Diez medidas educativas desde la política

Estimados responsables educativos de los partidos políticos: 

Os adjuntamos algunas sugerencias, desde la humildad de quienes somos gobernados, con el fin de que podáis acertar más y mejor en vuestras capacidades legislativas y ejecutivas en nuestra democracia. Estas ideas siguen a otras 10 medidas generales, 10 sugerencias disruptivas y 10 medidas educativas en pro del alumnado. Se formulan cinco medias en positivo y otras cinco en negativo. 
  1. La educación es vuestra primera responsabilidad, pero no debe estar únicamente en vuestras manos. El derecho a la educación reside en cada persona, y en su familia durante la minoría de edad. Es una actividad clave, que mueve y ocupa a toda la población durante parte de su vida, y con millares de agentes e instituciones que protagonizan el proceso, lo conocen mejor que nadie y deben ser escuchados.
  2. Atended el conjunto del sistema educativo, desde la educación infantil hasta la EPA (Educación de Personas Adultas), reconociendo el valor estratégico de todos estos ámbitos. Las enseñanzas básicas, que incluyen la Educación Primaria y Secundaria obligatoria, son críticas por su obligatoriedad, pero el Bachillerato, la Formación Profesional (reglada, continua y ocupacional) y la Universidad (en todos sus grados) también definen a una comunidad. 
  3. Olvidad el corto y el medio plazo, legislad y gobernad para el largo plazo, mirando hacia un horizonte de 8 o 10 años como mínimo. Planificad cuidadosamente y conceded plazos para la transición, pero sin dejar de avanzar cada día. 
  4. Pactad mayorías para un consenso educativo, a fin de dar continuidad a las innovaciones que se vayan incorporando sucesivamente. Para tal fin, renunciad a los detalles partidistas y con altura de miras buscad el bien común para alentar la cultura y la formación de toda la ciudadanía.
  5. Mantened altas las expectativas de toda la comunidad escolar, creyendo en el potencial cierto del alumnado, del profesorado, de las  familias, de la sociedad. Confiad y aplicad el "efecto Pigmalión", tanto desde las familias, el profesorado como desde la administración y la política. 
  6.  No seáis dogmáticos con vuestras ideas más radicales, excepto con las que deriven de los derechos humanos universales. Respetad la libertad de elección del modelo educativo que cada familia (y cada alumna o alumno) elige para los suyos, respetad la libertad de los centros de ofrecer pluralidad, respetad la libertad de cátedra y, sobre todo, respetad la libertad de aprendizaje.
  7. No inundéis de cargos políticos ni la administración educativa, ni los centros de formación,... Aparte de los cargos de elección democrática, respetad las estructuras estables en las diferentes instituciones (funcionariado,...).
  8. No entremezcléis "Educación" e "Investigación", porque aunque puedan ser ejercidas por las mismas personas en determinados niveles (Universidad,...) se han de programar y regular de modo diferenciado.
  9. No confundáis "Hezkuntza" (Educación) con "Hizkuntza" (Lengua), porque son dos universos con mucha intersección, pero no exactamente iguales.
  10. Que jamás se sospeche que queréis mantener una población -y un electorado- poco formados, porque eso sería la mayor traición y un imperdonable error en vuestro mandato (donde vuestra responsabilidad, por delegación temporal, es justamente promover una ciudadanía culta y preparada).

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