Siempre y nunca son dos palabras que todos deberíamos recordar siempre para no utilizarlas nunca.
Re-solución vasca
Al final todos hemos entendido que primero es la paz y después la política. Sólo falta que también deduzcamos que el interés partidista viene detrás de la convivencia democrática en una sociedad plural.
Batasuna se enorgullece de que cuando ellos lo entendieron (el 14 de noviembre de 2004 en Anoeta y proclamaron su compromiso de usar vías "exclusivamente políticas y democráticas"), lo entendieron todos. Aunque no es mérito alguno ser el último de la clase (política) en comprender el problema, sí es motivo de satisfacción para todos y un hito histórico que, al final, la esencia de la cuestión sea indiscutible.
ETA sobraba y estorbaba, como decíamos casi todos antes y ahora absolutamente todos. ETA desperdició, una vez más, la penúltima tregua que ofreció en septiembre de 1998, poco después de aquel viernes santo (10-4-98), fecha en la que pudo sincronizar con el IRA el cese definitivo de la violencia política en Europa.
11 +11 =22. Después vendrían los trágicos 11-S de 2001 y el 11-M de 2004, que resaltaban hasta el infinito la aberración ética y política de la violencia, incluso ante las conciencias más aletargadas o ideologizadas. Aquello, de impacto en el panorama internacional, provocó este feliz 22-M de 2006, cuando se comunicó el alto el fuego permanente.
El fin del latrocinio. Se ponía final a un insufrible robo de vidas humanas, de familias rotas, de personas mutiladas, y de daños personales irreparables. Pero el rapto había sido inconmensurable en otros aspectos también decisivos: la violencia nos había hurtado una inmensidad de recursos humanos y materiales, de tiempo de reflexión, de espacios de debate, de incalculables frutos de una convivencia abierta y dialogante que no disfrutamos.
De la regresión hacia el progreso. Ahora se abre una etapa acelerada de reconversión de enfrentamientos en sinergias, y de escoltas en educadores. Confiamos que nuestros hijos puedan olvidar y que todos vivamos una fase de relanzamiento de una sociedad puntera que cierra una profunda herida, y que pone a la política en su lugar propio, pero no en el centro de toda nuestra existencia como ciudadanos.
De la alta política a la gestión política. Queremos que se traten y resuelvan, con políticas sectoriales, nuestros problemas cercanos y que nos afectan a todos (educación, sanidad, pensiones, vivienda, economía,…), y de ahí se derivará la necesidad de revisar periódicamente los marcos políticos o administrativos.
Participación política por las urnas. Estamos hartos de tanta manifestación histórica… cada semana. Las manifestaciones que queden para las grandes ocasiones. Nos sobran muchos de esos compulsivos convocadores de desfiles callejeros cada sábado. Nos reservamos el voto, que es lo que cuenta, para el intenso calendario electoral que se avecina en 2007-2008-2009, y para alguna consulta popular final bien pergeñada.
Panorama partidista simplificado. El cóctel político vasco se va remansando, y se encaminan mejor aquellas formaciones que buscan el voto sereno, en las convocatorias electorales previstas o en una consulta popular final prevista para un nuevo Estatuto o Estatus político. Probablemente se reordenará el escenario de partidos, desapareciendo rarezas coyunturales (como EHAK) y la desproporcionada representación de algunos partidos testimoniales (como EA, EB o Aralar).
La definitiva solución del problema vasco está cada día más cerca… porque es firme, unánime e imparable nuestra resolución de buscarla, acordarla y construirla sobre cimientos de paz.
Versión final en: mikel.agirregabiria.net/2006/resolucion.htm
Batasuna se enorgullece de que cuando ellos lo entendieron (el 14 de noviembre de 2004 en Anoeta y proclamaron su compromiso de usar vías "exclusivamente políticas y democráticas"), lo entendieron todos. Aunque no es mérito alguno ser el último de la clase (política) en comprender el problema, sí es motivo de satisfacción para todos y un hito histórico que, al final, la esencia de la cuestión sea indiscutible.
ETA sobraba y estorbaba, como decíamos casi todos antes y ahora absolutamente todos. ETA desperdició, una vez más, la penúltima tregua que ofreció en septiembre de 1998, poco después de aquel viernes santo (10-4-98), fecha en la que pudo sincronizar con el IRA el cese definitivo de la violencia política en Europa.
11 +11 =22. Después vendrían los trágicos 11-S de 2001 y el 11-M de 2004, que resaltaban hasta el infinito la aberración ética y política de la violencia, incluso ante las conciencias más aletargadas o ideologizadas. Aquello, de impacto en el panorama internacional, provocó este feliz 22-M de 2006, cuando se comunicó el alto el fuego permanente.
El fin del latrocinio. Se ponía final a un insufrible robo de vidas humanas, de familias rotas, de personas mutiladas, y de daños personales irreparables. Pero el rapto había sido inconmensurable en otros aspectos también decisivos: la violencia nos había hurtado una inmensidad de recursos humanos y materiales, de tiempo de reflexión, de espacios de debate, de incalculables frutos de una convivencia abierta y dialogante que no disfrutamos.
De la regresión hacia el progreso. Ahora se abre una etapa acelerada de reconversión de enfrentamientos en sinergias, y de escoltas en educadores. Confiamos que nuestros hijos puedan olvidar y que todos vivamos una fase de relanzamiento de una sociedad puntera que cierra una profunda herida, y que pone a la política en su lugar propio, pero no en el centro de toda nuestra existencia como ciudadanos.
De la alta política a la gestión política. Queremos que se traten y resuelvan, con políticas sectoriales, nuestros problemas cercanos y que nos afectan a todos (educación, sanidad, pensiones, vivienda, economía,…), y de ahí se derivará la necesidad de revisar periódicamente los marcos políticos o administrativos.
Participación política por las urnas. Estamos hartos de tanta manifestación histórica… cada semana. Las manifestaciones que queden para las grandes ocasiones. Nos sobran muchos de esos compulsivos convocadores de desfiles callejeros cada sábado. Nos reservamos el voto, que es lo que cuenta, para el intenso calendario electoral que se avecina en 2007-2008-2009, y para alguna consulta popular final bien pergeñada.
Panorama partidista simplificado. El cóctel político vasco se va remansando, y se encaminan mejor aquellas formaciones que buscan el voto sereno, en las convocatorias electorales previstas o en una consulta popular final prevista para un nuevo Estatuto o Estatus político. Probablemente se reordenará el escenario de partidos, desapareciendo rarezas coyunturales (como EHAK) y la desproporcionada representación de algunos partidos testimoniales (como EA, EB o Aralar).
La definitiva solución del problema vasco está cada día más cerca… porque es firme, unánime e imparable nuestra resolución de buscarla, acordarla y construirla sobre cimientos de paz.
Versión final en: mikel.agirregabiria.net/2006/resolucion.htm
Lo más agotador
Amor correspondido
El amor no correspondido es el más extendido y duradero, pero es superable, olvidable y sustituible por un amor recíproco.
Todo el secreto de la felicidad se basa en la elección justa de los amores, soslayando los no correspondidos y apostando fuerte por los amores que funcionan, en la pareja, en la amistad, en la profesión, en la vocación, en la vida,... El amor, en su mayor parte y en su fase preliminar, es amor no correspondido: Amor hacia una persona que no nos recompensa, amor hacia una labor no agradecida, amor hacia una afición que no progresa, amor hacia un destino que no avanza,…
Comprendamos que es el amor, o el odio, lo que mueve el mundo. Elijamos el amor, el amor correspondido, consumado y fructífero. Según Erich Fromm, hay varias formas de amor: maternal, fraternal, erótico, el amor a sí mismo y el amor a Dios. Los dos primeros penden de la suerte familiar de cada uno de nosotros; que los demás sean correspondidos depende de nosotros mismos.
Porque el amor no es esencialmente una relación con una persona específica, sino una actitud de quien ama, de quien por sí mismo dispone y ejerce la fabulosa capacidad de amar. Amar no es establecer una correspondencia bidireccional, sino proyectar el amor hacia alguien (o algo). La persona amada, o el objetivo del amor, puede responder o no. Si algo no funciona del todo, no esperemos que el tiempo lo cure porque la vida es breve. Tampoco caigamos en un enamoramiento pleno con quien no esté igualmente embelesado.
Pero el desamor no siempre debe ser devuelto, aunque quizá sea mejor así con respecto a una persona que definitivamente rechaza nuestro ofrecimiento de amor. Cuando no hay solución, recordemos la vieja técnica del OSO Necio: Obtener; si falla Sustituir; y en caso negativo Olvidar, sino queremos actuar como Necios. Otros afanes, casi todos como los profesionales o las amistades, pueden ser vencidos con tesón y coraje cuando lo deseado merece el empeño.
El esplendor del amor se alcanza con un amor correspondido, que siempre es posible. Para volar alto se necesita un corazón entero – respirando sincronizado con otro corazón- y dos alas, la del amor ofrecido y la del amor recibido. Por eso, cuando el amor nos responde y corresponde, sólo hay que reactivarlo y revivirlo día a día con pasión consciente y sentida. No dejemos apagar nunca un amor recíproco, porque el amor siempre puede crecer, un poco más, mucho más, hasta el infinito y aún más. Se puede estar eternamente enamorado… y correspondido.
Versión final en: http://mikel.agirregabiria.net/2006/correspondido.htm
Funcionarios consuetudinarios
Los socialistas están acabando con el Estado español… No por el Estatut catalán, sino por poner en entredicho la estabilidad del funcionario.
Para empezar, señalemos que todos los que trabajamos lo hacemos para el Gobierno: Lo que sucede es que algunos, los funcionarios, hemos hecho oposiciones y los demás se han quedado en la categoría de contribuyentes.
Los funcionarios somos como los libros de una biblioteca: los que están en lugares más altos son los que menos sirven. Y esto rige especialmente para esos falsos funcionarios-kleenex, desechables de corta duración, que se llaman cargos políticos. Porque nadie negará la afirmación de Víctor Hugo: “Los dos primeros funcionarios del Estado son la nodriza y el maestro de escuela”. Ahora refundidos aparecen en la educación infantil, destinados a los nuevos ciudadanos desde su nacimiento, donde fueron atendidos por otros funcionarios sanitarios.
Los funcionarios tenemos mala fama, no tanto por el decimonónico “¡Vuelva usted mañana!” de Larra, sino por economistas como el Nobel Milton Friedman, al sostener que “El principal problema para cualquier Gobierno que llega al poder es el control de los funcionarios. Todos ellos tratarán de explicar por qué es prácticamente imposible hacer las cosas de manera distinta a como se vienen haciendo”, o que “No hay duda de que si fueras por todos los ministerios [del Reino Unido] y despidieras a uno de cada seis funcionarios, la productividad de los otros cinco aumentaría en lugar de descender”.
La mala prensa llega hasta el terreno literario de autores consagrados. Heinrich Heine arremete contra los funcionarios, incluyendo a sus equivalentes religiosos: “Respecto al bien de la república se podría citar la prueba que cita Boccaccio para la religión: existe, a pesar de sus funcionarios”. Charles Baudelaire opina: “Un funcionario cualquiera, un ministro, el director de un teatro o de un periódico, pueden ser a veces seres estimables, pero jamás son divinos. Son personas sin personalidad, seres sin originalidad, nacidos para la función, es decir, para la domesticidad”.
