Fotos de 2006, según Vanity Fear

Sobrados y faltos

Comenzamos el nuevo año con sobras y faltas, cuando lo que necesitamos es lo justo y moderado.

Asistimos a la rutina de cada cambio de año, con parecidas expectativas y parecidos desengaños. Amanecemos un nuevo día, y un nuevo año, con la misma sensación, de alegría y de chasco. Seguimos, como ayer y el otro año, sobrados de discursos, palabras y de postales, pero faltos de comunicarnos, entendernos y apreciarnos.

Las campanadas han terminado, y aquí estamos, sobrados de ruidos y alborotos, pero faltos de escucharnos, al menos entre nosotros, que somos todos hermanos. Regusto de antaño, sensación de pasado, continuamos sobrados de políticos y tertulianos, pero faltos de pensar juntos y decidir como seres humanos.

Sobrados de que nos digan cómo comportarnos, pero faltos de que consideren nuestro trabajo. Sobrados de anuncios publicitarios, pero faltos de descubrir lo que necesitamos. Sobrados y superados con móviles y otros cacharros, pero faltos de, a nosotros mismos, encontrarnos. Sobrados de festejos y espectáculos, pero faltos de, en la libertad, saber superarnos.

Proseguimos sobrados de contar nuestras penas, pero faltos de alegrar a quien tenemos al lado. Sobrados de oportunidades de comprar, pero faltos de regalar espíritu con nuestros actos. Sobrados de villancicos, turrones y regalos falsos, pero faltos de repartir la ‘solidaridad’ de estas fechas a lo largo de todo el año.

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Repulsa absoluta

Ante otro atentado, no importa de quién, sólo cabe el máximo rechazo ético, político, racional y emocional.

Para asesinar hay que ser ruin y desalmado; para hacer daño a inocentes hay que ser inhumano e infame; para poner una bomba hay que ser vil y cobarde; para creer que con esto se defiende una causa hay que ser necio y estúpido. Así quedan definidos quienes cometen este tipo de repugnantes actos.

Versión para imprimir en: mikel.agirregabiria.net/2006/repulsa.doc