Trabajar, aportar, legar,...

El suplemento XL Semanal de hoy recogía con la firma de Paulo Coelho (autor siempre recomendable para la infancia y juventud) un artículo sobre las fuerzas de la naturaleza. En un apartado se recogía una vieja historia, que creo leí hace muchos años (¿en algún Selecciones?) con una redacción algo distinta. En todo caso, es un gran relato, inspirador para cualquier día laborable y especialmente para los lunes (o para vencer esa mal definida depresión prelaboral de los domingos a la tarde). Cuenta algo así:
"Nada más morir, alguien se vio en un bellísimo lugar, rodeado por las comodidades y por la belleza con las que siempre había soñado. Una persona vestida de blanco se le aproximó:
–Tiene usted derecho a todo lo que desee.
Encantado, el sorprendido hizo todo lo que había deseado en vida. Tras muchos años de placeres, buscó a la persona de blanco. Le dijo que ya lo había probado todo, y que ahora necesitaba trabajar un poco para sentirse útil.
–Esa es la única cosa que no puedo conseguir –dijo el personaje de blanco.
–¡Voy a pasar la eternidad muriéndome de aburrimiento! ¡Preferiría mil veces estar en el infierno!
–¿Y dónde piensa usted que se encuentra?"
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