Haibun inicial, que es compartir una imagen, una etapa, un sentimiento:
Lo peor de la vejez es la pérdida de personas queridas, que recuerdas cuando pasas por sus casas, que eran paradas obligadas de amistad, comidas y cenas, café y conversación. Esa sensación de agradecimiento por todo lo que aportaron a tu vida, y una reflexión sobre el legado que debemos dejar a los demás.
Son quienes nos rodean quienes nos perpetuarán con recuerdos indelebles de que apostaste por la familia, por tus hijos y nietos, por esa familia extendida tejida de sangre, amistad, trabajo y proyectos comunes,... Es lo único que dejamos al irnos.
Algo es el cielo se equilibra cuando persiste la labor que hiciste durante años, más en el tiempo libre que en el laboral, más cuando eras tú mismo. Nunca conocemos el verdadero valor de un momento hasta que se convierte en memoria. Siempre existiremos, mientras que haya quien nos imagine a su lado.
Oscilemos en la escala intergeneracional. El problema es que buscamos a alguien con quien envejecer juntos, mientras que el secreto es encontrar a alguien con quien seguir siendo niños, como apuntó Charles Bukowski. Llevemos nuestra niñez con nosotros, esa alegría infantil innata de vivir cada día.
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