Mostrando las entradas para la consulta Maquiavelo ordenadas por fecha. Ordenar por relevancia Mostrar todas las entradas
Mostrando las entradas para la consulta Maquiavelo ordenadas por fecha. Ordenar por relevancia Mostrar todas las entradas

"Las 48 Leyes del Poder” de Robert Greene


Aunque es una visión pesimista (e incluso cínica y amoral) de la vida, conviene leer y releer el libro Las 48 Leyes del Poder” de Robert Greene. Aunque sólo sea para protegernos de quienes, y son muchos, usan estos mecanismos psicológicos y sociales. La obra ofrece una guía práctica sobre cómo obtener y mantener el poder y la influencia en diversas situaciones sociales y profesionales. 

El libro valora la importancia de la astucia, la paciencia y la capacidad de entender y manipular las emociones y percepciones de los demás para alcanzar el poder. Estas leyes, al igual que las otras, subrayan la importancia de la estrategia, la manipulación y la percepción en la búsqueda del poder.

Robert Greene se basa en más de 3.000 años de historia y en las enseñanzas de figuras como Maquiavelo (otros posts) y Sun Tzu (más posts) para enumerar 48 principios que describen las dinámicas del poder. Aquí tienes la lista completa de las 48 Leyes: 
  1. Nunca le hagas sombra a tu jefe: Haz que tus superiores se sientan siempre superiores. 
  2. Nunca confíes demasiado en tus amigos y aprende a usar a tus enemigos: Los amigos pueden traicionarte, mientras que los enemigos pueden ser más leales. 
  3. Disimula tus intenciones: Mantén a los demás en la oscuridad sobre tus verdaderos objetivos. 
  4. Di siempre menos de lo necesario: Hablar demasiado puede exponerte y debilitar tu posición. 
  5. Casi todo depende de tu prestigio; defiéndelo a muerte: Tu reputación es crucial para mantener el poder. Protege y mejora tu prestigio constantemente. 
  6. Busca llamar la atención a cualquier precio: La visibilidad es clave. Atrae la atención hacia ti y mantén a la gente interesada. 
  7. Logra que otros trabajen por ti, pero siempre lleva tú el crédito: Utiliza las habilidades y el trabajo de otros para tu beneficio, pero asegúrate de que el mérito sea tuyo. 
  8. Haz que la gente dependa de ti: Cuanto más dependan de ti, más control tendrás sobre ellos. 
  9. Gana a través de tus acciones, nunca por medio de argumentos: Las acciones son más efectivas que las palabras para demostrar tu poder y lograr tus objetivos. 
  10. Evita a los perdedores o te convertirás en uno: Rodéate de personas exitosas. 
  11. Haz que la gente dependa de ti: Cuanto más dependan de ti, más control tendrás sobre ellos. 
  12. Sé franco y generoso de forma esporádica: La generosidad ocasional puede desarmar a tus enemigos. 
  13. Sé egoísta para pedir ayuda, sin apelar a la compasión o la gratitud: Apela al interés propio de los demás. 
  14. Muéstrate como un amigo, pero actúa como un espía: Recoge información valiosa. 
  15. Aplasta a tu enemigo por completo: No dejes espacio para la venganza. 
  16. Usa la ausencia para incrementar el respeto y honor: La ausencia puede aumentar tu valor. 
  17. Mantén el suspense y lo impredecible: La sorpresa y la imprevisibilidad pueden ser poderosas. 
  18. No te protejas mediante fortalezas: el aislamiento es nocivo: Mantente en contacto con tus aliados. 
  19. No ofendas a la persona equivocada: Elige tus enemigos con cuidado. 
  20. No te comprometas nunca con nadie: Mantén tu independencia. 
  21. Finge candidez y muéstrate más tonto ante tu víctima: Desarma a tus enemigos con tu aparente ingenuidad. 
  22. Transforma tu debilidad en poder: Utiliza tus debilidades a tu favor. 
  23. Concentra tus fuerzas: Enfoca tus recursos en un solo objetivo. 
  24. Haz el papel de cortesano perfecto: Aprende a navegar en las cortes del poder. 
  25. Procura divertirte permanentemente: La diversión puede ser una herramienta poderosa. 
  26. Mantén tus manos limpias: No te ensucies con los trabajos sucios. 
  27. Usa la necesidad de las personas de creer en algo: Manipula las creencias de los demás. 
  28. Sé audaz: La audacia puede ser recompensada
  29. Planifica tus actos de inicio a final: La planificación es clave para el éxito. 
  30. Haz que tus logros parezcan no necesitar esfuerzo: La facilidad aparente puede aumentar tu prestigio. 
  31. Controla las opciones: Da a los demás la ilusión de elección. 
  32. Juega con las ilusiones de la gente: Manipula las percepciones de los demás. 
  33. Descubre la debilidad de los demás: Conoce los puntos débiles de tus enemigos. S
  34. Si quieres ser tratado como un rey, actúa como tal: La autoconfianza puede ser poderosa. 
  35. Domina el arte de la oportunidad: Elige el momento adecuado para actuar. 
  36. Menosprecia lo que no puedes obtener: Desprecia lo que no puedes tener. 
  37. Arma espectáculos impresionantes: Los espectáculos pueden ser una herramienta poderosa. 
  38. Piensa lo que quieras, pero compórtate como los demás: La conformidad puede ser una herramienta poderosa. 
  39. Revuelve las aguas: La confusión puede ser una herramienta poderosa. 
  40. Desdeña aquello que es gratuito: Lo regalado puede ser peligroso. 
  41. No imites a los grandes hombres: Sé original
  42. Muerto el perro, se acabó la rabia: Elimina la fuente del problema. 
  43. Trabaja sobre el corazón y la mente de los demás: Manipula las emociones de los demás. 
  44. Desarma y enfurece con el efecto espejo: Refleja las acciones de tus enemigos. 
  45. Introduce cambios, pero no demasiados: El cambio puede ser peligroso. 
  46. Nunca te muestres demasiado perfecto: La perfección puede ser peligrosa
  47. No vayas más allá de tu objetivo original: La ambición desmedida puede ser peligrosa. 
  48. Sé cambiante en tu forma: La adaptabilidad puede ser poderosa.
@d4vidgarrido 📚 Descarga el libro Las 48 leyes del poder desde el link en mi Perfil #las48leyesdelpoder #robertgreene #librosen60seg #d4vidgarrido #parati #fyp #librosrecomendados #libros #CapCut #CapCut ♬ Mysterious and sad BGM(1120058) - S and N
@ricardocarrionlibros Las 48 leyes del poder #librosentretenidos #librosqueenseñan #robertgreene #libromanual ♬ sonido original - Ricardo Carrión

