Es más fácil juzgar el talento de un hombre por sus preguntas que por sus respuestas. Duc de Levis.
Las preguntas descubren la amplitud del ingenio, y las respuestas su agudeza. Joubert.
Es mejor saber algunas de las preguntas que todas las respuestas. Thurber.
Lo importante es no dejar de hacerse preguntas. Einstein.
Panorámica de campanario
Todos somos campanas, unos de bronce, otros de barro. A veces repicamos juntos, otras por separado. Nuestro tilín o tolón es tan variado...
Todos sonamos, pero no hay dos campanas que suenen igual. El refrán asegura que cada campana suena según el metal del que está hecha. Incluso la misma campana no suena igual todos los días. Algunos se creen campanarios de comarca; otros nos sabemos campanillas de hojalata. Todos sonamos distintos, pero todos somos campanas.
Somos sonajeros, cascabeles y cencerros. Sonidos que se entrecruzan, condescendientes con la diversidad de los tañidos. Si la campana de la intolerancia doblase por uno, doblaría por todos. Somos campanas que se suman, que se comprenden, que se aceptan, y que se necesitan. El poeta inglés John Donne apuntó: "Nadie es una isla; cada persona es una parte de la Tierra; la muerte de cualquiera me disminuye, porque estoy ligado a la Humanidad; y por consiguiente, nunca preguntes por quién doblan las campanas; doblan por ti."
Las campanas nos saludan al nacer, y nos acompañan al cementerio. Las campanas, al igual que los vinos añejos, se afinan al envejecer. Su canto se torna más amplio y más sutil; pierden sus sonidos agrios y sus tonos verdes. Cuanto más alto es el campanario, más puro es el sonido de la campana. Un alma se mide por las dimensiones de sus deseos, como se juzga una catedral por la altura de sus campanarios. Pongamos nuestra campana, grande o pequeña, en alto.
Todos somos campanas, a veces calladas, o cansadas, quizás calmadas, acaso paradas, tal vez cantadas, pero nunca calcadas. Todos oímos campanas y no sabemos de dónde provienen. Una procede de muy dentro, del recóndito interior de nuestra alma. Dejemos que resuene limpia, propia, firme y clara.
Todos sonamos, pero no hay dos campanas que suenen igual. El refrán asegura que cada campana suena según el metal del que está hecha. Incluso la misma campana no suena igual todos los días. Algunos se creen campanarios de comarca; otros nos sabemos campanillas de hojalata. Todos sonamos distintos, pero todos somos campanas.
Somos sonajeros, cascabeles y cencerros. Sonidos que se entrecruzan, condescendientes con la diversidad de los tañidos. Si la campana de la intolerancia doblase por uno, doblaría por todos. Somos campanas que se suman, que se comprenden, que se aceptan, y que se necesitan. El poeta inglés John Donne apuntó: "Nadie es una isla; cada persona es una parte de la Tierra; la muerte de cualquiera me disminuye, porque estoy ligado a la Humanidad; y por consiguiente, nunca preguntes por quién doblan las campanas; doblan por ti."
Las campanas nos saludan al nacer, y nos acompañan al cementerio. Las campanas, al igual que los vinos añejos, se afinan al envejecer. Su canto se torna más amplio y más sutil; pierden sus sonidos agrios y sus tonos verdes. Cuanto más alto es el campanario, más puro es el sonido de la campana. Un alma se mide por las dimensiones de sus deseos, como se juzga una catedral por la altura de sus campanarios. Pongamos nuestra campana, grande o pequeña, en alto.
Todos somos campanas, a veces calladas, o cansadas, quizás calmadas, acaso paradas, tal vez cantadas, pero nunca calcadas. Todos oímos campanas y no sabemos de dónde provienen. Una procede de muy dentro, del recóndito interior de nuestra alma. Dejemos que resuene limpia, propia, firme y clara.
Versión final en: mikel.agirregabiria.net/2006/campanas.htm
El camino no tomado (Poesía del día)
Dos caminos se bifurcaban en un bosque amarillo, y lamentablemente no podía recorrer ambos siendo un solo viajero; por largo tiempo me detuve y contemplé uno de ellos tan lejos como pude hasta donde se perdia en la maleza.
