Temblores

Más fuerte que un terremoto es sentir la caricia trémula de un corazón palpitante en estos tiempos de tiemblos.

¡Quién ha visto sin temblar, las noticias que nos dan! El mundo está temblando y nadie duerme tranquilo. Tsunamis, seísmos y guerras. Quieren estremecernos; aspiran a un mundo trepidante de personas temblorosas. Pretenden hacer temblar los cimientos de la civilización. Manejan mejor una humanidad que tiembla de miedo, de rabia, de soledad, de dolor, de enfermedad, de hambre o de frío.

Pero también hay temblores de amor. Hay pasiones vibrantes que sacuden el alma y que hacen retemblar el suelo bajo nuestros pies. Temblamos de alegría al recordar el último encuentro de enamorados; temblamos de deseo de sólo saber el próximo reencuentro; temblamos de emoción al vernos reflejados en una pupila parpadeante; temblamos de éxtasis al sentirnos cerca; temblamos de arriba a abajo cuando el amor vence al odio y la justicia destrona la iniquidad.

¡Aprendamos a temblar! Temblemos de querernos tanto y de sentirnos vivos. Temblemos de presentir la solidaridad y la libertad. Temblemos de aspirar a la felicidad y a la eternidad. Temblemos al vislumbrar la dignidad y la grandeza de todos los trémulos seres humanos. Sintámonos astros celestiales. ¡Somos estrellas que tiritan, titilan y tiemblan en el firmamento!
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Versión final en: mikel.agirregabiria.net/2006/temblores.htm

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Leído en "Diario de Noticias" de Navarra el 18-9-06.

Anónimo dijo...

Fonambulismo en la vida a diario
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Es cierto que el temblor da una imagen de fraglidad y despierta emociones.

Se tiembla cuando un control se ha perdido.
Más que el temblor en sí, me fascina la imagenen de la precisión, la precisión del fonambulista...la precisión del instante anterior ,de la incertidumbre.

Ese instante es in-temblable , podríamos decir, es por un momento , ese instante, lleno de magia.

Lo que se derive de ese instante después producira temblor: alegría, miedo duda...por la acción hecha.

Me fascina más en este caso lo que origina ese momento de temblor, momentos de gran precisión en medio de una fina cuerda allá en lo alto.

Un saludo

Anónimo dijo...

En medio de la hostilidad de este mundo, existe una gran bondad. Mi existencia es una expresión de esa bondad.

Soy yo, ese es mi regalo: mi capacidad de conocer, mi capacidad de sentir

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