Déjame confesarte mi lema preferido: Vivir, Aprender, Soñar.
Tres verbos de acción marcan el mejor estilo vital si se conjugan bien en el tiempo: Aprendamos del pasado, vivamos el presente y soñemos el futuro. Son además tres paradigmas que interaccionan entre sí: aprender soñando y viviendo, vivir soñando y aprendiendo, soñar viviendo y aprendiendo. Son tres procesos cíclicos que se necesitan para su buen funcionamiento trilateral : no se puede aprender sin soñar y vivir, ni se puede soñar sin vivir y aprender, ni vivir sin soñar y aprender.
A quienes nos cuesta aprender y nos cuesta soñar, acaso nos duela luego vivir. Quienes aprenden fácil, sueñan felices y viven dichosos. Aprender es el primer paso, soñar no es más que el segundo, vivir es el tercero y definitivo. Cada día que amanece, apresurémonos a aprender; cada hora que disfrutemos, recordemos soñar; cada minuto que respiremos, gocemos de vivir. No pospongamos ni un momento la posibilidad de aprender, ni la ocasión de soñar, ni la oportunidad de vivir.
Descubramos plenamente la vocación de aprender, la inspiración de soñar, la afición de vivir. Dentro de cada uno de nosotros habita un aprendiz de soñador vitalista. Dejémoslo crecer. Que nunca puedan decir de nosotros que no tuvimos entusiasmo para aprender, audacia para soñar o valor para vivir. ¿Cómo Vives, Aprendes y Sueñas? ¿Cómo VAS?
Tres verbos de acción marcan el mejor estilo vital si se conjugan bien en el tiempo: Aprendamos del pasado, vivamos el presente y soñemos el futuro. Son además tres paradigmas que interaccionan entre sí: aprender soñando y viviendo, vivir soñando y aprendiendo, soñar viviendo y aprendiendo. Son tres procesos cíclicos que se necesitan para su buen funcionamiento trilateral : no se puede aprender sin soñar y vivir, ni se puede soñar sin vivir y aprender, ni vivir sin soñar y aprender.
A quienes nos cuesta aprender y nos cuesta soñar, acaso nos duela luego vivir. Quienes aprenden fácil, sueñan felices y viven dichosos. Aprender es el primer paso, soñar no es más que el segundo, vivir es el tercero y definitivo. Cada día que amanece, apresurémonos a aprender; cada hora que disfrutemos, recordemos soñar; cada minuto que respiremos, gocemos de vivir. No pospongamos ni un momento la posibilidad de aprender, ni la ocasión de soñar, ni la oportunidad de vivir.
Descubramos plenamente la vocación de aprender, la inspiración de soñar, la afición de vivir. Dentro de cada uno de nosotros habita un aprendiz de soñador vitalista. Dejémoslo crecer. Que nunca puedan decir de nosotros que no tuvimos entusiasmo para aprender, audacia para soñar o valor para vivir. ¿Cómo Vives, Aprendes y Sueñas? ¿Cómo VAS?