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Educación fractal, capaz de regenerarse

Escribiendo sobre "Política lírica" que desborde a la épica bélica, recuperé el binomio "educación fractal" del que escribí hace tiempo, pero que no había recogido en este blog. Siempre he creído en una Educación que transmita valores éticos, comunes y compartidos. Porque toda actuación humana se fundamenta en el código de valores de quien la ejecuta. En la esencia moral de toda persona se gestan su comportamiento, su felicidad, su destino. Si se acepta la proposición anterior, ¿cómo podría nadie propugnar su exclusión de entre las materias obligatorias de la educación? En definitiva, educar es entusiasmar con valores indelebles.
Fractal , concepto tomado de las matemáticas, es un espacio de dimensión fraccionaria, que lleva en su interior el germen de su propia construcción o identidad. Por ello, una educación ética aspira a instalar en lo más íntimo del discente un código “genético” de valores (en todas sus “células”), y no sólo a dotarle de recursos cognitivos, afectivos y actitudinales, para poder asegurar que su autonomía será plena. Sin ese esencial código de claves éticas, todo lo demás sería insuficiente y baldío.
Esta propuesta educativa abre un camino a la esperanza, no ausente de nuestro entorno. A nuestro alrededor siguen muy presentes la bondad, la belleza, la bonhomía, la generosidad, el compromiso, la lealtad, la renuncia, la ternura, la amabilidad, la honradez, la inteligencia, la humanidad,...
El vitalismo – siempre ardorosamente optimista – nos indica el mejor de los caminos para guiar la elección de valores por la juventud: ¡Basta con que pruebe los valores genuinos! Si alguien ha paladeado un amor incondicional (como el que los buenos progenitores brindan a sus descendientes, o el amor auténtico de una pareja), si alguien ha saboreado la realización de un trabajo bien hecho (que queda como un legado), si alguien ha disfrutado realmente un patrimonio cultural,... nunca seguirá otras tortuosas veredas de los placeres más efímeros, que implican el daño ajeno o la falta de solidaridad.
¡Demos la oportunidad de elegir, con libre albedrío, entre amar u odiar! ¿Quién, en su sano juicio, puede preferir la maldad a la bondad? ¿Quién elegiría destruir y no construir?, ¿Quién mataría, si pudiese -por el contrario- engendrar vida, o mejorar la de aquellos que son sus semejantes? Padres, madres, educadoras y educadores: No permitamos que nadie eclipse los valores auténticos. Ejemplifiquémoslos con nuestra vida y cuando logremos la verdadera felicidad, otros no dudarán en seguirnos. Ambiquity ~~~Draft! Please Comment from Michel Gingras on Vimeo.

Lemas de la Residencia Aspaldiko de Portugalete

Última Mesa de Iurreta completa, con Sabin Ipiña en silla de ruedas en la Residencia Aspaldiko de Portugalete.
En una visita a Sabin Ipiña que tanto hizo por las Personas Mayores (véase en este post) mientras estuvo en la Fundación o Residencia Aspaldiko, nos llamó la atención este letrero que fotografiamos (primera imagen). Hemos tratado la fotografía para pasarla a texto con este Programa de Reconocimiento Óptico de Caracteres (OCR) con un resultado que apenas a requerido revisión. 

Ahora que tanto se habla de residencias de mayores, centros gerontológicos o geriátricos,... recogemos la transcripción completa de UNA CARTA esta Residencia Aspaldiko promovida por Caritas Diocesana de Bilbao, Bilbao Bizkaia Kutxa y la Diputación Foral de Bizkaia. 

Carta abierta
A quien está pensando en venir
Querida amiga, querido amigo, quienquiera que seas:
Cuando te acerques a Aspaldiko, primero de todo, debes saber que llegas a tu casa, que “Aspaldiko es tu casa”. Por eso “te sentirás como en casa”, “otra vez en casa”. Que esta es “la mejor opción después de tu casa”, que cuando te sientas limitada y necesites de nosotros, “hacemos posible tu otro hogar”, “tu nuevo hogar”, y que, más que tu residencia, “somos una nueva familia para ti”. Que te acogemos en “una gran familia de la que puedes formar parte”.
Enseguida, apenas cruces el umbral, verás que nos tienes cerca, muy cerca, “siempre contigo, siempre a tu lado”, que “te acogemos, te cuidamos pero sobre todo te damos nuestra compañía”.
Pensamos de veras -debes saberlo- que “nuestro estilo nos caracteriza”, y que intentamos tener “un estilo único”. Y debes saber también, que queremos que nos distinga nuestro “compromiso con el buen hacer” y nuestra “pasión en lo que hacemos”.
Nos importa mucho que sepas que “nos gusta cuidarte”, y que “para nosotros lo primero eres tú”, y desde luego, que “cuidar de ti es lo más importante”, porque “lo que nos importa eres tú”. Y eso, hasta el punto de que “tú nos haces crecer” y que estamos convencidas de que “contar contigo nos hace mejores”. Queremos que lo sepas, conscientes de que, viniendo a esta casa, nos vas a dar también lo mejor de ti, pues “compartes tu vida con nosotros”.

Debes saber que entendemos “la vejez como valor”, que estamos convencidos de que “envejecer es más vida” y en ese sentido esta casa, Aspaldiko, quiere ser tu “maravilloso lugar para envejecer”. Por eso pretendemos que percibas de nosotros “el valor de un buen cuidado”, “el valor del buen cuidado”, “el valor de ser bien cuidado”, el “valor de los buenos cuidados”.
Queremos que ese sea el valor principal de Aspaldiko: “la calidad humana y la calidad asistencial”. Y que estamos “comprometidos con la calidad de vida de las personas”, hasta el punto -créenos- de que, por encima delas certificaciones de calidad, “nuestra mayor certificación  eres tú”.
En realidad y en el fondo, no aspiramos a otra cosa que a verte feliz.  Nos tienes “mano a mano por tu satisfacción” y debes saber que “tu sonrisa es la mejor recompensa”, que “tu sonrisa es nuestra satisfacción”, y que “vuestra sonrisa es nuestra alegría”, hasta el punto mismo de considerar que “tu sonrisa es nuestro compromiso”. En el extremo, te diríamos que queremos hacer de “cada arruga una sonrisa”.
Sabemos que es posible, porque “en Aspaldiko cuidamos con cariño” y que “ayuda, empatía, cariño, comprensión son nuestras claves” a partir de las que trabajamos en Aspaldiko.
Nos gustaría que nos entendieras cuando te pedimos “déjate querer en Aspaldiko”, “déjate mimar en Aspaldiko”. Debes saber que para nosotros ese cariño y ese cuidado te lo debemos, te lo has ganado con toda tu vida a cuestas, por eso te decimos: “déjate cuidar, porque te mereces lo mejor”. Cualquiera de buen corazón y buen profesional lo haría; lo entenderás, porque “si estuvieras en nuestro lugar, ¿no harías tú también lo mejor?” por quienes  -como tú- ya han dado tanto.
Aunque no nos basta con darte cariño y pretender ser un “templo de la ternura”. Ciertamente y sobre todo, somos “personas que cuidan a personas”. Modestamente te ofrecemos nuestro esfuerzo, “una atención integral”, porque somos “profesionales a tu servicio” que “ponemos nuestra experiencia a tu disposición”. Cuentas con “la calidez humana y la profesionalidad de sus trabajadores” y con los “servicios especializados para personas con dependencia”. “Profesionalidad y cariño de la mano no pueden fallar”.

