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Texto Efímero: Otra iniciativa de A Fortiori Editorial

Recogemos en la web de Textoefimero su convocatoria:
Es un juego preparado por A Fortiori Editorial para el verano. Consiste en aportar ideas en Twitter junto con la etiqueta #textoefimero. No tiene otra pretensión que haceros pasar un buen rato a la vez que os provocamos para que saquéis vuestro lado más brillante aunque efímero y soltéis los mejores pensamientos, el pálpito del momento o las frases más ingeniosas que os vengan a la mente utilizando como herramienta Twitter, que, en principio, convierte en efímeros los mensajes que volcamos, y en cualquier momento pueden desaparecer, como lágrimas en la lluvia.

La imagen superior procede del Twitter de Texto Efímero, que reúne los tuits efímeros. El resultado será publicado en un libro y también se leerán algunos tuits en la Cadena SER en el programa del fin de semana “A vivir que son dos días”. Conviene leer las condiciones exactas en el blog oficial.

Sic transit gloria mundi

Es decir: "Así pasa la gloria del mundo". Es una reflexión latina sobre lo efímero de la vanagloria mundana, obra de Tomás de Kempis, en su Imitación de Cristo (1,3,6). Imagen promocional de "Aventura en el Teatro", tomada en la Plaza del teatro Arriaga en Bilbao.

Geografía cambiante: Lecciones de la historia

Geografía cambiante: Lecciones de la historia
Recoger los viejos libros y enseres de una casa querida es una lección de vida, del paso del tiempo, de lo que queda cuando han transcurrido casi cien años de vida de estudio, de trabajo, de lecturas,... El servicio de recogida y reciclaje de Emaús Bilbao (por cierto, recomendamos sus cestas de productos ecológicos de la Bioeskola) ha hecho un trabajo increíble y nos tranquiliza saber que van a reutilizar cuanto sea posible de los dos camiones que han llenado de recuerdos de la historia. 

Cada uno de los miles de libros retirados es un tesoro. Para quienes tenemos vocación docente, especialmente los libros de texto antiguos, de principios y mediados del siglo XX. Sus láminas nos muestran el devenir de la humanidad con sus mapas políticos cambiantes. 

En este libro de texto, "Elementos de Geografía" por los Padres Escolapios de 1928 (imagen), hace ya casi un siglo, se puede apreciar el amplio Protectorado español en Marruecos (que existió hasta 1956) o la ambigua situación de Irlanda que hasta 1931 no lograría su independencia legislativa.
Geografía cambiante: Lecciones de la historia
La misma descripción de Inglaterra, formada principalmente por Gran Bretaña e Irlanda, muestra lo efímero de las potencias mundiales. Entonces, la marina y la armada británicas eran las más poderosas del mundo, y sus colonias sumaban 38 millones de kilómetros cuadrados y 400 millones de habitantes que casi decuplicaban la población inglesa-irlandesa de entonces de 47,4 millones.

El orden de grandes poblaciones era muy diferente del actual. Antes era Londres, Liverpool, Bristol, Hull, Glasgow y Manchester. Ahora en el Reino Unido de la Gran Bretaña son Londres, Birmingham, Glasgow, Liverpool, Leeds, Sheffield, Edimburgo, Bristol, Mánchester, Leicester, Coventry, Kingston upon Hull, ...  El mismo mapa administrativo de Inglaterra (entonces) no muestra la división actual con Irlanda del Norte y la República de Irlanda.
Geografía cambiante: Lecciones de la historia
También el mapa de hace casi un siglo también mostraba un Deutsches Reich (el Imperio Alemán) que por el Este llegaba hasta Danzig. Lo más llamativo se relata en el vértice superior izquierdo donde enumera las colonias alemanas en África, Asia y ¡Australia! Dichas colonias alemanas en Oceanía fueron compradas o cedidas a Alemania por España a finales del siglo XIX, como las Marianas del Norte o las islas Palaos o Palau.
Mapa de Alemania de principios del siglo XX 
Los otros libros de texto de matemáticas o de lenguas extranjeras, por cierto entonces se estudiaban los idiomas continentales (francés y alemán, no el inglés), han cambiado menos en sus aritméticas o gramáticas que los mapas políticos. 

