Lo más sorprendente ha sido ver el cambio tras la noche de reparto de regalos con un agotado Rey Melchor aliviándose el dolor de cabeza y bañándose al tiempo que degusta un merecido roscón de reyes. Ya no lee las cartas donde se les pedía juguetes, sino la crónica de la cabalgata,...
2 comentarios:
Siempre hay hueco para un baño relajante después de tanto estres. ¡TODO REPARTIDO!
jajaja muy bonito, Mikel !
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