Síndrome FOMO, Fear Of Missing Out, y otros miedos

Transtormo FOMO o nomofobia
El Síndrome FOMO (Fear of missing out) es una patología psicológica descrita como «una aprensión generalizada de que otros podrían estar teniendo experiencias gratificantes de las cuales uno está ausente». Este tipo de ansiedad social​ se caracteriza por «un deseo de estar continuamente conectado con lo que otros están haciendo».  

Queremos vivir intensamente y sublimamos lo que hacen los otros o lo que creemos que hacen. El peligro de esta idealización, de ese miedo a perdernos algo, es vivir eternamente insatisfechos y alejarnos más de la felicidad.
JOMO versus FOMO
Para enfrentarse a ese Síndrome FOMO de enfocarse únicamente en el momento actual y en lo que verdaderamente importa, surge un nuevo concepto llamado JOMO, Joy Of Missing Out, el placer de perderse las cosas, en español, y que invita a vivir distintas experiencias sin pensar en la cantidad de likes que tendrá o siquiera en compartir algo relacionado al tema.

Una de las primeras personas en acuñar este término fue la escritora y oradora Christina Crook. En el año 2014 publicó su libro The Joy of Missing Out: Finding Balance in a Wired World (La alegría de perderse: encontrar el equilibrio en un mundo conectado). En su escrito, la autora plantea que estar siempre conectado puede traer efectos negativos y que en cambio, vivir con opciones alternativas puede traer recompensas y actitudes positivas en nuestro día a día.

Sobre JOMO indica: “Siempre les digo a las personas que deben superar esto de sentir que su vida es aburrida por una publicación de una persona. Hay que ir a un lugar porque realmente quiero ir, no porque está de moda en redes sociales, quiero comprar algo porque me encanta no porque lo usan todas en su Instagram. Lo importante es no verse envueltos en un mundo de mentira”.
FUD, Miedo al caos para engañarnos
Otra estrategia de manipulación relacionada es FUD: 'Fear, Uncertainty and Doubt'. La táctica F.U.D. (es decir “miedo, incertidumbre y duda”) es una estrategia comercial consistente en “diseminar información negativa, vaga o sesgada con el objeto de perjudicar a un competidor.” Es decir, desinformar y atemorizar de forma planificada y calculada. 

 Por extensión, la táctica FUD es utilizada por quien quiere presentar su opinión, sus planes y su punto de vista como los únicos sensatos y viables, frente a otras propuestas, a las que se califica de “excéntricas, irreales e insensatas”. La táctica F.U.D. aprovecha uno de los sesgos cognitivos más frecuentes: La inclinación a la negatividad, un mecanismo curioso a la vez mental y social, por el cual es muy común que el aspecto negativo de las cosas sea más atractivo que lo positivo. Basta sembrar dudas que parezcan razonables sobre las alternativas para atraer a la gente temerosa y desinformada al terreno del manipulador interesado (que abunda por doquier).

Cuando Gene Amdahi abandonó IBM en 1970 para montar Amdahl Corp y hacerles la competencia, los vendedores de IBM se dedicaron a infundir miedo, incertidumbre y duda (FUD) sobre los clientes que podían tener en mente consumir productos de Amdahi Corp. Se dice que esta es la primera vez que se define el término FUD, Fear, Uncertainty and Doubt.

El FUD institucional en los últimos años hacia Bitcoin y el mercado de las criptomonedas es un gran ejemplo: blanqueo de capitales, narcotraficantes, estafas, terroristas, tulipanes… poco menos que ‘el dinero de Lucifer’. No es de extrañar, pues muchas empresas se han visto amenazadas con la llegada de un sistema alternativo que les reta desde la descentralización, algo que no pueden controlar. Bancos, proveedores de pagos, gobiernos… son muchos los que han lanzado mensajes interesados en desprestigiar a una industria con la que, pese a todo, no han logrado acabar. Algunos de ellos han acabado incluso subiéndose posteriormente al carro que habían pisoteado. Ya se sabe, si no puedes con tu enemigo…

