, triunfo, ganancia,...
Viva el nuevo mes, viva el estudio y el trabajo, viva quienes los atrapan de buena gana, con ganas, sin quedarse con las ganas de ganar,… Ya les teníamos ganas a los retos, para demostrar nuestra buena gana. Un consejo final para controlar la gana de ganar: El verdadero medio de ganar mucho consiste en no querer nunca ganar demasiado más saber perder convenientemente.
Es más vital afrontar la existencia con ganas, consiguiendo que los demás ganen cuando nosotros ganamos, logrando que quienes tenemos cerca también encuentren ganas en nuestras ganas, de vivir, de cambiar, de mejorar, de tomarse la vida en serio y en broma, de soñar,… Digamos bien alto: “Hoy tengo ganas de vivir”, y digamos a alguien que amemos “hoy tengo ganas de ti”.
Versión final en: mikel.agirregabiria.net/2006/ganas.htm
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