Encíclica del Papa Francisco "Fratelli tutti"

La religión ha triunfado, todas las religiones han sido exitosas cuando reconocen su dimensión social  y se reencuentran junto con otras revoluciones (como la francesa que apuesta por la fraternidad), porque conjuntamente han extendido una imparable cultura mundial de HUMANISMO

Os animamos a ojear la tercera encíclica “Fratelli tutti”, o “Todos hermanos” del Papa Francisco.  Fue firmada el 3 de octubre de 2020, en la víspera de la memoria de San Francisco de Asís, en la ciudad de Asís, Italia. En ella se recopilan y sistematizan las grandes propuestas de los discursos sociales de su pontificado en Roma y en sus viajes. Carta Encíclica sobre la fraternidad y la amistad social. Así comienza:

1. «Fratelli tutti», escribía san Francisco de Asís para dirigirse a todos los hermanos y las hermanas, y proponerles una forma de vida con sabor a Evangelio. De esos consejos quiero destacar uno donde invita a un amor que va más allá de las barreras de la geografía y del espacio. Allí declara feliz a quien ame al otro «tanto a su hermano cuando está lejos de él como cuando está junto a él». Con estas pocas y sencillas palabras expresó lo esencial de una fraternidad abierta, que permite reconocer, valorar y amar a cada persona más allá de la cercanía física, más allá del lugar del universo donde haya nacido o donde habite. 

Este santo del amor fraterno, de la sencillez y de la alegría, que me inspiró a escribir la segunda encíclica Laudato si', vuelve a motivarme para dedicar esta nueva encíclica a la fraternidad y a la amistad social. Porque san Francisco, que se sentía hermano del sol, del mar y del viento, se sabía todavía más unido a los que eran de su propia carne. Sembró paz por todas partes y caminó cerca de los pobres, de los abandonados, de los enfermos, de los descartados, de los últimos.
Encíclica del Papa Francisco "Fratelli tutti"
Hay un episodio de su vida que nos muestra su corazón sin confines, capaz de ir más allá de las distancias de procedencia, nacionalidad, color o religión. Es su histórica visita al Sultán Malik-el-Kamil, en Egipto, que significó para él un gran esfuerzo debido a su pobreza, a los pocos recursos que tenía, a la distancia y a las diferencias de idioma, cultura y religión. Este viaje, en aquel momento histórico marcado por las cruzadas, mostraba aún más la grandeza del amor tan amplio que quería vivir, deseoso de abrazar a todos. 

La fidelidad a su Señor era proporcional a su amor a los hermanos y a las hermanas. Sin desconocer las dificultades y peligros, san Francisco de Asís fue al encuentro del Sultán  (quien afirmó que si todos los cristianos fueran como Francisco, sería muy fácil ser cristiano) con la misma actitud que pedía a sus discípulos: que sin negar su identidad, cuando fueran «entre sarracenos y otros infieles […] no promuevan disputas ni controversias, sino que estén sometidos a toda humana criatura por Dios». En aquel contexto era un pedido extraordinario. Nos impresiona que ochocientos años atrás Francisco invitara a evitar toda forma de agresión o contienda y también a vivir un humilde y fraterno “sometimiento”, incluso ante quienes no compartían su fe...

El Papa Francisco reflexiona sobre la parábola del buen samaritano; esta reflexión es el núcleo teológico de la encíclica. El Papa Francisco dice que esta parábola es un llamado "siempre nuevo" de Jesús que "nos invita a que resurja nuestra vocación de ciudadanos del propio país y del mundo entero, constructores de un nuevo vínculo social". Invita al lector a una introspección de su lucha interior entre la propia seguridad y los sacrificios personales requeridos por la caridad. La parábola "Nos revela una característica esencial del ser humano, tantas veces olvidada: hemos sido hechos para la plenitud que sólo se alcanza en el amor". El Papa Francisco agrega que "Todos tenemos responsabilidad sobre el herido" y que "No tenemos que esperar todo de los que nos gobiernan, sería infantil. Gozamos de un espacio de corresponsabilidad capaz de iniciar y generar nuevos procesos y transformaciones."

El Papa Francisco también critica a aquellos que creen que adorar a Dios es suficiente y no son fieles a lo que su fe les exige. Además, Francisco señala a aquellos que "usan y engañan a la sociedad" y a quienes "viven de ese sistema y de sus recursos". También enfatiza la importancia de reconocer a Jesucristo en los abandonados o excluidos y agrega: "A veces me asombra que, con semejantes motivaciones, a la Iglesia le haya llevado tanto tiempo condenar contundentemente la esclavitud y diversas formas de violencia".

La encíclica “Fratelli tutti” en capítulos.
Un análisis de Rafael Aguirre en El Correo.
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