Así son los mercados: mientras con una mano se siembra incertidumbre y miedo, con la otra se compra y se acumula el activo que se difama para luego, una vez que se ha conseguido lo que se quiere, volver a hablar bien de él con la intención de que el precio suba. Así, mientras desde JP Morgan tachaban a Bitcoin de “fraude” y prohibían a sus trabajadores comerciar con él bajo amenaza de ser despedidos, ahora ofrecen a sus clientes productos basados en aquello que llamaron “fraude”. ¿Simplemente cambiaron de opinión o compraban mientras lo difamaban? Cualquier opción es posible.
FOMO, Fear of missing out, miedo de quedarse fuera
La industria de las criptomonedas vive casi de forma permanente entre el FOMO y el FUD. Aunque una pueda parecer positiva y la otra negativa, ambas logran desencadenar efectos devastadores. Y las dos, a su vez, pueden resultar incluso positivas si saben identificarse a tiempo.

Lo cierto es que es algo que se repite en cada ciclo, entre las fases de euforia y depresión: antes de llegar a los casi 20.000 dólares en 2017 la gente intentaba entrar al mercado a toda costa (FOMO). Pero una vez concluye la tendencia y el precio corrige fuerte el mensaje que cobra fuerza es que Bitcoin y el resto de las criptomonedas se van a ir a cero, que van a desaparecer y que solo las usan los delincuentes (FUD). Durante ese tiempo el precio llega a su punto más bajo y poco a poco vuelve a remontar. Nadie se fía aún, podría tratarse solo de un rebote, uno más, para seguir a la baja hasta su desaparición. Pero el precio comienza a subir y a dar signos de fortaleza. Desde los 3.000 dólares acaba volviendo a los 20.000, luego a los 40.000 y el precio toca los 60.000. Aparecen cifras que predicen precios desorbitados en distintas publicaciones, en canales de YouTube o en cuentas de Twitter mientras las noticias positivas rodean de nuevo al mercado. El FOMO, una vez más, ha vuelto a escena.
Un anuncio que activa el Síndrome FOMO, invitando a jugar la lotería.

Eudaimonía o eudemonismo, la mejor felicidad


Eudamonía o eudemonismo es el camino aristotélico a la felicidad, desarrollado en la obra Ética a Nicómaco (descargar en PDF). Frente al paradigma hedónico propone que el bienestar depende principalmente de vivir una vida con experiencias placenteras, el paradigma eudaimónico refiere que el bienestar no solo se logra mediante el placer, sino principalmente a través del florecimiento y puesta en acción del potencial humano

El bienestar Eudaimónico, por otro lado, es fuertemente dependiente de las ideas de Maslow de la auto-actualización y el concepto de la persona en pleno funcionamiento de Roger y su bienestar subjetivo. Por lo tanto, la felicidad eudaimónica se basa en la premisa de que la gente se sienta feliz si experimentan propósitos de vida, desafíos y el crecimiento

Parece que el consenso general, es que la felicidad no es resultado de la búsqueda del placer, sino del desarrollo de capacidades de la persona y de las virtudes. El Bienestar Eudaimónico implica factores determinantes como: 1. Sentido de control o autonomía 2. Sensación de significado y propósito 3. Expresividad personal 4. Los sentimientos de pertenencia 5. Contribución social 6. Competencia 7. Crecimiento personal 8. Autoaceptación.

Los tres caminos hacia la felicidad, que es un viaje más que un destino:

1º. El placer es el proceso de aumentar al máximo las emociones positivas y minimizar las emociones negativas y se conoce como la vida placentera que implica experiencias agradables y positivas.

2º. El compromiso, es el proceso de estar inmerso y absorto en la tarea en cuestión y que se conoce como la buena vida que implica estar involucrado activamente en la vida y todo lo que requiere y exige. Así, la buena vida se considera que el resultado de la persona y el cultivo de la inversión de sus fortalezas y virtudes en sus relaciones, el trabajo y el ocio aplicando así lo mejor de sí durante las actividades desafiantes que se traduce en un crecimiento y un sentimiento de competencia y satisfacción que produce felicidad.

