- Nunca sabes de qué suerte peor te ha salvado tu mala suerte.
- Si no cumples una promesa pequeña tampoco cumplirás una grande.
- Olvidas lo que quieres recordar y recuerdas lo que quieres olvidar.
- El dinero temeroso no puede ganar y un hombre preocupado no puede amar.
- En mi experiencia, las dificultades de la vida no hacen más caritativas a las personas.
- Siempre se paga demasiado. Sobre todo por las promesas. No existe promesa que sea una ganga.
- Gobernar a los buenos cuesta muy poco. Poquísimo. Y a los malos no hay modo de gobernarlos. Al menos que yo sepa.
- Él le cogió la mano y cruzaron la calle hasta el hotel. Intentó leerle el corazón en el apretón de su mano, pero no adivinó nada.
- Me preguntaba de qué soy profesor. Bien, yo profeso la oscuridad. Esa noche disfrazada de día. Y ahora, le deseo lo mejor pero debo irme.
- No estoy interesado en escribir historias cortas. Cualquier cosa que no gaste años de tu vida y te conduzca hacia el suicidio, difícilmente merecerá ser hecha.
- Todo va a ir bien, ¿verdad, papá? Sí. Todo irá bien. Y no nos va a pasar nada malo. Desde luego que no. Porque nosotros llevamos el fuego. Así es. Porque llevamos el fuego.
- Cuando sueñes con un mundo que nunca existió o con un mundo que no existirá y estés contento otra vez, entonces te habrás rendido. ¿Lo entiendes? Y no puedes rendirte. Yo no lo permitiré.
- ¿Has pensado alguna vez en la muerte? Sí. A veces. ¿Y tú? Sí. A veces. ¿Crees que existe un cielo? Sí. ¿Tú no? No lo sé. Quizá sí. ¿Crees que puedes creer en el cielo si no crees en el infierno? Creo que puedes creer lo que quieras.
- Cuando ella se volvió y le miró, él comprendió que le había visto desde la ventanilla del vagón. Mientras caminaba hacia él, su belleza se le antojó algo totalmente improbable. Una presencia inimaginable en este lugar o en cualquier otro. Se le acercó sonriendo tristemente, le rozó con los dedos la cicatriz de la mejilla, se estiró y la besó y él le dio un beso y le cogió la maleta. Estás tan delgado, dijo ella. Él miró aquellos ojos azules como un hombre que busca la visión del futuro aún no creado del universo. Apenas tenía aliento para hablar y le dijo que era muy hermosa y ella sonrió y en sus ojos había la tristeza que él vio por primera vez la noche que fue a su habitación y supo que, aunque estaba contenido en aquella tristeza, no constituía su totalidad.
Homenaje a Cormac McCarthy
Entrevista al Presidente de AUVE en ElDiario.es
Pet Rock, la mascota perfecta
25 años sin Carl Sagan
#UnDiaComoHoy hace 25 años nos dejaba el gran maestro Carl Sagan. Me quedo con esta frase: "Vivimos en una sociedad absolutamente dependiente de la ciencia y la tecnología, pero que se ha organizado de forma tal que nadie las entiende. Esa es una clara receta para el desastre". pic.twitter.com/dcb553Ej6R
— Guido de Caso 🚀 (@guidodecaso) December 20, 2021
Carl Sagan: la definición más hermosa y mágica que escucharás en tu vida sobre los libros
— AstroAventura (@AstroAventura) December 20, 2021
Carl Sagan: 6 de sus mejores libros de ciencia y el universo para descargar libremente https://t.co/vwC5jQR3Re pic.twitter.com/miYF47l7ji
— Ciencia y Espacio (@CienciayEspacio) December 14, 2021
Ciclista absorta
Ensimismada, mirando fijamente su móvil. Así bajaba la cuesta, sin pedalear porque la rampa descendía. Nada del exterior ocupaba su atención. Ni la esplendorosa la luz de Valencia. Ni el inmenso escenario de la Ciudad de las Artes y las Ciencias. Había automatizado el viaje. Solamente podía leer y releer aquel mensaje. Lo demás había perdido cualquier interés.
La melena al viento. La brisa en el rostro. La bicicleta que silenciosa avanzaba. La mirada en aquellas letras. La respiración contenida. Los ojos sin parpadear. Aquel teléfono aferrado por su mano derecha. ¡Ah, y aquellas pocas letras, en una frase inmensa,... de dos palabras! Todo sonaba distinto, el cielo se había abierto, el sabor del aire marino lo cantaba,... Aquel texto del WhatsApp transformaba el universo, en ocho letras que susurraban,... "He vuelto".
Autoría: Mikel Agirregabiria.
Es un post publicado inicialmente el 20-10-20 en el blog conjunto, Despertar a la escritura. Tuvo continuaciones de Alberto Ereña, Argiñe Areitio y Purificación Mínguez. Prosiguió con una quinta parte del relato, también con nuestra autoría,...
Todo se precipitó en el universo que Noelia creía calmo. En unos segundos sucedió todo el proceso. Tras el mensaje de Stuart que aceleró sus emociones, la caída desde su bicicleta fue reveladora. No era en el camino de Damasco, ni era el caballo de San Pablo. Pero en su caída sí se produjo una conversión plena en todas sus dimensiones.
- ¿Qué persigues en la vida?, fue la cuestión que se preguntó a sí misma en el instante que precedió a una intensa sensación de calidez que procedía del joven que la estaba auxiliando. Su voz jovial, sus manos atentas, su cordial preocupación la envolvieron ofreciendo nuevas respuestas a sus interrogantes vitales.
Fue una explosión de la estrella solar que la había guiado, apagado y reencendido, de aquella única referencia que dejó Stuart y que ahora se duplicaba con un estallido en otro lucero brillante. Apenas balbuceó una repregunta como respuesta al "¿Estás bien?, ¿Te has hecho daño?.
- ¿Quién eres?, fue todo lo que musitaron sus labios. Sus miradas directas, sin embargo, prometían que aquello sería más que un encuentro fortuito.
Pasados unos años, Noelia comprendería que el dilema que le acompañó siempre nació de aquel solapamiento de sentimientos. Una deliciosa y, al tiempo, cruel mezcolanza entre un eclipse y un descubrimiento.
Autoría: Mikel Agirregabiria.
Link al blog colectivo: Despertar a la escritura.
GetxoWeb en Yorokobu: la familia vasca que se adelantó a Google Street View
URL con miles de imágenes: www.getxoweb.com
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O frenamos la contaminación o acabaremos con el turismo, la construcción,... la economía
Hoy me han diagnosticado EPOC. No he fumado en mi vida. El médico me recomienda como pauta que reduzca la exposición a la contaminación. Vivo en Plaza Elíptica, el punto negro de la contaminación en Madrid. Mensaje para aquellos que se piensan que la contaminación es un chiste.
— Alberto Comeche (@comechenator) August 12, 2021
Abuelas y abuelos para grandes literatos
Eudaimonía o eudemonismo, la mejor felicidad
¿Por qué no? ¿Por qué no tú mismo? ¿Por qué no ahora mismo?
Haibun de una semana intensa, con su haiku final
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