Abby podía brillar con luz propia, pero necesitaba que alguien prendiese la chispa.
No entenderían por qué las personas como él, que se habían criado sin hambre ni sed pero vivían empantanadas en la insatisfacción, estuvieran ahora decididas a afrontar peligros, a actuar ilegalmente, para marcharse, ávidas solo de elección y certidumbre.
Si gana, Obama, dejará de ser negro, igual que Oprah ya no es negra, es Oprah .
Es raro cuando esperas. No hay nada más peligroso que una persona que espera. Te puedes volver adicta a ese estado de incertidumbre y cogerle miedo a lo concreto.
Yo vengo de un país donde la raza no era motivo de conflicto; no pensaba en mí como negra, y me convertí en negra precisamente cuando llegué a Estados Unidos.
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