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Anagnórisis y peripeteia, desde Ulises a Luke Skywalker


La anagnórisis (del griego antiguo ἀναγνώρισις, «reconocimiento») o agnición es un recurso narrativo que consiste en el descubrimiento por parte de un personaje de datos esenciales sobre su identidad, sus seres queridos o su entorno, ocultos para él hasta ese momento. La revelación altera la conducta del personaje y lo obliga a hacerse una idea más exacta de sí mismo y de lo que le rodea. 

También se produce anagnórisis cuando un personaje principal revela su identidad hasta entonces oculta o velada a otros personajes secundarios cambiando así la relación, normalmente de un nexo débil o inexistente (un mendigo o simple huésped) hacia un nexo fuerte (el hijo de un enemigo que clama venganza, el retorno de un rey por largo tiempo ausente,...), produciendo un punto de giro en la historia que la hace avanzar hacia su desenlace.

Al regresar a Ítaca Ulises se presenta o revela hasta en diez ocasiones su identidad a sus seres queridos, puesto que sus rasgos físicos han sido cambiados por los dioses y el tiempo y no siempre le reconocen. El término fue utilizado por primera vez por Aristóteles en su Poética. Aunque la anagnórisis es un recurso frecuente en muchos géneros, Aristóteles la describió en relación con la tragedia clásica griega, con la que está asociada de modo especial.

De acuerdo con Aristóteles, el momento ideal para la anagnórisis trágica es la peripecia (giro de la fortuna): en un momento crucial, todo se le revela y hace claro al protagonista, con efectos casi siempre demoledores. Por ejemplo, el descubrimiento por parte del héroe trágico de alguna verdad sobre sí mismo, otras personas, o de algunas acciones que significan que, ahora que las sabe, toda la trama cambia de dirección como resultado de su reacción a las noticias. La revelación de esta verdad (que ya era un hecho, pero el protagonista ignoraba) cambia la perspectiva y la reacción del héroe, que se adapta y se acomoda aceptando su destino y en consecuencia ayudando a que este ocurra.
Ejemplos: Edipo, rey de Tebas descubre que el verdadero origen de las plagas que asuelan su polis son causadas por él mismo al cumplir sin saberlo con el oráculo de Delfos: "Matarás a tu padre y te casarás con tu madre", con quien ha tenido cuatro hijos. Un ejemplo clásico de anagnórisis en la tragedia griega se halla en el «Edipo Rey» de Sófocles, cuando Edipo se entera de que la persona que había matado era su padre y que su esposa es su madre. Otro caso especialmente emotivo es el de Ágave al final de «Las bacantes» de Eurípides, que llega a Tebas con lo que cree la cabeza de una fiera en su mano. A medida que el dios Dioniso se va retirando de su ser, comprende que se trata de su propio hijo, Penteo, al que ella y las demás bacantes han despedazado en una orgía de sangre.

En la comedia griega, la anagnórisis es también un recurso frecuente: en las obras de Menandro y sus imitadores latinos, abundan los personajes que han sido abandonados de pequeños y criados como miembros de una clase social inferior. Al entablar una relación con un personaje noble, su extracción humilde supone un estorbo; al final de la obra, se descubre por algún indicio (una marca de nacimiento, un objeto personal que la madre dejó junto al bebé) su verdadera identidad, y la pareja puede unirse felizmente en matrimonio.

En la épica griega tenemos un buen ejemplo de anagnórisis en los últimos cantos de la «Odisea», cuando Ulises vuelve a Ítaca, su patria, y varios personajes lo van reconociendo (su viejo perro Argos, su nodriza Euriclea, su hijo Telémaco, su padre Laertes,...), en una gradación que termina cuando su esposa Penélope, la más reacia a aceptar la revelación, lo somete a una última prueba para confirmar su identidad.

En la literatura española, la anagnórisis es moneda corriente en las novelas de caballerías, el teatro barroco (p. ej. «La dama duende», de Pedro Calderón de la Barca) y el drama romántico. Y también está presente en La gitanilla y en varias de las novelas ejemplares de Miguel de Cervantes. En la literatura inglesa renacentista, William Shakespeare también utiliza las características asociadas a este término en sus obras dramáticas, específicamente en sus tragedias. A pesar del momento de anagnórisis, de reconocimiento, todo acaba mal por el hecho de la inclusión del fatalismo, propio de las obras trágicas.

En la literatura prehispánica, específicamente en el drama Ollantay encontramos una hermosa anagnórisis cuando el inca Túpac Yupanqui encuentra a Cusi Coyllur, prisionera, y reconoce que ella es su hermana.

El ejemplo más moderno sería en el episodio V de la Saga cinematográfica de Star Wars: Cuando Darth Vader revela a Luke Skywalker que él es su padre, la trama pasa de ser una batalla entre el bien contra el mal a ser un conflicto existencial del protagonista entre su deber de luchar contra el mal o redimir a su padre caído.
La peripeteia (en griego antiguo, περιπέτεια) o peripecia es el acontecimiento de una trama que supone un punto de inflexión, un giro en la suerte de los personajes. Este término especialmente se aplica a las obras dramáticas. Dicha historia se presenta como una adversa y repentina que sucede accidentalmente y sin previo aviso, lo cual provoca un cambio en la situación actual que se vive en lo relatado.

En las tragedias supone el punto en el que la trama toma el cariz propiamente trágico, es decir, el punto de inflexión en el que la suerte del héroe protagonista se trunca y comienzan las desgracias que le llevarán inevitablemente a un final desdichado.

Aristóteles define la Peripeteia como «un cambio por el cual la acción gira hacia su opuesto, sujeto siempre a nuestra regla de probabilidad o necesidad». Según Aristóteles, la peripecia, junto con el descubrimiento, es la más efectiva cuando se trata de drama, particularmente tragedia: «la mejor forma de Descubrimiento es aquella que asiste a Peripeteia, como la que conduce al Descubrimiento a Edipo».

La peripeteia incluye cambios en el personaje, además de cambios externos. Por ejemplo, si un personaje pobre y oscuro se ha vuelto rico y famoso, ha sufrido una peripeteia, incluso si su personaje sigue siendo el mismo. La peripeteia o peripecia se distingue de la anagnorisis o agnición, cuando un personaje descubre una información que previamente ignoraba. Esta distinción proviene de la Poética, que consideró que la anagnórisis, que lleva a la peripeteia, un aspecto superior de la tragedia. 

Dos de estas obras son Edipo Rey, donde la información proporcionada por el oráculo de Delfos (que Edipo mató a su padre y se casó con su madre) provocó la muerte de su madre, Yocasta y su propia ceguera y exilio, e Ifigenia entre los tauros, donde Ifigenia se da cuenta de que los extraños que ella debe sacrificar son su hermano y su amigo, lo que resultó en que los tres escaparan de Tauris. Consideró estas tramas complejas y superiores a las simples sin anagnórisis ni peripeteia, como cuando Medea decide matar a sus hijos sabiendo que lo son y aun así lo hace. Aristóteles identificó a Edipo Rey como la principal obra para ejemplificar la peripecia.
Otro recurso literario citado en este vídeo es el Arma de Chéjov: "Elimina todo lo que no tenga relevancia en la historia. Si dijiste en el primer capítulo que había un rifle colgado en la pared, en el segundo o tercero este debe ser descolgado inevitablemente. Si no va a ser disparado, no debería haber sido puesto ahí", indicó Antón Chéjov.