Imágenes de estos antiguos libros de texto.

¿Qué es y por qué ser blogger?

¿Qué es y por qué ser blogger?
Hemos explicado en muchos posts que es el "espíritu blogger". Pero sigue siendo frecuente la consabida pregunta de si los blogs siguen vivos, parece que sí para quienes los escribimos,... aunque la duda aparece en el grado de lectura e interacción que logran.

En otras ocasiones, la cuestión planteada, especialmente a los quienes escriben blogs personales, es ¿por qué dedicas tiempo a algo tan,... ¿inútil, exhibicionista. egocéntrico, efímero, irrelevante,...? Subyace la premisa de... ¿a quién le importa lo que cuentes? Pero este criterio, en algunos casos, es irrelevante, por que muchos bloggers escriben porque sienten esa necesidad, sean o no sea leídos por nadie.

Será un nuevo intento fallido para quienes, acaso, lleguen a leer este post, pero compartimos nuestra perspectiva sobre estas cuestiones, siempre de modo obviamente subjetivo.

¿Qué es ser bloggerPara nosotros alguien alcanza esa categoría de comunicador  social cuando se compromete  a leer cada día, a escribir cada día (publicar va a otro ritmo), mantener la curiosidad y la voluntad de aprender cada día de los temas que le apasionen, y comunicar sus "descubrimientos cotidianos" en su bitácora. 

Por tanto, merecer ese calificativo de blogger es mantener la tensión de aprender, leyendo, analizando, condensando y publicando todos los días. Dejando un testimonio, uno más pero siempre singular, de lo que acontece a nuestro alrededor, de los proyectos y aventuras en los que nos embarcamos con quienes nos acompañan (familia, amistades, colegas,...).

Ser blogger es desvelarse cada amanecer buscando un mensaje que apoyar, una idea que predicar, un proyecto para el que recabar ayuda, una misión a medio o largo plazo en la que persistir. Un blog también es un diario de esfuerzos y, quizá, algún logro. 

Otros muchos posts sobre qué es y por qué ser "blogger".

La misma Luna

Unos la visitaron; otros sólo la vemos. Algunos le atribuyen extraños poderes; todos presentimos su presencia.

Nos sorprendemos cuando leemos que existen árboles vivos con diez siglos de existencia en el Amazonas. Algún abeto Douglas se complementa con madera subfósil con 22 siglos de existencia. A especies como el Pinus longaeva, la Sequoia gigante, el Drago Canario o ciertas esponjas les son atribuidas edades de hasta cinco mil años. Asombrosa vitalidad frente a las mariposas cuyo efímero ciclo vital apenas llega a un mes, o a bacterias que nunca sobreviven más allá de unos fugaces quince minutos.

Por fortuna, a nuestro alrededor existen elementos muy estables. En la película “Nueve vidas” un personaje menciona de pasada a su pareja que todos descubrimos y nos encandilamos con la misma Luna. Y así es. Desde todos los continentes y océanos. Niños y ancianos. Los que aún vivimos y nuestros más remotos antepasados. Jesucristo y Newton vieron la misma cara de la misma Luna.

La misma que hizo exclamar a Galileo cuando resplandeció a través de su catalejo: “Es muy hermoso y placentero contemplar la Luna”. A todos nos inspira la gobernadora de las mareas. A veces, hasta demasiado. Como dijo el poeta Matsuo Basho en un brillante haiku: “De vez en vez llegan las nubes, / y conceden al hombre una tregua: / le ocultan la Luna”.

