"No es una tragedia que no alcances una meta; tragedia es que no tengas ninguna meta que alcanzar". |
Benjamin Mays, educador |
Cada paso debe ser, en sí mismo, una meta
¿Qué es ser profesor?
- Docente es una persona que habla en el sueño de otra…
- Un professeur est quelqu'un qui parle dans le sommeil de quelqu'un d'autre.
- A professor is one who talks in someone else's sleep. W.H. Auden
- Un professeur est quelqu'un qui parle dans le sommeil de quelqu'un d'autre.
- A professor is one who talks in someone else's sleep. W.H. Auden
La Flecha: Diario de Ciencia y Tecnología
Nuestra colaboración con este prestigioso diario digital se remonta a varios años atrás, fundamentalmente en la sección 'E-mail del lector'. Podemos incluirlo en una nueva categoría de Blogamigo, que iremos completando en el futuro.
Supersticiones válidas
Una creencia contraria a la razón, una fe desmedida o una valoración excesiva respecto de algo, es decir, una superstición… ¿podría ser útil?
No hay superstición que no haya nacido de alguna necesidad humana, generalmente del desconocimiento o de la credulidad. En los albores de la historia de la humanidad, se explicaron los fenómenos complejos con causas simples, muchas veces absurdas e ilógicas… Al menos desde una perspectiva contemporánea, tras el avance del saber y la extensión de la educación.
“El nacimiento de la ciencia fue la muerte de la superstición”, sentenció el biólogo Thomas Henry Huxley. Sin embargo, todavía perviven muchas supersticiones en todas las culturas y civilizaciones, principalmente entre gente sencilla… o demasiado candorosa. Incluso el mismo Kant apuntaba que “La superstición es la poesía de la vida”. Naturalmente se refería a lo espontáneo, cándido e imaginativo de creer, por ejemplo, que una herradura protege a su dueño.
Lo cierto es que existen amuletos que incitan a la buena suerte, y otros conjuros que llevan a la desgracia. Entre los fetiches que conjuran a los malos augurios están: ponerse el cinturón de seguridad en los coches, beber agua (no hace falta que sea bendita, pero sí que sustituya al alcohol), coger un libro… y leerlo, apartar el tabaco y todo lo que se fuma,… Y entre los gestos que traen mala suerte pueden citarse: malgastar en loterías (trae pérdidas económicas… a casi todos), decir palabras malsonantes y más si van dirigidas a otros, usar la violencia o meterse en peleas, sobrepasar los límites de nuestras capacidades (conduciendo, bebiendo, comiendo,…) o creer en tonterías de timadores o curanderos en vez de escuchar a médicos y científicos.
Versión para imprimir en: mikel.agirregabiria.net/2007/supersticiones.DOC
No hay superstición que no haya nacido de alguna necesidad humana, generalmente del desconocimiento o de la credulidad. En los albores de la historia de la humanidad, se explicaron los fenómenos complejos con causas simples, muchas veces absurdas e ilógicas… Al menos desde una perspectiva contemporánea, tras el avance del saber y la extensión de la educación.
“El nacimiento de la ciencia fue la muerte de la superstición”, sentenció el biólogo Thomas Henry Huxley. Sin embargo, todavía perviven muchas supersticiones en todas las culturas y civilizaciones, principalmente entre gente sencilla… o demasiado candorosa. Incluso el mismo Kant apuntaba que “La superstición es la poesía de la vida”. Naturalmente se refería a lo espontáneo, cándido e imaginativo de creer, por ejemplo, que una herradura protege a su dueño.
Lo cierto es que existen amuletos que incitan a la buena suerte, y otros conjuros que llevan a la desgracia. Entre los fetiches que conjuran a los malos augurios están: ponerse el cinturón de seguridad en los coches, beber agua (no hace falta que sea bendita, pero sí que sustituya al alcohol), coger un libro… y leerlo, apartar el tabaco y todo lo que se fuma,… Y entre los gestos que traen mala suerte pueden citarse: malgastar en loterías (trae pérdidas económicas… a casi todos), decir palabras malsonantes y más si van dirigidas a otros, usar la violencia o meterse en peleas, sobrepasar los límites de nuestras capacidades (conduciendo, bebiendo, comiendo,…) o creer en tonterías de timadores o curanderos en vez de escuchar a médicos y científicos.
Versión para imprimir en: mikel.agirregabiria.net/2007/supersticiones.DOC
El horizonte está en los ojos y no en la realidad
Microsoft no permite los anuncios con el número 69. Un anunciante de MSN adCenter intentó infructuosamente anunciar un precio $69.99, siéndole imposible, porque el número 69 no está permitido. Al parecer un mecanismo de filtro para eliminar palabras malsonantes o insultos detecta, como inaceptable en cualquier circunstancia, este número. Algo similar sucede con la criba de contenidos de la Red Premia de los centros escolares vascos, que no permite compartir un fichero llamado "artículo" (por si no lo entienden a la primera, como tampoco lo entendimos,... artículo), o un post titulado "sin paños calientes" (este adjetivo no parece ser aceptable). Sería aconsejable un poco más de inteligencia (artificial, al menos) y mucha más inocencia (humana, si es posible).
Suscribirse a:
Entradas (Atom)