El rapto de la democracia

La guerra no acabará… porque mueren los primeros mil niños y niñas, o porque se aniquile un país o porque se produzca la mayor catástrofe humanitaria del siglo XXI.La guerra no acabará… porque sufran el desplazamiento más de tres millones de refugiados iraquíes, de un país de 20 millones asolado por el embargo.

La guerra quizá no hubiese empezado… si la opinión pública norteamericana no hubiese sido impúdicamente alimentada de fervor patriótico por sus dirigentes ultraderechistas con la excusa del 11-S, si valorase igualmente una vida estadounidense o cualquier otra vida humana, y si supiese realmente por la memoria de sus antepasados qué fue Gernica, Londres, Dresde, Hiroshima, Nagasaki y ya no pudiera creerse la hipocresía grotesca de los “bombardeos precisos y humanitarios”.

La guerra quizá no hubiese empezado… si el pueblo norteamericano comprendiese que ellos fueron los primeros creadores del armamento atómico, y los únicos que lo han utilizado; que ellos inventaron la tecnología de las “armas de los pobres”: las bombas de guerra química y biológica, de quienes no acceden a la guerra total regida por la física nuclear.

La guerra quizá no hubiese empezado… si el obsceno militarismo americano capaz de aniquilar despiadadamente a un pequeño país, subdesarrollado y exánime, no rebosase flaqueza ética. La supuesta omnipotencia militar norteamericana, exhibiéndose con la superproducción de su espectáculo de ultra tecnología para matar,… sólo acredita su impotencia democrática. Desalmados con mucho músculo y poco cerebro… en sus cabecillas.

La guerra quizá no hubiese empezado… si los cuatro “halcones”, el vicepresidente, Cheney, el secretario de Defensa, Rumsfeld, el número dos del Pentágono, Wolfowitz, y el presidente del Defense Policy Board, Perle (apodado El príncipe de las tinieblas) no contasen con la paradójica particularidad de que ninguno ha participado nunca en ninguna guerra; todos se las arreglaron para evitar ir a Vietnam, al igual que Bush. Aznar, y Trillo, también se escabulleron de cumplir, simplemente, el servicio militar.

La guerra quizá no hubiese empezado… si los dirigentes hubiesen escuchado al Papa cuando se refirió a la paz, como “don de Dios y humilde y constante conquista de los hombres, afirmando que “cuando la guerra, como en estos días en Irak, amenaza el destino de la humanidad, es más urgente proclamar que sólo la paz es el camino para construir una sociedad más justa y solidaria. Nunca la violencia y las armas pueden resolver los problemas de los hombres”.

La guerra quizá no hubiese empezado… si Aznar no aspirase a un puesto en la Historia (“pinche de genocidas”, será ya para siempre), o si su “Aznarazo” no hubiese superado al “Tejerazo”, ridiculizando a las Cortes y al Rey que pudo intervenir el 23F de 1981.

La guerra quizás acabe… cuando los belicistas no puedan soportar el coste electoral de sus crímenes, y cuando quienes les excusaban les abandonen. La guerra quizás acabe… cuando la opinión pública mundial se manifiesta con tal intensidad y presencia que su voz no pueda ser ignorada.

La guerra acabará… cuando se agoten los arsenales y deban reponernos los contribuyentes estadounidenses… y los expoliados del mundo entero. La guerra acabará… cuando el negocio del petróleo esté controlado, y el beneficio de la reconstrucción sea mayor que el de la devastación.
La guerra acabará… cuando la sangre de la inocencia masacrada apeste en nuestros cuartos de estar porque las imágenes de televisión no muestren complacientemente las mortíferas armas de los asesinos, sino los cadáveres de las víctimas.

La guerra acabaría para siempre… cuando convenzamos a la mayoría de votantes norteamericanos para que pongan fin a “la era de barbarie” y de “nuevo desorden mundial”. Para que admitan la civilización de quienes aborrecemos la pena de muerte, repudiando tan bárbara legislación, y que para regir el gigante militar que representan no elijan a un enano moral de sádico historial en ejecutar convictos.

La guerra acabaría para siempre… cuando Estados Unidos prefiera un mundo multipolar, renunciando a su egocéntrica superioridad que les permite ignorar la legalidad internacional, las Naciones Unidas y el Tribunal Penal Internacional (y el Protocolo de Kioto, los convenios de desarme o de minas antipersonal,…). La guerra acabaría para siempre… si se votase en referéndum abierto a toda la ciudadanía la participación de un gobierno en un conflicto militar.
La guerra acabaría para siempre… cuando todos los seres humanos reprobemos y desterremos de nuestra mente y de nuestro corazón esa insensata fruición por matarnos los unos a los otros.
La guerra acabaría para siempre… si ya no fuera posible el rapto de la democracia, el secuestro de la verdad por los sempiternos “señores de la guerra”, déspotas y falsarios, serviles esclavos del poder económico, que prenden fuego al mundo sembrando regueros de encarnadas amapolas de sangre, que algún día florecerán.

Sexualidad y nacionalismo

El binomio escogido como cabecera puede resultar estridente, pero aún lo sería más si se hubiese escogido la terna de “sexualidad, religiosidad y nacionalismo”. Adelantemos sin preámbulos la idea a defender: El nacionalismo es una emoción humana, tan arraigada en la sensibilidad de la persona como pueda serlo la sexualidad, más instintiva si se quiere, o la religiosidad, más refinada históricamente. El nacionalismo es una poderosa pasión, que unos sienten y otros no, que unos cultivan y otros no, que unos reconocen y otros no, que a unos les sirve como un motor vital y a otros no,… exactamente como la sexualidad o la religiosidad. Estos sentimientos bien canalizados se han demostrado que generalmente contribuyen a la plenitud humana, aunque persista el riesgo de fanatismos y perversiones por excesos o extravíos.

El nacionalismo es una de las fibras, como el amor o la amistad, de las que está hecho el ser humano. Un componente, como las citadas expresiones del sexo y la religión, de mayor o menor trascendencia en cada individuo en particular, pero de los que convendría no negar ni su existencia ni su validez para quienes optan voluntariamente por un armónico desarrollo personal a través de su ejercicio. No se trata aquí de asemejar la religiosidad con la sexualidad, ni éstas con el nacionalismo,… sino de que se acepte la obvia existencia de este último, recordando cuando han negado y reprimido la sexualidad algunos credos o cuando se persiguieron las religiones por considerarse patrañas. Para cada uno de nosotros, la religiosidad, la sexualidad o el nacionalismo serán mucho, poco o nada importantes, pero existir ¡vaya si existen! y para otras personas (muchas o pocas) son potencias transformadoras. Es legítimo debatir sobre qué abusos de estos sentimientos son inadmisibles por los daños sociales o personales derivados, pero lo más absurdo sería pretender que no coexisten.