En todo caso, es maravilloso contar con un amarre eterno, un noray donde fijar la mirada. En cualquier momento, de cualquier noche, desde cualquier lugar de la Tierra. Allí estará, la fría y casta Luna, reina del firmamento, siempre alumbrada. Helada llama, por cuartos transfigurada, pero siempre con la misma mirada. Ella no sólo nos ilumina, también… nos guarda.

Versión para imprimir en: mikel.agirregabiria.net/2007/mismaluna.DOC

Días que son como un haiku

Atardecer en Alicante
Hay días perfectos, simples y dichosos, jornadas que dejan huella, en su cotidiano devenir, de calma, de paz, de esa esencia de la que están hechas las almas que aman.

Esas noches merecen un haiku, una poesía que flota como el rocío, y se asienta en la tierra, promesa de vida, regalo de la naturaleza, don del espíritu, que sabe apreciarla.

"Todo efímero,
mas eterno el amor,...
si es verdadero".

El segundo gran Julio,... el de los viajes de ensueño

Nació en Nantes, a orillas del río Loira, el 8 de febrero de 1828. Según la leyenda tejida sobre su vida, se escapó de su casa a la edad de 11 años para ser grumete en un barco que se dirigía a las Indias. 

Prontamente atrapado y recuperado por sus padres, fue llevado de nuevo al hogar paterno en el que, en un furioso ataque de vergüenza por lo breve y efímero de su aventura, juró solemnemente (para fortuna de la humanidad lectora) no volver a viajar más que en su imaginación y a través de la fantasía...



Otras entradas sobre Julio Verne,

Los blogs son...

Vídeo preguntando ¿Qué es un blog?
Éste es mi rincón, jardín de los recuerdos y pensamientos; etéreo y efímero Edén
, en Ruypster's Blog.

Los blogs son las paredes del aseo de Internet. Jean-Remy von Matt, creativo y publicista
fundador de la agencia Jung von Matt (Vía Surfeando).
Un blog es básicamente un diario el cual está disponible en Internet. Definición clásica.
Un blog es un cofre de tesoros, donde guardamos recuerdos y aprendizajes que preferimos compartir con quien nos lee... Una de mis definiciones.
... Iniciada una recuperación de definiciones sobre lo que es una bitácora, o blog en esta fecha. Será de actualización continua... Technorati tag: .

Materia con tendencia a morirse

Recientes sucesos nos han evidenciado, una vez más, que sólo somos sujetos hechos de substancias con una inexorable inclinación a perecer… Ustedes, estimados lectores y yo mismo, el señor Ibarretxe y el señor Aznar, hasta el mandamás Bush e incluso el arrogante Charlton Heston, el Ben-Hur olímpico, el Moisés que separó mares, el Cid Campeador, el Simio del planeta, el defensor de Pekín durante 55 días, con su todopoderoso rifle… se nos muere, y aparece vencido por el mal de Alzheimer.

Los más diversos acontecimientos, ya sean felices o luctuosos, demuestran una decidida predilección a la baja de todos los sistemas y tejidos mortales, una ineluctable propensión de la carne humana a descomponerse más o menos vertiginosamente, con una irrefrenable predisposición y querencia de expiración que resulta harto preocupante. La vida no es sino un complejo cúmulo de fenómenos que se oponen a la muerte... sublimemente. Basta una única excepción de un solo eslabón aislado en tan prolija y milagrosa cadena, para determinar el final... de otro infinitesimal... ser vivo... que creyó... que vivía.

Ante tan infalibles leyes de la prosaica coexistencia en un espacio vacío fruto de un “big bang”, afanosamente nos debatimos en sociedad de socorro mutuo para abordar la quimera de la supervivencia antes de la axiomática extinción individual y colectiva. Sólo con la máxima clarividencia superaremos los avatares del odio siempre innecesario que amarga la injusta, infausta y trágica (¿pre?)existencia terrenal, durante un lapso temporal siempre demasiado efímero. Por tan fastidiosas razones resonando bajo los sones del postrero juicio final, acepten el consejo de este quejumbroso bufón: ¡Tómense unas dulces vacaciones y a la vuelta hablaremos de la política y otras menudencias! ¡Ah, cuídense de no precipitar la gran transición propia o ajena por las prisas de conducir impulsivamente para tratar de huir de la misma realidad que les espera allí donde vayan! Y, por favor, ¡no pierdan nunca esa lánguida costumbre de… vivir!

