La historia se repite, en ciclos de generaciones. La irrupción de la radio obligó a que los reyes hablasen en público. El tartamudo Jorge VI de Inglaterra ascendió al trono en 1937, una difícil época prebélica, y el excéntrico logopeda Lionel Logue hubo de enseñarle a superar su disfunción verbal. La inspirada película "El Discurso del Rey" lo cuenta con precisión y rigor.
La llegada de la televisión exigió algo más que entonación. Richard Nixon perdió ante John F. Kennedy en 1960 tras el primer debate presidencial televisado en EE.UU. La imagen y estética de los candidatos cobraba importancia y no bastaba la oratoria. Los "estilistas" aparecieron y buscaron candidaturas rejuvenecidas con buen aspecto y aceptable dicción.
Internet ha llegado y está apremiando a la clase política a conversar en las redes sociales. Se acercan las elecciones y FaceBook se llena de peticiones de amistad... por parte de políticos (o aspirantes) de quienes nunca habíamos tenido noticia. Los "logopedas" de los políticos del siglo XXI son los community managers de los partidos que están trabajando a destajo.
Convendría que los políticos entendiesen que no sólo se trata de trasladar "su" mensaje por más vías, sino de una "escucha activa de la ciudadanía" (políRica diríamos algunos). Quizá sea la hora de los "otorrinolaringólogos" para políticos,... aunque les pase como a Alex de la Iglesia, y tras escuchar a los votantes (internautas o no) se vean obligados a abandonar determinadas "sillones" por coherencia.
La llegada de la televisión exigió algo más que entonación. Richard Nixon perdió ante John F. Kennedy en 1960 tras el primer debate presidencial televisado en EE.UU. La imagen y estética de los candidatos cobraba importancia y no bastaba la oratoria. Los "estilistas" aparecieron y buscaron candidaturas rejuvenecidas con buen aspecto y aceptable dicción.
Internet ha llegado y está apremiando a la clase política a conversar en las redes sociales. Se acercan las elecciones y FaceBook se llena de peticiones de amistad... por parte de políticos (o aspirantes) de quienes nunca habíamos tenido noticia. Los "logopedas" de los políticos del siglo XXI son los community managers de los partidos que están trabajando a destajo.
Convendría que los políticos entendiesen que no sólo se trata de trasladar "su" mensaje por más vías, sino de una "escucha activa de la ciudadanía" (políRica diríamos algunos). Quizá sea la hora de los "otorrinolaringólogos" para políticos,... aunque les pase como a Alex de la Iglesia, y tras escuchar a los votantes (internautas o no) se vean obligados a abandonar determinadas "sillones" por coherencia.