Fauna humana de playa

El antropólogo aficionado encuentra un hábitat excepcional en las aglomeraciones estivales de las costas arenosas.

La mayoría de la gente va a la playa en verano con el único objetivo de descansar, bañarse y tomar el sol. Pero los arenales ofrecen un espectáculo tan variado que ni los circos de muchas pistas apenas podrían representar. Los grupos humanos presentes en una aglomeración multitudinaria deben ser descritos por rasgos diferenciadores. Una taxonomía de urgencia permite clasificar los siguientes especímenes frecuentes en nuestros litorales veraniegos.

En primer lugar, por cronología, están los conquistadores, gentes madrugadoras que plantan todo tipo de cachivaches en los lugares más selectos para tomar posesión posteriormente de sus tierras. Se valen de sombrillas viejas y sillas desvencijadas, con la doble virtud de ser aparatosas e indignas de ser robadas. Su esforzada labor matutina queda desvirtuada por el segundo colectivo, los vanguardistas. Estos llegan tarde, pero son capaces de encontrar esa “primera línea de playa”, por delante de la anterior “primera línea”… Entre tanto, llegan al lugar del desafío los palistas, gente que evidencia que, como compensación a no haber dado en toda su vida un palo al agua, le dan a la pala en medio del agua… y del resto de sus supuestos congéneres. Estos gremios contrastan con los carbonizados, bultos dormidos o entes semimuertos que permanecen inmóviles en decúbito supino sobre una toalla achicharrándose y que, a media mañana, se dan la vuelta para pasando a decúbito prono asegurarse una incineración por ambas caras.

Entre los itinerantes también se distinguen tipologías peculiares. Descontando a los sembradores, de arena, esos niños incontrolados que te garantizan arenisca en los ojos, pueden observarse a las gastadoras, de playa, mujeres caminantes compulsivas de distinta edad y condición que marchan a gran velocidad, yendo y volviendo, no se sabe si para rebajar peso o para producir más… arena. Tampoco es difícil detectar a los autistas, del teléfono móvil, que con semejante excusa y a voz en grito nos deleitan con sus penas y su inconmensurable… incultura. Sin agotar el elenco de especies playeras, no podemos dejar de recoger en este primer catálogo a los minimalistas, que en el espacio comprendido entre un parasol y la nevera portátil es capaz de concentrar a tres generaciones de una misma familia, y a todos sus amigos y parientes de la pedanía. Parece increíble el poder de tortillas y gaseosas, que -aliadas con un sol de justicia- produce el perfecto modelo de “familia unida” en un solo metro cuadrado de sombra.

Versión para imprimir en: mikel.agirregabiria.net/2008/faunaplaya.DOC

11 comentarios:

Anónimo dijo...

En la variedad esta el gusto :)

¿Con cuál de los clasificados te identificarías Mikel?

Mikel Agirregabiria dijo...

Soy, quizá, un poco de todos... pero sobre todo, vanguardista...

Anónimo dijo...

Publicado, inmediatamente, el La Vanguardia (digital), el mismo lunes 11-8-2008.

Anónimo dijo...

Más comentarios suscitados en La Vanguardia,...

Anónimo dijo...

Están también los de "tierra adentro", vemos el mar una vez al año ( dos, con suerte). Caminamos por la orilla, sin apartarnos de su lado, intentando grabar en la retina, intentando llegar al final de la larga playa ( aun a costa de volver en taxi al punto de partida)

Anónimo dijo...

Publicado en el Diario Público, el martes 12-8-2008.

Anónimo dijo...

Publicado en el Diario Siglo XXI, el martes 11-8-2008.

Anónimo dijo...

Yo sería de los la acuáticos, me gusta y nadar de espaldas y de pechito...la cuestión es disfrutar del mar y con respeto

Anónimo dijo...

Publciado en el Diario El Plural, el jueves 14-8-2008.

Anónimo dijo...

Eso te lo encuentras por zonas como Benidorm, Cullera, Gandia... te aconsejo que busquen zonas con menos fauna.

Anónimo dijo...

Publicado en el Diario de Noticias, el 19-8-2008.

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