Y, si aun así, en algo te fallamos, que sepas no obstante que “cada día lo queremos hacer mejor que el anterior”, que “tenemos ansias de mejora”, “que queremos ofrecerte los cuidados que necesites”.
Además tú mismo nos vas a ayudar a ofrecerte los mejores cuidados —“atención personalizada”- , y por eso te animaremos ¿qué tal si planificamos juntos tus cuidados? En esa labor compartida de cuidarte, nos encontrarás caminando a tu lado”. Porque nosotras “contamos contigo para cuidarte mejor”.
Por todo ello, cuando estés ya en Aspaldiko, aquellos que te quieren, tu familia, pueden estar tranquilos. Con “la tranquilidad de estar en buenas manos”, con “la tranquilidad de estar en manos profesionales y con gran calor humano”, “con un equipo dinámico y profesional a tu servicio”, saben que “te cuidamos con cariño”, que estamos “comprometidos contigo”. Y que también ellos -tu familia- nos importa: “las familias os sentiréis bien acogidas”, y debes saber que consideramos que “tu familia también es la nuestra”. En realidad creemos ser como una gran familia donde cuidamos unos de otros formando un triángulo: residentes-familias-trabajadores”.
No solo “tu bienestar es lo principal” -que lo es-; queremos que sepas que como institución sin ánimo de lucro-, no buscamos el beneficio económico sino que “nuestro beneficio es tu bienestar”.
Por eso, haciendo santo y seña del saludo vasco que nos da nombre —Aspaldiko!- te decimos ven: “te estamos esperando, déjanos cuidar de ti”. Ahora nos toca a nosotros cuidarte, conscientes de que “cuidamos de los que antes han cuidado de nosotros”.
“No olvides que, para nosotros, la llama de nuestro logotipo “simboliza la calidez y la antorcha del relevo de tu cuidado”. Con sumo gusto “tomamos el relevo de tu cuidado”.
Sin más. Gracias por escogernos. Gracias por haber venido.
Esta carta contiene, transcritos en letra cursiva y negrita, setenta de los trescientos eslóganes e ideas fuerza elaboradas por más de cincuenta trabajadoras de Aspaldiko que participaron en un concurso de mensajes sobre el proyecto. Así ven y quieren a Aspaldiko. Y así quieren que lo veas.
  Última Mesa de Iurreta completa, con Sabin Ipiña en silla de ruedas en la Residencia Aspaldiko de Portugalete.
Facebook del Servicio Social de la Residencia Aspaldiko.

Androcles, el cuento de la gratitud

Androcles, un pobre esclavo de la antigua Roma, en un descuido de su amo, escapó al bosque. Buscando refugio seguro, encontró una cueva y al entrar, a la débil luz que llegaba del exterior, el joven descubrió un soberbio león. Se lamía la pata derecha y rugía de vez en cuando. Androcles, sin sentir temor, se dijo: -“Este pobre animal debe estar herido. Parece como si el destino me hubiera guiado hasta aquí para que pueda ayudarle. Vamos, amigo, no temas, te ayudaré”. Así, hablándole con suavidad, Androcles venció el recelo de la fiera y tanteó su herida hasta encontrar una flecha clavada profundamente. Se la extrajo y luego le lavó la herida con agua fresca.
Androcles y el león agradecido
Durante varios días, el león y el hombre compartieron la cueva hasta que Androcles, creyendo que ya no le buscarían se decidió a salir. Varios centuriones romanos armados con sus lanzas cayeron sobre él y le llevaron prisionero al circo. Pasados unos días, fue sacado de su pestilente mazmorra. El recinto estaba lleno a rebosar de gentes ansiosas de contemplar la lucha. Androcles se aprestó a luchar con el león que se dirigía hacia él. De pronto, con un espantoso rugido, la fiera se detuvo en seco y comenzó a restregar cariñosamente su cabezota contra el cuerpo del esclavo. –“¡Sublime! ¡Es sublime! ¡César, perdona al esclavo, pues ha sometido a la fiera!” -gritaban los espectadores. El emperador ordenó que el esclavo fuera puesto en libertad. Sin embargo, lo que todos ignoraron era que Androcles no poseía ningún poder especial y que lo que había ocurrido no era sino la demostración de la gratitud del animal.
TÉCNICA PARA LEER CUENTOS: Por supuesto que no vale repetir el texto palabra a palabra. Nuestros nietos pertenecen a una generación audiovisual y adivinarían el final antes de pronunciarlo. En este caso, por ejemplo, yo alargo la historia más de 20 minutos. Separo temporalmente el momento inicial del encuentro de Androcles con el león, cuando era un niño de una edad parecida a la media de mis nietos, y un leoncito el animal. Incorporo tensión dramática a la escena final en el anfiteatro romano, enlazando con el Coliseo de Roma que conocen,... y citando algún detalle de ternura como que cuando el león se abalanza sobre nuestro héroe, que estaba dispuesto a luchar, se para en seco y se arrodilla ante él. Luego el emperador duda sobre la posición del dedo pulgar, pero todo el público exige benevolencia para el gladiador y la fiera,...

Bailarinas olvidadas esperando una resurrección

Bailarinas olvidadas esperando una resurrección 
Ayer, por la tarde, las descubrimos.
Inspiraban ternura y un suspiro.
Juntas, en un paraje concurrido.
Esperando, acaso, a un nuevo destino.
De Primark, con un origen sencillo.

Usadas por una desconocida.
Que no entendía un final por ser tan niña.
¿Hallaron un alma caritativa?
¿Que les diera alguna segunda vida?
¿Nuevos ratos de alegrías y risas?

¡Ah, nuestras rosas bailarinas bellas!
Vosotras sí entendéis a las estrellas.
Ahí estáis, tan distantes como eternas.
Sois frágiles, pero dais fortalezas.
Porque de amor está hecho el tiempo.

Grabando la bondad de la humanidad


Las omnipresentes cámaras en los vehículos rusos recogen y muestran muchos gestos de humanidad. ¡Ojalá aprendamos a difundir los ejemplos de bondad por Internet!
Porque la bondad es un boomerang que siempre retorna y porque nadie puede ser feliz si no lo son quienes están a su alrededor. Sembrando ternura se recoge amabilidad. En YouTube hay millones de vídeos con actos bondadosos. ¿Por qué no grabamos y subimos algunos más? ¿En formato Flash Mov como este?