El nacionalismo no lo inventó Bismarck, ni Sabino Arana. No es “una alucinación inventada por un loco”. Y es que hemos llegado a un momento en el que se pregona un despropósito de tal calibre. La palabra "nacionalismo" proviene de nación, que, a su vez, deriva del latín “nasci” (nacer). El nacionalismo es un sentimiento natural de protección de los elementos simbólicos, sociales y culturales de una colectividad (lengua, historia, mitología, tradiciones,…), mucho antes que un movimiento político que puede invocar el derecho a una Nación propia con alguna forma de Autogobierno o de Estado. Por supuesto que a lo largo de la Historia, este impulso ha sido semilla de muerte y destrucción, como la guerra de Troya se inició por el amor de una mujer o las cruzadas e inquisiciones fueron desencadenadas por la religión. Pero este resorte humano, el nacionalismo, también ha elevado al hombre a la categoría de ser social, ha estructurado la tribu, la colectividad y es la base de cualquier democracia moderna actual. El proceso de humanización, de superioridad del ser humano se debe a su razón y a una óptima explotación de sus instintos básicos de conservación, de cuidado del grupo y de la especie, reconociendo y conduciendo su sexualidad, sus deseos de identidad personal y colectiva, sus ansias de pervivencia y trascendencia más allá de la muerte.

Despreciar el nacionalismo como algo caducado o propio de charlatanería localista, o como un tabú que no existe o no se puede interpretar, es tan insensato como sería hacerlo con la sexualidad o la religiosidad. Mantener que “el nacionalismo conduce a la estupidez o a la guerra”, es tan grotesco como sostener que la sexualidad o la religión son malsanas, en sí mismas y sin más precisiones. Un ser humano, y una comunidad humana, construyen su cosmovisión identitaria mediante un imaginario común, un entramado multidimensional donde “el cuidado de lo propio”, el nacionalismo, está presente y actuante.

No ridiculicemos un sentimiento humano tan hondo como la religión, el amor o la sexualidad. El nacionalismo no es un mito, y en todo caso como diría Lévi-Strauss "todo desciframiento de un mito es otro mito”. A pesar de que el nacionalismo ha quedado emparedado por las dos corrientes políticas dominantes del siglo XX que comparten un racionalismo economicista, liberalismo y socialismo, se puede pensar con la mente y también con el corazón, sin ser irreflexivos. Porque en el conflicto vasco-español, del que algunos niegan su existencia o la de un pueblo vasco, los más “antinacionalistas” son quienes han celebrado “Días de la Raza (Española)”, de la Hispanidad (Comunidad de Lengua) y los mismos que se sublevan en defensa de la ñ. Así pues, dejemos que dialoguen los argumentos y también la bondad de los corazones solidarios que comprenden cómo sienten los demás.

“El nacionalismo es frecuentemente la ideología de los aplastados”, según Gerd Behrens. Es una convicción que enraíza muy profundamente en una cualidad de la naturaleza humana. Aceptémoslo para avanzar hacia el acuerdo mediante el diálogo y el respeto mutuo. En este siglo XXI de la intercomunicación y de la globalización mundial que nos aboca hacia la uniformidad homogeneizadora, el nacionalismo rebrota como el calor del “hogar propio” en un planeta anodino. El nacionalismo se materializó en el pasado mediante conquistas en Imperios y en Estados, pero el progreso democrático ha purificado los elementos de sacralización, de belicosidad y de enfrentamiento para la autoafirmación autóctona, floreciendo un nacionalismo inteligente y moderno, cuyos primeros frutos en forma de nuevas Naciones pueden verse en la Unión Europea, en zonas tan desgarradas como los Balcanes o el Báltico. Muchos creemos que en Euskadi y en España, con arrobas de talento e imaginación, con comprensión y democracia, podríamos también abrir una modesta pero meritoria página en la cruenta Historia de la Humanidad, quizá incluso antes que en Irlanda, Flandes, Québec, el Sahara o Palestina.

Las 8 etapas del desarrollo psicosocial de Erik Erikson


Reconociendo el gran valor de la teoría del Desarrollo Psicosocial de Erikson (de 1950), discrepamos en la actualidad del planteamiento de la etapa de la vejez a partir de los 65 años, dado el aumento significativo de la esperanza de vida en los países desarrollados. 

Erik Erikson anticipa el concepto de generatividad, como "la preocupación por establecer y guiar a la siguiente generación", o la "capacidad de trascender los intereses personales para cuidar y preocuparse por las generaciones más jóvenes y mayores" o un "deseo interior de inmortalidad". Algo que se aplica incluso, yo allí lo escuché por primera vez, a ecosistemas tecnológicos como Android o IOS, desde que Jonathan Zittrain adoptó ese neologismo en 2006 .

Ello da lugar al retraso, afortunado, de la crisis existencial  entre "Generatividad frente a Estancamiento" durante la nueva jubilación de quienes mantienen salud durante décadas una vez cumplidos los 60 años. El dilema esencial de "Integridad frente a desesperación", queda pospuesto hasta la 4ª edad, al menos. Pero con más detalle hablaremos en un próximo post. Por el momento, presentemos a Erik Erikson y sus ocho estadios de la vida.

Erik Erikson (interesante biografía) descubrió las ocho edades que todo ser humano atraviesa con sus correspondientes crisis y duelos importantes que marcan su carácter durante toda su vida. Gracias a ello, se conduce la evolución y el progreso personal. En cada fase se alcanza una serie de competencias. Si en cada una de las etapas de la vida la persona ha logrado la competencia correspondiente, se experimentará una sensación de dominio que Erikson conceptualiza como fuerza del ego

Haber adquirido la competencia ayuda a resolver las metas que se presentarán durante la siguiente etapa vital. Cada etapa implica un conflicto cuya resolución ayuda al desarrollo individual y crecimiento psicológico. También podemos encontrar un gran potencial para el fracaso, si no se supera el desafío de esa etapa vital. 

Sorprende cómo se van logrando las fuerzas básicas de la personalidad de cada individuo, en un cierto grado, al tiempo que se instauran así mismo las antipatías o patologías en un cierto grado: Esperanza / Retraimiento, Voluntad / Compulsión, Finalidad / Inhibición, Competencia / Inercia, Fidelidad / Repudio, Amor / Exclusividad, Cuidado / Rechazo y Sabiduría / Desdén. 

Estos son los 8 estadios psicosociales, con sus relaciones, capacidades y carencias acumuladas:
1. Confianza vs Desconfianza. Este estadio transcurre desde el nacimiento hasta los dieciocho meses de vida, y depende de la relación o vínculo que se haya creado con la madre. La relación con la madre determinará los futuros vínculos que se establecerán con las personas a lo largo de su vida. Es la sensación de confianza, vulnerabilidad, frustración, satisfacción, seguridad… la que puede determinar la calidad de las relaciones.

