Ni fumo, ni humo, gracias


Sólo en la Comunidad Autónoma Vasca cada día siete personas mueren por patologías asociadas al tabaco. No quemes tu vida, ni la de los demás.

Fue en 1953, año en el que se escaló por primera vez el monte Everest, cuando se demostró científicamente la relación entre cáncer y tabaco. Actualmente se sabe que el tabaco está directamente relacionado con más de 25 enfermedades graves, como tumores malignos en las vías respiratorias (cavidad bucal, laringe o pulmón). En Euskadi el porcentaje de fumadores se viene reduciendo en los últimos años, al ritmo de casi un 1% anual, y representa menos del 26% de la población (varones, 31%; mujeres, 21%).

Incluso la sola exposición al humo del tabaco, según las autoridades sanitarias, "está provocando un serio problema de salud pública" y un "riesgo considerable" por la mortalidad que genera entre los ‘fumadores pasivos', expuestos contra su voluntad especialmente en el ámbito del trabajo y de ocio colectivo. Por todo ello, el cáncer de pulmón constituye hoy en día, tanto en el mundo como en Europa, la principal causa de fallecimiento por cáncer en los varones. En el caso de las mujeres, desde hace una década, se ha convertido en la principal causa de muerte por cáncer en Estados Unidos, y, en Europa, está a punto de serlo también.

Felizmente, desde el 1 de enero de 2006 disponemos de una normativa estatal que limita el tabaquismo activo y pasivo, similar a las que rigen en Irlanda, Noruega o Portugal. Previsiblemente, como sucedió en Suecia con su pionera legislación antitabaco de principio de los años 80, permitirá una drástica reducción del consumo de tabaco. Porque, contra repetidos argumentos falaces, las restricciones en la promoción del tabaco, el aumento de los impuestos y la creación de espacios libres de humo son eficaces, comprobándose que reducen el consumo de tabaco, previenen que la juventud comience a fumar y ayudan a los últimos fumadores a abandonar su temible hábito.

El tabaquismo es la principal causa de muerte evitable en el mundo, aunque las tabacaleras confundan con razones comerciales. Toda la economía generada por el tabaco (producción, elaboración, venta e impuestos obtenidos) no llega -ni de lejos- a pagar el inmenso daño causado por su uso, ni medido en términos financieros, ni mucho menos en valor humanitario de sufrimiento, enfermedad y muerte. La industria tabaquera no se responsabiliza del perjuicio causado, ni siquiera los fumadores costean directamente su propio daño. Cuando la gente no usa su dinero en tabaco, lo dedica a estimular otros sectores mercantiles menos dañinos para la salud.

Toda nuestra tolerancia y comprensión debe concentrarse en alejar del tabaquismo a nuestros familiares, amigos, colegas y convecinos. Especialmente a niños y jóvenes que han crecido atufados por el “derecho a la enfermedad” que esgrimen los fumadores. Pocos adultos "eligieron" fumar; la mayoría comenzaron en la adolescencia y se hicieron adictos, e intenten dejarlo continuamente. Ayudémosles a superar su afección, pero nunca restando importancia a la toxicidad del tabaco.

Como dijo Groucho Marx, ¿les molesta si no fumo? No aceptemos compartir un humo que daña y mata: Si menos del 26% de la población fuma, ¿por qué el 95% de las cafeterías menores de 100 m2 ha decidido obligarnos a respirar nicotina y alquitrán? No pisen un establecimiento que propague un anacronismo como el tabaco, que irá desapareciendo de nuestra sociedad. Paulatina pero irreversiblemente. Que lo veamos todos…

Versión final en: http://mikel.agirregabiria.net/2006/deseos.htm

5 comentarios:

Anónimo dijo...

Suelo pedir a los fumadores que no me incluyan en sus planes de suicidio.

Anónimo dijo...

El tabaquismo causa muchas enfermedades que afectan la salud de las personas como el cáncer, el asma y el enfisema pulmonar. Creo que sería un buen negocio prevenir el tabaquismo, estas enfermedades ocasionan muchos gastos en salud y en medicamentos. Se debe buscar alternativas para que las personas empiecen a dejar de fumar por el bien de su salud y de su economía.

anabel dijo...

Yo creo que es cuestión de tiempo y educación.
Hace mucho, el fumar era una marca social: las personas que fumaban eran modernas, y entre niños y niñas quien fumaba era mayor.
Yo creo que tenemos que ser capaces de dar un mensaje que llegue a la gente tan fuerte como llegó aquél y que neutralice la acción del tabaquismo exagerado o indiscriminado. Si somos capaces de lanzar un nuevo mensaje sin acritud, el tabaquismo llegará a tener su justa medida. Ya se que no es simple y no quiero que lo parezca; creo que es la solución es más profunda el prohibirlo o el meter miedo.

Así mismo, todo iría globalmente: comida sana (sin manipulaciones genéticas, con el ritmo de producción natural,..), vida con un nivel de stress saludable, colaboración en lugar de venganza o exclusión.. . Todo es uno en el camino de la salud.

anabel dijo...

Lo siento, es la primera vez que tomo parte y me he dado cuenta de que en el mensaje hay una frase que no se entiende.
Al final del primer párrafo, la frase tendría que decir:
"creo que la solución es más profunda que el prohibirlo o el meter miedo."

Mikel Agirregabiria dijo...

¡Bienvenida como comntarista, Anabel!

Ongi etorri, Anabel!

Publicar un comentario