3º. El significado es el proceso de tener un propósito más elevado en la vida que nosotros mismos y que se conoce como: la vida con sentido, que implica el uso de nuestras fortalezas y cualidades personales, para servir a este propósito superior. La vida con sentido, al igual que la buena vida, consiste en la persona que usa sus fortalezas en las actividades, pero la diferencia reside en que estas actividades, son percibidas para contribuir al bien común de la "vida con sentido".

La felicidad de un individuo difícilmente puede generarse por sí mismo, sin estar en relación con otras personas, como prueba el Caso Roseto. Es en comunidad donde se puede reflejar, contagiar y alimentar la felicidad, demostrándose que la misma es un elemento transferible y enriquecedor. Estar rodeado de personas positivas y constructivas puede ayudar notablemente a que construyamos un patrón de felicidad estable.

"Más allá del éxito y el fracaso", presentación del libro


Se presenta un libro singular, "Más allá del éxito y el fracaso", escrito por Joan Rosás Xicota, miembro del Club de Roma Internacional. Recoge las reflexiones de personas muy relevantes, con experiencias de vida diferentes y fuera de lo común. Ellas han expresado en conversaciones con el autor sus reflexiones sobre el éxito y el fracaso en las distintas facetas de la vida (profesional, personal, familias, espiritual, social, etc.). Y en esa introspección con cada una de estas personas es donde surgen consideraciones sobre lo que de verdad es importante en la vida de cada uno, la distinción entre éxito y fracaso, la relación entre éxito y felicidad o fracaso o infelicidad, las relaciones familiares, nuestros retos personales, y los de la sociedad. Estas valoraciones personales también desvelan algunas de las claves que han permitido que estas personas hayan alcanzado el éxito en distintos ámbitos de sus vidas, o hayan convertido fracasos suyos en nuevas oportunidades.

El resultado es un libro especial. Dennis Meadows, científico mundialmente reconocido, coautor de “Los límites al crecimiento” nos da una lección práctica de cómo las acciones hablan más que las palabras; Federico Mayor Zaragoza, exdirector general de la UNESCO, nos explica que el éxito es no abandonar nunca e intentarlo siempre; Shlomo Ben Ami, exembajador de Israel en España que fue luego ministro de Seguridad Interior y de Relaciones Exteriores de Israel, explica lo muy cerca que estuvo de conseguir la paz entre palestinos e israelitas en Camp David; o Angel Villán, escalador, guía de montaña y bombero de profesión, explica cómo el respeto a la naturaleza y el amor hacia las personas son la clave para forjar un mundo nuevo sostenible y más justo para todos.

Interesantes todas las ponencias, pero destaca por ser casi pura poLírica la exposición (desde el minuto 38º) de Shlomo Ben Ami sobre la traición visionaria al propio electorado del liderazgo genuino porque ve el futuro mejor que sus votantes y es valiente en sus decisiones aunque acabe pagándolo en las urnas,... Buenos y grandes casos a modo de pruebas, como las derrotas tras sus éxitos de Winston Churchill, Charles De Gaulle, Anwar Al SadatIsaac RabinJuan Manuel Santos,... Y ese delicado equilibrio entre la justicia transicional y la paz,...

Y el libro también incorpora el testimonio de otras personas, conocidas o no, dando una imagen esperanzadora del ser humano, a pesar de los colosales retos que afronta la humanidad.

Diez minutos diarios sin hacer nada

¿Cuándo fue la la última vez que hicieron absolutamente nada por 10 minutos completos? Sin enviar mensajes de texto, hablar o pensar siquiera? El verano, el veraneo en cualquier época que sea, o las vacaciones son un buen momento para aprender a meditar, a estar diez minutos sin hacer nada.

El experto en atención plena, Andy Puddicombe, describe el poder transformador de hacer precisamente eso: refrescar la mente durante 10 minutos al día, simplemente estando consciente y viviendo el momento presente. (Sin necesidad de incienso ni sentarse en posiciones extrañas.)

Post que estuvo en borrador desde el 7-1-2013.  
Recuperado retrospectivamente ocho años después.
Otra versión en español de la misma conferencia.