Snoopy casi se va con el Apolo 10

Sería superstición o ternura, pero la fotografía muestra el guiño a la suerte, algo nada científico, de la tripulación del Apolo 10 según camina por el pasillo de camino al Complejo de Lanzamiento 39B. En la imagen, el comandante de la misión Thomas P. Stafford acaricia la nariz de Snoopy, la mascota de la misión, sostenida por Jamye Flowers Coplin, inicialmente secretaria del astronauta Gordon Coopers (aparece al fondo a la izquierda, como el tercer astronauta). 

Menos conocida que otras mujeres de la lista espacialJamye Flowers Coplin, tenía solamente diecinueve años cuando se incorporó a la NASA. Fue la responsable de asegurarse de que Neil Armstrong, Buzz Aldrin y Michael Collins en la misión Apolo 11 estuvieran preparados y en el estado de ánimo adecuado para hacer historia en la Luna. 

Coplin se incorporó a la NASA nada más salir del instituto.  En 1966, se convirtió en una de las secretarias de la tripulación del Apolo 11, un puesto que requería una persona polivalente dispuesta a trabajar muchas horas.  Era su primer trabajo y no tenía ni idea de que iba a trabajar directamente con los astronautas que acabarían siendo los primeros en pisar la Luna. 

Según la revista Air & Space de la Smithsonian Institution, "Coplin escribía sus órdenes de viaje frecuentes, interfería cuando alguien de fuera quería acceder, viajaba con ellos al Cabo para los lanzamientos, mantenía informadas a sus esposas e incluso cuidaba de sus hijos. Cuando se hacían cambios en la lista de comprobación de los vuelos, ella tenía suficientes conocimientos técnicos para ver que se hacían correctamente".
Secuencia de tres fotografías que muestran el momento en que Jamye Flowers Coplin muestra el peluche de Snoopy a Eugene Cernan en los momentos previos al lanzamiento del Saturno V con el Apolo 10

La tripulación del Apolo 10 apodó al Módulo Lunar (LM) "Snoopy" y al Módulo de Mando/Servicio (CSM) "Charlie Brown" por los personajes de la tira cómica de Charles Schulz "Peanuts". Lanzada el 18 de mayo de 1969, la misión Apolo 10 fue un "ensayo general" para el alunizaje que tuvo lugar ese mismo año. La misión completó con éxito las primeras operaciones de acoplamiento y desacoplamiento del CSM y el LM tripulados en un entorno lunar. 

El Apolo 10 orbitó la Luna 31 veces durante su misión de ocho días y llevó el LM a menos de 15.000 metros de la superficie lunar, simulando un alunizaje. Después de todas estas "primicias" históricas, la tripulación también envió la primera señal de televisión en color en directo desde el espacio.

Post que estuvo en borrador desde el 19-4-2009. 
Recuperado retrospectivamente doce años después.
Otras historias de cómo la tecnología creó el futuro,... hace décadas.

¿Qué cualidades necesita el docente del Siglo XXI?

¿Qué cualidades necesita el docente del Siglo XXI?
En el muy recomendable blog de Vicens Vives aparece un post sobre ¿Qué cualidades necesita el docente del Siglo XXI?. Fechado el 5 de mayo de 2016, respondemos a esa pregunta Antoni Zabala, Pedagogo y presidente del Instituto de Recursos e Investigación para la Formación (IRIF), Mercè Gisbert, Doctora en Ciencias de la Educación y especialista en Tecnologías aplicadas a la educación en la Universidad Rovira i Virgili y quien suscribe, Mikel Agirregabiria.

La pregunta era: "Las aulas, los alumnos y las herramientas pedagógicas han cambiado mucho y a gran velocidad en la última década, pero, ¿y los docentes? ¿Necesita las mismas habilidades un profesor de hoy que el de hace 40 años?" 

Mi respuesta, breve por indicación de la editorial, era: 

"Las cualidades esenciales, las personales, de quien decida dedicarse a la docencia son las mismas que en otros momentos de la historia de la educación: amar e interesarse realmente por quienes aprenden gracias a su labor, ser buena persona, ofrecer un ejemplo de vida y de adicción al aprendizaje por todo lo humano, ser alegre con talante positivo, mantener el compromiso y las más altas expectativas de todo su alumnado, derrochar ternura y afecto para descubrir el talento mirando los ojos brillantes de quienes aprenden a su lado…

En el siglo XXI han cambiado las competencias docentes que requiere ser entusiasta de la innovación y de la investigación, de la cultura de evaluación, de una conexión interpersonal más abierta y ubicua que nunca, para recrear relatos de éxito, proyectos más transversales y combinar metodologías plurales".
¿Qué cualidades necesita el docente del Siglo XXI?
En todo caso, lo más interesante son las respuestas de Antoni Zabala y Mercè Gisbert, por lo que os animamos a leer y comentar en el post original del blog.vicensvives.com.

Fortaleza y tolerancia

Sé blando hablando, no temblando; sé un duro maduro, redoblando.

En la vida y en las relaciones sociales, quizá lo más difícil sea elegir debidamente el grado de firmeza necesario en cada caso, en cada ocasión y con cada persona. Hasta los dioses y diosas están divididos por su consistencia, atribuyéndose la dureza al ancestral rol masculino y la blandura a la sexista representación femenina, siendo en la mitología romana sus prototipos extremos el duro Marte (dios de la guerra) y la blanda Venus (diosa del amor).

Los proverbios chinos, que son muy sabios, abundan en este tema. Aseguran que “El elemento más blando del mundo atraviesa el más duro”, se supone que refiriéndose al agua que perfora la piedra con su constancia, para remarcar que la insistencia es el poder de la impotencia, la tenacidad de la debilidad y la fuerza de la ternura. También advierten que, ante la hoguera de la adversidad, “el barro se endurece al fuego, mientras el oro se ablanda”. Incluso en la recomendación de flexibilidad advierte que “la lengua resiste porque es blanda, pero los dientes ceden porque son duros”. Finalmente, con su observación de que “la persona al nacer es tierna y débil, pero muere rígida y dura”, asocian el concepto de blandura a la vida y el de dureza a la muerte.

Se reconoce que el bienestar obra un efecto sobre la solidez de las personas, sugiriéndose que la falsa felicidad nos vuelve duros y soberbios incomunicándonos de los otros, mientras que la felicidad verdadera nos torna dulces y sensibles, encontrando el modo de extenderse a los demás. El equilibrio entre ser duro o blando es una cualidad difícil de adquirir y que, acaso sólo con la edad, se aprende a gestionar.

La dificultad radica en el difícil equilibrio entre un guante de seda para un puño de hierro. Lo idóneo es una prudente combinación de energía y modales, evitando ser siempre riguroso o siempre laxo, y escogiendo el equilibrio entre esos dos extremos, que en ello está el punto de la discreción. Quizá exista una fórmula perfecta y fácil de recordar: Conviene ser duro con los errores, pero blando con las personas. Como Kafka recomendaba, sin confundir nunca el asunto con la persona.

