Las vacaciones como metáfora de la vida

Santa Monica, CA
A punto de comenzar las vacaciones, hay un fenómeno que nos sucede en el veraneo y que puede servirnos como metáfora de la vida. Cuando llegamos para unos días a un sitio, se suceden tres fases del veraneo: Primero, comenzamos un trajín de visitas a lo nuevo, después paramos y casi hasta nos aburrimos y, al final, aprovechamos cada día y cada hora con una intensidad sin igual.

Aprendamos de estos últimos sorbos que damos a la última jornada de unas vacaciones, madrugando para degustar desde el amanecer hasta el último minuto de noche, como si fuera el último día de nuestra existencia. Así hay que vivir cada día, sin importar que sea lunes o sábado, laboral o festivo,... La vida, por longeva que sea, es demasiado efímera para perder un instante siquiera en dejar de apreciar la belleza que nos rodea, o en olvidar todo lo que tenemos a nuestro alrededor (sin fijarnos en lo que nos falta).

Con ese espíritu abordamos los últimos días de trabajo, los días de descanso y, ojalá, esa actitud nos defina como personas que saben encontrar buenas razones para esforzarnos en dejar el mundo un poco mejor. Y disfrutar por el camino, en cada etapa, en cada lugar del viaje de la vida (con algunos posts seleccionados) .

Arriba: Imagen playera de Aitor Agirregabiria en su Flickr.
Abajo, un ejemplo de que es posible la alegría en todo momento:
Michelle Jenneke from Losse Veter on Vimeo.

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