Repaso al verano

El verano es un boomerang lanzado que casi siempre vuelve.

Nada como las vacaciones estivales para comprender el esfuerzo humano por aprehender la vida, que como agua recogida con las manos se nos escurre entre los dedos. Aunque nuestro corazón se rige por su propio calendario, con la alegría alarga los días y con la tristeza encoge las fechas, la medida de luz solar parece dilatar en todos nosotros los minutos que adornan cada hora diurna del veraneo.

En verano nacen seres maravillosos que tienen de vida un día, una semana o un mes. En tan breve lapso de tiempo revolotean a nuestro alrededor, proclamando lo efímero de una existencia que, en su caso, no sobrepasa una estación del año. Son un aviso para las personas que también sentimos cómo ha volado otro verano y que nos esperan meses de trabajo en serie y en serio.

Amigo lector: Si la displicencia por el fin de las vacaciones le surge, no se preocupe, no es el único. Pero no vale la pena disgustarse porque ya se terminó el verano; mejor sonreír porque sucedió. Un proverbio sueco declara que "una vida sin amor es como un año sin verano". A la espera del próximo estío, que como las golondrinas acudirá a su cita excepto el último año, nos queda el recurso de convertir nuestra vida en una permanente pasión con un poco de ternura, algo de amistad, bastante cordialidad, mucha vocación y raudales de optimismo.

El tren de la vida


Todos vamos en el mismo convoy.


El 11M será recordado como la masacre de los trenes de la muerte. Nos urge una terapia colectiva que anule los perversos efectos de la violencia. Necesitamos una imagen que se superponga a los fotogramas del horror, no para olvidar pero sí para continuar con nuestra convivencia.

Busquemos la metáfora del “Tren de la vida”. Así se tituló una memorable película de Mihaileanu que narra las desventuras de los habitantes de una aldea judía centroeuropea, que, ante la proximidad de los nazis en 1941, deciden fabricar un tren similar a los utilizados por los alemanes... y autodeportarse. Pero no hacia un campo de concentración, sino primero a Rusia para llegar finalmente a Palestina. Algunos de los judíos se disfrazan como soldados y oficiales de las SS, adoptando sus modos hasta el punto de articularse una extraña comedia sobre la apocalíptica tragedia del Holocausto.

La mejor alegoría la existencia quizá sea la que compara la vida con un viaje en tren. Una aventura llena de embarques felices y desembarques dolorosos, con infortunios luctuosos y también con algunas sorpresas agradables en el camino. Cuando nacemos y subimos al tren, generalmente nos encontramos en un vagón con dos personas queridas que nos explicarán el sentido del camino: nuestros padres, que no siempre estarán con nosotros en este periplo. Lamentablemente, ellos se bajarán en alguna estación antes que nosotros para no volver a subir más, dejándonos huérfanos de su cariño irreemplazable. Pero nuestro viaje vital proseguirá; conoceremos otras interesantes personas durante la travesía, hermanos y familiares entrañables, colegas y amigos cordiales, amores e hijos maravillosos. Muchos de ellos sólo realizarán un corto paseo con nosotros, otros estarán siempre a nuestro lado compartiendo alegrías y tristezas, hasta que seamos nosotros quienes nos apeemos del tren.

En este tren también viajaran personas amables que deambularán de vagón en vagón para socorrer a quien lo necesite. Otros, quizá sean molestos acompañantes de viaje, que se aburran o molesten a los demás, pero ellos serán quienes peor travesía se lleven. Veremos subir a bordo a muchos en el tren, y otros muchos descenderán, dejándonos todos recuerdos imborrables. Algunos pasajeros a quienes más queramos quizá deban sentarse en otros vagones alejados. El viaje lo haremos juntos, pero separados de ellos, aunque tal vez podamos acercarnos a ellos en alguna oportunidad venciendo las dificultades.