No renunciemos a corregir lo que está mal en el mundo, en nuestro entorno, en la vida. Ataquemos con dureza los problemas y busquemos soluciones, por difíciles que sean, sin renunciar a la utopía. Mas para ello, conviene comprender y respetar a todos los que podríamos hacer más y mejor, entendiendo las limitaciones y buscando la superación conjunta de nuestras flaquezas. En resumen, firmeza con nuestros objetivos y bondad con nuestros semejantes conforman el mejor espíritu.

Versión para imprimir: mikel.agirregabiria.net/2007/tolerancia.DOC

André Henri Dargelas, el mejor pintor de la infancia feliz

André Henri Dargelas, el mejor pintor de la infancia feliz
Pendant que le maître dort. Mientras el maestro duerme.

André Henri Dargelas fue un retratista pintor francés nacido en Burdeos, el 11 de octubre de 1828 y especializado en escenas infantiles y ambientes familiares, en una especie de realismo romántico que ha caracterizado la práctica totalidad de su obra. Su realismo académico, se mantuvo alejado de las vanguardias existentes en esa época. Obtuvo el éxito en vida y expuso en el Salón de París a partir de 1857. Murió en Ecouen en junio de 1906.

André Henri Dargelas se formó artísticamente en la École des Beaux-Arts de París, a partir de 1854, en la que fue alumno de François-Édouard Picot, que le instruiría en un estilo neoclásico, influenciado por su propio maestro, Jacques-Louis David, y por la simplicidad del estilo de pintura de género de Jean Siméon Chardin, realizó casi como temática única, escenas infantiles y de vida familiar, llenas de ternura de la vida cotidiana.
André Henri Dargelas, el mejor pintor de la infancia feliz
Le tour du monde, metáfora de la infancia cabalgando el mundo

Destacan sus deliciosas escenas escolares como las dos imágenes que hemos seleccionado. También abundan motivos hogareños de la época. El interés y la simpatía en los niños hizo que las obras de André Henri Dargelas resultaran muy atractivas para los coleccionistas, tanto en Francia como en el extranjero. 

A principios de la década de 1850 el famoso crítico de arte inglés John Ruskin había escrito un artículo muy entusiasta sobre estas visiones sentimentales de la infancia y esto aumentó la demanda de ellos en Inglaterra. Dargelas, Pierre Edouard Frére y sus seguidores pintaron las clases bajas con pureza y salubridad y esto aliviaba la miseria real de sus vidas que otros artistas realistas se dedicaron a revelar.
André Henri Dargelas, el mejor pintor de la infancia feliz
Jugando a los médicos,... Deliciosa obra de André Henri Dargelas.
Otras maravillosas pinturas de André Henri Dargelas.

Móviles en el Metro

Viajar en el Metro siempre resulta interesante, sugerente y provechoso.

Si alguien busca inspiración para escribir sobre temas de actualidad, o de lo que realmente le preocupa a la ciudadanía, sólo ha de viajar en el Metro, abrir los cinco sentidos y apreciar las grandes historias de la gente corriente. Un simple tránsito aporta percepciones, sensaciones,… y tiempo para concretar un mensaje. En un breve trayecto desde Bilbao a Getxo, hacia las nueve de la noche, he escuchado varias conversaciones de alto interés. Alguna resumía la noticia de hoy (la victoria de Obama) de modo sugerente, sintético y didáctico: bastante mejor que muchos telediarios.

Mi experiencia de observador constata que lo más jugoso para apuntar ideas originales destinadas a los géneros más literarios (narrativa o poesía), provienen de los teléfonos móviles. La excelente cobertura que ofrece Metro Bilbao en todo su recorrido es impagable. Sin entrar en detalles, una persona (tampoco desvelaré su género, pero es adivinable) tras insistir en que no podía hablar con claridad por encontrarse en un medio público de transporte, nos ha desvelado y desgranado un auténtico drama en un microrrelato digno de ser firmado por Augusto Monterroso.

Viniendo de un funeral, esa media conversación desde un extremo del hilo telefónico me ha impresionado. Y no he sido el único, porque las hojas de los libros no abanicaban y los MP3 se han acallado. Alguien hablaba con un progenitor suyo con la firmeza y la dulzura que requería una situación comprometida. De modo simple y coloquial, nos ha transmitido a todo el vagón un explícito mensaje entre líneas de su entrecortado coloquio: El amor sabe esperar cuando la razón desespera. Los pasajeros hemos comprobado que en el fondo de todas las almas hay tesoros recónditos, tanto que sólo la ternura serena acaba por descubrir.

Versión para imprimir en: mikel.agirregabiria.net/2008/enelemetro.DOCMetro Bilbao
Foto inferior del Flickr de Aitor Agirregabiria.

Tierna mirada

Los ojos de una mujer alcanzan su expresión suprema en una mirada de ternura. Amado Nervo

Coedución en entredicho

DEBATE ABIERTO. Se ha extendido una polémica sobre las ventajas y los inconvenientes de la educación mixta, con alumnos y alumnas conviviendo en clase. Se contrapone un supuesto déficit de la coeducación con el avance histórico que supuso el pleno acceso de las alumnas a la enseñanza (situación todavía no conquistada en muchos países y aquí encuentra dificultades especialmente para algunas minorías). Actualmente sólo los centros del Opus Dei, que representan el 1% de la población escolar, aplican la enseñanza paralela que separa al alumnado por género para recibir su formación primaria y secundaria.

Recientemente, y más desde ámbitos periodísticos que pedagógicos, se aboga por la educación diferenciada, tanto desde las inmutables posiciones integristas como desde algunas posiciones feministas, alegando que el modo actual de aplicar la coeducación discrimina a las chicas. Se citan experiencias, siempre limitadas cuantitativamente, de Australia, Canadá, Reino Unido o Estados Unidos, arguyendo diversos motivos y resultados académicos.

Es sabido que la maduración física y psicológica de la adolescencia sigue un ritmo dispar en cada sexo. Ello supone que se produzca un verdadero “gender gap”, o desequilibrio de madurez entre los dos géneros, que recomendaría modos didácticos diferenciados. Además del desarrollo madurativo, existen disimilitudes psicológicas (personalidad, afectividad, voluntad,...) y cognitivas (modo de pensar) permanentes entre ambos sexos. Genéricamente las chicas son más tranquilas que sus condiscípulos, desarrollan más el lenguaje, maduran antes, se adaptan mejor al entorno escolar, son más constantes y organizadas, disponen de mejores hábitos de trabajo y un mayor sentido de la responsabilidad,… Además mantienen más confianza en su futuro y un mayor porcentaje de ellas desea culminar los estudios universitarios, ya sean medios o superiores.