Se nos ha dicho de todo a los funcionarios: rutinarios, revolucionarios, contrarrevolucionarios, reaccionarios, sanguinarios, cuaternarios, estacionarios, ordinarios, extraordinarios, interdisciplinarios, legionarios, mercenarios, milenarios, millonarios, multimillonarios, valetudinarios,… En plena carrera armamentista un político ya olvidado dijo: “Hemos desarrollado un nuevo tipo de misil: se llama funcionario público, y… ni funciona ni puede ser disparado”.
En todo caso, si alguien envidia a los funcionarios de cualquier escala y categoría, desde administrativos a notarios, dispone de un recurso infalible: Que estudie, prepare y gane el correspondiente concurso-oposición para acceder a tan selecto y privilegiado clan. Entonces comprenderá que los funcionarios somos trabajadores y necesarios en un Estado moderno.
Versión final en: http://mikel.agirregabiria.net/2006/funcionarios.htm
Para empezar, señalemos que todos los que trabajamos lo hacemos para el Gobierno: Lo que sucede es que algunos, los funcionarios, hemos hecho oposiciones y los demás se han quedado en la categoría de contribuyentes.
Los funcionarios somos como los libros de una biblioteca: los que están en lugares más altos son los que menos sirven. Y esto rige especialmente para esos falsos funcionarios-kleenex, desechables de corta duración, que se llaman cargos políticos. Porque nadie negará la afirmación de Víctor Hugo: “Los dos primeros funcionarios del Estado son la nodriza y el maestro de escuela”. Ahora refundidos aparecen en la educación infantil, destinados a los nuevos ciudadanos desde su nacimiento, donde fueron atendidos por otros funcionarios sanitarios.
Los funcionarios tenemos mala fama, no tanto por el decimonónico “¡Vuelva usted mañana!” de Larra, sino por economistas como el Nobel Milton Friedman, al sostener que “El principal problema para cualquier Gobierno que llega al poder es el control de los funcionarios. Todos ellos tratarán de explicar por qué es prácticamente imposible hacer las cosas de manera distinta a como se vienen haciendo”, o que “No hay duda de que si fueras por todos los ministerios [del Reino Unido] y despidieras a uno de cada seis funcionarios, la productividad de los otros cinco aumentaría en lugar de descender”.
La mala prensa llega hasta el terreno literario de autores consagrados. Heinrich Heine arremete contra los funcionarios, incluyendo a sus equivalentes religiosos: “Respecto al bien de la república se podría citar la prueba que cita Boccaccio para la religión: existe, a pesar de sus funcionarios”. Charles Baudelaire opina: “Un funcionario cualquiera, un ministro, el director de un teatro o de un periódico, pueden ser a veces seres estimables, pero jamás son divinos. Son personas sin personalidad, seres sin originalidad, nacidos para la función, es decir, para la domesticidad”.
Se nos ha dicho de todo a los funcionarios: rutinarios, revolucionarios, contrarrevolucionarios, reaccionarios, sanguinarios, cuaternarios, estacionarios, ordinarios, extraordinarios, interdisciplinarios, legionarios, mercenarios, milenarios, millonarios, multimillonarios, valetudinarios,… En plena carrera armamentista un político ya olvidado dijo: “Hemos desarrollado un nuevo tipo de misil: se llama funcionario público, y… ni funciona ni puede ser disparado”.
En todo caso, si alguien envidia a los funcionarios de cualquier escala y categoría, desde administrativos a notarios, dispone de un recurso infalible: Que estudie, prepare y gane el correspondiente concurso-oposición para acceder a tan selecto y privilegiado clan. Entonces comprenderá que los funcionarios somos trabajadores y necesarios en un Estado moderno.
Versión final en: http://mikel.agirregabiria.net/2006/funcionarios.htm
La revolución de la ternura
La última revolución habrá de ser de ternura para comprender las diferencias y hallar el camino hacia una singularidad convivida en la abundancia de la multiplicidad.
Pablo Neruda citó, hablando del poeta Mayakovski, el invento de una alianza indestructible entre la revolución y la ternura. También Víctor Hugo sugirió que “la indignación y la ternura constituyen la misma facultad vuelta en los dos sentidos de la dolorosa esclavitud humana; y quienes son capaces de encolerizarse son también capaces de amar”. El mismo Ernesto "Ché" Guevara señaló que “a veces debemos endurecernos, pero jamás debemos olvidarnos de la ternura”. Antes se decía que una mujer sin ternura era una monstruosidad, todavía más que un hombre sin coraje; ahora, hemos de considerar que toda persona sin coraje y sin ternura es alguien truncado.
Lo cierto es que la ternura aunque soterrada, se halla por doquier. Jacques Brel, el trovador de la ternura, cantaba “Cuando sabemos dar la ternura y también sabemos recibirla, nos damos cuenta que se halla presente todas partes: en un perro, en un amigo o en una desconocida”. Hay una ternura infinita en todos los corazones humanos como en una noche llena de estrellas.
Aún los más centenarios y gigantes árboles, los que inspiran solidez, altura y firmeza, se rodean de una tierna corteza donde los amantes graban sus nombres y amores para la posteridad. La ternura nos hace vulnerables, nos convierte en humanos, y nos eleva a la categoría de ángeles mortales. Tenemos la misma edad que nuestra ternura. Nuestro desgaste de ternura no es más que amor sin utilizar, porque el amor crea ternura… que sobrevive al amor. La ternura es esa realidad que consigue superar al ensueño de la utopía.
Hay ternuras de todas clases. Todas, menos las ternuras postizas, son válidas. Un niño describió la ternura como una luz y un calor que permanece en nuestro corazón aunque afuera esté lloviendo. Por ello, la ternura infantil es la más entrañable, pero en la mirada de una mujer alcanza la ternura su expresión suprema. Aunque jamás en la vida encontraremos ternura mejor, más profunda, más desinteresada, ni más verdadera que la de una madre. Nunca agradecemos lo suficiente a las mujeres del mundo, por mantener algo de ternura y sensatez en nuestras infancias, en nuestros juegos y en nuestra existencia a lo largo de la historia.
La ternura es el reposo de la pasión, eso que convierte la existencia de la otra persona en nuestra segunda piel. Por ello, cuando se expresa la ternura, se expresa en plural. El escritor de la ternura, Jacques Salomé, cree que la ternura no es un estado permanente, sino un descubrimiento perpetuo que cada uno de nosotros podemos hacer, no a través de la fragilidad de las apariencias o la rutina de las costumbres, sino en una vivencia consciente y completa del presente. La ternura no nace de lo imposible, sino que engendra vitalmente lo posible.
Nada es pequeño para la ternura. Aquellos que esperan las grandes ocasiones para probar su ternura,… no saben amar. Si sólo por el sufrimiento se alcanza la grandeza, sólo por la ternura se descubre los grandes amores. Ternura es una palabra o un silencio convertido en ofrenda... para quien sabe escucharlo con confianza. Saber escuchar con tolerancia es otra de las mejores manifestaciones de la ternura. Una risa sin fronteras, un ligero roce y una caricia que hace temblar el suelo bajo nuestros pies,… son cumplidos reflejos de la ternura.
La ternura reencontrada es igual que unas gafas graduadas, destinadas a corregir nuestra prosaica visión de la vida. Cuando la muerte, la gran reconciliadora, llega a nosotros, nunca nos arrepentimos de nuestra ternura, sino de nuestra severidad. Nadie puede llamarse feliz hasta que haya aprendido a cultivar la alegría, la estima, la ternura y la buena voluntad hasta el punto de hallarse determinado a ser feliz todos los días, haciendo felices a los otros.
Todos buscamos ternura natural de forma desesperada. Jacques Brel lo cantó “Somos como barcos partiendo todos juntos en la pesca de la ternura”. Y recuerda: La ternura no pide nada, no espera nada, se basta a sí misma. Jamás hay que prestar la ternura; hay que obsequiarla, si no, duele demasiado.
Pablo Neruda citó, hablando del poeta Mayakovski, el invento de una alianza indestructible entre la revolución y la ternura. También Víctor Hugo sugirió que “la indignación y la ternura constituyen la misma facultad vuelta en los dos sentidos de la dolorosa esclavitud humana; y quienes son capaces de encolerizarse son también capaces de amar”. El mismo Ernesto "Ché" Guevara señaló que “a veces debemos endurecernos, pero jamás debemos olvidarnos de la ternura”. Antes se decía que una mujer sin ternura era una monstruosidad, todavía más que un hombre sin coraje; ahora, hemos de considerar que toda persona sin coraje y sin ternura es alguien truncado.
Lo cierto es que la ternura aunque soterrada, se halla por doquier. Jacques Brel, el trovador de la ternura, cantaba “Cuando sabemos dar la ternura y también sabemos recibirla, nos damos cuenta que se halla presente todas partes: en un perro, en un amigo o en una desconocida”. Hay una ternura infinita en todos los corazones humanos como en una noche llena de estrellas.
Aún los más centenarios y gigantes árboles, los que inspiran solidez, altura y firmeza, se rodean de una tierna corteza donde los amantes graban sus nombres y amores para la posteridad. La ternura nos hace vulnerables, nos convierte en humanos, y nos eleva a la categoría de ángeles mortales. Tenemos la misma edad que nuestra ternura. Nuestro desgaste de ternura no es más que amor sin utilizar, porque el amor crea ternura… que sobrevive al amor. La ternura es esa realidad que consigue superar al ensueño de la utopía.
Hay ternuras de todas clases. Todas, menos las ternuras postizas, son válidas. Un niño describió la ternura como una luz y un calor que permanece en nuestro corazón aunque afuera esté lloviendo. Por ello, la ternura infantil es la más entrañable, pero en la mirada de una mujer alcanza la ternura su expresión suprema. Aunque jamás en la vida encontraremos ternura mejor, más profunda, más desinteresada, ni más verdadera que la de una madre. Nunca agradecemos lo suficiente a las mujeres del mundo, por mantener algo de ternura y sensatez en nuestras infancias, en nuestros juegos y en nuestra existencia a lo largo de la historia.
La ternura es el reposo de la pasión, eso que convierte la existencia de la otra persona en nuestra segunda piel. Por ello, cuando se expresa la ternura, se expresa en plural. El escritor de la ternura, Jacques Salomé, cree que la ternura no es un estado permanente, sino un descubrimiento perpetuo que cada uno de nosotros podemos hacer, no a través de la fragilidad de las apariencias o la rutina de las costumbres, sino en una vivencia consciente y completa del presente. La ternura no nace de lo imposible, sino que engendra vitalmente lo posible.
Nada es pequeño para la ternura. Aquellos que esperan las grandes ocasiones para probar su ternura,… no saben amar. Si sólo por el sufrimiento se alcanza la grandeza, sólo por la ternura se descubre los grandes amores. Ternura es una palabra o un silencio convertido en ofrenda... para quien sabe escucharlo con confianza. Saber escuchar con tolerancia es otra de las mejores manifestaciones de la ternura. Una risa sin fronteras, un ligero roce y una caricia que hace temblar el suelo bajo nuestros pies,… son cumplidos reflejos de la ternura.
La ternura reencontrada es igual que unas gafas graduadas, destinadas a corregir nuestra prosaica visión de la vida. Cuando la muerte, la gran reconciliadora, llega a nosotros, nunca nos arrepentimos de nuestra ternura, sino de nuestra severidad. Nadie puede llamarse feliz hasta que haya aprendido a cultivar la alegría, la estima, la ternura y la buena voluntad hasta el punto de hallarse determinado a ser feliz todos los días, haciendo felices a los otros.
