![](https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjJ8veQY3Pw1rEMyTA28mUxhFCCbJ_7ceBL2qc7nUsQezSX2ZWdXeYEreMga2BFs2XbOWqJ2D1gt7CLFsoDJjIhVdrpiyLCjgxicyaeDL6Y3aHG7S-U2HYVUTcble9LC7iGscy9NA/s400-rw/sombra-de-la-delgadez.jpg)
¡Asombran ésas, las
sombras!
Al amanecer, ya asoman;
al mediodía, se acortan,
según la estación de moda,
varían y se transforman,
pero siempre dan la nota.
Atardece y se prolongan,
desde los pies se desbordan.
Al anochecer, se agotan...
(Poesía de este mismo día; la foto, del verano en Getxo)![](https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhm53n2pBRIMTTQtA7ySz1ln1GxVx36eQBsrNqVh_FlqBpuglYP087n07GLTbFJMejrgj0SGnz4w7e48-w93fNE2DggYJFAt8pt9iPJ1aQbgg4k8SF7-H9d8u4uIIIu22xCH8W-jA/s400-rw/sombras.jpg)
"
Nunca temas a las sombras, sólo constituyen el indicio de que en un lugar cercano hay una luz resplandeciente", señaló Ruth Renkel. "
Mantén tu rostro al sol y así no verás sombras", aconsejó
Helen Keller,
sorda y ciega desde los diecinueve meses...
1 comentarios:
Las sombras que siempre nos acompañan acompasadamente
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