Innovación en Educación


Se hace difícil hablar de innovación educativa a alguien que trabaja desde hace décadas en educación y en innovación. Porque la innovación ha sido fagocitada e interiorizada por la educación. Las Consejerías o Ministerios de Educación disponen de direcciones y negociados de innovación., y esperemos que no hayan burocratizado sus aportaciones y propuestas. Yo mismo tengo un destino en innovación educativa (antes denominada "renovación pedagógica") desde hace más de tres lustros. Y ya se sabe que la peor forma de ver el bosque es estar rodeado de árboles por todas partes.

La innovación, en todos los ámbitos pero especialmente en educación que es una empresa o proyecto de medio y largo plazo, debe ser abordada integralmente, desde arriba hasta abajo y desde adentro hacia fuera,... y viceversa. No se puede pilotar la innovación desde una Dirección... entre otras veinte que preferirían mantener todo como está. Y nos van a permitir este tono desenfadado, porque este es un post de reflexión difundido en un blog personal. Ni siquiera es una apuesta de toda la administración educativa, ni sólo de todo el profesorado; es algo más, incluso, que la utopía de toda la comunidad escolar, incluyendo al alumnado y a sus familias.
La innovación en el universo educativo es una singladura en la que deben embarcarse toda una sociedad. De ahí su dificultad, para abordar realmente un proyecto de semejante envergadura, cuyos resultados -insistimos- sólo los apreciará debidamente cuando transcurra una generación, al menos. Este lento proceso mirando al futuro, exige unidad, fe y constancia.

¡Qué difícil es comprender que los resultados óptimos, desde ciertas escalas objetivables, de algunos países nórdicos anclan sus éxitos actuales en la eliminación del analfabetismos de los bisabuelos del alumnado actual! La educación es algo que se cuece en la escuela, pero también y sobre todo en los hogares, en la ágoras sociales (reales y mediáticas).

Incluso la formación en espacios escolares acontece en tiempos y espacios complementarios al aula, como son los patios, los pasillos y comedores, bibliotecas y otras zonas de actividades extraescolares,... De hecho, el tiempo escolar (175 ó 200 días a 5-6 horas) apenas es la séptima parte del tiempo total de vida del alumnado escolarizado "a tiempo completo", y ello sin descontar intervalos de recreo, cambio de clases, desplazamientos en horario escolar,...

Sería sumamente erróneo pensar que la educación actual es sólo tarea del profesorado y de las familias. El propio rol del alumnado, del aprendizaje inter-pares, ha cobrado una importancia mayor que la que siempre tuvo de la importancia de los condiscípulos. Nunca fue más verdad aquella antigua máxima para progenitores que recomendaba vigilar la educación... de las amistades de su prole.
"Tenemos que transformar la educación para transformar la sociedad. Y transformar la sociedad para transformar la educación".


Post que estuvo en borrador desde el 15-1-2013. 
Recuperado retrospectivamente ocho años después.

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