Todos buscamos ternura natural de forma desesperada. Jacques Brel lo cantó “Somos como barcos partiendo todos juntos en la pesca de la ternura”. Y recuerda: La ternura no pide nada, no espera nada, se basta a sí misma. Jamás hay que prestar la ternura; hay que obsequiarla, si no, duele demasiado.
De la sangría a la alegría
Todos los recursos humanos y materiales que dedicamos a protegernos reinvirtámoslos en que no haya quien nos atemorice.
Circula por Internet un bello artículo de Leire Saitua Iribar, una especialista en yoga, titulado “¡Alto el fuego, pero todos! ¡Todo el mundo a trabajar!” Habla de tiempos remotos, de la era de la agricultura sin armas y de cuando los nómadas pensaron que robar ganado y mujeres sería más fácil robar que sembrar, ¡qué pobres! Reprocha que algunos hayan sido como niños con armas, matando pájaros, supuestamente para defender "la casa de la madre".
Habla también de otros “mayores” que usan artefactos bélicas, epidémicos, mortales, en forma de patentes económicas de comercio injusto sobre propiedades inmorales como la del agua. Advierte: ¡Eh, vosotros, los grandes, vosotros también, a soltar las armas, que ya sois mayores! Que os queremos, os amamos y os necesitamos. Llenaos de amor, a rebosar.
Sugiere: Hacer el amor, eso es cosa de hombres, lo otro es pura amargura, puro miedo, pura impotencia, pura miseria. Que os comprendemos. Que todo esto ha sido seguramente cuestión de evolución. Que ya estamos en un punto de inflexión, listas y listos para traer el reino de los cielos a la Tierra. A trabajar todo el mundo, ahora más que nunca cada uno en su tarea.
Sigue… Es hora de reparar el entuerto,… Como primera medida, reciclemos las armas en herramientas de trabajo, que vienen tiempos de bonanza y sigue habiendo mucho estómago vacío, que vergüenza nos debería de dar. Y termina: Y a amarnos, como locos, como niños, jugando a vivir, libres, con alas, plácidos en el regazo de la madre, a descansar. Un beso, hermanas y hermanos. Maite zaituztet, oso eta oro (Os quiero, a todas y a todos y por todo).
La inmensa mayoría de quienes hemos sufrido la violencia hemos soñado con una sociedad justa, libre, democrática, centrada en lograr una convivencia pacífica, donde todos podamos ejercer nuestros derechos y desarrollar una vida feliz. Han sido largos años de hemorragia, de personas, de recursos, de tiempo, de no dedicarnos a remediar los problemas de fondo, de equidad y solidaridad. Ahora es el tiempo de las grandes soluciones, de una universal educación generosa a lo largo de la vida, que nos enseñe el camino de la verdad, de la fraternidad, de la alegría. Así, quizá, muy pronto sea verdad nuestro anhelo de poder decir una dichosa alborada: Hoy, sin nadie que nos amenace, amanece.
Versión final en: http://www.agirregabiria.net/mikel/2006/hogar.htm
Circula por Internet un bello artículo de Leire Saitua Iribar, una especialista en yoga, titulado “¡Alto el fuego, pero todos! ¡Todo el mundo a trabajar!” Habla de tiempos remotos, de la era de la agricultura sin armas y de cuando los nómadas pensaron que robar ganado y mujeres sería más fácil robar que sembrar, ¡qué pobres! Reprocha que algunos hayan sido como niños con armas, matando pájaros, supuestamente para defender "la casa de la madre".
Habla también de otros “mayores” que usan artefactos bélicas, epidémicos, mortales, en forma de patentes económicas de comercio injusto sobre propiedades inmorales como la del agua. Advierte: ¡Eh, vosotros, los grandes, vosotros también, a soltar las armas, que ya sois mayores! Que os queremos, os amamos y os necesitamos. Llenaos de amor, a rebosar.
Sugiere: Hacer el amor, eso es cosa de hombres, lo otro es pura amargura, puro miedo, pura impotencia, pura miseria. Que os comprendemos. Que todo esto ha sido seguramente cuestión de evolución. Que ya estamos en un punto de inflexión, listas y listos para traer el reino de los cielos a la Tierra. A trabajar todo el mundo, ahora más que nunca cada uno en su tarea.
Sigue… Es hora de reparar el entuerto,… Como primera medida, reciclemos las armas en herramientas de trabajo, que vienen tiempos de bonanza y sigue habiendo mucho estómago vacío, que vergüenza nos debería de dar. Y termina: Y a amarnos, como locos, como niños, jugando a vivir, libres, con alas, plácidos en el regazo de la madre, a descansar. Un beso, hermanas y hermanos. Maite zaituztet, oso eta oro (Os quiero, a todas y a todos y por todo).
La inmensa mayoría de quienes hemos sufrido la violencia hemos soñado con una sociedad justa, libre, democrática, centrada en lograr una convivencia pacífica, donde todos podamos ejercer nuestros derechos y desarrollar una vida feliz. Han sido largos años de hemorragia, de personas, de recursos, de tiempo, de no dedicarnos a remediar los problemas de fondo, de equidad y solidaridad. Ahora es el tiempo de las grandes soluciones, de una universal educación generosa a lo largo de la vida, que nos enseñe el camino de la verdad, de la fraternidad, de la alegría. Así, quizá, muy pronto sea verdad nuestro anhelo de poder decir una dichosa alborada: Hoy, sin nadie que nos amenace, amanece.
Versión final en: http://www.agirregabiria.net/mikel/2006/hogar.htm
La primavera vasca
En euskera se dice “Bazen garaia!”, que significa “¡Ya era hora!”.
Ha habido otras famosas primaveras, como las históricas Primavera de Praga y Primavera de Pekín, o la escolar Primavera de Europa, una plataforma pedagógica que facilita al alumnado y al profesorado una visión conjunta de la Unión Europea. Finalmente, parece que también a Euskal Herria, Euskadi o Vasconia le ha llegado su anhelada primavera de renacimiento, después de largas décadas de tragedia, sufrimiento y pesimismo.
Al igual que la primavera meteorológica, que se explica por complejos y multifactoriales conceptos científicos entre los que se incluye la inercia que prorroga el invierno durante tres meses tras el día más corto del año, la primavera sociopolítica estaba anunciada… aunque se ha hecho esperar. Las razones para su venida podrían explicarse en clave poética con aquel verso de Pablo Neruda: "Podrán cortar todas las flores, pero no podrán detener la primavera”.
Aunque Antonio Machado glosó que "la primavera ha venido, nadie sabe cómo ha sido", la primavera política vasca era un pronóstico esperado y esperanzador, aportado por el hartazgo de una ciudadanía sacrificada que se ha movilizado en un contexto planetario donde nuestra situación límite era una excepción en la Europa del siglo XXI, tras el 11-S, el 11-M, el cese del IRA,…
Ahora corresponde a la clase política acreditar una altura de miras semejante al valor que ha atestiguado la sociedad. El electorado seguirá atentamente a los partidos políticos, e incluso dentro de ellos, a aquellos dirigentes que faciliten y propicien una solución de reconciliación y de paz duradera. Por el contrario, quienes interfieran, obstaculicen o busquen réditos electorales a corto plazo ralentizando este proceso irreversible de normalización serán despreciados. Ello incluye a medios de comunicación, agentes sociales, o cualquier instancia pública que no sintonice con el deseo y la esperanza del pueblo.
Ahora que se ha abierto una primavera de enorme expectativa de convivencia, hemos de dedicar todo nuestro recuerdo, respeto y reconocimiento a todas las numerosas víctimas de la violencia de este conflicto, para mirar hacia adelante buscando un futuro prometedor donde ya no quepa el odio. Pasa a segundo plano el reparto del panorama política: Si conseguimos la paz, cualquier redistribución partidista proporcionará más o menos gobernabilidad, pero será infinitamente mejor que la aberración ética y política de la violencia anterior.
Que no se precipiten los políticos, y menos para obtener ventaja en sus intereses partidistas. Hará falta un tiempo de esperanza para que actúe como lenitivo entre la ciudadanía después de tanta desolación. Un tiempo donde todos habremos de desarmar el lenguaje, dejando que afloren nuestras aspiraciones humanas más naturales de aproximación, diálogo, tolerancia y perdón. ¡Ha llegado la primavera vasca para construir una convivencia desde la pluralidad, democrática y pacíficamente!
Mikel Agirregabiria Agirre. Getxo
http://www.getxoweb.com/mikel
Versión final en: http://mikel.agirregabiria.net/2006/primavera.htm
Ha habido otras famosas primaveras, como las históricas Primavera de Praga y Primavera de Pekín, o la escolar Primavera de Europa, una plataforma pedagógica que facilita al alumnado y al profesorado una visión conjunta de la Unión Europea. Finalmente, parece que también a Euskal Herria, Euskadi o Vasconia le ha llegado su anhelada primavera de renacimiento, después de largas décadas de tragedia, sufrimiento y pesimismo.
Al igual que la primavera meteorológica, que se explica por complejos y multifactoriales conceptos científicos entre los que se incluye la inercia que prorroga el invierno durante tres meses tras el día más corto del año, la primavera sociopolítica estaba anunciada… aunque se ha hecho esperar. Las razones para su venida podrían explicarse en clave poética con aquel verso de Pablo Neruda: "Podrán cortar todas las flores, pero no podrán detener la primavera”.
Aunque Antonio Machado glosó que "la primavera ha venido, nadie sabe cómo ha sido", la primavera política vasca era un pronóstico esperado y esperanzador, aportado por el hartazgo de una ciudadanía sacrificada que se ha movilizado en un contexto planetario donde nuestra situación límite era una excepción en la Europa del siglo XXI, tras el 11-S, el 11-M, el cese del IRA,…
Ahora corresponde a la clase política acreditar una altura de miras semejante al valor que ha atestiguado la sociedad. El electorado seguirá atentamente a los partidos políticos, e incluso dentro de ellos, a aquellos dirigentes que faciliten y propicien una solución de reconciliación y de paz duradera. Por el contrario, quienes interfieran, obstaculicen o busquen réditos electorales a corto plazo ralentizando este proceso irreversible de normalización serán despreciados. Ello incluye a medios de comunicación, agentes sociales, o cualquier instancia pública que no sintonice con el deseo y la esperanza del pueblo.
Ahora que se ha abierto una primavera de enorme expectativa de convivencia, hemos de dedicar todo nuestro recuerdo, respeto y reconocimiento a todas las numerosas víctimas de la violencia de este conflicto, para mirar hacia adelante buscando un futuro prometedor donde ya no quepa el odio. Pasa a segundo plano el reparto del panorama política: Si conseguimos la paz, cualquier redistribución partidista proporcionará más o menos gobernabilidad, pero será infinitamente mejor que la aberración ética y política de la violencia anterior.
Que no se precipiten los políticos, y menos para obtener ventaja en sus intereses partidistas. Hará falta un tiempo de esperanza para que actúe como lenitivo entre la ciudadanía después de tanta desolación. Un tiempo donde todos habremos de desarmar el lenguaje, dejando que afloren nuestras aspiraciones humanas más naturales de aproximación, diálogo, tolerancia y perdón. ¡Ha llegado la primavera vasca para construir una convivencia desde la pluralidad, democrática y pacíficamente!
Mikel Agirregabiria Agirre. Getxo
http://www.getxoweb.com/mikel
Versión final en: http://mikel.agirregabiria.net/2006/primavera.htm
Escribe como si todos tus lectores fuesen genios...