Belicistas derrotados

Hay militares que aniquilarían el universo para ganar una estrella. Pero somos muchos más quienes queremos y merecemos la paz.

Ahora que Donald Rumsfeld ha presentado su dimisión, ahora que Bush está "abierto a cualquier sugerencia" sobre Irak, ahora que Blair está en su recta final y ahora que Aznar es historia,… es tiempo de acordarse de la cumbre de Las Azores. Allí se inició, con falsas justificaciones, con falsos argumentos y con falsas expectativas, la última de las grandes guerras a beneficio de unos pocos desalmados y en perjuicio de muchos millones de seres humanos.

Ahora es tiempo de recordar a todos los dirigentes que hacer la guerra NO es una forma de hacer política, y que ninguna guerra (como ningún cataclismo) puede ‘ganarse’. Que en la vieja Europa, escenario de tantas contiendas a lo largo de la Historia, ya nadie se plantea sojuzgar al vecino para imponer un régimen ajeno. Basta de guerras hechas para conseguir la paz, y de las paces hechas para preparar la siguiente guerra.

Más aún, desde Sun Tzu pasando por Julio César, Maquiavelo, Napoleón o Clausewitz, sólo hay una realidad, una verdad histórica tan evidente como ocultada por la “inteligencia militar”: “Quien ataca, pierde; quien se defiende, acaba venciendo”. El agresor pierde si no gana; el defensor, gana si no pierde.

No importa que retorciendo las palabras a una agresión se le llame “ataque preventivo” dirigido por un Departamento de “Defensa”. No importa lo grande que sea uno y lo pequeño que sea el otro: Quien defiende su última casa, vence a cualquier invasor remoto. La guerra nunca a ningún enemigo convenció, ni siquiera lo venció. La guerra es, además de inhumana, inútil.