Así mismo se advierte que el temor a equivocarse ante los compañeros del sexo contrario es un obstáculo que impide a chicos y chicas participar por igual en clase. Los varones intentan despreocupadamente impresionar a sus condiscípulas, e intervienen en público el doble que ellas, recibiendo más alabanzas y castigos, en definitiva más atención docente tanto de los profesoras como de las profesores. La indisciplina de las clases mixtas puede ser superior a la que resultaría en clases separadas, resultando perjudicadas las niñas que actúan como “mediadoras” para pacificar el grupo. También la coeducación puede propiciar una iniciación sexual prematura, así como el riesgo de acoso.

Quizá todavía la metodología y la orientación pedagógica siguen estando mayoritariamente centradas en un inexistente alumno promedio… masculino, actuando estereotipos como “los chicos son mejores en matemáticas o en ciencias que las chicas”, lo que no favorece el interés de ellas por estas materias. Finalmente el remanente sexismo aún valora como inteligentes a los chicos con buenas notas, mientras que las chicas sobresalientes son consideradas como meramente estudiosas.

ARGUMENTOS en PRO DE LA COEDUCACIÓN.

1º Coeducación para una cultura en valores éticos de plena igualdad de derechos entre hombres y mujeres. La escuela sigue siendo el entorno vital donde mejor queda asegurada la convivencia equilibrada entre personas de ambos sexos y donde puede difuminarse la inercia histórica de los roles sexistas. La vivencia compartida de las mismas tareas escolares, socializándose y formándose conjuntamente está considerada como la fórmula educativa idónea para garantizar la igualdad. De ahí su generalización como el sistema normalizado en los países más avanzados educativamente. Además coadyuva determinantemente a desclasificar los valores tradicionalmente asignados a un solo sexo, para favorecerlos en todos los seres humanos: La ternura y la fortaleza, la sensibilidad y la eficacia, la pasión y la laboriosidad son valiosos en niños y en niñas, en hombres y en mujeres.

Obviamente la coeducación es un recurso metodológico cuya legitimidad procede de su eficacia pedagógica, que persigue objetivos cognoscitivos, actitudinales y afectivos. De ahí que no se deba poner en entredicho un progreso histórico de la envergadura de la coeducación, por controvertibles diferencias de matices académicos, que probablemente proceden más del selectivo input de las escuelas elitistas tomadas como muestra que de la influencia del propio factor coeducativo.

2º Coeducación para superar una realidad social sexista. Para preparar al alumnado a interrelacionarse en una sociedad formada por hombres y mujeres, nada es más efectivo que la convivencia temprana. Así se eliminan estereotipos y discriminaciones por razón de género, para la libre elección de estudios o destinos profesionales.

La educación mixta se presenta como el camino óptimo para alcanzar la igualdad entre los sexos, desde la vivencia como grupo de niños y niñas que juntos caminan hacia su desarrollo personal y colectivo, en una sociedad donde perduran prejuicios sexistas y subyacen tendencias de discriminación por género. Urge arrinconar las anacrónicas manifestaciones de un sexismo palpable en los espacios sociales. El intramuros escolar con rigor pedagógico puede generar modelos y cánones de actuación no sexista, con superioridad sobre los patrones ofrecidos por el contexto existencial del estudiantado: familia, barrio, amistades, medios de comunicación,…
3º Coeducación para la plena integración educativa. El mayor reto de la educación del presente radica en la integración no sólo entre géneros, sino desde orígenes y culturas variadas. Se requiere un sistema educativo que capacite para vivir en un mundo intercultural, plurilingüe e intercomunicado. La igualdad de oportunidades y la compensación de desniveles por razones de género, familia, cultura o lengua, sólo pueden alcanzarse con acertadas políticas con múltiples y complejas medidas para ofrecer una oportunidad real de éxito escolar a la totalidad del alumnado. Muchas disposiciones serán de discriminación positiva, incluyendo protecciones con cuotas de participación o recursos humanos y materiales de apoyo a los menos favorecidos.

Merecen una singular atención de género las alumnas provenientes de culturas con precaria escolarización femenina, velándose especialmente desde la administración educativa y la comunidad escolar para impedir el riesgo de exclusión femenina por razones étnicas, culturales, o religiosas.

RECOMENDACIONES FINALES.

1ª Adaptación de una Coeducación renovada que despliegue tiempos y espacios escolares con agrupamientos flexibles, también por género, para aplicar perfiles pedagógicos diferenciados. Una mejorada ceducación debe reconocer que el diferente ritmo de maduración puede aconsejar la inclusión de metodologías diferenciadas por género, de modo que manteniendo la convivencia del alumnado coetáneo se optimice su logro académico y se recupere un grado mayor de disciplina escolar. Parece razonable que se experimenten programas híbridos con agrupamiento mixto para determinadas materias y modalidad paralela para otras, por ejemplo en las etapas iniciales de matemáticas, ciencias o informática.

Es sabido que, con independencia del estilo de educación por el que nos decantemos, ningún alumno o alumna es igual al resto, por lo que no una educación de calidad atenderá todas las facetas de la persona humana, respetando su particularidad, fortaleciendo sus capacidades y superando sus deficiencias, tanto a escala personal como grupal.

2ª Apuesta decidida por la Coeducación como sistema preferente de escolarización, con pleno respeto a otros modelos de educación separada si son demandados por las familias. Por los fundamentos expuestos anteriormente la coeducación aparece como el mejor modelo organizativo. Esta preferencia no debe ser objeto de imposición como sistema único por parte de la administración, sino que una oferta plural de centros escolares favorecerá la libre elección de las familias sobre la educación que prefieran para sus hijos e hijas.

Hace 33 años todavía estaba vigente aquella Ley de Educación Primaria de 1945, que dictaba que "La educación primaria femenina preparará especialmente para la vida del hogar, artesanía e industrias domésticas." Aún pueden rastrearse rasgos sexistas en algunas facetas escolares y en materiales didácticos, que siguen primando la transmisión de un modelo machista en el que han sido educadas las generaciones precedentes. Por tanto, la coeducación es plenamente necesaria, si bien deberá adoptar una perspectiva más flexible en su aplicación. La escuela debe mantener su acción coeducadora de vanguardia social. Desarraigar los patrones sexistas requiere actuaciones de toda la comunidad escolar, desde la revisión de los recursos pedagógicos hasta la composición de los claustros, con una escrupulosa política de género en las ejemplificaciones que se importan de la realidad social, que deberá ser analizada y corregida en la escuela. El mismo equilibrio por sexos se impulsará entre los agentes educativos, desde el profesorado de todos los niveles hasta la participación proporcionada de padres y madres, sin olvidar a abuelos y abuelas.
Los aspectos curriculares también deberán reformarse, si queremos construir una sociedad más justa e igualitaria, en tres áreas básicas: A) Corresponsabilidad en la vida familiar, integrando en el currículum escolar aspectos relacionados con el hogar, a fin de que chicas y chicos desarrollen habilidades y actitudes que contribuyan a una contribución doméstica desde su etapa estudiantil preparatoria de la futura vida adulta. B) Convivencia interpersonal, para aprender el funcionamiento de las relaciones chicos-­chicas y de pareja, sin que sólo la mujer asuma la tarea de generar bienestar para los demás. C) Ética del cuidado de la casa, atención de menores, mayores o personas dependientes, cuyas funciones físicas y psicológicas, todavía se atribuyen al rol femenino suponiendo el sacrificio de sus proyectos personales y profesionales para muchas mujeres.