Mis lectores siempre saben más que yo.
My readers know more than I do...
Dan Gillmor, autor y bloguero
Mejor ser un cordero
"Los corderos tienen ventaja sobre los humanos en que, al menos, no tienen que escuchar discursos patrióticos cuando los llevan al matadero".
Jean Yanne, sobre la guerra de Irak,
citada por Isabel Coixet en su libro La vida es un guión.
¿Qué es RSS?
Primavera azul
Albores de amor...
¡Oh, primavera mía!
Forma tienes de mujer
y vas vestida de azul.
Maitetasun azia:
ene udaberria:
neskatx tankerakoa
ta urdiñez yantzia!...
(Link con la poesía completa, en euskera)
Soy el más…
Tras ver en Barakaldo el “alto” horno más “bajo” del mundo, son inmediatas algunas reflexiones sobre el “más de lo menos”.
El humorista Quino en una viñeta mostraba a un padre que aconsejaba a su hijo: “Es preferible llegar a ser el más inteligente de los tontos, que el más tonto de los inteligentes”. No en vano hubo concursos donde acudía el “tonto” de cada pueblo para determinar quién era el más “listo”, aunque ello no lo rescataba de su rol y condición. Igualmente muchos de los más capaces estudiantes que acceden a las más selectas universidades comprueban que súbitamente pasan de ser los más competentes a ser los más ineptos.
El agrupamiento escalonado por categorías estratificadas provoca esta sempiterna alternativa de elegir entre ser cabeza de ratón o cola de león. Hasta en las aulas escolares sucede que no se sabe si es preferible ser el mejor de la clase de nivel medio de inglés, o pasar a ser el rezagado en la de nivel avanzado.
La vida también puede observarse como la geografía, donde la topología esférica del planeta produce la proximidad entre el Extremo Oriente y el Lejano Oeste (o Extremo Occidente, como California o Alaska). O la mayor cercanía del Este norteamericano con el Occidente europeo. Incluso en política son notables los casos de los personajes que son “la derecha de la izquierda” (como algún ministro de defensa o un ex-alcalde de La Coruña) o la “izquierda de la derecha” (quizá algún alcalde de Madrid).
Abundan más las tipologías medias que las extremas. Quizá no haya muchos que respondan a la descripción del más cuerdo de los locos, o del más loco de los cuerdos. Pero sí son sumamente frecuentes cuerdos que actúan locamente, o locos que se comportan cuerdamente. La mayor parte de los humanos somos sinceros que mentimos a veces, o viceversa, porque mentir siempre o decir la verdad en toda ocasión es altamente improbable.
Este truco circense, como presentar al enano más alto del mundo, sugiere especular sobre los valores centrales y una visión optimista de nuestras propias cualidades entrelazadas. Cada uno de nosotros podemos ser el “más infantil de los maduros”, “más divertido de los formales”, el “más fascinante de los austeros”, el “más optimista de los realistas”, el “más aventurero de los prudentes” y el “más activo de los reflexivos”; y recíprocamente, el “más reflexivo de los activos”,…
Versión final en: http://mikel.agirregabiria.net/2006/soyel.htm
El humorista Quino en una viñeta mostraba a un padre que aconsejaba a su hijo: “Es preferible llegar a ser el más inteligente de los tontos, que el más tonto de los inteligentes”. No en vano hubo concursos donde acudía el “tonto” de cada pueblo para determinar quién era el más “listo”, aunque ello no lo rescataba de su rol y condición. Igualmente muchos de los más capaces estudiantes que acceden a las más selectas universidades comprueban que súbitamente pasan de ser los más competentes a ser los más ineptos.
El agrupamiento escalonado por categorías estratificadas provoca esta sempiterna alternativa de elegir entre ser cabeza de ratón o cola de león. Hasta en las aulas escolares sucede que no se sabe si es preferible ser el mejor de la clase de nivel medio de inglés, o pasar a ser el rezagado en la de nivel avanzado.
La vida también puede observarse como la geografía, donde la topología esférica del planeta produce la proximidad entre el Extremo Oriente y el Lejano Oeste (o Extremo Occidente, como California o Alaska). O la mayor cercanía del Este norteamericano con el Occidente europeo. Incluso en política son notables los casos de los personajes que son “la derecha de la izquierda” (como algún ministro de defensa o un ex-alcalde de La Coruña) o la “izquierda de la derecha” (quizá algún alcalde de Madrid).
Abundan más las tipologías medias que las extremas. Quizá no haya muchos que respondan a la descripción del más cuerdo de los locos, o del más loco de los cuerdos. Pero sí son sumamente frecuentes cuerdos que actúan locamente, o locos que se comportan cuerdamente. La mayor parte de los humanos somos sinceros que mentimos a veces, o viceversa, porque mentir siempre o decir la verdad en toda ocasión es altamente improbable.
Este truco circense, como presentar al enano más alto del mundo, sugiere especular sobre los valores centrales y una visión optimista de nuestras propias cualidades entrelazadas. Cada uno de nosotros podemos ser el “más infantil de los maduros”, “más divertido de los formales”, el “más fascinante de los austeros”, el “más optimista de los realistas”, el “más aventurero de los prudentes” y el “más activo de los reflexivos”; y recíprocamente, el “más reflexivo de los activos”,…
Versión final en: http://mikel.agirregabiria.net/2006/soyel.htm
Aprendiendo de nuestros errores
Equivocarse forma parte de hacer bien las cosas.
Cita muy oportuna para determinadas ocasiones.
Alfabetismos actuales
Narra Truman Capote, en su cuento A diamond guitar, que el recluso más poderoso de toda la cárcel era aquél que sabía leer y escribir. A él acudía el resto de los internos para que les descifrara unos signos que venían de lejos en sobre franqueado. Él inventaba buenas noticias y callaba las malas para mantener viva la esperanza. A cambio, el resto le rendían tributo en forma de respeto, cigarrillos o chocolatinas. Bien pudiera ser una alegoría de la situación del analfabetismo global.
(Recogido de Nuevos analfabetos, cuyo autor es Cristóbal Sánchez Blesa)
(Recogido de Nuevos analfabetos, cuyo autor es Cristóbal Sánchez Blesa)
Creencias para la pervivencia en convivencia
Es errónea y supersticiosa toda creencia que no haga más feliz, más libre, más afable, más entusiasta y más activo a quien la adopta.
Es imposible no mantener creencias. Incluso la persona que se considera sin creencias las crea y “cree” al creer que no posee creencias. Así pues, las creencias son inherentes a la Humanidad, y su elección, muda o manifestación son derechos inalienables. El artículo 18 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos manifiesta: “Toda persona tiene derecho a la libertad de pensamiento, de conciencia y de religión; este derecho incluye la libertad de cambiar de religión o de creencia, así como la libertad de manifestar su religión o su creencia, individual y colectivamente, tanto en público como en privado, por la enseñanza, la práctica, el culto y la observancia”.
A lo largo de la Historia han abundado todo tipo de creencias. Las más difundidas han contribuido a configurar el Mundo tal y como es en la actualidad. No en vano se ha dicho que no hay palanca más poderosa para mover las multitudes que una creencia, que ata y condiciona a sus seguidores. Las religiones, como creencias por antonomasia, han conformado las civilizaciones y los imperios que se han sucedido desde la antigüedad. Algunas creencias muy extendidas y compartidas masivamente en algunas zonas de la Tierra originan, cuando se exaltan, dos graves peligros como son la intolerancia y el fanatismo que aún pululan.
Es difícil discernir sobre la verdad o falsedad de una creencia. Más fácil es determinar si su efecto es limitador o amplificador. Son mayoría las creencias restrictivas, que reducen nuestras potenciales y, por ello, merecen ser ignoradas. Las fecundas son las creencias que refuerzan nuestras cualidades y aptitudes. De ahí que la creencia que se convierte en verdad para mí... es aquélla que me permite hacer un mejor uso de mi identidad y pone en acción todas mis facultades.
Las creencias y las vivencias se interrelacionan estrechamente. Somos seres sociales, compartiendo creencias y vivencias con nuestros semejantes, de quienes dependemos desde nuestro nacimiento. No existe la supervivencia en solitario, sino pervivencia colectiva. Las creencias positivas son las que nos permiten, a todos, el avance personal y colectivo, en armónica convivencia. No destruyamos las creencias que hacen felices a otros, si no sabemos y podemos inculcarles otras creencias mejores que les proyecten hacia su propio destino con más sentido y eficacia.
Aprendamos de los visionarios que lideraron transformaciones planetarias que han perdurado, como en la revolución francesa. Ellos mantenían una creencia ejemplar y admirable que ahora parece que nuevamente escasea: creían en sí mismos. Adoptemos la óptima creencia: Creamos en nosotros mismos, como personas y como sociedad; confiemos en nuestra capacidad de cambiar lo que esté mal, mientras disfrutamos de todo lo que está bien.
Versión final en: http://mikel.agirregabiria.net/2006/creencias.htm
Es imposible no mantener creencias. Incluso la persona que se considera sin creencias las crea y “cree” al creer que no posee creencias. Así pues, las creencias son inherentes a la Humanidad, y su elección, muda o manifestación son derechos inalienables. El artículo 18 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos manifiesta: “Toda persona tiene derecho a la libertad de pensamiento, de conciencia y de religión; este derecho incluye la libertad de cambiar de religión o de creencia, así como la libertad de manifestar su religión o su creencia, individual y colectivamente, tanto en público como en privado, por la enseñanza, la práctica, el culto y la observancia”.
A lo largo de la Historia han abundado todo tipo de creencias. Las más difundidas han contribuido a configurar el Mundo tal y como es en la actualidad. No en vano se ha dicho que no hay palanca más poderosa para mover las multitudes que una creencia, que ata y condiciona a sus seguidores. Las religiones, como creencias por antonomasia, han conformado las civilizaciones y los imperios que se han sucedido desde la antigüedad. Algunas creencias muy extendidas y compartidas masivamente en algunas zonas de la Tierra originan, cuando se exaltan, dos graves peligros como son la intolerancia y el fanatismo que aún pululan.
Es difícil discernir sobre la verdad o falsedad de una creencia. Más fácil es determinar si su efecto es limitador o amplificador. Son mayoría las creencias restrictivas, que reducen nuestras potenciales y, por ello, merecen ser ignoradas. Las fecundas son las creencias que refuerzan nuestras cualidades y aptitudes. De ahí que la creencia que se convierte en verdad para mí... es aquélla que me permite hacer un mejor uso de mi identidad y pone en acción todas mis facultades.
Las creencias y las vivencias se interrelacionan estrechamente. Somos seres sociales, compartiendo creencias y vivencias con nuestros semejantes, de quienes dependemos desde nuestro nacimiento. No existe la supervivencia en solitario, sino pervivencia colectiva. Las creencias positivas son las que nos permiten, a todos, el avance personal y colectivo, en armónica convivencia. No destruyamos las creencias que hacen felices a otros, si no sabemos y podemos inculcarles otras creencias mejores que les proyecten hacia su propio destino con más sentido y eficacia.
Aprendamos de los visionarios que lideraron transformaciones planetarias que han perdurado, como en la revolución francesa. Ellos mantenían una creencia ejemplar y admirable que ahora parece que nuevamente escasea: creían en sí mismos. Adoptemos la óptima creencia: Creamos en nosotros mismos, como personas y como sociedad; confiemos en nuestra capacidad de cambiar lo que esté mal, mientras disfrutamos de todo lo que está bien.
