Amélie y la cuarta pared


Amélie, la inefable, imaginativa y fabulosa película dirigida por Jean-Pierre Jeunet (que se puede ver íntegramente) y protagonizada como Amélie Poulain por Audrey Tautou. En el minuto undécimo (ver en la imagen central), se produce una ya clásica y paradigmática ruptura de "la cuarta pared", cuando la protagonista mira a la cámara y se dirige al espectador al compartir una confidencia al inicio de la película.

Además de re-disfrutar de esta obra maestra, como bonus ofrecemos otra recopilación (reciente) de un centenar y medio de miradas directas a cámara (algo que se desaconseja), con personajes inolvidables. Son miradas que sorprenden,... ¿por inusuales, fugaces, inesperadas, inquietantes, esquivas, accidentales... o retadoras?

Son raras licencias cinematográficas (la primera lección de interpretación previene contra este error -que por ejemplo se puede ver aquí-) que destruyen la ilusión de la diégesis y provocan un extraño fenómeno cuando se suman bajo una melodía como ‘Can’t take my eyes off you’ (una de nuestras preferidas, cuyo título se puede traducir como "No puedo apartar mis ojos de ti") de los Manic Street Preachers y Muse.
 
Looking at you - Movie Montage from Brutzelpretzel on Vimeo.
No obstante, entre estas 150 miradas (se necesita el contexto para diferenciarlas), muchas no rompen "la cuarta pared" dado que el personaje mira a una cámara "subjetiva" que toma el lugar de un segundo personaje (que es a quien mira), pero en la de Amélie y en otras escenas el actor o actriz mira a la cámara "objetiva", interpelando tácita o expresamente al espectador mismo y destruyendo la diégesis.

[Intrahistoria: Hemos repasado esta película repensando en el proyecto de Gazte Irekia que tanto nos inspira. Necesitamos revivir el espíritu de Amélie 17 años después, a la vuelta de este verano, de su ficticio 30 de agosto de 1997 cuando ocurre el acontecimiento que cambiará su vida. Tras una serie de circunstancias por el shock ocasionado al enterarse por televisión del accidente de Lady Di, descubre tras una losa de su baño el pequeño tesoro guardado por un niño hace cuarenta años. Fascinada por el hallazgo, el 31 de agosto a las 4:00 de la madrugada, tiene una idea espectacular: donde quiera que esté, Amélie encontrará al dueño y le devolverá su tesoro. Si lo conmueve, se convertirá en una vengadora del bien. Si no, pues nada. Con ayuda y tras una larga búsqueda por toda la ciudad, Amélie consigue finalmente localizar al dueño del tesoro y devolvérselo de forma casual tras una estrategia muy original. El dueño no sólo se emociona profundamente al descubrir que toda su infancia estaba en esa cajita, sino que además se plantea mejorar su vida actual. En ese momento, Amélie tiene una sensación de completa armonía y decide volcarse hacia los demás para crearles felicidad en sus vidas. De esta forma, inventa toda clase de estrategias de lo más originales y conmovedoras para intervenir, sin que se den cuenta, en la existencia de varias personas de su entorno.]

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