El político estuvo imprudente en los detalles de referencia, pero acertó de pleno en la oportunidad y trascendencia de la educación.En un acto ante estudiantes de California, el ex candidato demócrata a la presidencia norteamericana en 2004 alentó a su auditorio a “aprovechar al máximo los estudios, estudiar bien, hacer los deberes, hacer un esfuerzo para ser listo y desenvolverse bien. En caso contrario, uno acaba empantanado en Irak”.
Como toda eficaz sugerencia podría haber incluido tres mensajes en secuencia: Primero, la propuesta; segundo, las ventajas de seguir la indicación; tercero, los inconvenientes de no practicar la advertencia. En este sentido, quizá
Kerry falló al no mencionar el inmenso beneficio de aplicarse pronto y a fondo en la escuela, y centrarse sólo en una de las terribles consecuencias de desperdiciar las etapas escolares.
El error fue apuntar en exclusiva y como uno de los peores destinos laborales el ser soldado, porque no es “políticamente correcto”, sobre todo ante la patriótica idiosincrasia estadounidense media. Sin embargo, en privado, en América o en Europa, todos reconocerían el espanto de terminar siendo “carne de cañón” en una lejana guerra, ni legítima, ni declarada, ni ganable.
A pesar de todo, la recomendación dictada por el senador demócrata es impecable: Estudia al máximo, ahora que puedes y que te facilitan todas los recursos para hacerlo, porque será la primera y mejor oportunidad que tendrás y porque el esfuerzo que ahora inviertas lo recuperarás con creces a lo largo de toda tu vida, en todos los aspectos, ya sean personales, familiares o profesionales.
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