El tiempo educativo... de los escolares

Los calendarios escolares en Europa (según Eurydice) oscilan desde un mínimo de 780 horas en Dinamarca hasta un máximo posible de 1.266 en Italia. Por ejemplo, para el curso 10-11 en Euskadi se establecen 875 horas mínimas para la Educación Infantil-Primaria, mientras que en la ESO son 1.050 horas, siempre en 175 días lectivos. Todo ello sin descontar ratos de cambio de clase, recreos (que se consideran lectivos en Primaria), fiestas, excursiones,.. y otros intervalos inevitables y valiosos, pero no exactamente "de clase".

Dado que un año (no bisiesto) dispone de 8.760 horas (365 x 24), el tiempo lectivo supone en torno al 11,42% del tiempo total. Suponiendo que durante la infancia y juventud se duerme una media de 8 horas diarias (33,33% del tiempo), mejor que hablar de escolares o estudiantes sería más apropiado por tiempo de ocupación declararles "durmientes". Y eso sin considerar el tiempo que están "dormidos" en clase, con o sin los ojos abiertos.


La escuela debe educar (y bien que lo intenta) apurando esos porcentajes de tiempo, aprovechando cada minuto,... y en los momentos de entrada-salida, patios, comedor, actividades complementarias y extraescolares,... Pero las familias han de comprender que son ellas en quienes reside el derecho y el deber de ocuparse de la educación de sus hijas e hijos. Una medida muy simple de la trascendencia que se otorga a la educación en cada hogar se fija con los tiempos dedicados a seguir aprendiendo (fuera de la escuela) con los "deberes", con Internet formativa, con los libros propios o compartidos (de bibliotecas),... Por desgracia, en la mayoría de las casas, los "escolares/televidentes" pasan más tiempo viendo la televisión que en clase.

Por todo ello, no existe una relación directa entre calidad educativa y número de horas lectivas, sino que es mucho más determinante el nivel cultural de las familias, así como su interés, su ejemplo y su dedicación a la educación de su prole. El mejor, el esencial y el mayor rato de educación, y donde se generan las deseadas competencias, se produce durante la propia convivencia familiar y social (¿2-10 horas diarias?), a la que se destina el mayor porcentaje de tiempo despierto. Cuadros con horas lectivas anuales en países europeos, en Primaria (arriba) y Secundaria (abajo).

4 comments:

Unknown dijo...

En mi primer año de docencia, allá por los primeros noventa, me endosaron una tutoría de primero de FPI. Ahora podría equipararse con una PCPI; si nos fijamos es una FPI + IVA (Ignorancia, Vaguedad -también en la acepción que no recoge el diccionario-, Absentismo)
El caso es que tras la primera evaluación, llamo por teléfono a la madre y le comunico las notas (sin ningún sobresalto) y le reitero que su hijo "falta mucho a clase"
"¡No puede ser!", me protesta la madre, "Yo mismo le praparo la mochila y le pongo en el autobús escolar".
Así será, le contesto; pero su hijo, nada más llegar al instituto, entra en la cantina y de ahí no sale
Y todavía estaba en mi boca la cantina cuando replica:
"¿Ve cómo mi hijo no falta al instituto un solo día?"

En fin, Feliz Navidad

maravillas dijo...

El deber de la familia (los padres) está en inculcar valores humanos; y la responsabilidad de la docencia está en saber enseñar, aportar conocimientos. Ahí radica el fundamento de una sociedad. La televisión (y la política) no es nada más que el resultado del binomio familia y docencia. No sé qué pensarás tú, Mikel...

El Mundo dijo...

Publicado en Cartas al Director del periódico El Mundo, el jueves 23-12-2011.

Anónimo dijo...

Creo que es un pelín peligroso decantar hacia un lado u otro la calidad y cantidad de resultados académicos; el riesgo es que siempre una parte queda victoriosa e interpreta que todo lo debe hace la otra. ¿Se pasa menos tiempo en clase que en otros lugares? Sin duda. Pero, ¿ese tiempo es aprovechado debidamente?, ¿se enseña a memorizar o a pensar?, ¿se hace competentes a los alumnos de cara a aquello que deberán afrontar en su vida profesional y personal adulta?. Si la respuesta es sí, no entiendo por qué los alumnos siguen estudiando el último día y haciendo exámenes cuyos contenidos no recuerdan al cabo de 2 semanas y, la mitad de los cuales, no llegan a entender realmente. Si la respuesta es no, pues ya vemos que nadie en la "tribu" queda al margen de la necesaria corresponsabilidad e implicación.

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