Una genuina política educativa de género va mucho más allá de la precisión gramatical en las descripciones de colectivos, y puede subsanar los perversos efectos sexistas, desde los primeros pasos educativos, con actuaciones tempranas en las actividades lúdicas de socialización, siguiendo con un uso gramatical exacto que reconozca la paridad y llegando a una orientación escolar y profesional que corrija las opciones desequilibradas por las que se inclina el alumnado en función de su sexo. Por ejemplo, la tasa de escolaridad para la franja de 18 a 21 años es del 41,1% para las mujeres, frente a un 36,5% de hombres, con la opción de FP mayoritaria para los alumnos. En ambos casos, universidad o FP, las especialidades masculinas cuentan con una mayor demanda laboral, lo que provoca una penalización suplementaria para la población femenina en un panorama de desempleo juvenil inaceptablemente alto. Queda demostrado que persisten factores sexistas que requieren una perentoria regeneración para ofrecer el máximo de opciones académicas y profesionales a todo el alumnado. La coeducación potenciada parece ser la mejor vía de avance social en pro de una igualdad de género.

Lágrimas en el Metro

En el aséptico y modernista Metro de Bilbao he visto lágrimas en los ojos de algunas viajeras. A veces, sólo brillantes ojos lacrimosos mirando al vacío; otras, llanto silencioso que se derrama incontenible por las mejillas; ayer, una anciana que lloraba sin consuelo. Cada lágrima es un poema de ternura infinita. Y se te hace un nudo en la garganta. Y miras hipnotizado, con disimulo por el gentío, pero sin apartar la mirada de reojo, fingiendo… como los demás. Sabes bien que las lágrimas sólo se secan mezclándolas, y desearías acompañar su pena con tu llanto, porque dos personas que derraman lágrimas sobre una misma desventura ya nunca serán extrañas. ¡Ojalá que nunca se sequen nuestras lágrimas, porque se secarían los ríos del alma!

Dubitativo, decides llorar por dentro, porque no hay mayor causa de desconsuelo que el no poder condolerse. Y te bajas vacilante dos paradas más allá de tu estación, pensando cabizbajo. Hoy no me sacudáis demasiado: Estoy lleno de lágrimas.

Dicen, y con razón, que las lágrimas de una mujer hablan en silencio, y que el derecho de los pobres no es más que su llanto. Los dolores intensos son mudos; se expresan con lágrimas, que son sangre del alma. Mujer, con tu debilidad eres capaz de avasallarlo todo. Mujer, tú rodeas el corazón del mundo, como el mar a la tierra, con el abismo de tus lágrimas. Mujer, recuerda a Tagore: “Si lloras porque se ha puesto el sol, tus lágrimas te impedirán ver las estrellas”. ¡Ah, cómo se aflojaría el hilo de la vida si no estuviera mojado con tantas lágrimas!

El cielo de los recuerdos

Debe existir un paraíso para los recuerdos, un edén para los sentimientos vividos. Porque los objetos van al basurero o se reciclan; los cuerpos se entierran en los cementerios y vuelven a la tierra; los hechos se recogen en la historia, aunque sean falseados; el trabajo material queda en forma de prosperidad y desarrollo; el arte se colecciona en los museos; la música en las partituras que resuenan en los conservatorios; los escritos van a libros que se amontonan en las bibliotecas; y hasta las teorías son recolectadas, incluso las más inciertas casi siempre las más razonables y bellas como la del flogisto. El conocimiento, los razonamientos, las obras quedan… pero ¿dónde van los sentimientos?

Las emociones se expresan indirectamente y llegan a materializarse, a veces de modo solemne y comunitario en forma de pirámides o catedrales o, en otras ocasiones, de estilo más privado como un árbol o una sortija, que se cuida y transmite en la cadena de seres humanos que legan y allegan engrandeciendo el recuerdo de épocas pasadas, pero no olvidadas. Pero toda la inmensa fortuna acumulada de ternura, de pasión, de humanidad, de civilización, ¿dónde se alberga?

Los sentimientos también construyen elementos de cultura, muy valiosos que siempre podrán apreciarse y utilizarse como base de futuras vidas, especialmente a través de las lenguas, de las creencias o de las tradiciones. Hablar un idioma milenario hace que reverbere en el espacio infinito la vivencia de muchas generaciones de ancestros, lo que llega a conmover a un hablante sensitivo. Pero, ¿dónde se esconde el nirvana de todas las nostalgias?

Lo más humano que siempre florecerá es el amor, marcando los hitos de nuestra vida, balizando nuestro pasado, señalando nuestro presente y apuntando-apuntalando a nuestro futuro. La vivencia del cariño traza nuestra existencia en forma de recuerdos: la mano de nuestra madre llevándonos de paseo al parque y dándonos la merienda; caminar abrazados a los faldones de la gabardina de nuestro padre a salvo de cualquier contingencia; la compañía leal de nuestros hermanos y primos en cualquier circunstancia; la primera sonrisa pícara de una amiga; el primer amor; el primer beso; el primer “te quiero”; el cortejo, la boda, el primer embarazo; el nacimiento de cada hija y de cada hijo, sus primeras palabras y sus primeros pasos; la orfandad tras la muerte de nuestros padres, y no importa la edad que ya tengamos;… Todo este tesoro de afecto y alegría no se puede desvanecer, debe ir a algún refugio secreto donde reside lo mejor de nuestras vidas.

Todos sabemos que compartiendo sentimientos comunes con quienes convivimos, y especialmente con los más jóvenes (hijos, nietos, alumnos, amigos,…), transmitiremos este legado de amor que es exclusivo de los seres humanos. ¡Hablemos diariamente más de amor y de encuentro, y menos de discrepancias y alejamientos! En privado y en público, en casa y en el trabajo, en la calle y en la prensa. Muchos además creemos que este exorbitante patrimonio de fraternidad, cordialidad y simpatía habita en un mundo platónico que nos envuelve como el aire, y que puede presentirse muy íntima y trascendentemente cuando nos acercamos a los demás, cuando les miramos con aprecio, cuando les escuchamos con atención, cuando les damos la mano con amistad, cuando advertimos y sentimos quiénes son: nuestros hermanos y hermanas.

Vida medida

¿Cómo se mide una vida? ¿Cuánto pesa una existencia? ¿Cuáles son las unidades que calculan la cantidad y calidad de una biografía?