2. Autonomía vs Vergüenza y duda. Este estadio empieza desde los 18 meses hasta los 3 años de vida del niño. Durante este estadio el niño emprende su desarrollo cognitivo y muscular, cuando comienza a controlar y ejercitar los músculos que se relacionan con las excreciones corporales. Este proceso de aprendizaje puede conducir a momentos de dudas y de vergüenza. Asimismo, los logros en esta etapa desencadenan sensación de autonomía y de sentirse como un cuerpo independiente.
Las 8 etapas del desarrollo psicosocial de Erik Erikson
3. Iniciativa vs Culpa. Este estadio viaja desde los 3 hasta los 5 años de edad. El niño empieza a desarrollarse muy rápido, tanto física como intelectualmente. Crece su interés por relacionarse con otros niños, poniendo a prueba sus habilidades y capacidades. Los niños sienten curiosidad y es positivo motivarles para desarrollarse creativamente. En caso de que los padres reaccionen de negativamente a las preguntas de los niños o a la iniciativa de éstos, es probable que les genere sensación de culpabilidad.

4. Laboriosidad vs Inferioridad. Este estadio se produce entre los 6-7 años hasta los 12 años. Los niños muestran un interés genuino por el funcionamiento de las cosas e intentan llevar a cabo muchas actividades por sí mismos, con su propio esfuerzo y poniendo en uso sus conocimientos y habilidades. Por esa razón es tan importante la estimulación positiva que pueda ofrecerle la escuela, en casa o por el grupo de iguales. Éste último comienza a adquirir una relevancia trascendental para ellos. En el caso de que esto no sea bien acogido o sus fracasos motiven las comparaciones con otros, el niño puede desarrollar cierta sensación de inferioridad que le hará sentirse inseguro frente a los demás.

5. Exploración de la Identidad vs Difusión de Identidad. Este estadio tiene lugar durante la adolescencia. En esta etapa, una pregunta se formula de forma insistente: ¿Quién soy? Los adolescentes empiezan a mostrarse más independientes y a tomar distancia de los padres. Prefieren pasar más tiempo con sus amigos y comienzan a pensar en el futuro y a decidir qué quieren estudiar, en qué trabajar, dónde vivir,... La exploración de sus propias posibilidades se produce en esta etapa. Comienzan a apuntalar su propia identidad basándose en el las experiencias vividas. Esta búsqueda va a causar que en múltiples ocasiones se sientan confusos acerca de su propia identidad.

6. Intimidad frente al Aislamiento. Este estadio comprende desde los 20 años hasta los 40, aproximadamente. La forma de relacionarse con otras personas se modifica, el individuo empieza a priorizar relaciones más íntimas que ofrezcan y requieran de un compromiso recíproco, una intimidad que genere una sensación de seguridad, de compañía, de confianza. Si se evade este tipo de intimidad, uno puede estar rozando la soledad o el aislamiento, situación que puede acabar en depresión.
Las 8 etapas del desarrollo psicosocial de Erik Erikson
7. Generatividad frente al Estancamiento. Este estadio transcurre entre los 40 hasta los 60 años. Es un lapso de la vida en el que la persona dedica su tiempo a su familia. Se prioriza la búsqueda de equilibrio entre la productividad y el estancamiento; una productividad que está vinculada al futuro, al porvenir de los suyos y de las próximas generaciones, es la búsqueda de sentirse necesitado por los demás, ser y sentirse útil. El estancamiento es esa pregunta que se hace el individuo: ¿Qué es lo que hago aquí si no sirve para nada?; se siente estancado y no logra canalizar su esfuerzo para poder ofrecer algo a los suyos o al mundo.

8. Integridad del yo frente a la Desesperación. Este estadio se produce desde los 60 años hasta la muerte. Es un momento en el que el individuo deja de ser productivo, o al menos no produce tanto como era capaz anteriormente. Una etapa en la que la vida y la forma de vivir se ven alteradas totalmente, los amigos y familiares fallecen, uno tiene que afrontar los duelos que causa la vejez, tanto en el propio cuerpo como en el de los demás.
 
Pocas fórmulas de la psicología son tan eficaces como ésta de Erikson para entender cuánto hemos desarrollado en cada persona la esperanza y confianza en la primera infancia hasta los 18 meses (hope), el deseo y la autonomía (will) en la infancia hasta los 3 años, la iniciativa y el propósito (purpose) hasta los 5 años, la laboriosidad y la competencia (competency) hasta los 13 años, la identidad y la fidelidad (fidelity) en la adolescencia hasta los 21 años, las relaciones personales íntimas y el amor (love) hasta los 39 años, la generatividad  y el legado (care) hasta los 65 años o más y, finalmente, la sabiduría y la integridad del yo o plenitud (wisdom).
Las 8 etapas del desarrollo psicosocial de Erik Erikson
Las ocho preguntas clave en el desarrollo psicosocial de Erik Erkson:
  1. Can I trust others? / ¿Puedo confiar en los demás?
  2. Am I independent? / ¿Soy independiente?
  3. Can I do what I want? / ¿Puedo hacer lo que quiero?
  4. Am I capable o competent? / ¿Soy capaz o competente?
  5. Do I know who I am? / ¿Sé quién soy? 
  6. Do I have close relationships? / ¿Mantengo relaciones cercanas?
  7. Have I made a difference to others? / ¿He cambiado algo el mundo para los demás?
  8. Has my life been meaningful? / ¿Ha tenido sentido mi vida?
Otras muchas imágenes sobre este tema con citas de Erikson.
Desarrollo psicosocial de Erik Erikson
De todo esto hablaremos en el XV Encuentro Anual de GetxoBlog que celebraremos el sábado 25-11-23. Aún puedes inscribirte gratuitamente

Muerte al inteligente

En EE.UU. parece reeditarse el exabrupto de Millán-Astray frente a Unamuno: ¡Abajo la inteligencia! ¡Viva la muerte!

El condenado a muerte, Daryl R. Atkins, evitó la inyección letal hace tres años porque su sentencia quedó suspendida por el Tribunal Supremo norteamericano al establecer la prohibición de ejecutar a reclusos cuyo coeficiente intelectual (CI) corresponda a la categoría de retrasado mental. Su célebre dictamen estableció que la ejecución de “retrasados” es inconstitucional, porque atenta contra la Octava Enmienda, que prohíbe los "castigos crueles" (sic). No se pronunciaron sobre la crueldad de la ejecución de los “normales”. Al menos, se creó una jurisprudencia de salvaguarda para “los deficientes” en esta extraña democracia que mantiene la pena de muerte en algunos Estados.

En 1998 Atkins sólo obtuvo un cociente intelectual de 59, siendo el promedio de la población 100 y estando fijado en 70 el umbral del retraso mental en el Estado de Virginia. Daryl, a quien en sus 27 años de existencia ni su familia, ni la educación recibida, ni el Estado lograron desarrollar su inteligencia, ahora parece que se ha “espabilado” por el trato con sus abogados para luchar por su vida. En su última evaluación ha alcanzado –desgraciadamente- un CI de 76. Haber llegado a ser “tonto estadístico”, pero no “retrasado”, le puede llevar finalmente a ser “matado legalmente” según el inhumano sistema judicial virginiano.

