No hay mal que por bien no venga...

Había un sabio campesino que sólo tenía un caballo. Una mañana el animal se escapó a las montañas. El vecino del dueño, compadecido fue a decirle “¡Qué mala suerte! ahora como vas a arar el campo?” “Mala suerte, o buena suerte, sólo el futuro lo sabe” contestó el campesino.

Unos días después, el caballo regresó y trajo consigo una manada de potros salvajes. El vecino, corrió a felicitar a su amigo por su buena suerte, pero el campesino nuevamente afirmó “Mala suerte, o buena suerte, sólo el futuro lo sabe”.

Al poco tiempo, cuando su hijo estaba domando uno de los caballos, se cayó del animal y se rompió la pierna. Otra vez fue el compungido vecino a lamentarse de la desgracia, y otra vez el anciano, con una serenidad inamovible, le contestó: “Mala suerte, o buena suerte, sólo el futuro lo sabe”.

Finalmente, llegó al rancho un oficial del ejército que iba a reclutar jóvenes para ir a la guerra. Como el hijo del campesino tenía enyesada la pierna, fue liberado de prestar el servicio. Nuevamente, ¿de qué se trataba? Mala suerte, o buena suerte, sólo el futuro lo sabe...

1 comentarios:

Luis Manteiga Pousa dijo...

De lo bueno puede surgir lo malo y de lo malo puede surgir lo bueno. Por lo tanto "No hay mal que por bien no venga" y su contrario "No hay bien que por mal no venga" me parecen verdaderos ambos.

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