Lo peor de la vejez

Lo peor de la vejez
Haibun inicial, que es compartir una imagen, una etapa, un sentimiento:

 La vejez es 
 personas que te faltan, 
 es lo peor.

Lo peor de la vejez es la pérdida de personas queridas, que recuerdas cuando pasas por sus casas, que eran paradas obligadas de amistad, comidas y cenas,  café y conversación. Esa sensación de agradecimiento por todo lo que aportaron a tu vida, y una reflexión sobre el legado que debemos dejar a los demás. 

Son quienes nos rodean quienes nos perpetuarán con recuerdos indelebles de que apostaste por la familia, por tus hijos y nietos, por esa familia extendida tejida de sangre, amistad, trabajo y proyectos comunes,... Es lo único que dejamos al irnos. 

Algo es el cielo se equilibra cuando persiste la labor que hiciste durante años, más en el tiempo libre que en el laboral, más cuando eras tú mismo. Nunca conocemos el verdadero valor de un momento hasta que se convierte en memoria.  Siempre existiremos, mientras que haya quien nos imagine a su lado.  

Oscilemos en la escala intergeneracional. El problema es que buscamos a alguien con quien envejecer juntos, mientras que el secreto es encontrar a alguien con quien seguir siendo niños, como apuntó Charles BukowskiLlevemos nuestra niñez con nosotros, esa alegría infantil innata de vivir cada día.
La magia de la conexión ubicua
Poesía en anocheceres que nunca acaban.
Más posts sobre muchos haiku y algunos haibun.

Preppers o preparacionistas, preparándose para lo peor


El preparacionismo (del inglés prepper) o survivalismo (del inglés survivalism) es un movimiento social de individuos o grupos, llamados preparacionistas o survivalistas (preppers o survivalists en inglés),​ que se preparan activamente para las emergencias, incluidas las posibles perturbaciones del orden social o político, en escalas que van desde la local hasta la internacional. 

El preparacionismo también abarca la preparación para emergencias personales, como la pérdida del empleo o el perderse en la naturaleza o bajo condiciones climáticas adversas. Se hace hincapié en la autosuficiencia, el almacenamiento de suministros y la adquisición de conocimientos y técnicas de supervivencia. Los preparacionistas suelen adquirir formación médica de emergencia y de autodefensa, almacenan alimentos y agua, se preparan para ser autosuficientes y construyen estructuras como refugios de supervivencia o subterráneos que pueden ayudarles a sobrevivir a una catástrofe.

Se estima que ahora hay entre cinco y 15 millones de "preppers" solo en Estados Unidos. Bradley Garrett, geógrafo social del University College de Dublin y autor del libro Bunker: Building for End Times (Bunker, construyendo para el fin de los tiempos), está de acuerdo con esta cifra y dice que en todo el mundo hay ahora 20 millones de preparacionistas. 

"Encontré una especie de deseo insaciable de autosuficiencia y seguridad en esta era de incertidumbre", dice Garrett sobre su investigación. "Para mí fue interesante ver cuán diversos eran desde el punto de vista cultural y político; extrañamente, es una de las pocas comunidades que encontramos en la actualidad que realmente no es partidista". 

 Dice que el enfoque, en cambio, está ahora en aprender habilidades de supervivencia, como técnicas de purificación de agua, atención médica básica y cómo alimentar dispositivos eléctricos sin acceso a la red eléctrica.
Los preparacionistas definen el kit básico o mochila de supervivencia: 

  • Agua: Preferiblemente un galón, unos cuatro litros, por día y por persona.
  • Alimentos no precederos: Como los alimentos enlatados o deshidratados, por lo que deberías buscarte un abrelatas, por lo que pueda pasar.
  • Linterna: Con sus respectivas baterías extras, unas alcalinas y otras recargables.
  • Vela y encendedor o fósforos / cerillas: Necesitarás la energía del fuego para iluminar, calentarte o preparar alimentos.
  • Artículos de higiene personal y primeros auxilios: Nunca hay que olvidarse de ellos, y pueden ser usados para el trueque o canje.
  • Dinero: En metálico, puede que haga falta.
  • Medicamentos: Sobre todo si has de seguir un tratamiento.