La vida no se mide anotando éxitos, como se apuntan los goles de un partido. Tampoco sumando las cuentas bancarias, ni admirando los títulos académicos colgados de las paredes, ni siquiera por el número de quienes acuden al funeral, ni por el tamaño de la esquela o por la extensión de la crónica necrológica. No se determina el valor de una vida por el plan que se tenga para el próximo fin de semana, o para las siguientes vacaciones. Tampoco por el linaje del que se desciende, la marca de automóvil que se conduce, la ubicación y lujo de la casa donde se habita o el puesto y la compañía en la que se trabaja. Tampoco la vestimenta, ni las aficiones, ni los viajes, ni la edad, ni la belleza, ni la inteligencia permiten evaluar la perfección de una vida. La vida es mucho más que todo eso.

La vida se mide por el amor y la felicidad que se brinda a los demás. La vida se mide por los hijos, por los nietos, por los sobrinos, por los alumnos, por los amigos que uno ayuda a crecer. La vida se mide por los besos, por los abrazos, por las palmadas, por los apretones de manos, y sobre todo, por las sonrisas que se distribuyen por doquier. La vida se mide por la amistad, por la simpatía, por el cariño, por la ternura que se desborda de una existencia. La vida se mide por la trascendencia de los compromisos que se asumen, y se cumplen fielmente; por las esperanzas que no se traicionan. Una vida que no rebosa fraternidad, cordialidad y pasión merece ser transformada.

Sólo por hoy, y mañana ya no cambiaremos, aceptemos que lo más sagrado de este día es prestar apoyo a los demás, aliviarles en sus penas, reír con ellos en sus alegrías, y asistirnos mutuamente. Lo que digamos, que sea con afecto. Lo que hagamos, importante o trivial, que sea con respeto y solidaridad, con todo el corazón que sepamos poner en cada acción para quienes nos acompañan en este fugaz camino que es la terrenal vida.

Ricura de investidura

Una lectura del talante de Zapatero en la jura

La holgura nos ha sumergido en la singladura de escuchar la dulzura de la sesión de investidura. La botadura de la figura del PP, el caradura cicuta, ha dado una hechura de mesura al debate parlamentario transformado en llanura sin cerraduras. ¡Qué fácil ha sido todo, en comparación con la chifladura propia de la bajura a la que nos tenía acostumbrados la troglodita postura de la gruta PePera con censura, armadura, crispación y dictadura!

Rodríguez Zapatero parece la finura personificada frente a la negrura fanática de su predecesor imperial, cuya desaparición favorece hasta la misma catadura del ungido Rajoy. El debate fue una guapura de soltura versus la cultura de la esclusa y la locura de la ruptura. ¡Cuánta cura de ternura frente a la anterior basura! ¡Arriba la fritura de enjabonadura y abajo la bravura de mordedura! ¡Altura y anchura sin escoceduras ni rasgaduras!

Sin premura pasaron Duran i Lleida (mucha cintura), Puigcercós (independentismo con largura), Josu Erkoreka (hondura sin fisura), Llamazares y Joan Herrera (ensambladura sin rotura). El resto de grupos pasará mañana, pero hoy fue la misma mixtura de sutura con pintura de tersura y textura frente a la conjura de la herradura.

Pero la moldura de blandura tuvo una desgarradura de envergadura: Al portavoz del PNV se le pidió una rectificación, la única resquebradura en un mar de alabanza mutua. "Euskal Herria o euskal harria" (el Pueblo vasco o la piedra vasca) parece ser la única escarpadura en la que la política española tropieza dos, once y mil veces. Es la natura de la usura, la vieja factura de la costura, la captura de la juntura. El tema vasco como sempiterna torcedura y perpetua rozadura.
Ya no sirve de excusa ni de bula toda la bruma que se ha vertido sobre el "Plan Ibarretxe" para la convivencia de la Comunidad de Euskadi en el Estado español. Sólo la chapuza bruta y bufa de la pervivencia de ETA, con su minuta del tiro en la nuca, trufa la disputa. Bastaría el día que Batasuna, sin más floritura ni atadura, salga de la inclusa con la vacuna de la cordura y alcance una tribuna sin burbujas. Entonces saldremos todos de la jaula, sin más tortura ni viudas, y se podrán explicar los proyectos varios de integración, convivencia o independencia.

Necesitamos una desembocadura para la quemadura del sufrimiento, una arboladura para la montura de una sociedad normalizada, una botonadura para la hendidura del terrorismo, una soldadura para la voladura de los puentes del diálogo multipartito. La investidura se producirá y desde Euskadi convendría acompasar ambas nuevas legislaturas, la vasca y la española. Tras la elecciones europeas, tras el enésimo esfuerzo de divulgación por el tripartito (PNV-EA-IU) del Proyecto de Nuevo Estatuto, tras bajar el PSOE vasco de la grupa del PP de Oreja, tras el reajuste Batasuna-Aralar, y tras el clamor para que ETA desaparezca, sólo quedará dejar que el electorado vasco decida. Sin persecución de unos ni ilegalización de otros, Euskadi será como el feliz y moderno Québec donde se vive muy confortable y solidariamente mientras se convocan periódicos referendos para saber qué forma de interdependencia prefiere la mayoría social.

La edad de la verdad

Lost in translation”, otra película que nos revela el extravío de la soledad humana creciente con la edad.

Unos, los suizos, dicen que la edad no juega ningún papel excepto en los quesos; otros, los franceses, que la edad es importante sólo en los caballos; y terceros confirman que cada persona tiene la edad de su corazón (esto, en sentido fisiológico no puede ser más cierto, excepto en los trasplantados). Pero no olvidemos que Marcel Prevost decretó que “Nuestro corazón tiene la edad de aquello que ama”.

Para los que hemos llegado a esa madurez en la que uno ya no se deja engañar por sí mismo, esa edad en la que todavía se es joven pero con mucho más esfuerzo, hay relatos muy deprimentes, justamente por lo verosímiles y descriptivos que se demuestran. Existen dos películas referenciales al respecto, una de culto como “American Beauty” de 1999, y otra actualmente en cartelera como “Lost in translation” de 2003.

Resulta muy recomendable para cualquier humano dotado de un ápice de ternura, y especialmente para cuarentones en adelante, sentirse retratados en “Lost in translation”. La directora Sofia Coppola nos narra con silencios hondos y miradas cómplices, como quizá sólo sabe hacerlo una mujer que además es hija de Francis Ford Coppola, una historia de dos seres perdidos en un mundo extraño.

Seguramente nuestra vida cotidiana no nos lleve al ininteligible Tokio, ni a movernos en escenarios de millonarios hastiados de recibir regalos, pero muchos sentimos en lo más hondo –ocasional o frecuentemente - que no comprendemos nada de lo que sucede a nuestro alrededor, como si nos hablasen en japonés unos personajes exóticos que deambulan frenéticamente por nuestras vidas. En esas ocasiones, sólo cabe la huida... Pero no existe más evasión que la fuga hacia otro ser humano…

Y es entonces cuando el contraste entre la edad de la beldad y la edad de la verdad resulta cruel y despiadado, si uno no puede creerse que en la edad resida el misterio. La belleza insolente por su frescura y naturalidad de Scarlett Johansson, remarca el patético descubrimiento de la vacuidad vital del triunfador caduco encarnado por Bill Murray. Pero algo les une (¿la orfandad de la humanidad, la hermandad en la infelicidad?) y les alivia en una suerte de romance espiritual: la intimidad inocente entre dos supervivientes que se aferran al mismo salvavidas de una fugaz amistad imperecedera.