El psiquiatra forense encargado del caso, Evan S. Nelson, declaró el pasado noviembre que el convicto "Atkins recibió más estímulo intelectual en la prisión que durante toda su infancia y adolescencia, incluyendo las capacidades académicas teóricamente obligatorias de lectura y escritura, así como la competencia para aprender conceptos legales abstractos en su comunicación con los profesionales del Derecho que le defendieron”.

El disparate legal es inconmensurable: Establece una retroactividad para quien era un manifiesto “deficiente mental” cuando cometió su crimen. Se le condena a morir,… o a no progresar jamás en su vida, a pesar de haberse demostrado que podía hacerlo y que nadie se preocupó de él antes de iniciar su carrera criminal. Resulta bochornoso para todo el autodenominado “Primer Mundo” que, en el supuesto país líder mundial, las insuficiencias e ineficiencias de todo el gigantesco sistema social, en su escala familiar, educativa, sanitaria y de seguridad, la paga una víctima, que a su vez causó otra muerte aún más inocente.

La increíble historia de la Isla de las Rosas

La increíble historia de la Isla de las Rosas
La increíble historia de la Isla de las Rosas es una divertida y recomendable comedia italiana rodada en 2020 que recrea un increíble hecho real: La verdadera historia del Doctor Ingeniero en Mecánica Giorgio Rosa y la pequeña nación que fundó en 1968 frente a la costa de Rimini, encarnando los sueños y aspiraciones de una generación. Fue la República de la Isla de las Rosas (véase en Wikipedia).

Asentada en una isla artificial esta micronación declaró su independencia el 24 de junio de 1968 con el nombre en esperanto de Insulo de la Rozoj. Acto seguido se creó una bandera y fueron emitidos sellos (muy buscados por los coleccionistas) moneda. Declararon el esperanto, la lengua universal, como idioma oficial de la Isla. Como himno nacional se eligió la ópera "El holandés errante" o "El buque fantasma" de Richard Wagner.

Giorgio Rosa no hablaba ni una palabra de esperanto, pero asesorado por un esperantista boloñés, el padre franciscano Albino Ciccantioptó por esa formalidad para darle cierto aire solemne a la gran ocurrencia de su vida, que reivindicó hasta su muerte en 2017, a los 92 años. Ese es el primer chiste de esta historia casi inverosímil donde la realidad superó a la ficción. Puso nervioso al gobierno italiano de entonces (1968 fue uno de los años más agitados del siglo XX en el mundo) y hasta comprometió a organismos internacionales. 
Apenas 55 días después de la declaración de independencia, el Gobierno Italiano envió fuerzas policiales para tomar el control de la isla. Meses después la destruyeron, el 11 de febrero de 1969, utilizando explosivos (la libre versión cinematográfica adopta otra forma dramatizada de destrucción más épica y con los protagonistas como defensores primero y luego como simples testigos).

El ingeniero boloñés Giorgio Rosa empezó en 1958 con la idea de montar una plataforma artificial en aguas abiertas e internacionales del agitado Mar Adriático, fuera de la jurisdicción territorial italiana (a más de las seis millas náuticas) y proclamar en ese lugar un estado independiente. Puso en marcha la insólita obra en 1965 y, tras varios intentos fallidos, concretó su sueño en mayo de 1968. Bautizó esa superficie de 400 metros cuadrados como Repubblica Esperantista dell'Isola delle Rose. Incluso era autosuficiente en agua potable, gracias a un pozo excavado a casi 300 metros de profundidad.
La increíble historia de la Isla de las Rosas
Film disponible en Netflix desde el 9-12-20La increíble historia de la Isla de las Rosas 2020). Dirección: Sydney Sibilia. Guión: Francesca Manieri, Sydney Sibilia. Fotografíía: Valerio Azzali. Música: Michele Braga. Edición: Gianni Vezzosi. Elenco: Elio GermanoMatilda De Angelis, Leonardo Lidi, Tom Wlaschiha, Fabrizio BentivoglioLuca Zingaretti, Francois Cluzet. Duración: 117 minutos. Recomendable verla y estudiar qué sucedió realmente.

El gran mérito de esta película fue haber incorporado un episodio que resulta increíble por donde se lo mire en la más feliz tradición de la comedia a la italiana. Aquí el homenaje no se nota, porque surge de los pequeños grandes detalles de una historia extraordinaria (al plantearse como algo fuera de lo común) y no en ciertos aspectos convertidos muchas veces en centrales, como la vulgaridad y la exageración, cuando en realidad deberían funcionar siempre como accesorios.

Aquí, en cambio, todo está equilibrado y el resultado es divertidísimo. La risueña y sagaz observación de costumbres, la conciencia plena del tiempo en el que transcurre la acción, la trama romántica paralela llena de peripecias, el modo en el que siempre quedan descolocadas las autoridades y la presencia central de ese personaje clásico que mezcla audacia, desparpajo y toques genuinos de humanidad. 
 
Documental sobre la historia verdadera que vale la pena ver, y escuchar el delicioso y comprensible esperanto que algunos aprendimos de jóvenes en un solo día toda su gramática (hace 50 años).

A todo eso se agrega, en la segunda parte, una formidable pintura satírica de la grotesca política italiana de aquellos años '60, digna de cualquier gran historia de comedia, en la que brillan Luca Zingaretti (el protagonista de la serie televisiva sobre el Comisario Montalbano) y el extraordinario Fabrizio Bentivoglio, interpretando a un ministro todoterreno. 

Con esa combinación bien italiana que va del desconcierto a la ternura y de la osadía y al "¿qué me importa?" en todas sus formas, Elio Germano traza un retrato inolvidable de un hombre dispuesto a llevar su idea hasta las últimas consecuencias. Un gran ingeniero a falta de un tiempo histórico acorde a su talento y su creatividad.
En resumen: Amena película y aún más apasionante la historia real.
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Conferencia de Joaquín García Roca

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Con la presencia de Ibone Bengoetxea del Ayuntamiento de Bilbao (en representación de la Asociación de Municipios Vascos, EUDEL), de Jon Etxebarria de la Diputación Foral de Bizkaia (Departamento de Acción Social), y de Ana Valenciaga del Departamento de Educación, Universidades e Investigación (Delegación Territorial de Bizkaia), presentados por Iñaki Iglesias (foto superior), se ha celebrado el encuentro anual sobre el “Programa para garantizar el derecho a la educación: erradicación de la desescolarización y del absentismo escolar en el Territorio de Bizkaia” del último curso académico.