Versión final en: http://mikel.agirregabiria.net/2006/creencias.htm
Inspiras sin prisa
La inspiración es una irisación de la mente, una conspiración frente a la inercia, una incisión de la rutina y una aspiración a la admiración.
Soy un descreído de la inspiración, que no es otra cosa que trabajo anterior acumulado, capital de la mente y del corazón que vamos atesorando. La inspiración no desciende sobre el perezoso. Dicen que llega por la transpiración hasta la expiración, pero es preferible recurrir a la constante respiración y espiración, relajada y pausadamente,… mientras se trabaja infatigablemente. La inspiración nos alcanza cuando nos afanamos en nuestra labor, prestos para recoger su mandato y su mensaje.
No inspira la imaginación, ni siquiera la creatividad: Es el dolor de la experiencia quien inspira el alma; es la bondad quien mejor inspira al espíritu; es la libre voluntad de amor la que prende la inspiración de los demás. No inspira un texto o un recuerdo: inspira quien lo citó o quien lo vivió. Lo difícil no es ser inspirado por Minerva o por las musas, sino inspirar a las masas.
Para inspirar, más eficaz que el consejo es la pregunta oportuna, y aún mejor la conducta consecuente. La familia debe inspirar amor a sus hijos, adorándoles. El profesorado debe inspirar afición al estudio a su alumnado, aprendiendo y profundizando incansablemente en su materia. Los políticos mediocres, sólo predican o acusan al adversario; los mejores dirigentes, explican y demuestran; los grandes estadistas, inspiran entusiasmo con ideales y con logros.
En el fondo, la mejor inspiración es la que dirigimos hacia nosotros mismos. Nadie puede inspirarnos más que nosotros mismos. Porque se es más feliz por la pasión que se siente, que por la que se inspira. Inspiremos amor, respeto y confianza, a los demás… y a nosotros mismos. Sólo así se inspiran nobles acciones e ilustres vocaciones.
Versión final en: http://mikel.agirregabiria.net/2006/inspirar.htm
Soy un descreído de la inspiración, que no es otra cosa que trabajo anterior acumulado, capital de la mente y del corazón que vamos atesorando. La inspiración no desciende sobre el perezoso. Dicen que llega por la transpiración hasta la expiración, pero es preferible recurrir a la constante respiración y espiración, relajada y pausadamente,… mientras se trabaja infatigablemente. La inspiración nos alcanza cuando nos afanamos en nuestra labor, prestos para recoger su mandato y su mensaje.
No inspira la imaginación, ni siquiera la creatividad: Es el dolor de la experiencia quien inspira el alma; es la bondad quien mejor inspira al espíritu; es la libre voluntad de amor la que prende la inspiración de los demás. No inspira un texto o un recuerdo: inspira quien lo citó o quien lo vivió. Lo difícil no es ser inspirado por Minerva o por las musas, sino inspirar a las masas.
Para inspirar, más eficaz que el consejo es la pregunta oportuna, y aún mejor la conducta consecuente. La familia debe inspirar amor a sus hijos, adorándoles. El profesorado debe inspirar afición al estudio a su alumnado, aprendiendo y profundizando incansablemente en su materia. Los políticos mediocres, sólo predican o acusan al adversario; los mejores dirigentes, explican y demuestran; los grandes estadistas, inspiran entusiasmo con ideales y con logros.
En el fondo, la mejor inspiración es la que dirigimos hacia nosotros mismos. Nadie puede inspirarnos más que nosotros mismos. Porque se es más feliz por la pasión que se siente, que por la que se inspira. Inspiremos amor, respeto y confianza, a los demás… y a nosotros mismos. Sólo así se inspiran nobles acciones e ilustres vocaciones.
Versión final en: http://mikel.agirregabiria.net/2006/inspirar.htm
No huyamos de los miedos
Concentrarse en lo que no se quiere
en lugar de hacerlo en lo que quiere,
es como conducir un coche
mirando por el espejo retrovisor.
en lugar de hacerlo en lo que quiere,
es como conducir un coche
mirando por el espejo retrovisor.
Errarum humanum est (Errar es de humanos)
Daniel Defoe relata en Robinson Crusoe:
"El protagonista nada desnudo
hasta un barco hundido,
donde encuentra unas galletas
y decide metérselas en los bolsillos".
Juan Ocasión
Un método legal e infalible para ganar más mil euros y un iPod Nano, aprovechando la feroz competencia del mercado financiero.
La guerra bancaria permite a cualquier alertado usuario obtener un beneficio seguro, sin arriesgar ni un solo euro propio. Y esto lo afirma el consejero delegado del Banco Popular, Francisco Fernández Dopico, en su intervención en el "Encuentro 2006 del Sector Financiero", organizado por el Foro de la Nueva Economía. Su receta, que incluso podría optimizarse cada día que pasa, es tan fácil que cualquier persona (Juan Ocasión) o usted mismo, podría llevarla a cabo.
La guerra bancaria permite a cualquier alertado usuario obtener un beneficio seguro, sin arriesgar ni un solo euro propio. Y esto lo afirma el consejero delegado del Banco Popular, Francisco Fernández Dopico, en su intervención en el "Encuentro 2006 del Sector Financiero", organizado por el Foro de la Nueva Economía. Su receta, que incluso podría optimizarse cada día que pasa, es tan fácil que cualquier persona (Juan Ocasión) o usted mismo, podría llevarla a cabo.
1º Domiciliando su nómina en el BBVA, solicite un crédito anual de 30.000 euros al 0%.
2º Con ese dinero contrate un depósito mensual de Bankinter para nuevos clientes al 7% TAE.
3º Traslade el total obtenido al depósito trimestral de ActivoBank al 4,5% TAE. Al concluir ese 4º mes, el beneficio neto ya sería de 412 €.
4º El fondo se invierte en un depósito mensual de Openbank con un rendimiento del 6%, y otros 125,6 € de ganancias al 5º mes.
5º Se lleva todo a ING para conseguiría otros 129 € de ganancias al sexto mes.
6º Se deja el total en la cuenta corriente del "banco naranja" durante los últimos seis meses siguientes para ganar otros 290 €.
7º Al concluir el año, devuelva el crédito incial al BBVA y cambie su nómina al Banesto para que le obsequien con 150 euros (beneficio de 1.106 euros). También se puede ir al Citibank para que le regalen una iPod Nano (y quedarse con un rendimiento monetario de sólo 956€).
Conclusión: Podemos aprender mucho de la crítica implícita del tercer banco al segundo banco por su promoción de créditos gratis durante un año a cambio de la simple domiciliación de nómina. Los consumidores deberíamos aprovecharnos de las imperfecciones de estas campañas cruzadas moviendo nuestros fondos y nóminas de entidad en entidad, a fin de que alguna de ellas aprenda que fidelizar a su clientela sería la opción definitiva de captación y permanencia.
Versión final en: http://mikel.agirregabiria.net/2006/ocasión.htm
Un relato de Tagore
En un pueblo de la India, había un muchacho al que llamaban "el idiota". Un visitante extranjero oyó hablar del chico y quiso averiguar el porqué. Un día de mercado, lo vio, entre un grupito de gente, se acercó y observó. Alguno de los reunidos, le enseñaban una moneda de 100 dinars en una mano y una de 5 dinars en la otra, dejámdole elegir. El muchacho pensativo, acababa por elegir la moneda de 5 dinars y con ello causaba grandes risotadas a todos.
Muchos, en el afán de reírse del muchacho, le continuaban poniendo las monedas, acabando siempre en risas. El extranjero, indignado con la situación, llamó al muchacho aparte y le dijo:
- Pero chico, ¿cómo consientes tanta burla y que te llamen el idiota? Cuando te ofrezcan las monedas, no seas tonto y elige la de 100 dinares, que tiene 20 veces más valor y evitarás que se burlen de ti.
El muchacho le contestó:
- Señor, yo no soy idiota, si eligiera la moneda de 100 dinares ganaría una vez, pues sé que no provocaría risa ni afán de ofrecerme más monedas. Mientras que eligiendo la de 5 dinares cada vez, he reunido muchísimo más dinero de 100 dinares y ellos mantienen las ganas de ofrecérmelas una y otra vez para reírse.
Muchos, en el afán de reírse del muchacho, le continuaban poniendo las monedas, acabando siempre en risas. El extranjero, indignado con la situación, llamó al muchacho aparte y le dijo:
- Pero chico, ¿cómo consientes tanta burla y que te llamen el idiota? Cuando te ofrezcan las monedas, no seas tonto y elige la de 100 dinares, que tiene 20 veces más valor y evitarás que se burlen de ti.
El muchacho le contestó:
- Señor, yo no soy idiota, si eligiera la moneda de 100 dinares ganaría una vez, pues sé que no provocaría risa ni afán de ofrecerme más monedas. Mientras que eligiendo la de 5 dinares cada vez, he reunido muchísimo más dinero de 100 dinares y ellos mantienen las ganas de ofrecérmelas una y otra vez para reírse.
Cambio social, tecnológico y educativo
Reflexiones compartidas sobre el profundo desafío para el profesorado que representa el cambio de algunos paradigmas sociales, tecnológicos y educativos.
Todo comenzó con la compra de un portátil nuevo. Comprendí que algo había cambiado profundamente, pero de un modo tan paulatino y sigiloso que parecía una (r)evolución tan invisible como inevitable. Al llegar a casa, no hube de instalar ningún software. Sólo conectar mediante wifi, abrir el navegador (Firefox) y acceder a netvibes.com (una página de inicio personalizable). Allí me identifiqué con mi correo gmail e, inmediatamente, surgió mi interface con todo lo que necesito: mis correos electrónicos personales y laborales, mi agenda (my.yahoo), mi periódico compuesto con retazos elegidos (livejournal.com), mis links favoritos (del.icio.us), mis fotos familiares (flickr.com), mis aplicaciones web para leer, escribir, compartir, publicar (textos en Writely, presentaciones en thumbstacks.com,…). Adquirido el entorno operativo con el equipo, todo lo demás estaba en el ciberespacio, era legal y accesible desde cualquier punto.
Cambios sociales. Algo estaba pasando, ya no era tan posible imponer unos dirigidos y descendentes criterios desde unos pocos canales de prensa o televisión, porque en Internet se navega libremente. Tampoco una poderosa multinacional del software obligaba a adquirir sus productos, dado que existen suites informáticas de dominio público, con genuinos estándares y visibles desde cualquier tipo de ordenador con independencia del sistema operativo. Más aún, las fuentes de noticias, información y conocimiento se multiplican exponencialmente. Los weblogs individuales y colectivos crecen en todas las lenguas con información cercana o global, especializada o genérica. Las enciclopedias de alto coste con el saber establecido, como la Británica o la Encarta, quedan superadas y arrinconadas por obras colectivas, conjuntadas, multilingües y libres como Wikipedia. Parece que el poderoso imperio del mercado globalizado no ahoga las necesidades personales, reales y plurales que exige la ciudadanía del siglo XXI.
Cambios tecnológicos. Se populariza Internet, aunque todavía su acceso no es universal, ni gratuito (¡algún día lo será!). Por ello surgen fórmulas para compartir, como la malla de fon wifi, quizá no definitivas pero que apuntan tendencias. Y la explosión de Web 2.0 es imparable, representando el Renacimiento de la era Internet. La principal característica es la sustitución del concepto del Web de lectura, por el de lectura-escritura. Ya no sólo surfeamos por el océano de exponencial crecimiento de información, sino que aportamos nuestra voz. No somos meros lectores, sino protagonistas activos: "Información con participación". La Web 2.0 se acerca al usuario y no al revés, con publicación y acceso simplificados sin directorios para documentalistas, sino con palabras naturales (tags, etiquetas) de clasificación que usamos todos y eximen de conocimientos técnicos.