Versión para imprimir: mikel.agirregabiria.net/2006/derrotados.doc

Con-vencedores y con-vencidos

Algunos prefieren ser vencedores con - vencidos. Muchos preferimos que todos pasemos de vencidos en la violencia a convencidos en la paz.

Es eterno el tema de vencedores y vencidos. La ley del universo y de la historia es contundente: ¡Ay de los vencidos! Pero los vencedores más célebres parece que se sorprendieron de lo significa vencer sin convencer. Napoleón señaló: “Lo que más me extraña de este mundo es la impotencia de la fuerza. De los dos poderes, fuerza e inteligencia, a la larga el sable siempre es vencido por el espíritu” o “Un gobierno que sólo se sostiene en las bayonetas es un gobierno vencido”. Su gran adversario, el Duque de Wellington, también opinaba que “Únicamente una batalla perdida puede ser más triste que una batalla vencida”.

Más recientemente otros han hablado de vencedores y vencidos. Pinochet se delató cuando declaró: “Aquí no hay ni vencedores ni vencidos, pero sepan estos últimos”... Más cercanamente, Fraga Iribarne declaró: “La victoria en la guerra sólo se consigue cuando se hace ganar también a los vencidos”,… en la etapa de la transición. El mismo Juan Carlos I recordaba que “No quería, a ningún precio, que los vencedores de la guerra civil fueran los vencidos de la democracia”. Pero la mejor cita es la de un clásico (Lucano): “¡Tan miserable es salir vencedor en una guerra civil!”.

La humanidad no ha conocido hasta la fecha sino una historia de odio, donde no cabían más que dos héroes: Hamlet, el impotente, y Macbeth, el vencedor. Y ambos son atormentados por espectros. Con ese maniqueo esquema bipolar, de buenos y malos, de vencedores y vencidos,… hemos crecido. Los filósofos lo mitigaron, pero no lo superaron. Nietzsche sugirió “También los vencedores son vencidos por la victoria”, o Maquiavelo creyó “Los pueblos sométense voluntariamente al imperio de quien trata a los vencidos, no como enemigos, sino como hermanos”.

Son insuficientes consejos como éstos, porque suponen que debe haber vencidos: “Con la misma mano con que vence, protege a los vencidos. El vencedor siempre honra al que ha vencido. Es perdonar al vencido, el triunfo de la victoria. La mayor satisfacción del vencedor consiste en perdonar al vencido. La paz es conveniente al vencedor y necesaria al vencido”. Ya no queremos victorias, ni victorias ni victoriosos que impliquen vencidos. La concordia crea invencibles, invencibles convencidos y sin vencidos. Quien domina por la fuerza no ha vencido a su enemigo. Preferimos el amor, en cuyas contiendas es indiferente vencer o ser vencido, porque siempre se gana.

Quizá, en ocasiones, la vida nos vence, y el sentimiento de vencidos se mantiene. Pero no es vencido sino quien creer serlo. Ya no aspiramos a ser vencedores de otros, sino de nosotros mismos como Buda predica: “vencedor es quien se vence a sí mismo”. Sin necesidad de que nos enfrentemos los unos con los otros, la vida nos somete a una escuela de adversidad, frente a la desigualdad, frente a la enfermedad, frente a la muerte. La naturaleza humana nos orienta hacia la solidaridad con las víctimas, con quienes generosamente no buscan revancha sino el fin del infortunio para todos.

El concepto vencer es propio del caduco lenguaje militar: en una civilización madura el gran verbo es convencer. En la guerra, sea quien sea el que se pueda llamar vencedor, no hay ganador, sólo perdedores, sólo hay vencidos; en la paz, todos somos ganadores y vencedores de nosotros mismos. Una sana democracia no acoge vencedores y vencidos, sino que sólo caben convencedores y convencidos. Pidamos a nuestros dirigentes que se transmuten, yVersión .DOC para imprimir convirtámonos cada uno de nosotors, en vendedores de paz ante nuestros convecinos.

Imprimir con: mikel.agirregabiria.net/2006/convencidos.htm