La conferencia inaugural ha sido a cargo del profesor Joaquín García Roca (foto), presentado por Mikel Ubillos (ver extracto de vídeo arriba), acerca del trabajo en red de las diferentes instituciones para la superación de la marginación y del absentismo escolar. También se expuso al final (no pudimos quedarnos, pero es un documento público) el Informe correspondiente al curso 2008-2009, elaborado por la Comisión de Seguimiento.
Joaquín (Chimo) García Roca nos ofreció una lección derivada no sólo de su bondad e inteligencia, sino ante todo de su ejemplo. Recordó que el absentismo, o el fracaso escolar, son síntomas provocados por causas más profundas que son las que hemos de abordar en red social. Las personas que fracasan han acumulado, incluso antes de ir a la escuela, muchas sensaciones de marginación, de ser ignoradas por todos,... Nuestro objetivo debe ser superar, no únicamente compensar, las desigualdades.
Y nos habló de las redes que hemos de tender, y que se entienden de forman complementaria según las diferentes culturas. Redes de circo, que a un mismo tiempo nos protege y nos permite volar por las alturas, en esa doble demanda de seguridad y libertad que nos ha de otorgar la familia y la sociedad desde niños. Es una red que debe pasar desapercibida, pero que es indispensable para vivir como seres humanos, ligeros en movimientos y grandes en aspiraciones. Redes de pescar, que sugieren la idea de eficacia y la necesidad de que todos los hilos estén bien trenzados, que todos los nudos resistan,... Redes de telaraña, donde se denota la fortaleza de interdependencia a pesar de la debilidad de cada elemento. Redes de andamios, de puentes, de altura y de mediación. Redes sociales, donde resalta el valor de la comunicación, de superación de tiempos y de distancias,... Todo ello anuncia un futuro en red, donde sólo juntos podemos avanzar.
Joaquín García Roca nos habló de superar la sensación de impotencia que,a veces, puede sentirse ante problemas difíciles de erradicar. Compartió con nosotros algunas convicciones, ordenándolas como brújulas y cartas de navegación para viajar por el proceloso océano de la educación. Aseguró el absoluto fracaso de todo lo único, incluso la racionalidad única ha dado paso a una ecología de racionalidades. Ya no hay ni un tiempo único, y esto es evidente con el alumnado, cuyo tiempo propio avanza a ritmos muy personalizados.
Tres claves, tres dimensiones de todo educador o educadora, inclusode toda persona diríamos :
Se puede vencer el destino de la exclusión, al que parecen abocados algunos menores. Para ello, deben encontrarse con personas a quienes les importe y que le transmitan ese mensaje: "Tú me importas, tú vales, me alegro de verte en clase, te estábamos esperando, cómo estás, te hemos echado de menos,"... Así se construye la identidad del alumnado, cuando siente que el profesorado le mira, le pregunta, se preocupa por su presente y su futuro,... Un educador, en definitivo, no es sino un productor de identidad... propia, feliz,...
No hay nadie sin alguna capacidad sobresaliente. Sobre el falso supuesto de la carencia, nada puede construirse. Joaquín (Chimo) trabajaba y educaba en matemáticas desde el canto gitano, desde el reconocimiento al otro, al discente, de su superioridad en algunos ámbitos. Siempre hay algo que aprender, en ambas sentidos de toda relación. Un educador, en definitiva, es un descubridor de capacidades en su alumnado. Nos emocionó su historia de cuando le llevaron a identificar a un hombre joven, moribundo, que agonizaba sin comunicarse con nadie. Joaquín (Chimo) llegó, le llamó por su nombre y le abrazó. El poder del nombre propio le hizo despertar, porque el resto de conversaciones sobre lo poco que le quedaba de vida no le interesaba. Por señas, el enfermo pidió escribir y expresó su postrer deseo: Ver a "Alex". Cuando Joaquín (Chimo) descubrió preguntando a sus allegados quién podía ser Alex, supo que era un niño, el hijo pequeño del desahuciado. Cuando se lo llevaron, se levantó y quiso jugar con su hijo. Y sobrevivió dos años más. Cuando creemos que nada queda, sigue habiendo mucha vida por descubrir... si se sabe conectar.
Todo en la vida... es comunicación, y hay que escuchar lo que no es obvio. Cuando se falta a clase, cuando se arma un altercado,... se está "diciendo algo", se está usando un "altavoz" para contar lo que sucede por dentro. Y lo importante es el mensaje, no siempre explícito, y no el volumen o el ruido con el que se grita. Un educador es un descifrador, un decodificador... de gestos, de actitudes.
Con un relato de Gabriel García Márquez, que cuenta en el siguiente vídeo donde nos sugiere trucos para proseguir siempre en nuestra labor social y educativa, combinando la utopía y el desencanto, la inmediatez y el largo plazo. Y nos explica cómo no naufragar nunca...

Ha seguido una exhortación al trabajo conjunto: "Nos tenemos que mover todos juntos". El abordaje interinstitucional, contando hasta donde sea posible con la familias, el vecindario, sabiendo que existen tramas y marañas sociales con las que han que contar. Hemos de poner a toda la comunidad en estado de emergencia, porque si no asistiremos a un desbordamiento y el colapso de los subsistemas educativos, asistenciales,... El obsoleto paradigma de la Ilustración de educar aislando de las familias, de la calle,... se derrumbó hace tiempo. Hoy educa lo formal y lo no formal, la calle, la televisión e Internet, las amistades, el vecindario,... son agentes conjuntos que están fuertemente imbricados.
Otra brújula para navegar en la metáfora señala: "Educar es ofrecer sentido a nuestras vivas". Ya no basta saber, hemos de aprender colectivamente a convivir, ayudarnos a proporcionarnos una existencia buena y feliz entre todos. La gran patología histórica de la vieja enseñanza fue la relación de dominio de lo docente sobre lo discente. Hoy sabemos que no hay nadie tan rico ni tan sabio que no pueda recibir o aprender algo más, y sobre todo que no hay nadie tan pobre o tan necio que no pueda regalar o enseñar algo.
Ha concluido, antes del debate, con un relato final sobre "El primer hombre", obra inconclusa y póstuma de Albert Camus. Su narración nos ha hecho un nudo en la garganta a todo el auditorio. El Premio Nobel de Literatura cuenta cómo fue alentado por su primer maestro Louis Germain en la escuela primaria, a quien guardó total gratitud, hasta el punto de dedicarle su discurso del Premio Nobel. Así Camus rompió el destino de exclusión al que estaba condenado. Cuando Camus era niño en Argel, por un momento, y... en la escuela, "sintió que existía y era objeto de la máxima consideración". De aquel maestro reconoce que "recibí el único gesto paternal meditado y racional que viví de niño" (su padre había muerto en la guerra). Sigue Camus: "Y en clase, al menos, la escuela alimentaba el hambre de dignidad". Al despedirse de aquel maestro, camino del Liceo en París, Camus supo que "nunca encontraría mejor ni más sabio profesor que aquel cuyo corazón lo sabía todo"... El cuidado y la afectividad son atributos esenciales de la intervención educativa o social. Con el alumnado más desprotegido no cabe aquello de que en un cumpleaños el educador no estaba... porque era su día libre. En la educación, o en la familia, se está de guardia las 24 horas de los 365 días del año...
También cada minuto del coloquio tuvo una intensidad y validez educativa difícil de igualar. Ante la primera cuestión sobre casos donde se aprecia "dejación familiar", Joaquín (Chimo) supo ser comprensivo. Indicó que también las familias están sobrecargadas en ocasiones, porque se remite a ellas desde hospitales, casos de dependencia,... y ello conlleva situaciones de stress familiar. Todo lo que sirva de apoyatura mutua es válido, como escuelas de madres y padres a fin de extender el desarrollo comunitaria a la socialización de las familias. Nos recordó como el propio concepto y rol actual de la infancia y la juventud son frutos del mercado que les ha atribuido papeles que no existían previamente, como personas "ocupadas" en sus quehaceres, "reyes de la casa", consumidores compulsivos, seres sobreprotegidos que recitan papeles de lo que creen es su función en la casa, en la calle, en la escuela,...
La segunda pregunta sobre la responsabilidad de las familias ante el absentismo en Primaria, con su debate sobre obligaciones y renta básica fue interesante en su respuesta. Nos recordó el ponente el derecho a una inserción real, lo que -además de poder subsistir- incluye la oportunidad de participar en la comunidad. Citó la queja de los suburbios de París en las revueltas pasadas, donde la segunda generación se lamentaba así: "A nuestros padres les humillasteis, y a nosotros nos cerráis la puerta".
Concluyó y cerró la tercer pregunta con un alegato que nos humedeció los ojos. Nos encomendó no hablar si no es para crear esperanza. Nos devolvió a nuestra tarea educadora animándonos a ser mariposas y ruiseñores, amadores, ilusos, soñadores,... Y citó a Gioconda Belli en el inicio y el final de su poesía Los portadores de sueños sobre los utópicos que alegran el mundo: "En todas las profecías está escrita la destrucción del mundo. Todas las profecías cuentan que el hombre creará su propia destrucción..... Nosotros sólo sabemos que los hemos visto, sabemos que la vida los engendró para protegerse de la muerte que anuncian las profecías”.
Crónicas de anteriores encuentros sobre absentismo escolar en años precedentes: 2009, 2008,... Fotos del evento (que se pueden ver en el centro del post) y tres vídeos breves (, y ).