Cambios educativos. El impacto digital en su aplicación educativa es inconmensurable. Nuestro alumnado, especialmente el más pequeño, es “nativo digital”, mientras que los adultos somos simples “inmigrantes digitales”, más o menos adaptados en el nuevo territorio cognitivo. Los niños y jóvenes interactúan cotidiana y simultáneamente con la amplia variedad de nuevos medios, donde destacan los teléfonos celulares, los videojuegos y los ubicuos ordenadores, desarrollando nuevas y desconocidas habilidades que conforman especialmente su estructura de pensamiento y sus hábitos de estudio, relación y ocio. Se ha bautizado a esta juventud como la “generación M”, caracterizada como media multi-tasking por interactuar en multitarea con varios medios al mismo tiempo.
Nuestro reto como educadores es colosal: Hemos de cambiar radicalmente nuestra guía didáctica para que los jóvenes (nativos digitales) no deban retrotraer sus capacidades intelectuales a las que predominaba décadas atrás, para la generación de sus abuelos o padres. La tecnología responde a las necesidades sociales (y a veces las crea). Como advirtió Marshall McLuhan, la interacción humana con la tecnología no sólo condiciona su sensibilidad, sino sobre todo su estructura de aprender y pensar; es decir, altera especial y significativamente la moderna epistemología (ciencia del conocimiento).
El alumnado ya no es pasivo, por lo que no es efectiva la psicología conductista unidireccional propia de instructores que enseñaban contenidos (know-what, saber qué). Tampoco es suficiente el aprendizaje cognitivo guiado por tutores para un alumnado activo, pero todavía con una comunicación exclusivamente verbal y desequilibrada en la bidireccionalidad de la comunicación (know-how, saber cómo). Conductismo y cognitivismo son insuficientes: ahora el alumnado es creativo, y el profesorado debe actuar como entrenadores con una pedagogía constructivista, con una comunicación visual, equilibrada y orientada a “aprender haciendo” (knowing-in-action).
Todo comenzó con la compra de un portátil nuevo. Comprendí que algo había cambiado profundamente, pero de un modo tan paulatino y sigiloso que parecía una (r)evolución tan invisible como inevitable. Al llegar a casa, no hube de instalar ningún software. Sólo conectar mediante wifi, abrir el navegador (Firefox) y acceder a netvibes.com (una página de inicio personalizable). Allí me identifiqué con mi correo gmail e, inmediatamente, surgió mi interface con todo lo que necesito: mis correos electrónicos personales y laborales, mi agenda (my.yahoo), mi periódico compuesto con retazos elegidos (livejournal.com), mis links favoritos (del.icio.us), mis fotos familiares (flickr.com), mis aplicaciones web para leer, escribir, compartir, publicar (textos en Writely, presentaciones en thumbstacks.com,…). Adquirido el entorno operativo con el equipo, todo lo demás estaba en el ciberespacio, era legal y accesible desde cualquier punto.
Cambios sociales. Algo estaba pasando, ya no era tan posible imponer unos dirigidos y descendentes criterios desde unos pocos canales de prensa o televisión, porque en Internet se navega libremente. Tampoco una poderosa multinacional del software obligaba a adquirir sus productos, dado que existen suites informáticas de dominio público, con genuinos estándares y visibles desde cualquier tipo de ordenador con independencia del sistema operativo. Más aún, las fuentes de noticias, información y conocimiento se multiplican exponencialmente. Los weblogs individuales y colectivos crecen en todas las lenguas con información cercana o global, especializada o genérica. Las enciclopedias de alto coste con el saber establecido, como la Británica o la Encarta, quedan superadas y arrinconadas por obras colectivas, conjuntadas, multilingües y libres como Wikipedia. Parece que el poderoso imperio del mercado globalizado no ahoga las necesidades personales, reales y plurales que exige la ciudadanía del siglo XXI.
Cambios tecnológicos. Se populariza Internet, aunque todavía su acceso no es universal, ni gratuito (¡algún día lo será!). Por ello surgen fórmulas para compartir, como la malla de fon wifi, quizá no definitivas pero que apuntan tendencias. Y la explosión de Web 2.0 es imparable, representando el Renacimiento de la era Internet. La principal característica es la sustitución del concepto del Web de lectura, por el de lectura-escritura. Ya no sólo surfeamos por el océano de exponencial crecimiento de información, sino que aportamos nuestra voz. No somos meros lectores, sino protagonistas activos: "Información con participación". La Web 2.0 se acerca al usuario y no al revés, con publicación y acceso simplificados sin directorios para documentalistas, sino con palabras naturales (tags, etiquetas) de clasificación que usamos todos y eximen de conocimientos técnicos.
Cambios educativos. El impacto digital en su aplicación educativa es inconmensurable. Nuestro alumnado, especialmente el más pequeño, es “nativo digital”, mientras que los adultos somos simples “inmigrantes digitales”, más o menos adaptados en el nuevo territorio cognitivo. Los niños y jóvenes interactúan cotidiana y simultáneamente con la amplia variedad de nuevos medios, donde destacan los teléfonos celulares, los videojuegos y los ubicuos ordenadores, desarrollando nuevas y desconocidas habilidades que conforman especialmente su estructura de pensamiento y sus hábitos de estudio, relación y ocio. Se ha bautizado a esta juventud como la “generación M”, caracterizada como media multi-tasking por interactuar en multitarea con varios medios al mismo tiempo.
Nuestro reto como educadores es colosal: Hemos de cambiar radicalmente nuestra guía didáctica para que los jóvenes (nativos digitales) no deban retrotraer sus capacidades intelectuales a las que predominaba décadas atrás, para la generación de sus abuelos o padres. La tecnología responde a las necesidades sociales (y a veces las crea). Como advirtió Marshall McLuhan, la interacción humana con la tecnología no sólo condiciona su sensibilidad, sino sobre todo su estructura de aprender y pensar; es decir, altera especial y significativamente la moderna epistemología (ciencia del conocimiento).
El alumnado ya no es pasivo, por lo que no es efectiva la psicología conductista unidireccional propia de instructores que enseñaban contenidos (know-what, saber qué). Tampoco es suficiente el aprendizaje cognitivo guiado por tutores para un alumnado activo, pero todavía con una comunicación exclusivamente verbal y desequilibrada en la bidireccionalidad de la comunicación (know-how, saber cómo). Conductismo y cognitivismo son insuficientes: ahora el alumnado es creativo, y el profesorado debe actuar como entrenadores con una pedagogía constructivista, con una comunicación visual, equilibrada y orientada a “aprender haciendo” (knowing-in-action).
La erudición es algo refrescante.
La erudición es algo refrescante. Flaubert
Un día del hombre erudito es más largo que un siglo del ignorante. Posidonio
El que tiene imaginación sin erudición es como el que tiene alas y carece de pies. Joubert
Sí, es posible ser vasco
En pleno siglo XXI, el mejor periódico del Estado español en la página central de opinión presenta a un escritor que pregunta: ¿Es posible ser vasco?
Para remitir esta carta de protesta como suscriptor de “EL PAÍS”, el contenido del artículo es irrelevante, pero no su titular. Más allá de la opinión de un literato que diserta sobre el criterio de otro escritor, lo significativo es que tal pregunta sólo puede tener una irrebatible respuesta: Es posible ser vasco, porque aún existimos más de dos millones de vascos que sabemos que somos vascos.
Ser vasco es compartir algunos o muchos de los innumerables matices que componen la idiosincrasia vasca, incluido un sentido del humor que ha creado una obra titulada “Todos nacemos vascos (y vascas)”, prueba inequívoca de que los vascos consideramos que es posible ser vasco (y perdonen la tautología).
Puestos a despertar el interés de los lectores, modestamente sugiero otras interrogaciones como epígrafes: ¿Existen los catalanes? ¿Es más fácil ser catalán que vasco? ¿Son madrileños quienes viven en Madrid? ¿Sólo es posible ser español? ¿Lo español niega lo andaluz? ¿Ser europeo impide lo español? Puestos a continuar,… ¿Cabe repudiar el ser vasco? ¿Es posible dejar de ser español?
Por último, permítame -Sr. Director- que me ahorre el consabido párrafo, que no publicará, insistiendo una vez más para conocimiento general que la mayoría de los vascos no somos, ni nunca hemos sido, defensores de la violencia, algo que algunos de los más acérrimos “críticos de lo vasco” sí lo han sido antes de su arrepentimiento, digno de elogio, pero no cuando se convierte en oficio.
Versión final en: mikel.agirregabiria.net/2006/vasco.htm
Para remitir esta carta de protesta como suscriptor de “EL PAÍS”, el contenido del artículo es irrelevante, pero no su titular. Más allá de la opinión de un literato que diserta sobre el criterio de otro escritor, lo significativo es que tal pregunta sólo puede tener una irrebatible respuesta: Es posible ser vasco, porque aún existimos más de dos millones de vascos que sabemos que somos vascos.
Ser vasco es compartir algunos o muchos de los innumerables matices que componen la idiosincrasia vasca, incluido un sentido del humor que ha creado una obra titulada “Todos nacemos vascos (y vascas)”, prueba inequívoca de que los vascos consideramos que es posible ser vasco (y perdonen la tautología).
Puestos a despertar el interés de los lectores, modestamente sugiero otras interrogaciones como epígrafes: ¿Existen los catalanes? ¿Es más fácil ser catalán que vasco? ¿Son madrileños quienes viven en Madrid? ¿Sólo es posible ser español? ¿Lo español niega lo andaluz? ¿Ser europeo impide lo español? Puestos a continuar,… ¿Cabe repudiar el ser vasco? ¿Es posible dejar de ser español?
Por último, permítame -Sr. Director- que me ahorre el consabido párrafo, que no publicará, insistiendo una vez más para conocimiento general que la mayoría de los vascos no somos, ni nunca hemos sido, defensores de la violencia, algo que algunos de los más acérrimos “críticos de lo vasco” sí lo han sido antes de su arrepentimiento, digno de elogio, pero no cuando se convierte en oficio.
Versión final en: mikel.agirregabiria.net/2006/vasco.htm
Urgente: gente inocente
Aprendamos a descubrir y a reconocer a esas personas tiernas, intensas y emotivas, gigantes en inocencia, una cualidad en retroceso y en peligro de extinción.
La inocencia es algo más que sencillez, bastante más que ingenuidad y mucho más que puerilidad. La inocencia jamás es afectación, tampoco sensiblería, nunca debilidad. La inocencia no exige inteligencia, no requiere formación, no precisa recursos, no se expresa con palabras, no necesita explicaciones, porque nace de lo profundo de cada alma, donde anida desde que nacemos. La inocencia es más que una virtud, más que una condición, más que una vocación, más que una ilusión.
La inocencia es una trayectoria, un destino, una deontología, una potencialidad, una pasión, una ideología, una convicción, una conducta, una bendición. La inocencia es candor, naturalidad, espontaneidad y pureza, el primigenio estado óptimo del ser humano. La inocencia subyace innata en el fondo del corazón, y sobrevive si no se pervierte al velarse con la amarga realidad.