Entonces tomé el otro, tan justo como honesto, y teniendo quizás el mejor motivo, ya que las pasturas estaban más crecidas y pedía ser recorrido aunque quienes habían pasado por allí las habían desgastado casi por igual realmente, y esa mañana ambos por igual se tendían sobre hojas que ninguna pisada tornara ennegrecidas.
¡Ah, dejaré el primer camino para otro dia! Y aún sabiendo que un camino conduce a otro, dudé si alguna vez debería regresar. Y estaré diciendo esto con una visión, en alguna parte, de aquí a épocas por venir; dos caminos se bifurcaban en un bosque, y yo, yo tomé el menos transitado, y eso ha hecho toda la diferencia.
Robert Frost(1916)
Entonces tomé el otro, tan justo como honesto, y teniendo quizás el mejor motivo, ya que las pasturas estaban más crecidas y pedía ser recorrido aunque quienes habían pasado por allí las habían desgastado casi por igual realmente, y esa mañana ambos por igual se tendían sobre hojas que ninguna pisada tornara ennegrecidas.
¡Ah, dejaré el primer camino para otro dia! Y aún sabiendo que un camino conduce a otro, dudé si alguna vez debería regresar. Y estaré diciendo esto con una visión, en alguna parte, de aquí a épocas por venir; dos caminos se bifurcaban en un bosque, y yo, yo tomé el menos transitado, y eso ha hecho toda la diferencia.
Robert Frost(1916)
Derecha de opereta
La derecha, española o italiana, sólo cuando manda interpreta la política como cosa seria. En la oposición se desesperan, se burlan de la democracia y se muestran como lo que son: ridículos papanatas.
La penúltima reyerta del impresentable Martínez-Pujalte, incrédulo del 11-M y portavoz adjunto del PP en el Congreso, escenifica todo un modelo de lo que un parlamentario NO debe ser. Chulesco, bronquista, bufón y burlesco. Quienes le votaron sabrán si les personifica. U otros personajes como el senador popular Bonet, quien afirmó: "Algunos recordamos que Pavía entró a caballo en el Congreso, Tejero con una pistola y el señor Zapatero con un tren de cercanías".
Estar en la oposición exige sangre fría, inteligencia, cortesía, mesura y altura de miras. Siempre es legítima la defensa de posiciones alternativas, pero con sesera y… paciencia. La peor derecha de la meseta añora los años sesenta y setenta, los de la reserva espiritual de Europa. Bien harían en cambiar de receta y de vereda, en desaparecer de estas reseñas. Como en la Asamblea de Madrid donde los peperos se esposan y boicotean la sesión parlamentaria.
Los extremos “se pegan”, en su doble sentido. Se oponen y se asemejan. Porque en Euskadi ya vimos otras contiendas de leyenda patética, de batasunos y populares, los unos echando cal y los otros votando con el codo. Respeto y orden en los Parlamentos que pagamos y nos representan. Acierta quien les expulsa. Bien por Marín,… y por Atutxa.
Versión final en: mikel.agirregabiria.net/2006/derecha.htm
La penúltima reyerta del impresentable Martínez-Pujalte, incrédulo del 11-M y portavoz adjunto del PP en el Congreso, escenifica todo un modelo de lo que un parlamentario NO debe ser. Chulesco, bronquista, bufón y burlesco. Quienes le votaron sabrán si les personifica. U otros personajes como el senador popular Bonet, quien afirmó: "Algunos recordamos que Pavía entró a caballo en el Congreso, Tejero con una pistola y el señor Zapatero con un tren de cercanías".
Estar en la oposición exige sangre fría, inteligencia, cortesía, mesura y altura de miras. Siempre es legítima la defensa de posiciones alternativas, pero con sesera y… paciencia. La peor derecha de la meseta añora los años sesenta y setenta, los de la reserva espiritual de Europa. Bien harían en cambiar de receta y de vereda, en desaparecer de estas reseñas. Como en la Asamblea de Madrid donde los peperos se esposan y boicotean la sesión parlamentaria.