Homenaje al innovador novelista Paul Auster

El aclamado novelista estadounidense Paul Auster, autor de una prolífica obra en la que destacan la Trilogía de Nueva York, Brooklyn Follies y La invención de la soledad, murió a los 77 años ayer 30 de abril de 2024. Auster falleció en su casa en Brooklyn (Nueva York) a causa de un cáncer de pulmón. Nacido en Newark (Nueva Jersey) en 1947, Auster hizo de Brooklyn su hogar y el escenario de muchas de sus novelas durante las décadas de 1980 y 1990. 

Su estilo literario se caracterizó por construir laberintos literarios en los que mezclaba ficción, realidad y autobiografía, atrapando a millones de lectores en todo el mundo. Además de novelas, su prolífica obra incluye poesía, relatos, ensayos y guiones de teatro y cine.

La Trilogía de Nueva York es una de sus obras más conocidas. Compuesta por las novelas Ciudad de cristal, Fantasmas y La habitación cerrada, esta serie cautivó a los lectores con su estilo innovador y su exploración de temas como la identidad y la realidad. Auster también publicó en 2023 su última novela, Baumgartner, que narra la historia de un excéntrico profesor de Filosofía sumido en el dolor tras la pérdida de su gran amor. La vida de Auster se vio afectada por la tragedia cuando su hijo Daniel Auster, de 44 años, falleció por una sobredosis. En 2006, el escritor recibió el premio Príncipe de Asturias de las Letras. Paul Auster visitó Bilbao el 6-9-2017

Paul Auster será recordado como un escritor visionario y multifacético cuya obra trascendió géneros y fronteras. Aquí hay algunas formas en las que su legado perdurará:
  • Explorador de la identidad y la realidad: Auster se destacó por su habilidad para explorar la complejidad de la identidad humana y la naturaleza de la realidad. Sus personajes a menudo luchaban con preguntas existenciales y se enfrentaban a situaciones inesperadas. Su enfoque literario único dejó una marca indeleble en la literatura contemporánea.
  • La Trilogía de Nueva York: Esta serie de novelas se ha convertido en un clásico moderno. A través de sus personajes, Auster examinó temas como la soledad, la búsqueda de significado y la interconexión de las vidas humanas. Estas obras seguirán siendo leídas y estudiadas por generaciones venideras.
  • Innovador literario: Auster desafió las convenciones narrativas y experimentó con estructuras literarias. Sus juegos con la ficción y la realidad, así como su uso del azar y las coincidencias, influyeron en otros escritores y enriquecieron el panorama literario.
  • Amante de Nueva York: Auster hizo de Brooklyn su hogar y utilizó la ciudad de Nueva York como telón de fondo en muchas de sus obras. Su amor por la ciudad y su habilidad para capturar su esencia se reflejan en sus páginas. Los lectores seguirán recurriendo a sus libros para experimentar la vibrante vida urbana de Nueva York.
  • Humanista y observador agudo: Auster tenía una profunda empatía por sus personajes y una habilidad para observar los detalles cotidianos. Sus novelas a menudo exploraban la condición humana y las relaciones interpersonales de manera conmovedora y reflexiva.
En resumen, Paul Auster será recordado como un escritor que desafió los límites de la literatura y nos invitó a reflexionar sobre nuestra propia existencia. Fue un maestro en explorar el azar y lo imprevisto en sus obras. Sus laberintos literarios nos llevaron a través de mundos fascinantes y nos hicieron reflexionar sobre la vida, la memoria y la muerte. Su legado perdurará en la literatura contemporánea, y su influencia seguirá inspirando a generaciones futuras. 

  Más posts nuestros sobre Paul Auster.

Hoy se cumplen 100 años de la palabra ROBOT

25 enero 2021: Hoy se cumplen 100 años de la palabra ROBOT
A partir de este año 2021, el 25 de enero será el Día Mundial del Robot #WorldRobotDay

Hoy, 25 de enero de 2021, ha sido una fecha esperada. Se cumple un siglo desde que el dramaturgo checo Karel Capek acuñara la palabra 'robot' . Cada aniversario del fallecimiento de Karel Capek (el 25-12-38), se acumulan juguetes-robots en su tumba, en Praga.  

El concepto  'robot' apareció su inmortal obra teatral R.U.R., Rossum's Universal Robots escrita en 1920, que se estrenó en esa fecha. En tan solo dos años, la representación fue traducida a 30 idiomas y se representó con éxito en Londres y en numerosas ciudades de los Estados Unidos. En Nueva York, por ejemplo, se realizaron 184 actuaciones en una producción en la que debutaron en Broadway interpretando a robots mudos los actores Spencer Tracy (luego con más de 50 películas en su haber, 2 Oscars y 9 nominaciones) y Pat O’Brien (que haría más de 100 películas en su carrera).

El término 'robottiene su raíz en la Iglesia Tradicional Eslava, siendo su referencia la palabra rabota, que significa servidumbre de trabajo forzado, esclavo, siervo,... Es decir, el término robot tiene ecos en el sistema feudal de explotación de la tierra y, al parecer, fue una sugerencia de su hermano el pintor Josef Ĉapek, que propuso roboti

Con ello, Ĉapek quería referirse a unos trabajadores, producidos por la referida R.U.R., que son capaces de hacer todo lo que puede hacer un ser humano, pero que éste no quiere hacer. Para ello, se les dota de todos los materiales y avances fisiológicos, químicos o biológicos. De todo, menos de alma, de voluntad. La palabra fue traducida como robot al inglés. Es interesante este origen. 