La inocencia es el juego de la existencia y un sinónimo de la gran libertad. La inocencia es la materia original de la que fuimos hechos. La inocencia es consubstancial a la más hermosa y suprema dignidad. La inocencia es la vida, es la verdad; la inocencia es la “verdad de la vida”. La inocencia es inherente a la naturaleza humana. La inocencia es el sustrato del que estamos hechos, nuestra original y primera piel. La inocencia es la superioridad del más débil. La inocencia es la primera forma de amor. La inocencia es belleza. La inocencia es, ante todo, felicidad.
La inocencia no es inconsciencia, ni ignorancia, sino ver, saber y comprender mucho mejor la vida. La inocencia es la huella más pura del conocimiento. La inocencia es la visión limpia y auténtica del mundo y de sus habitantes. La inocencia es amar a quienes tenemos cerca porque son necesarios, únicos y sagrados. La inocencia es un estado del alma limpia de culpa. A la inocencia la dicen locura, quienes perdieron su cordura, porque la inocencia es madre de la curiosidad, de la creatividad, de la solidaridad, de la alegría.
Es común la nostalgia de la inocencia, pero es mejor saber que la inocencia es recuperable. La infancia es la época de la inocencia, pero quieren acortarnos la niñez, y con ello la inocencia. La inocencia es la marca de los grandes, el atributo de los niños y de esas antorchas humanas que algunos toscamente designan como “Síndrome de Down”. Ellos fueron bautizados, mucho antes, por alguien muy superior, como los más nobles, perfectos e insuperables inocentes. Sólo ellos conocen las claves. Si comprendiéramos sus códigos de inocencia, hallaríamos el camino de vuelta al paraíso de la inocencia, del juego y del recreo.
La inocencia es un territorio a ocupar, a invadir de modo permanente. La inocencia es la utopía acurrucada entre nuestros brazos. La inocencia es un ideal factible, que podemos creer, crear y propagar. La inocencia es instinto transformador, poderoso, necesario, aplicable, oportuno. La inocencia ilumina, actúa sin calcular, sin esperar, sin desesperar, sin dejar de perdonar. La inocencia es empezar de nuevo. La inocencia es una irrenunciable actitud de esperanza, de reafirmación ante el mundo, de rebeldía ante la injusticia. Ojalá que en el futuro a nadie, jamás, le sea usurpada nuestra primera naturaleza: la inocencia.
La inocencia es un tesoro a preservar, porque se agotan sus reservas mundiales. La historia ha degollado a demasiados inocentes. Hay que hacer algo: Comprendamos que todos somos presuntos inocentes. Ha llegado la hora de declararnos culpables de inocencia. Recordemos que la fuerza más poderosa de todas es un corazón inocente. Ya nadie sufrirá el trágico fin de la inocencia, que es eludible. Sólo los dotados de un corazón inocente merecen habitar la tierra. Para la supervivencia es necesario que el universo se cubra, por fin, de inocentes.
Versión final en: http://mikel.agirregabiria.net/2006/inocente.htm
Zibereskola nació aquí y así...
Con ocasión de un encuentro en el Berritzegune de Leioa entre educadores y un ponente como Gorka Palazio, el pasado 2006-1-26. Tras el lunch se planteó la oportunidad y fue necesaria otra reunión el 2006-2-13 para lanzar http://zibereskola.blogspot.com/
El relato completo del primero de varios encuentros está aquí...
Algunas fotos prestadas por Gorka Palazio...
El relato completo del primero de varios encuentros está aquí...
Algunas fotos prestadas por Gorka Palazio...
Savia joven sabia
Sabía la sabia savia joven porque llevaba atesorada en su mocedad más experiencia que edad.
Sorprende escuchar a una joven tenista como Justine Henin, que con apenas 23 años ha conseguido ser el codiciado puesto nº 1 a escala mundial. En una reciente entrevista declara considerarse una persona sencilla y concluye: “Al final, no recuerdas las cosas que poseíste, sino a quienes estuvieron a tu lado”.
Su sensatez y modestia impresionan en boca de una deportista exitosa. Su madurez quizá procede de una vida que no ha sido un camino de rosas. Comenta: “Es cierto que el gran drama de mi vida fue la pérdida de mi madre. Me dejó un halo de tristeza. Pero, al tiempo, me obligó a forjarme un carácter. Me propuse que no debía seguir viviendo en el pasado. Hay circunstancias que no pueden cambiarse. Pero, si miro hacia adelante, me siento rodeada de buenas personas y soy feliz”.
Su cordura y perspicacia despuntan en el diálogo: “Hay unos principios de los que intento no desviarme. Pretendo que quien esté a mi lado se sienta bien. Aunque comprendo que mi verdadera vida comenzará cuando deje el tenis, dentro de unos cinco años. Entonces será el momento de pensar en tener hijos”. Entre las reglas cita: “Me tengo por leal. Pienso que la generosidad forma parte de mi vida. No tengo inconveniente en mostrarme tal como soy. Prefiero hacer un regalo que recibirlo. Es un poco mi principio de vida: lo importante es dar, sin esperar necesariamente nada a cambio”.
Es una delicia a lo que invita: ”La felicidad está en lo cotidiano, en las pequeñas cosas, en estar rodeada de aquéllos a quienes amo, en ir a un picnic... Hay que construir cada día tu felicidad. Intento aprovechar cada momento al máximo. Tuve grandes alegrías con el tenis, evidentemente, pero para mí es más importante sentir que hay personas que me aman y que yo también las amo”.
Lo mejor es su fórmula de preferir antes personas que cosas: “No recuerdas las cosas, sino a quienes tuviste a tu lado”. Justine acumula razón de corazón y acrecienta el mejor tesoro, que no es el dinero sino el encuentro con los amigos y el amor de los seres queridos.
Versión final en: http://mikel.agirregabiria.net/2006/henin.htm
Sorprende escuchar a una joven tenista como Justine Henin, que con apenas 23 años ha conseguido ser el codiciado puesto nº 1 a escala mundial. En una reciente entrevista declara considerarse una persona sencilla y concluye: “Al final, no recuerdas las cosas que poseíste, sino a quienes estuvieron a tu lado”.
Su sensatez y modestia impresionan en boca de una deportista exitosa. Su madurez quizá procede de una vida que no ha sido un camino de rosas. Comenta: “Es cierto que el gran drama de mi vida fue la pérdida de mi madre. Me dejó un halo de tristeza. Pero, al tiempo, me obligó a forjarme un carácter. Me propuse que no debía seguir viviendo en el pasado. Hay circunstancias que no pueden cambiarse. Pero, si miro hacia adelante, me siento rodeada de buenas personas y soy feliz”.
Su cordura y perspicacia despuntan en el diálogo: “Hay unos principios de los que intento no desviarme. Pretendo que quien esté a mi lado se sienta bien. Aunque comprendo que mi verdadera vida comenzará cuando deje el tenis, dentro de unos cinco años. Entonces será el momento de pensar en tener hijos”. Entre las reglas cita: “Me tengo por leal. Pienso que la generosidad forma parte de mi vida. No tengo inconveniente en mostrarme tal como soy. Prefiero hacer un regalo que recibirlo. Es un poco mi principio de vida: lo importante es dar, sin esperar necesariamente nada a cambio”.
Es una delicia a lo que invita: ”La felicidad está en lo cotidiano, en las pequeñas cosas, en estar rodeada de aquéllos a quienes amo, en ir a un picnic... Hay que construir cada día tu felicidad. Intento aprovechar cada momento al máximo. Tuve grandes alegrías con el tenis, evidentemente, pero para mí es más importante sentir que hay personas que me aman y que yo también las amo”.
Lo mejor es su fórmula de preferir antes personas que cosas: “No recuerdas las cosas, sino a quienes tuviste a tu lado”. Justine acumula razón de corazón y acrecienta el mejor tesoro, que no es el dinero sino el encuentro con los amigos y el amor de los seres queridos.
Versión final en: http://mikel.agirregabiria.net/2006/henin.htm
Cultivarnos
En la antesala de la paz
Necesitamos la paz para normalizar nuestra existencia y asegurar un futuro de progreso social, económico y político.
Se ha especulado demasiado con la inminencia de un comunicado en el que ETA declare el fin de violencia. Con filtraciones interesadas, como la recibida por los rotativos barceloneses El Periódico y La Vanguardia que publicaron en portada un anuncio del alto el fuego de la banda ETA el 15-2-06. En Euskadi incluso fue vox populi el bulo de que ese día ETB a las 15:00 daría la noticia siguiendo instrucciones adelantadas y que se confirmarían minutos antes.
El "Ya viene, ya viene..." había sido animado por las declaraciones del presidente Rodríguez Zapatero, con el célebre «inicio del principio del fin», nada menos que en tres ocasiones durante la semana anterior: Tras el Consejo de Ministros, en el aniversario del asesinato de Tomás y Valiente, y en el Congreso de los Diputados para responder a Rajoy. También Ibarretxe ha reconocido que "se está esperando la decisión de la banda terrorista" y "que hay que estar preparados para cosas buenas", aunque sin poner plazos concretos. Sin embargo, el dirigente de Batasuna, Pernando Barrena, se refería a las informaciones de los dos diarios catalanes como "titulares pomposos y llamativos", de "supuestas informaciones" y de "falta de rigor".
Había coincidencia, sin embargo, entre lo dicho por Zapatero, “el proceso será duro, largo y difícil”, y lo anunciado por Arnaldo Otegi, "existe una oportunidad abierta para solucionar el conflicto" vasco, aunque el proceso, que es "mucho más" que una tregua de ETA, será "difícil, duro y largo". Tres adjetivos coincidentes que, aunque anuncian una anhelada expectativa, la fían para lejos.
Los indicios favorables de que ese amanecer está cerca son muchos y significativos: El 23-2-06 se cumplirán mil días sin atentados mortales, y el 30-5-06 serán tres años con muchas otras víctimas, pero sin más sangre derramada. Y cada día que pasa sin muertos hace más improbable e impensable una vuelta atrás.
Otros signos positivos del proceso de distensión social son la formalización de relaciones, por primera vez en la historia, entre el sindicato abertzale LAB y el socialista UGT, o el manifiesto a favor del proceso de paz en Euskadi que parlamentarias de todos los partidos vascos (excepto el PP) intentar acordar para el 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer Trabajadora.
El gobierno socialista ha dado pasos significativos, el principal de los cuales es la resolución parlamentaria de mayo de 2005, aprobada por todos los partidos menos el PP, y que recoge, a su vez, el punto 10 del Pacto de Ajuria Enea de enero de 1988, sobre cómo conducir un eventual proceso de paz.
El sistema de las dos mesas (la mesa del Gobierno y ETA, y la mesa de partidos) parece aceptado por todos los agentes políticos, excepto el PP que sobreactúa a la desesperada buscando unos réditos electorales a corto plazo, que algún día se volverán en su contra. Otegi señalaba que la mesa esencial era la de los partidos, dando por supuesto que en la otra hay que tratar poco (la carta de la política penitenciaria). Los demócratas sólo exigimos que ETA no tutele el proceso político en Euskadi en la mesa entre partidos, cuyos agentes son los únicos que tienen depositada la representación de la ciudadanía en función y cuantía determinada por las urnas.
