Cuando el tiempo se desliza... es señal de felicidad

Tarde, muy tarde, he descubierto un infalible medidor de felicidad. Es válido sólo para quienes tenemos la manía de contarlo todo: los horas que faltan para el fin de semana, los días para irnos de vacaciones, o las tareas que nos quedan para concluir la jornada....
Feliz se es... cuando se deja de contar, de calcular, de aguardar,... Cuando aceptamos que las cosas se suceden con naturalidad, fruto de la semilla sembrada, conclusión lógica de lo inicial y de lo intermedio... Quien cultiva y cuida, recoge -en algún momento- la cosecha.
El tiempo bien se desliza,/A una velocidad perfecta,
/ Si no quieres que la vida,/ Vaya más rápida ni más lenta.
Trata sólo de sentirla, / Cuando se te viene y se te acerca,/
como el pudor que ansía,/ la única feliz existencia.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Hola de nuevo Mikel,

hace algún tiempo que dejé de contar.

Ummmm... parece q después de tus palabras eso me gusta!

Nika

Mikel Agirregabiria dijo...

¡Gracias, Mika!

Cuéntanos más, Mika, por 'fa'...

Anónimo dijo...

El tiempo y las palabras se detienen cuando
somos felices de verdad

Cierto: cuando nos olvidamos de inventariar, de contar, de escribir... es cuando realmente somos dichos y felices...

Escribimos cuando algo nos corroe, nos devora, nos atormenta... e intentamos transformar ese "sufrimiento" en algo aceptable, en algo tolerable y "digno".

El tiempo y las palabras se detienen cuando sabemos entregarnos, cuando sabemos compartir... esa es la felicidad: no hablar, no explicar, no contar ni enumerar

Anónimo dijo...

Otro estilo diferente el de este post
Este post me ha gustado mucho, mikel.

Y efectivamente: "cuando el tiempo se desliza, es cuestión de felicidad" Un abrazo.

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