Hoy, a primera hora, hemos tenido la noticia del inesperado fallecimiento de Alfredo García Cobos. Fuimos colegas en la Delegación de Educación de Bizkaia desde la fecha en la que me incorporé en septiembre de 1999 (él llevaba más años allí). Justamente el mismo día de su nacimiento (6 de enero) fue, 53 años después, el de su desaparición.
Sirva este modesto post para rendirle un sentido homenaje, que estamos seguros que él se merece y aceptaría. Ha sido un funcionario culto, abogado de formación, que ha dirigido durante décadas la unidad de educación compensatoria, complementaria y de personas adultas de Bizkaia.
En nuestro recuerdo, en lo profesional prevalece su criterio jurídico, su insistencia en que los procedimientos fuesen lo más rigurosos posibles (dentro de la inmensa complejidad de la casuística educativa, donde todo caso reúne toda la singularidad de cada persona y de cada familia), y en lo personal un humor socarrón (que había que entenderlo, como aquello de "esto ya lo arreglas tú con los jefazos",...).
Se echará de menos a Alfredo García Cobos, en los centros y en las distintas plantas de la Delegación sus carreras mecánicas, ante las que sólo cabía apartarse, su conocimiento especializado y una personalidad fuerte, propia de alguien que supo mantener la plena dignidad ante circunstancias vitales que seguro no fueron fáciles.
Goian bego, D.E.P., Alfredo y un fuerte abrazo para sus más allegados (Arantza, familia,...).
Sirva este modesto post para rendirle un sentido homenaje, que estamos seguros que él se merece y aceptaría. Ha sido un funcionario culto, abogado de formación, que ha dirigido durante décadas la unidad de educación compensatoria, complementaria y de personas adultas de Bizkaia.
En nuestro recuerdo, en lo profesional prevalece su criterio jurídico, su insistencia en que los procedimientos fuesen lo más rigurosos posibles (dentro de la inmensa complejidad de la casuística educativa, donde todo caso reúne toda la singularidad de cada persona y de cada familia), y en lo personal un humor socarrón (que había que entenderlo, como aquello de "esto ya lo arreglas tú con los jefazos",...).
Se echará de menos a Alfredo García Cobos, en los centros y en las distintas plantas de la Delegación sus carreras mecánicas, ante las que sólo cabía apartarse, su conocimiento especializado y una personalidad fuerte, propia de alguien que supo mantener la plena dignidad ante circunstancias vitales que seguro no fueron fáciles.
Goian bego, D.E.P., Alfredo y un fuerte abrazo para sus más allegados (Arantza, familia,...).