El producto es toda una prodigiosa exhibición de una relación de afecto basada en la comprensión y el entendimiento, quizá más exactamente en una complementación espiritual, improbable pero sugestiva. No es una película de acción, sino una obra maestra que se infiltra en el espectador con su lánguido devenir de guión intimista, describiendo ese sentimiento universal de la soledad, la decadencia y el paso del tiempo, de los que ni la todopoderosa riqueza exime.

La película parece defraudar durante su transcurso por la lentitud de la historia con un final esperable como la vida misma, pero al encenderse las luces y despertarnos a la realidad, algo profundo nos ha conmovido el alma con dos conclusiones obvias: “La edad no protege del amor. Es el amor quien nos protege de la edad”.

Amor se escribe siempre con mayúscula

No lo llames Amor, si no lo puedes escribir con mayúscula.

Amor se escribe con mayúsculas porque no hay amores pequeños; toda clase de amor verdadero es grandioso e imperecedero. La vida mancha, pero el Amor salva. El Amor es una caja de herramientas que puede transformar el universo. El Amor es un caballo de Troya que desde dentro abrirá las puertas de la ciudadela y nos salvará del odio.

Amor se escribe con A de almas anidadas, de aventura y de altruismo, de audacia y de aceptación, de arrebato y de alegría, de amistad y de ayuda, de afirmación y de agradecimiento, de atención y de apoyo, de ánimo y de acompañamiento. Amor se escribe con M de mocedad y de madurez, de mesura y de modales, de maestría y de modestia, de melancolía y de magia de misterio musical. Amor se escribe con O de optimismo y de oportunidad, de originalidad y de observación, de obstinación y orgullo. Amor se escribe con R de rebeldía y rigor, de recato y reflexión, de respeto y de rectitud. Amor se escribe sin E de egoísmo, sin I de ingratitud y sin U de urgente. Amor, a veces, se escribe con H de humor, con una H superflua, porque lo nimio y el detalle son importantes en el Amor.

Hay muchas clases de Amor: a la pareja, a los padres, a los hijos, a Dios, a los hermanos, a la familia, a los amigos, a los necesitados, a la Humanidad, a un oficio, a una dedicación,… Pero todo Amor se escribe con letras de oro, porque el Amor es lo mejor de la vida. Todo lo que vale la pena es, al fin y al cabo, Amor. Al final, sólo perduran los frutos del Amor. El recuerdo y las obras de quienes amamos o nos han amado.

La vocación de vivir no es sino la profesión de amar. Los niños, y en toda casa debiera haber un niño, nos enseñan que vivir es tan sencillo como amar y ser amado. En la sociedad de adultos adustos, donde sólo la maldad es noticia y donde la ternura viaja en trenes rigurosamente vigilados, el puzzle de almas difícilmente encaja. Convirtámonos en ciudadanos del Amor proclamando: "Mi patria es el Amor". El Amor es contagioso, al igual que la falta de Amor. ¡Amémonos! ¡Sólo por hoy! ¡Sólo por ti, Amor! ¡Cuánto te quiero, Amor!

Ahora que estamos vivos...

Es urgente que no olvidemos vivir lo que verdaderamente vale la pena de ser vivido.

Hoy debe ser el mejor día de nuestra vida. Seguro que hace tiempo nos preguntamos si llegaríamos a esta edad, a poder vivir una fecha como la de hoy. Ha llegado esta jornada, y ello es motivo de celebración: otro día más para compartirlo con los nuestros. Seguro que nos acompañan muchas adversidades y algunas alegrías, si sabemos apreciarlas. La vida ronda a nuestro alrededor en forma de estrella, de nube, de árbol, de pájaro y de gente. Hoy vamos a sonreír a todas esas creaciones para pregonar que somos felices porque aún estamos vivos.

Hoy vamos a ser bondadosos y generosos con quienes nos rodean. Diremos bellas palabras como “te amo”, “te necesito”, “eres especial”, “significas mucho para mí”, “¿te puedo ayudar?”,… Hoy es un día para reír, para escribir una carta, para enamorarse más, para disfrutar de una comida en compañía de una amistad que hace tiempo no vemos,… Hoy es el día apropiado para abrazar y besar a nuestra familia, a nuestros mayores, a nuestra pareja,… Hoy es un día apropiado para jugar con los pequeños, para escuchar a los colegas, para atender a los necesitados, para dar la mano a quienes lo necesitan. Hoy es el mejor día para pedir perdón, para rectificar nuestros errores, para comunicarlo y dar una sorpresa agradable a quienes nos aprecian y nos quieren. También es un día idóneo para trabajar fuerte, porque sólo con mucho esfuerzo se solucionan las necesidades propias y ajenas.

La muerte nos ha enviado a todos una carta certificada para notificarnos que pronto no estaremos aquí. Pero todavía nos resta todo un día... Y un día aprovechado puede ser más que toda una vida despilfarrada... No posterguemos lo urgente y lo importante, ahora que estamos vivos. Tenemos todo un día para ser más niños, para ser más sabios, para ser más felices.

Ahora que estamos vivos, es preferible que compartamos con los nuestros unos cuantos minutos y no una noche entera cuando ellos o nosotros hayamos muerto. Es mejor prodigar pequeñas muestras de cariño ahora que estamos vivos, que no grandes manifestaciones de duelo cuando hayamos muerto. Regalemos una sola flor ahora que estamos vivos, en lugar de enviar una gran corona a un funeral. Demos aliento en una breve visita o con una rápida llamada, sin esperar a escribir un largo poema póstumo o un conmovedor epitafio cuando ya no estemos vivos.

Ahora que estamos vivos, procuremos dejar a nuestros allegados una huella amable de nuestra existencia. Dejar este mundo un poco mejor de lo que lo encontramos, con un poco más de paz y de ternura. Es urgente que hagamos un alto en nuestra ajetreada vida y nos preguntemos: ¿Tiene sentido todo lo que haremos hoy? Es perentorio que apreciemos que nuestras vidas pueden ser grandes en servicio a los demás, siendo verdaderamente hermanos todos los seres humanos. Es inaplazable que miremos a nuestro alrededor y apreciemos cuánto amor nos brindan los nuestros y cuánto amor podemos ofrecer a los demás.

Ahora que estamos vivos, es muy urgente que no nos olvidemos de vivir lo que verdaderamente vale la pena de ser vivido. ¡Que tengamos un buen día! ¡Sólo depende de todos nosotros!