Claro que antes se llegaron a construir entidades mecánicas, articuladas y con más o menos aspecto antropomórfico como los autómatas de ajedrez (ved el post El Turco); pero eran concebidas como juguetes para élites exclusivas, o como entretenimiento de ingeniosos técnicos y científicos. En cualquier caso, lo que destacaba de ellas es su parecido con el ser humano. La divina ambición humana de crear un hombre, de adquirir las competencias de un dios. Ĉapek, además de darles nombre, los pasó del juego, la feria o el entretenimiento, al campo del trabajo. 

25 enero 2021: Hoy se cumplen 100 años de la palabra ROBOT
Eran esclavos de los hombres y, con ello, deja caer la crítica al momento histórico en el que vive: los robots somos nosotros, es como nos están produciendo industrialmente a nosotros, para que, a su vez, trabajemos industrialmente. Eran los tiempos en que el concepto sociedad de masas se concreta, en el que la producción industrial de bienes duraderos estandarizados –sin alma, desde la perspectiva artesanal- toma las riendas de la economía, y, sobre todo, de ideologías (futuristas, en cuanto línea artístico-estética) totalitarias como el comunismo y el nacionalsocialismo. 

De hecho, se ha interpretado la obra de Ĉapek como una sutil e irónica crítica a estos regímenes políticos. A partir de aquí, el imaginario de los robots se nos ha mostrado atravesado de ambivalencias, que nos llegan a lo más profundo, como sociedad y como seres humanos. Algunos esquemas se repiten. Es el caso de la reflexión especular entre ser humano y robot. Los segundos como reflejo desalmado de los primeros. Pero, a la vez, la creación de seres desalmados solo puede ser obra de seres desalmados. Los robots nos devuelven nuestra imagen. 

Como en toda dialéctica, se desemboca en la síntesis, en una convergencia entre tesis y antítesis, entre humanos con alma y robots desalmados. Esto llega a la actualidad. Así, se puede interpretar la reflexión del filósofo John Danaher, al analizar la relación que se establece con los robots sexuales. Se establece una dialéctica entre deshumanización, inicial de los robots, que lleva a la deshumanización de los propios hombres –aunque parezca paradójico- que tiende a resolverse con la humanización de los robots, proyectando sobre ellos unos sentimientos de los que carecían de fábrica. 

Tal esquema es el que puede atribuirse a la mítica película Blade Runner de Ridley Scott, aunque no exactamente con robots, sino con androides: los replicantes –esclavos fabricados por Tyrell Corporation- son fabricados para ser más humanos que los humanos; pero sin sentimientos y para llevar a cabo las funciones y misiones más peligrosas. Son declarados ilegales, tras un motín, lo que ya indicaba un límite a su subordinación y, sobre todo, que no estaban carentes de sentimientos y dignidad. 

Incluso, más sentimientos y dignidad que la de sus creadores y, posteriormente, perseguidores. Ahí está también el otro esquema frecuentemente utilizado, el de la rebelión de los robots. Al fin y al cabo, se hace eco de su origen, de la rebelión de los esclavos, de los siervos. Esquema que está en la popularizada propuesta de Asimov y sus leyes, que eran una especie de venda antes de la herida, ante el potencial peligro de rebelión de los robots: ningún robot causará daño a un ser humano o permitirá, con su inacción, que un ser humano sufra daño; todo robot obedecerá las órdenes que le den los seres humanos, a menos que esas órdenes entren en conflicto con la primera ley, y todo robot debe proteger su propia existencia, siempre que esa protección no entre en conflicto con la primera o la segunda ley.

Leyes lógicas de protección, salvo por un pequeño problema: los seres humanos son contradictorios y hacen robots para ir a la guerra y acabar con la vida de otros seres humanos, bajo el argumento de que estos últimos seres humanos amenazan de muerte a los primeros. Las reglas de los robots saltan por los aires.
25 enero 2021: Hoy se cumplen 100 años de la palabra ROBOT
Hoy, 25 de enero, también se cumple el aniversario de la primera muerte causada por un robot en 1979. Robert Williams, de Michigan, fue el primer humano asesinado por un robot. Tenía 25 años. El accidente en la Ford Motor Company dio lugar a una demanda de 10 millones de dólares. El jurado deliberó durante dos horas y media antes de anunciar la decisión contra Unit Handling Systems, una división de Litton Industries. Ordenó al fabricante del robot de una tonelada que mató a Williams que pagara a su familia 10 millones de dólares. Williams estaba sacando una pieza de un almacén cuando el brazo del robot le golpeó en la cabeza, matándolo al instante. En la demanda, la familia alegó que el robot no tenía ningún mecanismo de seguridad, ni siquiera un ruido de advertencia para avisar a los trabajadores de que estaba cerca.

En nuestros días de Cuarta Revolución Industrial, los robots han dejado de ser un juguete y han saltado de la ficción a la realidad. Están aquí, aun cuando equipados con las mismas amenazas que describieron escritores y cineastas. La inteligencia artificial es ya más eficaz y, en cierta forma, más inteligente para muchas tareas que muchos seres humanos. Si lo que se quiere es una respuesta inteligente, pregunta a Siri, en lugar de a tu cuñado. 

Ahora bien, si lo que se busca es una respuesta emocional, la cosa está más igualada. Cien años después de su nacimiento en los diccionarios, los robots amenazan con quitar el trabajo a millones de personas. Cuando, desde el Foro Económico Mundial, su fundador Klaus Schwab apunta los empleos del futuro, serán aquellos que, de momento, todavía serán inaccesibles a la capacidad laboral de los robots. Una sociedad en la que la mayor parte de la producción está en manos de los robots es una sociedad muy distinta a la actual. 
25 enero 2021: Hoy se cumplen 100 años de la palabra ROBOT
La cuestión está ahí y pone patas arriba cuestiones como la fiscalidad, la relación entre renta (para vivir) y trabajo, las relaciones personales y un largo etcétera de prácticas, reglas, instituciones y perspectivas de análisis que, hoy, nos parecen casi naturales. Se empiezan a discutir, por ejemplo, los derechos de los propios robots, empezando por los derechos laborales. 

 Como en otros muchos aspectos relacionados con la transformación digital, la pandemia ha acelerado la demanda de robots, de máquinas inatacables por un ente biológico –como un virus- que hubieran sido capaces, de haberse acelerado su producción, de cosas como traernos la comida a casa, llevar a cabo las denominadas tareas esenciales, realizar tareas sanitarias, dar aire para la respiración de los más necesitados o incluso investigar las evoluciones del virus y su propagación o, tal vez algo más accesible y sin connotaciones de ciencia ficción, como mantenernos constantemente informados del estado de nuestros próximos internados en las urgencias de un hospital o una residencia de ancianos. Como en el caso del cuñado, nos darían información; pero no comunicación,... O sí, como los hace el avatar de Empathic Project (véase el post de hace unos días). 

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