Los extremos “se pegan”, en su doble sentido. Se oponen y se asemejan. Porque en Euskadi ya vimos otras contiendas de leyenda patética, de batasunos y populares, los unos echando cal y los otros votando con el codo. Respeto y orden en los Parlamentos que pagamos y nos representan. Acierta quien les expulsa. Bien por Marín,… y por Atutxa.
Versión final en: mikel.agirregabiria.net/2006/derecha.htm
Consejo y ejemplo
El camino del consejo es largo y lento; el del ejemplo, breve y serio. Las palabras son enanas; los modelos, gigantescos.
El mejor modo de predicar, el más eficaz, es el buen ejemplo. El ejemplo es la principal escuela de la Humanidad, porque procura una lección que todos aprendemos. Pero los buenos modelos no son famosos, no son noticia y no aparecen en las portadas de prensa o en los informativos de televisión, que prefieren destacar lo problemático y lo negativo.
Nos queda proteger el entorno doméstico y escolar. Según un reciente estudio de 'Aldeas Infantiles', el 80% de los niños consideran a sus padres como ejemplos de superación, y modelos a seguir. El informe revela que 7 de cada 10 hijos creen que son sus padres quienes más les animan a que se esfuercen por alcanzar sus objetivos, que son el colegio (59%) y portarse bien (20%).
Un destacado libro de actualidad, Freakonomics, analiza qué aspectos familiares influyen en los resultados académicos. Por ejemplo, compara si es más decisivo “tener muchos libros en casa” o que “los padres lean para sus hijos casi a diario”. Paradójicamente, el primer factor está correlacionado con las notas mientras que no existe correspondencia con la segunda acción, a pesar de acreditar interés y actitud. Concluye que lo que importa es lo que los padres son, no lo que dicen, ni siquiera lo hacen ocasionalmente.
La vida de los padres es el libro de ejemplos de los hijos. El principio de la educación, en el hogar o en la escuela, es predicar con el ejemplo. Lo peor es la contradicción de buenos consejos acompañados de malos ejemplos. El ejemplo debe culminar lo que el precepto comienza. Nada se aprende o se enseña bien, sino desde el ejemplo. No hay más que una educación, y es el ejemplo.
Versión final en: mikel.agirregabiria.net/2006/ejemplo.htm
El mejor modo de predicar, el más eficaz, es el buen ejemplo. El ejemplo es la principal escuela de la Humanidad, porque procura una lección que todos aprendemos. Pero los buenos modelos no son famosos, no son noticia y no aparecen en las portadas de prensa o en los informativos de televisión, que prefieren destacar lo problemático y lo negativo.
Nos queda proteger el entorno doméstico y escolar. Según un reciente estudio de 'Aldeas Infantiles', el 80% de los niños consideran a sus padres como ejemplos de superación, y modelos a seguir. El informe revela que 7 de cada 10 hijos creen que son sus padres quienes más les animan a que se esfuercen por alcanzar sus objetivos, que son el colegio (59%) y portarse bien (20%).
Un destacado libro de actualidad, Freakonomics, analiza qué aspectos familiares influyen en los resultados académicos. Por ejemplo, compara si es más decisivo “tener muchos libros en casa” o que “los padres lean para sus hijos casi a diario”. Paradójicamente, el primer factor está correlacionado con las notas mientras que no existe correspondencia con la segunda acción, a pesar de acreditar interés y actitud. Concluye que lo que importa es lo que los padres son, no lo que dicen, ni siquiera lo hacen ocasionalmente.
La vida de los padres es el libro de ejemplos de los hijos. El principio de la educación, en el hogar o en la escuela, es predicar con el ejemplo. Lo peor es la contradicción de buenos consejos acompañados de malos ejemplos. El ejemplo debe culminar lo que el precepto comienza. Nada se aprende o se enseña bien, sino desde el ejemplo. No hay más que una educación, y es el ejemplo.
Versión final en: mikel.agirregabiria.net/2006/ejemplo.htm
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