El viaje estará lleno de esperas, llegadas, despedidas y partidas. Pletórico de sueños, fantasías, gozos y pesares. Sabemos que este tren sólo realiza un viaje, el de ida, y que jamás retorna hacia el pasado. Tratemos, entonces, de viajar de la mejor manera posible, intentando relacionarnos bien con todos los pasajeros, buscando en cada uno lo que tengan de mejor, recordando siempre que necesitaremos nuestro mutuo apoyo en algún momento del viaje.

Dentro del convoy se desarrolla el drama de la humanidad. Gente de toda raza, que conversa o calla, que trabaja o dormita, que colabora o discute, que nace o muere. Gente que ama u odia, que acepta o reniega, incluso contra el mismo viaje. El tren circula impasible, transporta gentil y pacientemente a todos, sin distinguir entre amargados o comprometidos. Nadie puede evadirse, sólo se vive dentro del tren, donde podríamos ejercer plenamente la libertad y la fraternidad. Elijamos entre disfrutar o padecer colectivamente el tránsito, porque de cualquier modo el convoy seguirá avanzando raudo hacia nuestra definitiva parada.

El gran misterio de este veloz tren de la vida es que no sabemos en qué estación descenderemos: 2004, 2005,... En cada jornada se suben y bajan personas. ¿Quién subirá hoy? ¿Quién bajará? Cuando llegue nuestra parada, allí acabará el viaje para cada uno de nosotros. Confiemos que todos nos reunamos en una gran estación central algún día para reencontrarnos. Que esta parábola nos ayude a mejorar nuestra concordia en este efímero viaje, juntos todos en el único tren de la vida.

Santa Semana

De la tradicional Semana Santa se ha pasado a la actual Santa Semana, con grandes diferencias en el proceder social y personal.

Hace apenas una generación, estas fechas representaban una época hogareña, de recogimiento familiar, de baja actividad y, para los creyentes, de oración. Ahora se ha transformado simplemente en un fugaz trajín vacacional allí nos concentremos todos los urbanitas, en un lapso delimitado por la “operación salida” y por la “operación retorno”. Las modernas procesiones consisten en visitar lejanos rincones cuyos lugareños buscan las mismas respuestas viajando hacia nuestro país.

Todo ello quizá sea el signo de que cuanto más rasante es el vuelo contemporáneo del espíritu, tantos más kilómetros recorremos, buscando lo que seguramente hallaríamos en un viaje interior con quietud y orientación. Así podríamos superar la melancolía de un omnipresente hedonismo efímero que insinúa su falsedad tras la experiencia de su vertiginosa evaporación.

Vivimos tiempos de falsa exploración, de desmedida decoración, coloración, edulcoración, pignoración y minoración. Demasiada oratoria y poca oración. Necesitamos más valoración ética, elaboración mental, colaboración social, incorporación de lo trascendente, quizá genuina adoración. De esa exaltación definida como una admiración trascendental demostrada con vocación.

Consideremos la reincorporación de la oración, que soslayando su matiz religioso reúne reflexión y proyecto de vida. La oración (o meditación) debiera ser la llave del día y el cerrojo de la noche. La mejor oración (o cavilación), al comenzar la jornada, es desear no malgastar el tiempo. Quien se levanta de la oración (o introspección) con mejor disposición, ya ha logrado respuesta a su demanda.

En Semana Santa, probemos a recuperar esa respiración del alma. No importa la fórmula de la oración (o introversión): basta reconocer nuestra humana condición y postrarnos ante Dios
Versión .DOC para imprimir (Naturaleza, Providencia o lo que nos es Superior). Quizá así vislumbremos por qué estamos aquí…

Versión final en: http://mikel.agirregabiria.net/2006/ss.htm