El tic-tac del reloj prosigue imparable. En Euskadi el hartazgo y la náusea son unánimes. No se ha conocido sino la violencia de la dictadura y luego la de la “lucha armada”. Está hastiado, del primero al último de sus ciudadanos, incluyendo las bases sociales de Batasuna que también saben que el tiempo de la violencia ha concluido. Además, la ilegalizada Batasuna quiere recuperar su rol político en las elecciones municipales y forales de 2007, y para ello gestiona que ETA proclame su cese. Desde noviembre de 2004 su Declaración de Anoeta apuesta exclusivamente por las vías políticas. Ya no se trata de un intercambio de paz por presos como condición previa al alto el fuego, sino de legalización de Batasuna tras un compromiso verificable de la retirada de ETA.
El ciclo de ETA está acabado, porque así lo perciben sus mismos integrantes. Ya sólo les queda, aunque suene cínico, pasar su último recibo del “impuesto revolucionario” y negociar la entrega de las armas. En “su mesa”, ellos no olvidan lo que dijo el propio Aznar en su época (en el frustrado proceso de paz de 1998 en Zurich, como en 1989 en Argel en tiempos de Felipe González), que “la ley se va a cumplir siempre, pero el espíritu tiene que ser abierto y generoso”. A pesar de la acusada politización partidista de algunos foros, para superar tanto y tan largo sufrimiento también las víctimas (que en muy distinto grado lo somos todos) aceptarían que se aplicase la generosidad de un Estado de Derecho.
Existe una triple obviedad en esta espera: 1º) Algún día llegará la ansiada paz. 2º) Ese día, cada minuto que pasa, está más cerca. 3º) Todos podemos hacer algo para adelantar esa fecha. Un buen consejo es que circule sin rubor el diálogo, el perdón, la tolerancia, la aproximación y la esperanza.
Versión para imprimir en: http://mikel.agirregabiria.net/2006/paz.htm
Se ha especulado demasiado con la inminencia de un comunicado en el que ETA declare el fin de violencia. Con filtraciones interesadas, como la recibida por los rotativos barceloneses El Periódico y La Vanguardia que publicaron en portada un anuncio del alto el fuego de la banda ETA el 15-2-06. En Euskadi incluso fue vox populi el bulo de que ese día ETB a las 15:00 daría la noticia siguiendo instrucciones adelantadas y que se confirmarían minutos antes.
El "Ya viene, ya viene..." había sido animado por las declaraciones del presidente Rodríguez Zapatero, con el célebre «inicio del principio del fin», nada menos que en tres ocasiones durante la semana anterior: Tras el Consejo de Ministros, en el aniversario del asesinato de Tomás y Valiente, y en el Congreso de los Diputados para responder a Rajoy. También Ibarretxe ha reconocido que "se está esperando la decisión de la banda terrorista" y "que hay que estar preparados para cosas buenas", aunque sin poner plazos concretos. Sin embargo, el dirigente de Batasuna, Pernando Barrena, se refería a las informaciones de los dos diarios catalanes como "titulares pomposos y llamativos", de "supuestas informaciones" y de "falta de rigor".
Había coincidencia, sin embargo, entre lo dicho por Zapatero, “el proceso será duro, largo y difícil”, y lo anunciado por Arnaldo Otegi, "existe una oportunidad abierta para solucionar el conflicto" vasco, aunque el proceso, que es "mucho más" que una tregua de ETA, será "difícil, duro y largo". Tres adjetivos coincidentes que, aunque anuncian una anhelada expectativa, la fían para lejos.
Los indicios favorables de que ese amanecer está cerca son muchos y significativos: El 23-2-06 se cumplirán mil días sin atentados mortales, y el 30-5-06 serán tres años con muchas otras víctimas, pero sin más sangre derramada. Y cada día que pasa sin muertos hace más improbable e impensable una vuelta atrás.
Otros signos positivos del proceso de distensión social son la formalización de relaciones, por primera vez en la historia, entre el sindicato abertzale LAB y el socialista UGT, o el manifiesto a favor del proceso de paz en Euskadi que parlamentarias de todos los partidos vascos (excepto el PP) intentar acordar para el 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer Trabajadora.
El gobierno socialista ha dado pasos significativos, el principal de los cuales es la resolución parlamentaria de mayo de 2005, aprobada por todos los partidos menos el PP, y que recoge, a su vez, el punto 10 del Pacto de Ajuria Enea de enero de 1988, sobre cómo conducir un eventual proceso de paz.
El sistema de las dos mesas (la mesa del Gobierno y ETA, y la mesa de partidos) parece aceptado por todos los agentes políticos, excepto el PP que sobreactúa a la desesperada buscando unos réditos electorales a corto plazo, que algún día se volverán en su contra. Otegi señalaba que la mesa esencial era la de los partidos, dando por supuesto que en la otra hay que tratar poco (la carta de la política penitenciaria). Los demócratas sólo exigimos que ETA no tutele el proceso político en Euskadi en la mesa entre partidos, cuyos agentes son los únicos que tienen depositada la representación de la ciudadanía en función y cuantía determinada por las urnas.
El tic-tac del reloj prosigue imparable. En Euskadi el hartazgo y la náusea son unánimes. No se ha conocido sino la violencia de la dictadura y luego la de la “lucha armada”. Está hastiado, del primero al último de sus ciudadanos, incluyendo las bases sociales de Batasuna que también saben que el tiempo de la violencia ha concluido. Además, la ilegalizada Batasuna quiere recuperar su rol político en las elecciones municipales y forales de 2007, y para ello gestiona que ETA proclame su cese. Desde noviembre de 2004 su Declaración de Anoeta apuesta exclusivamente por las vías políticas. Ya no se trata de un intercambio de paz por presos como condición previa al alto el fuego, sino de legalización de Batasuna tras un compromiso verificable de la retirada de ETA.
El ciclo de ETA está acabado, porque así lo perciben sus mismos integrantes. Ya sólo les queda, aunque suene cínico, pasar su último recibo del “impuesto revolucionario” y negociar la entrega de las armas. En “su mesa”, ellos no olvidan lo que dijo el propio Aznar en su época (en el frustrado proceso de paz de 1998 en Zurich, como en 1989 en Argel en tiempos de Felipe González), que “la ley se va a cumplir siempre, pero el espíritu tiene que ser abierto y generoso”. A pesar de la acusada politización partidista de algunos foros, para superar tanto y tan largo sufrimiento también las víctimas (que en muy distinto grado lo somos todos) aceptarían que se aplicase la generosidad de un Estado de Derecho.
Existe una triple obviedad en esta espera: 1º) Algún día llegará la ansiada paz. 2º) Ese día, cada minuto que pasa, está más cerca. 3º) Todos podemos hacer algo para adelantar esa fecha. Un buen consejo es que circule sin rubor el diálogo, el perdón, la tolerancia, la aproximación y la esperanza.
Versión para imprimir en: http://mikel.agirregabiria.net/2006/paz.htm
¿Conoces a Joe Black?
Un carismático personaje con quien algún día nos tropezaremos y cuyo seguro encuentro convendría que iluminase nuestra existencia.
Esta película de 1998, dirigida por Martin Brest, relata la jubilación de Bill Parrish (Anthony Hopkins), un magnate de las comunicaciones. Fuera del planificado programa, por esas fechas recibe la visita de un inefable personaje, Joe Black (Brad Pitt), quien viene a llevarle de este mundo. La trama retrasa la hora suprema del empresario, al surgir el amor entre este curioso invitado y Susan (Claire Forlani), una hija del anfitrión. El relato deriva hacia las vivencias de Joe Black, al tomarse unas vacaciones terrenales para experimentar las percepciones, sensaciones, alegrías y penurias que vivimos los seres humanos.
Lo más memorable de la historia es el peculiar pacto suscrito con Joe Black (una vaga representación de la muerte) por Parrish, y cómo afronta serenamente sus últimas jornadas. El guión, quizá insuficientemente apurado, obvia un planteamiento definido sobre la trascendente dimensión humana, o si cabe esperar algo en el más allá. Con ello evita entrar en opciones de fe, y se concentra en la peculiar circunstancia de una persona que tiene la plena y secreta certeza de morir en breve.
Este preludio del fin de nuestros días es algo que todos estamos viviendo, con más o menos lucidez según la edad y el entendimiento, casi siempre con incertidumbre sobre la cercanía o lejanía del momento final. El multimillonario Parrish, con su inmenso poder e incalculable fortuna no es una figura a la podamos equipararnos con facilidad, pero su postrera clarividencia marca una pauta vital que podríamos asumir.
Seguramente cambiaríamos mucho si, a partir de esta fábula, pudiéramos imaginar que un Joe Black está observando toda nuestra dedicación, otorgándonos unos días adicionales de vida, hasta que nos ponga la mano en el hombro y diga: "Es la hora". Cuánta vanidad efímera, jactancia fatua, oportunismo ridículo, avaricia fútil, ambición necia, odio estéril, violencia infame,… desaparecerían de súbito y para siempre de la faz de la tierra.
La muerte sólo será triste para los que nunca hayan pensado en ella. Nosotros todavía estamos a tiempo de ser recordados por lo esforzados, generosos y nobles que podemos ser, y por todo lo que aún podemos construir, solucionar, animar, ayudar, amar, legar,... Sólo así la muerte, cuando llegue, será una victoria sublime al alcance de cualquiera.
Versión final en: http://mikel.agirregabiria.net/2006/joe.htm
Esta película de 1998, dirigida por Martin Brest, relata la jubilación de Bill Parrish (Anthony Hopkins), un magnate de las comunicaciones. Fuera del planificado programa, por esas fechas recibe la visita de un inefable personaje, Joe Black (Brad Pitt), quien viene a llevarle de este mundo. La trama retrasa la hora suprema del empresario, al surgir el amor entre este curioso invitado y Susan (Claire Forlani), una hija del anfitrión. El relato deriva hacia las vivencias de Joe Black, al tomarse unas vacaciones terrenales para experimentar las percepciones, sensaciones, alegrías y penurias que vivimos los seres humanos.
Lo más memorable de la historia es el peculiar pacto suscrito con Joe Black (una vaga representación de la muerte) por Parrish, y cómo afronta serenamente sus últimas jornadas. El guión, quizá insuficientemente apurado, obvia un planteamiento definido sobre la trascendente dimensión humana, o si cabe esperar algo en el más allá. Con ello evita entrar en opciones de fe, y se concentra en la peculiar circunstancia de una persona que tiene la plena y secreta certeza de morir en breve.
Este preludio del fin de nuestros días es algo que todos estamos viviendo, con más o menos lucidez según la edad y el entendimiento, casi siempre con incertidumbre sobre la cercanía o lejanía del momento final. El multimillonario Parrish, con su inmenso poder e incalculable fortuna no es una figura a la podamos equipararnos con facilidad, pero su postrera clarividencia marca una pauta vital que podríamos asumir.
Seguramente cambiaríamos mucho si, a partir de esta fábula, pudiéramos imaginar que un Joe Black está observando toda nuestra dedicación, otorgándonos unos días adicionales de vida, hasta que nos ponga la mano en el hombro y diga: "Es la hora". Cuánta vanidad efímera, jactancia fatua, oportunismo ridículo, avaricia fútil, ambición necia, odio estéril, violencia infame,… desaparecerían de súbito y para siempre de la faz de la tierra.
La muerte sólo será triste para los que nunca hayan pensado en ella. Nosotros todavía estamos a tiempo de ser recordados por lo esforzados, generosos y nobles que podemos ser, y por todo lo que aún podemos construir, solucionar, animar, ayudar, amar, legar,... Sólo así la muerte, cuando llegue, será una victoria sublime al alcance de cualquiera.
Versión final en: http://mikel.agirregabiria.net/2006/joe.htm
¿Cuál es la diferencia entre periodismo y literatura?
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