Alí Vomistar y los cuarenta ladrones

Decidme si os suena familiar. Recibes la factura de los móviles de tu familia. Sueltas una maldición contra los nuevos dioses: las operadoras de telefonía móvil. Decides darte de baja o, al menos, pedir una explicación. Llamas a tu archiconocido número de tu compañía. Sabes lo que te espera, pero insistes. Te descuelga un robot. Antes de que te llegue a preguntar a ver qué tripa se te ha roto, te suelta la consabida retahíla del anuncio promocional, justamente lo que más te interesa (es ironía) del tipo: "Si paga por adelantado tropecientos euros podrá reenviar un semanal SMS los martes y jueves que no sean capicúas a móviles de las compañías categoría 1 (que vaya usted a saber qué es)". Cuando ya te han dejado anonadado tratando de recordar de dónde vienes y qué esperas de la vida, sigue el mareo.
- "Diga usted con claridad qué desea". Aunque lo pronunciase el mismo Cervantes está programado que te acusen de farfullar, con un primer aviso: "Hable usted con precisión". Llegado a ese punto te recriminas por no haber comprado aún un robot amigo que pueda discutir con el engendro al que te enfrentas con manifiesta inferioridad. Tras obligarte a teclear varias enciclopedias, suplicar que se ponga algún humano (¡como si los hubiera!) y hartarte del diálogo de besugos entre la más elaborada "inteligencia artificial" dispuesta a torearte y tu magullado cerebro, decides darte de baja. Cuando parece que quiere entenderte, es cuando ya te has caído con todo el equipo. Redoblan sus fórmulas de oscurecimiento y distracción hasta que renuncias. Cuando a la mañana siguiente vas a algún concesionario, la cola da la vuelta a la esquina con rebaños de ingenuos dispuestos a ser esquilmados y esclavizados de por vida. La web de Canal Cliente que ofrecen es más tercermundista que la del anciano tendero del barrio. Sólo te queda cortar en cachitos la maldita tarjeta y escribir un desahogo en tu blog.

2 comentarios:

Ramón María dijo...

Conozco esta absurda sensación. Y poco importa el romper la tarjeta no dudes que seguirás pagando, ni por fax, ni con cartas por correo, en cuánto a la página www. olvídalo también.

Mucho me temo que estás atrapado.


Agur un saludo.

Mikel dijo...

No sabes cómo te comprendo. ¡Como para no hacerlo! si yo mismo estoy ahora inmerso en un contencioso con "Timifónica". Empecé en verano, ya veremos cuándo terminaré.

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